Jan 04, 2007 20:18
No sabía por qué lo había hecho, pero desde que Wilson podía haber sido un candidato para su embarazo y no él había estado más irritable por momentos. Y eso influía en sus decisiones y acciones. Por eso había decidido encerrarse en su despacho, como un niño pequeño, enfadado con el mundo, pero el ser llamado por tu jefa a su propio despacho era una razón de fuerza mayor para salir. Seguramente querría verle por un caso al que ella denegó un tratamiento al paciente, él se olvidó repentinamente de la prohibición y todo terminó con un final feliz (para el paciente, porque obviamente House no estaba muy feliz en esos momentos, y no tenía nada que ver con lo de Wilson). Entró sin tocar a la puerta, con toda la presencia que pudo reunir. Realmente imponía, pero la decana no se quedaba atrás. Con pasos ágiles cerró la puerta con llave, quería evitar que alguien entrara y le diera la oportunidad al médico de escapar, aunque fueran las 3 de la mañana y en esa planta no rondara ni un alma.
- House - susurró con un tono suave que tenía más de invitación a la perdición que tranquilidad - creo recordar que te prohibí darle al paciente medicación alguna hasta saber seguro lo que tenía.
- Y te hice caso - sonrió con una inocencia totalmente falsa a la vez que se sentaba en la silla frente a la mesa - Sabía lo que tenía, así que apliqué el tratamiento
- ¿Sabías lo que tenía? - preguntó, cerrando los ojos en la famosa mueca que había asustado a una panda de moteros de los “ángeles del infierno”
- Sin ninguna duda, jefa - canturreó, mientras jugueteaba con su bastón.
- ¡No sabías lo que tenía! ¡Simplemente lo suponías! ¡No podías saberlo! - estalló
- ¡Eran los síntomas! ¡Todo encajaba! ¡Claro que podía saberlo! ¡Como también sabía que aquel estúpido colgado de Mozart no era el adecuado para ser el padre de tus hijos, ni el otro, el adorador de la comida vegetariana, ni siquiera Wilson! - House se levantó de golpe.
- ¡Esto no tiene nada que ver con el caso!
- ¡Claro que tiene que ver! ¡Tu “pequeño problema” afecta a Wilson, me afecta a mí… a todos! - se corrigió
- ¡¿Y cuál es tu solución?! - gritó, ya perdiendo el control
- ¡Que dejes de ver a Wilson como tu donante del mes! ¡¡¡Es más, a cualquiera!!! - esa fue la gota que colmó el vaso. La mujer levantó la mano con el claro objetivo de abofetear al doctor pero nunca llegó a su destino. La propia mano del médico había parado el golpe, aferrándola a ella por la muñeca. El bastón cayó al suelo con un ruido sordo y el peso de ambos cuerpos se sostuvo con la mano que tenía libre, estratégicamente colocada sobre la mesa para no caerse. Nunca se supo quién hizo el primer movimiento, pero al momento dos bocas se entrelazaban desesperadamente, como si el mundo se fuera a acabar mañana. Cuddy agarró el pelo de su médico con violencia, obteniendo un poco de control, que perdió a los pocos minutos al ser recostada sobre la mesa de su despacho. Dedos ágiles desabrochando ambas camisas, el y roce del vaquero contra la tela de una falda que ahora mismo le daba igual de qué material estuviera hecha. Unos arañazos en la espalda masculina y unos gemidos en los que sólo se entendían las palabras “Househousehouse”, “Cuddy” y “Dios” sólo fueron el principio de una noche larga y violenta, de la que quedarían como testigos un par de botones descosidos que se habían resistido a desabrocharse y una taza rota al tirar todos los objetos que se encontraban encima de la mesa. Acabaron húmedos y cansados, agitados y agotados por el exceso, pero no arrepentidos, House con una sonrisa casi canina y Cuddy con una bonita marca en el cuello que descubriría horas más tarde en el espejo del baño y que parecía gritar “sólo mía” con una voz ronca y el golpeteo de un bastón en el suelo.
Una página de word exacta ^^ Voy ya mejorando en la longitud de los vicios :-P
house,
30vicios