¡Hey, gente!
Clau reportándose tras unos días de descanso.
Vengo con tres cosas, las tres inéditas. Esta vez la culpable del presente trío de males es
shirapika . Estuvimos comentando sobre la longitud de mis viñetas y terminamos hablando sobre escribir un corto cuya cantidad de palabras fluctuara entre uno y cien. Me puse a ello, pero las dos primeras ideas se me salieron de control y terminaron teniendo 400 palabras aproximadamente, la tercera fue la vencida xD!
Otros detalles sobre cada viñeta, en el aviso respectivo.
Espero que les gusten.
Título: Culpable.
Rating: PG
Parejas, personajes: Gokudera Hayato, Dr. Shamal, mención Bianchi.
Cantidad de palabras: 100 *-*!!
Aviso: Mmm... ninguno, en realidad. Quizá aclarar que no es un sentimiento de homofóbia por parte de Shamal, sino que uno de incomprensión. Todos sabemos que el tipo ama a las mujeres así que es lógico que no sea capaz de entender a Hayato de buenas a primera.
Culpable.
Shamal lo miró casi escandalizado. - ¡¿Eres gay?! ¡¿Por qué?!
- ¿Porque no me gustan las mujeres? -ironizó Hayato con irritación.
Shamal rodó los ojos, exasperado. -Si, si; pero, ¿por qué no te gustan?
Hayato arrugó la nariz procesando la pregunta cuidadosamente.
Cada vez que veía a su hermana, vomitaba. Su hermana era mujer, así que las mujeres -por principio general- no le caían bien: toda fémina le recordaba a Bianchi y el solo pensamiento de ella lo ponía enfermo. Enfermo y asqueado a partes iguales.
-Por culpa de Biachi, -respondió al final. Con convicción.
Y entonces Shamal por fin pareció entender.
Título: Cacería.
Rating: PG.
Parejas, personajes: ShOFC, Gokudera Hayato, Dr. Shamal, OFC.
Cantidad de palabras: 419 =__=Uu
Aviso: Es el que me tiene menos contenta de los tres porque es el con menos gracia. Fue el primer nacido destinado a tener 100 palabras...como podrán apreciar se me anduvo rebelando un poco xD! Sólo puedo decir una cosa: lo que hace Shamal está mal así que no lo imiten xD!
Cacería.
Los ojos de Shamal brillaron al encontrar lo que buscaban. -Hayato, -llamó despacito.
El niño sacó la atención de su helado y la centró en el hombre, alzando una ceja. Shamal se agachó para quedar a su altura.
-La de tacones rojos, -dijo señalando discretamente hacia la derecha de ambos.
Hayato miró a la mujer -alta, hermosa, castaña y con unos labios tan rojos como sus zapatos- antes de fruncir el ceño y mirar su helado con duda.
Shamal suspiró. Le echó una rápida ojeada a la mujer para asegurarse de que no desaparecería un futuro inmediato y centró su atención en el niño: cuatro años recién cumplidos y ya era complicado manejarlo; no quería ni imaginarse qué sucedería cuando fuera mayor.
-Si no me ayudas se acaba el trato, -dijo mirándolo fijamente.
El niño entrecerró los ojos intentando imitar la mirada que su padre les daba a ambos cuando los descubría robando dulces de la cocina. No lo logró, pero Shamal estaba seguro de que la perfeccionaría en poco tiempo.
El hombre decidió presionar un poco más. -Tendrás que conformarte con los postres tras el almuerzo, -dijo con una mirada aburrida. -, porque yo no te ayudaré a robar mas dulces de la cocina.
Hayato abrió mucho los ojos antes de fruncir el ceño y sacarle la lengua, enojado. -Voy a crecer algún día y ya no necesitaré tu ayuda, porque voy a ser tan alto que alcanzaré esos muebles yo solo, -y tras esas palabras se echó a correr hacia la mujer.
El hombre rió bajito antes de echarse a caminar tras él. Lo vio chocar contra la mujer y tirar su helado antes de comenzar a hacer pucheros y fingir su llanto. La mujer, preocupada, se agachó junto a él preguntándole si estaba bien mientras Hayato lloraba aun más fuerte y señalaba su helado perdido.
