Me tocó a mi estrenar la comu al final o///o no me echeis muchas piedras porfavooor>0

Jan 28, 2008 00:22



Título: Stop Fucking Me

Rating: ...+21¿?

Pareja: Yamagoku, of course

Sinopsis: Una tarde en el instituto Gokudera va por ahi y mira le pasan cosas(basta: no sé escribir sinopsis T__T leedlo y ya vereis de qué va)

Aviso: Tacos, sexo y todo eso. Violencia...un poco de todo-.- pero lo considero relativamente apto para mentes puras, no se asusten.

Comentarios extra: lo escriví a las 5 de la madrugada así que no me tengan en cuenta la cutrez porfavor =__= y...enfin, fue mi primer fic de modo que es flojillo -_- (en el fondo mis fics en general no valen gran cosa pero da =, ahi se ven “los inicios” de mi trayectoria autoril, o algo)

“Con el sonido del timbre las clases tocan fin y todos los alumnos del Instituto Nanimori huyen de la asfixiante prisión de las aulas en busca de un soplo de anhelada libertad.

Gokudera Hayato oye el molesto sonido desde la azotea del edificio, donde se encontrava literalmente “fumándose las clases”. Arroja la colilla consumida al suelo mientras busca su inmediato remplazo en el bolsillo y se dispone a prenderlo. Fumar siempre lo ha tranquilizado, lo considera su único vicio; especialmente desde que ya no toca el piano...empezó desde muy joven, y con el tiempo su pequeña cancerígena adicción se ha acabado convirtiendo en su mejor aliada incluso en plena batalla, recurriendo a ella para prender sus cartuchos de dinamita.

Echa una larga calada y retiene el humo en sus pulmones unos segundos, saboreándolo, antes de exhalarlo.

No le preocupa perder algunas clases; sabe que con su inteligencia podria permitirse perder todo el curso y a pesar de todo muy provablemente sacaría matricula en todos los exámenes. Lo único que le preocupa de saltarse las clases es la extraña habilidad que su Juudaime parece tener para meterse en lios...sabe que algunos de sus “compañeros” aprobechan para meterse con él cuando está solo, y por eso siempre se mantiene perca para ahuyentarlos, pero...de un tiempo atrás ha descubierto que su presencia constante ya no resulta tan necesaria...porque sabe que alguien más vela por la seguridad del 10º. Muy a su pesar sabe que ese estúpido friki del béisbol no dejaria que nadie le hiciera daño. Ese estúpido Yamamoto Takeshi; un tío sin ningún tipo de talento ni habilidad que inexplicablemente se ha hecho un hueco en la familia, y que tiene la suficiente confianza con el 10º como para incluso competir con él mismo por el codiciado puesto de “mano derecha”.

Eso le exhaspera. Que alguien como Yamamoto, alguien tan jodidamente tranquilo y inútil y que, a pesar de haver librado ya varias batallas junto a la familia sigue siendo suficientemente inocente, o gilipollas, como para pensar que lo suyo se trata de un “juego de mafias”; que alguien tan jodidamente estúpido y mediocre, se tome la libertad de dirigirse e incluso tocar al 10º capo de la ilustre Familia Vongola!

Gokudera no lo puede entender.

Y ese el motivo de que hoy se encuentre solo en la estúpida azotea fumando recostado contra la valla y mirando distraidamente como sus estúpidos compañeros de clase abandonan felizmente el instituto para seguir con sus mediocres vidas después de terminar su insulsa jornada estudiantil.

De un tiempo atrás ha preferido pasar el mínimo tiempo posible cerca del 10º cuando éste se encuentra en compañia de Yamamoto. No le gusta estar lejos de él, pero la presencia del estúpido friki del béisbol le cabrea demasiado, y él mismo se ve incapaz de dedicarse adecuadamente a la protección de su jefe con ese imbécil distrayéndole constantemente.

