Resignación
Título: Resiganción
Fandom: Clover
Rating: PG
Palabras: 403
Summary: Es lo que había hecho toda su vida, resignarse.
Notas: Primera vez que escribo algo de CLAMP, a ver que tal sale. No creo terminar la quincena, pero a ver hasta donde llego.
Creo que necesito que creen un tag de Clover o en su defecto de CLAMP. Gracias.
Si alguna vez escribiera la historia de su vida, sin lugar a dudas el título sería Resignación.
Desde pequeño era lo único que había conocido, primero se había resignado a que sus padres casi nunca estuvieran con él. Había creído que él era una persona que no merecía exigir que sus padres gastaran tiempo en él.
Cuando creció, se resignó a dedicarse a lo que su padre quería. Kazuhiko tenía que ser un gran militar, ya que era la tradición familiar, y las tradiciones no se deben romper.
Cuando murieron sus padres, no paso por esa conocida sensación. No sintió que tenía que conformarse ni seguir órdenes, se sintió libre. Y entonces se prometió que nunca dejaría que nadie le dijera lo que tenía que hacer. Promesa que mantuvo lo mejor que pudo, y que le trajo muchos problemas con la Asamblea.
Durante una de las misiones, resultó herido. Nada extraño, de no ser por el hecho de que ahora un psicótico era dueño de su mano derecha e insistía en decirle Príncipe. Ahora, se resignaba a ver una pieza de metal en donde antes habían huesos y músculos.
Conoció a Gingetsu y casi de inmediato se hicieron amigos. Cada vez que podían, salían del cuartel y recorrían los bares del lugar.
Fue en uno de esos bares en donde conoció a Oruha.
En el momento en que la vio, pensó que ya se había resignado demasiadas veces. Por lo tanto, haría cualquier cosa para llamar su atención y poder estar con ella. El plan resultó.
Pasó el tiempo y él era feliz. Y, justo cuando estaba por olvidar lo que significaba la palabra resignación, el destino se las arreglo para recordárselo.
Esta vez era lo único que le quedaba por hacer. Resignarse a ya no estar nunca más con ella, a ya no oír su voz, a ya no escuchar sus canciones ni sentir su presencia.
Después, Suu apareció. Ella era misteriosa y al mismo tiempo muy dulce. Aceptó la misión de llevarla al parque sin saber muy bien en lo que se metía. Esta vez no se resignaría y cumpliría su misión.
Lo que Kazuhiko no sabía, era lo que significaba el concluir esa tarea. De haberlo sabido, él no hubiera permitido ese final, hubiera hecho algo para cambiarlo.
Una vez más, Kazuhiko tendría que resignarse. Resignarse a vivir con la sensación de haber podido hacer algo y no haberlo hecho.
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Fandom: Clover
Rating: PG
Palabras: 403
Summary: Es lo que había hecho toda su vida, resignarse.
Notas: Primera vez que escribo algo de CLAMP, a ver que tal sale. No creo terminar la quincena, pero a ver hasta donde llego.
Creo que necesito que creen un tag de Clover o en su defecto de CLAMP. Gracias.
Si alguna vez escribiera la historia de su vida, sin lugar a dudas el título sería Resignación.
Desde pequeño era lo único que había conocido, primero se había resignado a que sus padres casi nunca estuvieran con él. Había creído que él era una persona que no merecía exigir que sus padres gastaran tiempo en él.
Cuando creció, se resignó a dedicarse a lo que su padre quería. Kazuhiko tenía que ser un gran militar, ya que era la tradición familiar, y las tradiciones no se deben romper.
Cuando murieron sus padres, no paso por esa conocida sensación. No sintió que tenía que conformarse ni seguir órdenes, se sintió libre. Y entonces se prometió que nunca dejaría que nadie le dijera lo que tenía que hacer. Promesa que mantuvo lo mejor que pudo, y que le trajo muchos problemas con la Asamblea.
Durante una de las misiones, resultó herido. Nada extraño, de no ser por el hecho de que ahora un psicótico era dueño de su mano derecha e insistía en decirle Príncipe. Ahora, se resignaba a ver una pieza de metal en donde antes habían huesos y músculos.
Conoció a Gingetsu y casi de inmediato se hicieron amigos. Cada vez que podían, salían del cuartel y recorrían los bares del lugar.
Fue en uno de esos bares en donde conoció a Oruha.
En el momento en que la vio, pensó que ya se había resignado demasiadas veces. Por lo tanto, haría cualquier cosa para llamar su atención y poder estar con ella. El plan resultó.
Pasó el tiempo y él era feliz. Y, justo cuando estaba por olvidar lo que significaba la palabra resignación, el destino se las arreglo para recordárselo.
Esta vez era lo único que le quedaba por hacer. Resignarse a ya no estar nunca más con ella, a ya no oír su voz, a ya no escuchar sus canciones ni sentir su presencia.
Después, Suu apareció. Ella era misteriosa y al mismo tiempo muy dulce. Aceptó la misión de llevarla al parque sin saber muy bien en lo que se metía. Esta vez no se resignaría y cumpliría su misión.
Lo que Kazuhiko no sabía, era lo que significaba el concluir esa tarea. De haberlo sabido, él no hubiera permitido ese final, hubiera hecho algo para cambiarlo.
Una vez más, Kazuhiko tendría que resignarse. Resignarse a vivir con la sensación de haber podido hacer algo y no haberlo hecho.
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