Restituisce

Oct 10, 2010 20:58

 Título: Restituisce
Autor: Sowelu_Ink
Género: Romance/Angust?
Rated: T (¿Por trauma?) Algo de M-Preg.
Pairing: 69/27 & 18/27
Summary: ¿No lo vez?, mil años tu condena y su amor cobrara tu pecado.
Notas de Autora: Hablando con una amiga por msn, se me vino algo como esto y tuve que escribirlo, ¿err se entenderá?, es la primera historia que escribo en español. ¿Como salio?


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-¿Esta muriendo?- Preguntó con voz serena, como si se resignara al hecho.

-Jefe,- Uno de sus guardianes pronunció con desasosiego; acercándose hacia el. -No creo que…- Yamamoto no se atrevió a terminar su opinión; talvez si Gokudera estuviera ahí, el podría manejar la situación mejor, pero la misión en Italia aun no acababa y…

-Que le dirás a Hibari, ¿Tsuna?- Opto por terminar de lacerar la yaga.

-No hay mucho que pueda decir- Dijo aquel joven hombre, girándose hacia el único ventanal del cuarto y posando su mirada vacía en la distancia. Déjame ir.

El ventanal estaba abierto y el cielo nublado.

Yamamoto recogió sus brazos y suspiró ante el pequeño cuerpo que yacía sin vida en la gigantesca cama.

La tercera persona en el cuarto decidió hablar entonces. -No creo que sea prudente enterrarlo aquí, en el cementerio de la familia…-

-Shamal- El décimo jefe de la famiglia, le llamó. -Déjalo así- Murmuró -Puedes retirarte- Agregó cortamente al final.

El medico de cabecera solo asintió y pronto el azote de la puerta fue escuchado con el leve sonido de sus pasos al alejarse por detrás.

Un breve silencio se hizo ante lo ocurrido, y el lugar repentinamente parecía querer ahogarle.

-Yamamoto- Dijó con un poco mas de tacto, llevando una mano hacia su pecho. Le faltaba el aire. -Vete- Por favor.

Takeshi se rasco el cuello, incómodamente. Esta era la primera vez que Tsuna le pedía algo así, claro que también era la primera vez que el presenciaba…

-Claro- Accedió, dándole un apretón de hombro a su amigo como despedida.

Y una vez más estaba solo.

O talvez no.

-Sal ya- Ordenó, sin emoción alguna en su voz -O en su mirada.

-Creí que no lo notarias, Sawada Tsunayoshi-

Después de dejarme morir tantas veces, por favor, solo déjalo ir…

-¿Crees que es suficiente?- Preguntó con poco y casi nada de ansiedad.

-No- Fue la simple respuesta del otro.

-¿Cuántos más entonces?- Tragó saliva y cerró los ojos. El piso se sentía duro y frió contra sus rodillas.

-El jefe de la famiglia más poderosa del mundo no debería de hincarse frente a nadie- Comentó con deje de burla.

-Mukuro- Apretó sus puños y abrió sus ojos enrojecidos… tan lejos de aquel cielo que solías añorar.

-Déjalo ir- Pidió como si aquel hombre sostuviera en sus manos la llave para liberarle de su tormento.

Voltio la mirada. Tan solo por un momento y el hubiera querido abrazarle…

-Mukuro- Intentó de nuevo.

Sonrió maliciosamente, recuperando su usual persona. -Mil muertes por una Tsunayoshi- Dijó, mordiendo furia y disfrazado de frialdad socarrona.

-No lo olvides- Terminó, acariciando suavemente la mejilla del otro para luego desvanecerse en niebla.

-¿Cómo podría?- Respondió al cuarto vació, volteando hacia su cuarto hijo muerto y levantándose.

Dolía. Hibari-san…

Jamás podré decirte quien ha matado a nuestro Ayashi, o a los otros.

-Perdón- Susurró, tapando la cara de su pequeño Ayashi con el saco de su traje.

No recordaba cuantas veces había pronunciado aquellas palabras a sus hijos sin vida. Comenzando por su primogénita, la misma que había perecido por sus propias manos.

La hija de Mukuro.

-
 En el silencio de aquel brillante cielo, ahí se encuentra tu casa.
En la oscuridad donde la luna se asienta, el cielo no se moverá.
¿Entonces, regresarías a mi?

6927.

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