Cada vez que contempla su maldita, perfecta y brillante sonrisa le dan ganas de reventarle un cartucho de dinamita entre los dientes para borrarla de su jodida cara. Y sus ojos...esos ojos marrones tan penetrantes y profundos, que siempre le miran fijamente, retándolo, atravesándolo como lo harían un par de dagas clavándose en su corazón.

Ese estúpido Yamamoto...con su estúpida sonrisa, con su estúpida mirada; con su jodido, y brillante, y seguramente jodidamente suave pelo negro...y con ese jodido cuerpo atlético y largas piernas, y grandes manos; y anchos hombros y bonito trasero...

¡Un momento! ¡¿Per cuándo coño se havía detenido él a mirar el trasero de ese estúpido friki?! ¿Y por qué estúpida y desconocida razón deveria él preocuparse por si Yamamoto tiene o no un buen culo?

Mientras se encuentra entre éstas y otras cavilaciones, su móbil comienza a vibrar repentinamente en su bolsilo y le hace bajar de su Yama-nube tan de golpe que el cigarrillo se escurre de la comisura de sus labios “en el descenso”. Descuelga de una revolada y se dispone a contestar.

-¡Ouch!- el cigarrillo que había caído sobre su camiseta ha dejado un agujero pequeño y redondito en la ropa y una quemadura roja en su vientre. -Joder...¿Qué? ¿Quién es?-

-¿Gokudera? ¿Está todo bien? ¿Que ocurre?- Suena la preocupada voz del 10º al otro lado de la linea.

Gokudera se vuelve a acercar el teléfono al oído mjientras comprueba la gravedad de la quemadura. -Oh, ¡si, si! Perdón, no es nada: me he quemado con el cigarrillo- decide que realmente no ha sido nada y se pone bien la camiseta sintiéndose algo estúpido. -Digame, ¿que quería, 10º?-

-Oh Gokudera, te he dicho cientos de veces que no me llames así- >///< -simplemente Tsuna, ¿ok?- suena la voz azorada del chico -Ah..si: como no te has pasado por clase la última hora me preguntava si ya estarias en casa o si te tenia que esperar para irme...ya sabes, Yamamoto está en el club-

-¡Oh, si! ¡Ahora mismo bajo!, un segundo, ¿ok?- cuelga rápidamente el teléfono mientras cruza corriendo la azotea y lo vuelve a meter en su bolsillo. Baja los escalones de 3 en 3; uno, dos pisos...y de repente choca contra alguien al doblar la esquina y ambos bajan rodando el último tramo de escaleras enredados en un amasijo de manos y pies y caen al suelo de bruces.

-¡Ouch! ¡¿Quién coño...?!- calla al ver caído en el suelo frente a él al prefecto del instituto, Hibari Kyôya, frotándose la cabeza con gesto de dolor.

El interpelado se incorpora entonces y  le propina un golpe con un tonfa (¿de dónde los sacarà? Ò.o..) a tal velocidad que ni tan solo lo ve venir.

-Te voy a dar hasta reventarte- T_T (traducción cutre-salchichera del mítico “I’ll bite you to death”) su mirada arde de puro odio y destila instinto asesino por cada poro de su piel.

A pesar de su fachada pasotista, Gokudera no sólo respeta, sinó que teme profundamente al tío situado enfrente suyo y su jodida habilidad para la lucha, pero su orgullo de joven mafioso le impide simplemente disculparse y escapar salvando el tipo.

-¿Huh? Maldito capullo, acabemos esto rápido: tengo a alguien esperando en la puerta- en lo que tarda en pronunciar esto tiene ya un cigarrillo prendido colgando de la comisura de sus labios, y en sus manos luce ya sendos cartuchos de dinamita cuando se avalanza sobre el muchacho de ojos rasgados.

Hibari no se queda atrás; esquiva la explosión y, con una efectiva finta, se sitúa a escasos cm de él y le propina un fuerte golpe en el estómago que le corta momentáneamente la respiración y le manda contra la pared, haciéndole perder la mitad de sus valiosos cartuchos por la fuerza del impacto.