Shamal suplantó la expresión divertida por una de preocupación antes de acercarse a ambos. - ¡Hayato! ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
- ¡¡Papá!! -lloriqueó desconsolado aferrándose a su pierna derecha. Shamal se apresuró a tomarlo en brazos para calmarlo. La mujer los miraba consternada. - ¡Mi helado! ¡¡Era del mismo tipo de los que mamá me compraba antes de morir!!
La sangre se drenó del rostro de la mujer, Hayato lloró aún más fuerte y Shamal comenzó a mecerlo de un lado a otro mientras los ojos culpables, sorprendidos y algo desesperados de ella se paseaban del helado a ellos y de vuelta al helado.
Shamal suprimió la sonrisa de triunfo. Esa había salido sencilla.
Título: Amenaza.
Rating: PG-13, por... ¿hostilidad? xDUu
Parejas, personajes: 8059, S80 one-side, Gokudera Hayato, Yamamoto Takeshi, Squalo, Sawada Tsunayoshi.
Cantidad de palabras: 439 xDUu
Aviso: Me encanta Squalo y me encanta la idea de juntarlo con Yamamoto, pero desafortunadamente para esta pareja Gokudera me tira más, así que esto es lo que se originó una vez organizadas mis prioridades xD!
Amenaza.
Hayato encajó una ceja al tiempo que sus labios se volvían una fina y pálida línea. Se recargó contra la pared cercana rodeando su estrecha cintura con ambos brazos y con los ojos fijos en esos dos. Porque eran dos a pesar de que el décimo estuviese a sólo un paso de ellos; eran dos y sólo dos. Y Hayato los odiaba a ambos y a todo ese pequeño-gran-horrible mundo que se habían formado sólo para ellos dos.
Pero claro, el subnormal -ingenuo, estúpido, gran imbécil- de Yamamoto simplemente no se percataba de las intenciones -sucias, cerdas, retorcidas- del bastardo de Squalo. ¡Entrenamiento las pelotas! ¡¡El muy bastardo sólo quería meterse en sus malditos pantalones!! Pero Hayato estaría muerto y cremado antes de permitir que eso pasara.
Se separó de la pared, cerró los ojos y respiró buscando esa paz interna que no tenía; al fallar se apoyó en su propio orgullo, que de eso sí tenía bastante. Iba a caminar hasta donde estaban esos dos y el jefe e iba a meterse justo en medio, así que ya no sería ‘dos y el jefe’ serían ‘tres y el jefe’, porque o le hacían espacio en ese mundo que no debería existir o Hayato lo echaba abajo con los modales que un Vikingo consideraría rudos.
Tras reunir fuerzas de su legendario orgullo y normalmente problemática testarudez, Hayato abrió los ojos sólo para ser invadido por la sorpresa al ver los ojos del bastardo posados en él y la sonrisita de suficiencia bailando en su sucia boca. Hayato entrecerró los ojos. Yamamoto dijo algo, el jefe rió despacito y Squalo esbozó una sonrisa casi encantadora antes de recargarse sobre el primero. La mandíbula de Hayato se abrió hasta quedar colgando entre sus rodillas. Fue entonces cuando la ridícula risita relajada de Yamamoto alcanzó sus oídos.
Eso era. A la mierda con todo. Hayato mataría al bastardo de Squalo y torturaría al estúpido de Yamamoto hasta saciar su sed de sangre.
Ya se preparaba para sacar el arsenal pesado -lo que incluía cajas, anillos, dinamitas, piedras y cualquier objeto al que pudiera echarle mano- e iniciar una guerra sin cuartel para proteger lo que ¡era suyo, maldición!, cuando el imbécil de Yamamoto notó su presencia-olvidando la de Squalo en el proceso.
El rostro de Yamamoto se iluminó al verlo y Hayato sintió un incómodo hormigueo en el estómago como respuesta inmediata a la enorme sonrisa que le dirigió.
A los pocos minutos era él quien lanzaba la sonrisita de suficiencia y Squalo el que lo despedazaba con la mirada.
Hayato suspiró feliz. El bestia de Yamamoto lo prefería a él.
Y eso es todo. Ahora me veo en la obligación de ir a lidiar con el dolor de cabeza que me ha nacido intentando publicar esta entrada T-T!!
Lo siguiente será, probablemente, participar en la idea que
shirapika introdujo en el post anterior. Pasense a leerla.
Nos leemos :D!!