-¡Ugh!- el impacto lo aturde y resbala hasta el suelo jadeando para reuperar el aliento que la colisón le ha hecho interrumpir. Ve venir un tonfa directamente contra su cara y se revuelve en el suelo para esquivarlo y hacer caer a su oponente con una patada a la altura de los tobillos.

Hibari cae sobre él y aprobecha su ligera ventaja para posicionarse sobre sus caderas y immovilizarlo contra el suelo. Gokudera intenta quitarselo de encima forcejeando y arqueando la espalda, y al no conseguirlo lanza un puñetazo con toda su fuerza contra la cara del prefecto. Éste  se tambalea ligeramente con un labio partido, pero se repone con rapidez, afirma su posición ejerciendo mayor presión sobre su asiento y golpea con un tonfa la cabeza de Gokudera, que al instante siente como la sangre caliente comenza a bañar el lado derecho de su cara resbalando desde su sien. Antes de que pueda reponerse un tonfa aprisiona su cuello contra el suelo y presiona firmemente dificultando su respiración.

-¿Decias?- inquiere el chico moreno esbozando una sonrisa sàdica. Gokudera respira pesadamente bajo su peso y forcejea inutilmente intentando quitarselo de encima. La pérdida de sangre y la falta de oxigeno comienzan a hacerle sentir dévil y mareado y siente como su conciencia se desvanece. Un estúpido pensamiento acude a su mente: -¿dónde está mi cigarrillo?- la palabra nicotina se instala en su mente con luces de neón mientras todo a su alrededor se vuelve cada vez más confuso.

-Hey, hey. Déjalo ya, ¿no crees?- un voz resuena en el pasillo, Gokudera lucha por mantenerse consciente e intenta identificarla, pero no lo consigue.

-Que pasa, ¿vienes a por tu ración?- el prefecto afloja el agarre sobre su cuello y se levanta para enfrentar al recien llegado.

-Nono, pero mírale; ya ha tenido bastante...¿acaso realmente quieres matarlo?- la voz desconocida responde agitada, con una mezcla de nerviosismo y...¿preocupación? Gokudera sonrie imperceptiblemente al oir la ultima frase imaginando el obvio gesto de asentimiento en la cara de Hibari. Las voces se enzarzan el lo que supone deve ser una conversación; la mente se le nubla y siente como sus sentidos se dispersan, así que deja que sus párpados caigan pesadamente y, muy a lo lejos, oye unos pasos alejarse mientras la otra voz se le acerca. Le parece reconocer su nombre mientras siente como lo zarandean. El movimiento le incomoda, pero no logra abrir los ojos ni protestar.

El desconocido, al no recibir respuesta alguna simplemente pasa un brazo detrás de su espalda y el otro bajo sus rodillas y lo levanta del suelo casi sin esfuerzo. Gokudera descansa la cabeza sobre el firme pecho del desconocido y se abandona en la seguridad y la calidez que le infunden ese par de brazos que le sostienen. Después de eso, nota como se sume en un sopor pegajoso y sin sueños, sumido en la oscuridad.

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Abre los ojos lentamente y con gran esfuerzo puesto que sus párpados parecen decididos a permanecer pegados, y contempla sobre si un techo blanco del que cuelgan fluorescentes demasiado brillantes para sus ojos adormilados.

Parpadea con esfuerzo un par de veces para tratar de acostumbrarse a la repentina luminosidad, y repasa lentamente con la mirada la estancia en la que se encuentra, reconociéndola finalmente como la infermeria del instituto. Se incorpora pesadamente y repasa de nuevo la estancia en busca del doctor, pero un cartel pegado a la puerta enteabierta le disuade de sus intencniones:

“Por hoy la consulta permanecerá cerrada.

En cualquier caso, VARONES ABSTENGANSE DE VISITARME”

Suspira con resignación y se revuelve el cabello plateado con una mano; siente un pinchazo de dolor al tocar el esparadrapo pegado a su sien. Lo tantea de nuevo, esta vez con más cuidado...está claro que aquello no es obra de un médico; por pocas ganas que tubiera el Dr Shamal de curarle jamás habria efectuado un trabajo tan tosco: el esparadrapo está completamente pegado a su pelo y todavía tiene restos de sangre seca en la cara.

-Oh,¿ya te despertaste?- se gira para descubrir a...¿¡YAMAMOTO!? parado junto a la puerta con un baso de agua en la mano y una sonrisa radiante en los labios (ESA jodida sonrisa de inmutable felicidad que él tanto detesta). El muchacho se acerca a la cama y le ofrece el baso de agua, que él rechaza con gesto huraño a pesar de sentir la boca terriblemente pastosa.

-Huh...¿qué ha pasado, y qué haces TÚ aquí?- resalta la palabra “tú” para dejar claro que su presencia es non grata, pero el otro chico simplemente tuerce una sonrisa y deja el baso sobre la mesita auxiliar junto a la cama.

-¡Hahah! Oh, perdona. No conozco los detalles, pero parece que Hibari te ha pegado una buena..- ¿Qué se suponia que resultava TAN jodidamente divertido de todo aquello? -Yo sólo te he recogido y te he traido hasta aquí, pero parece que el Dr Shamal ya se ha marchado a casa y yo mismo te he curado como he podido-. El idiota se rasca la cabeza despreocupadamente y sin perder el buen humor, aparentemente orgulloso de su hazaña.

Gokudera tuerce el gesto -¿Así que tú eres el resposable de este desastre?- pregunta señalando su cabello pegado al esparadrapo.

-¡Hahah! Vaya, lo siento- el hombre se descojonava -pero no savia como pegarlo sin pillarte el pelo, como lo tienes tan largo...- o¬oU

-Enfin...- Goku se retira las sábanas y pone un pie descalzo en el suelo helado, dispuesto a levantarse de la cama -será cuestión de irse a casa ya- T__T

-¡Hey, hey; espera! ¡Deves estar tumbado un poco más!- Yamamoto se adelanta y lo empuja de nuevo con insistencia sobre el colchón.

-¡Hey estúpido baseball freak, déjame!- Gokudera forcejea para zafarse del agarre -¡El 10º me está esperando, tengo que irme!- Yamamoto consigue atrapar sus 2 muñecas y sujetarlas sobre su cabeza.

-Tsuna ha estado llamándote al móvil; ya lo he avisado de lo ocurrido y hace rato que se ha marchado. Le he prometido que me ocuparia de ti, así que portate bien-.

Gokudera explota de indignación -¿Quién coño te crees que eres para decidir nada en mi lugar? ¡Yo no necesito tus jodidos cuidados, sé cuidarme solo perfectamente! ¡Suéltame!- lucha por liberar sus muñecas, pero el agarre es firme. Arquea la espalda e intenta patear a su molesto carcelero, pero éste se monta sobre sus caderas para impedir que siga moviéndose.

-Eso no es lo que parecia antes en el pasillo- Yamamoto acerca su cara a la de Gokudera para susurrarselo al oido y se permite un ligero deje de sarcasmo que inflama la ira del otro.

-¡Deja de joderme!- Gokudera le pega un cabezazo con toda la fuerza de que dispone y se deja caer dolorido en el colchón sufriendo su própio dolor de cabeza a causa del golpe y cerrando imperceptiblemente los ojos en una mueca de dolor. Yamamoto se frota la cabeza con dejadeza, sujetando ahora sus muñecas con una sola mano pero sin suavizar el agarre.

-Ouch...- dirige sus profundos orbes marrones hacia los del ½ italiano, que de nuevo le enfrenta con los ojos envenenados de rabia, y con mirada suspicaz le dice -vaya, así que eso es lo que querias...sólo tenias que pedirlo-

-¿Qué? ¿¡A qué coño...!?- la sorpresa le impide acabar la frase al sentir como Yamamoto acaricia sus caderas subiendo lentamente la mano por su vientre mientras delinea su cuello con la lengua.

-¡H-hey! ¿Que te crees que estás haciendo?- Gokudera eleva su voz una octava por la impresión, y Yamamoto le mira con una sonrisa torcida instalada en los labios.

-Joderte-^__^ y con esto captura sus labios en un beso feroz, forzandole a separarlos y permitirle meter la lengua y acariciar la suya mientras sitúa la mano libre detrás de su nuca para evitar que se mueva y obligándole a profundizar el beso.

Al separarse muerde su labio inferior y, paseando la mano por su cintura la susurra al oido -¿Te gusta esto, Ha-ya-to?- Saborea cada sílaba antes de silbarsela al oido, exultante de placer.

Goku respira con pesadez, intentando recuperar el aire que parece negarse a penetrar en sus pulmones.

-No...no me llames por mi nombre, jodido...hnn- las palabras mueren en sus labios al ahogar un gemido cuando Yamamoto comienza a mordisquear y a lamer su oreja y su cuello mientras acaricia su vientre y su pecho por debajo de la camiseta.

-¡Ahnn!- un gemido escapa entre sus labios cuando Yamamoto empieza a jugar con el pezón entre sus dedos. -De...déjalo,...porfa..vor- respira entrecortadamente intentando controlar los jadeos que se empeñan en escapar de su garganta.

-Demasiado tarde~- canturrea Yamamoto.

A estas alturas Gokudera está ya demasiado perdido en el mar de sensaciones que lo inunda como para ni tan solo percatarse de que el otro chico ha soltado sus muñecas y que ahora sus manos se aferran a la sábana a ambos lados de su cabeza mientras el más alto emplea ambas manos en batallar contra la compleja hebilla de su cinturón sin dejar de lamer su ombligo.

Finalmente la hebilla cede y Yamamoto desabrocha el pantalón y lo va quitando mientras deja un rastro de besos y marcas rojas de chupetones en su descenso a lo largo del abdomen de Gokudera.

Al llegar a su entrepierna, se deshace de los calzoncillos y se dedica a su miembro lamiéndolo primero de abajo hacia arriba mientras con una mano acaricia sus testículos y la otra recorre sus piernas. Después lo introduce de golpe en su boca y comienza a chuparlo y succionar con esmero.

Gokudera no puede reprimir un jadeo de excitación mientras una ola de verdadero placer lo recorre. -*Joder, ¿por qué esto se siente TAN bien?*-

Con un gemido ronco se viene dentro la boca de Yamamoto, y éste traga su semen golosamente y relamiéndose se cierne sobre él y lo atrapa en un beso húmedo,obligándole a provar su própia esencia.

Cuando se separa, introduce dos dedos dentro de la boca de Goku y se los hace chupar y ensalivar. Después baja esa misma mano hasta su entrada mientras le besa la clavícula e introduce un primer dedo antes de que éste pueda reaccionar.

La respiración de Goku se corta por la súbita intrusión y el dolor agudo que ésta le produce.

-Eso...duele- se queja, ladeando la cabeza y cerrando los ojos con fuerza.

Yamamoto mueve el dedo hacia adelante y atrás y en círculos para relajar y ensanchar la entrada de Goku, y cuando le parece que ya se mueve con suficiente facilidad introduce un segundo dedo.

-¡Joder!- el dolor es más intenso esta vez y Goku aprieta los dientes con fuerza reprimiendo un sollozo -De..déjalo, ¡ya es suficiente!-

Yamamoto comienza a mover los dedos dentro de Gokudera, arrancándole fuertes quejidos -No para mí. Tú ya has tenido tu parte, ahora me toca a mí disfrutar- Sigue un rato más y luego retira los dedos de golpe haciendo caso omiso del respingo que pega el otro chico, que sigue temblando debajo suyo. Se posiciona entre sus piernas y se prepara para entrar en él mientras le acaricia el pelo. -Sólo te dolerá un poco más. Te prometo que luego disfrutarás como nunca...- acerca su rostro para besar a Gokudera, pero éste le gira la cara, así que se limita a presionar sus labios contra su sien mientras empieza a empujar entre sus piernas.

Goku aprieta los dientes intentando acallar los quejidos que amenazan con escapar de su garganta y enreda las manos en las sábanas para descargar su frustración.

Yamamoto termina de entrar en él y espera que su cuerpo se relaje un poco mientras besa su cuello y pecho y recorre su figura con las yemas de los dedos.

Entonces comienza un baivén suave, con cuidado de no causar mucho daño al otro chico, que cierra los ojos con fuerza y ahoga un grito contra su hombro a la vez que se aferra desesperadamente a su cuello con ambas manos buscando un apoyo más firme. Poco a poco, Yamamoto nota como se suaviza el agarre y los quejidos junto a su oido remiten, alternandose cada vez con mayor frequencia con placenteros jadeos.

-¿Estas...bien?- a Yamamoto también le cuesta respirar mientras lucha por mantener el ritmo lento y placentero que no dañe a su compañero, puesto que su excitación le insta a aumentar la velocidad y la profundidad de las estocadas para acrecentar su própio placer.

Gokudera asiente dévilmente entre jadeaos -Más...rápido...-

Yamamoto obedece sin rechistar y ambos se funden en un trepidante baivén  estrechamente abrazados. Apoya todo su peso en un brazo para no aplastar a su amante mientras con la otra mano le sujeta las caderas para facilitar el movimiento. Gokudera acaricia su espalda y le clava las uñas cada vez Yamamoto golpea un punto especialmente sensible en su interior mientras enreda sus piernas alrederor de sus caderas instandole a acrecentar el ritmo.

Finalmente ambos se enrarzan en un beso profundo y húmedo y se vienen a la vez; Yamamoto dentro de Gokudera y éste entre ambos. Después Yamamoto espera que los músculos de su compañero dejen de contraerse y sale de él, arrancándole un último gemido.

Y así se quedan dormidos de puro agotamiento el uno abrazado al otro.

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.

.

Al despertar Goku ve que por la ventana asoman ya las primeras estrellas salpicando el cielo nocturno.

Fija su vista en el muchacho que todavía duerme junto a él abrazándolo con una tierna sonrisa en el rostro.

Gokudera se revuelve intentando deshacerse del abrazo, pero un pinchazo de súbito dolor en su trasero le disuade ante la idea. Aprieta los dientes en una mueca esperando que el dolor remita y recuesta de nuevo la cabeza en la almohada mirando fijamente el rosto radiante frente a él.

-*La verdad es...que realmente es muy, muy sexy...*- piensa recorriendo con la mirada el cuerpo fibrado del muchacho -*¡Oh, oh! ¿Pero qué coño estás pensando? ¡Este capullo acava de VIOLARTE! Aunque haya sido TAN jodidamente placentero...¡No, joder!¡No deves pensar eso! Tú no querias que esto ocurriera...¿Verdad? ¡Claro que no, maldita sea!*-

-¡Despierta, jodido imbecil!- le grita a la cara al otro chico, que entreabre los ojos perezosamentey, todavía medio dormido, le atrae contra si mismo y le acaricia la espalda con suavidad mientras hunde la cara en su pelo plateado aspirando el fuerte aroma a tabaco.

-¡Deja eso! ¡¿Acaso todavia no has tenido suficiente?!- Gokudera pone ambas manos en su pecho y no sin esfuerzo lo aparta dirigiéndole una mirada furiosa.

Yamamoto se separa un poco, porfin despierto, y le mira con gesto abatido y en silenco, aparentemente rememorando lo ocurrido.

Joder, ¿por qué lo mira de esa forma cuando es él quien deveria sentirse jodidamente mal? Y...¿Por qué esa mirada le duele tantísimo, atenazando su corazon con tanta fuerza?

Yamamoto desvia su mirada un par de segundos y luego lo afronta de nuevo, con nerviosismo -Yo...lo siento Gokudera. No pretendia hacerte daño. Supongo que la cosa se me ha ido de las manos- era la disculpa más patética que habia oido en su vida, pero en sus ojos se leia sincero arrepentimiento -¿...Estas bien? Te..¿duele mucho?-

Con las últimas frases Gokudera se sonroja furiosamente -¡Joder! No preguntes esas cosas tan a la ligera- gira la cara para ocultar su sonrojo, pero el otro chico parece haberse percatado del tono carmín en sus mejillas y se incorpora para verle.

-Estas...¿rojo? espera, espera...¿te has sonrojado?- por su cara se extiende una tímida sonrisa que se instala en sus labios y en sus ojos.

Gokudera se siente abergonzado bajo la fija mirada de Yamamoto e intenta evadirlo de nuevo.

-Eh...ah, de...déjate de tonterias ¿A quién podria gustarle que le hicieran algo así?-

Yamamoto abre los ojos con sorpresa y se esancha en sus labios una pícara sonrisa torcida.

-Oh...yo no dije nada de “gustar”...así que,¿te ha gustado?- le acaricia el pelo y enreda los dedos entre las hebras de color ceniza.

-Que...¡¿Que?!- se sobresalta el otro -¡ya te he dicho que no! Yo...joder, déjalo ya, ¿vale?

-¡Hahah! No, no ahora que parece que empezamos a entendernos...- acerca lentamente la cara a la de Goku y lo besa suavemente en los labios, sólo rozándolos, acariciándolos son los suyos... y sonríe interiormente al descubrir que el otro chico no huye del contacto.

-¿Sabes?- se interrumpe -A mí sí me ha gustado... mucho. Me ha encantado poder estar tan cerca tuyo...- le besa de nuevo y une sus frentes, mirándolo tiernamente a los ojos.

Gokudera abre la boca como para protestar, pero finalmente suspira y cierra los ojos con fingida resignación antes de devolverle la caricia posando suavemente sus labios sobre los del complacido moreno.

Permanecen abrazados besándose y acariciándose con timidez durante unos minutos, después Yamamoto habla:

-Sabes...que te quiero, ¿verdad?- sus ojos se posan brillantes, sobre los del ½ italiano, que esta vez no desvia la mirada, sinó que la sosiene pausadamente.

-Claro- contesta rozando con su nariz la del otro chico y cerrando de nuevo los ojos, dejándole besar su boca, barbilla y cuello y acarciar sus mejillas.

¿Amor? ...si, en el fondo lo sabía, sabía que el estúpido baseball freak pasava sus horas muertas mirándolo y suspirando por él, sabía que durante las luchas siempre tenía un ojo puesto encima suyo y vigilava que nada le ocurriera...pero nunca se havia dado cuenta antes, no hasta que todas las piezas del puzzle han encajado de repente.

Pensando esto se siente repentinamente azorado, y se revuelve entre los brazos de su amante.

-Eh...creo que deveriamos parar, ya sabes: es tarde..y...podria entrar alguien en cualquier momento...-

Yamamoto lo mira; una chispa de comprensión en sus ojos... -Ya sólo quedamos nosotros en el edificio; incluso Hibari se ha marchado ya- sonrie al ver sonrojarse al otro chico -pero no te preocupes, no pienso hacerte nada más...por hoy- un ligero sonrojo asoma también a sus mejillas -no a menos que tú...- desvia la mirada, azorado.

Gokudera lo contempla en silencio, y su estúpida expresión se le antoja súbitamente adorable.

Todo su cuerpo duele aún por  la pelea con Hibari y por su primer encuentro, y eso le hace sentir inseguro; pero esa adorable expresión en el rostro de Yamamoto disipa todas sus dudas.

-¡Que coño...!- posa una mano en la nuca de Yamamoto, atrayendolo hacia si, y lo besa profunda y largamente. Al separarse sonrie -Hagámoslo bien esta vez-

Yamamoto contempla la tierna e insólita sonrisa en el rostro de Gokudera y le responde con un radiante -Por supuesto-.”

FIN~~<3 <3<3   >///<

yamamoto, escritor/a: misha_usa, yamagoku, gokudera

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