Supero mi larguísimo hiatus sin publicar con una de las cosas que más me gustan de LJ: los memes. Este lo propuso
caris_bennet si mal no recuerdo, y he visto que mucha gente de mi flist se ha animado a hacerlo por lo que pensé: ¿por qué no?
Ha sido un poco complicado recopilar los diez libros que me han gustado, de hecho algunos no los tengo físicamente porque recientemente le presté a mi hermana un buen surtido de lectura porque se ha roto un hombro y está en relativo reposo. Suerte que guardé un trocito de algunos de ellos en el otro LJ que tengo, y gracias a eso y a refrescar la memoria hojeando mi biblioteca, creo que superaré bastante dignamente este reto.
Allá van los fragmentos. Algunos son libros conocidísimos pero la mayoría no tanto, porque soy más de descubrir autores y libros nuevos, incluso estilos más bien desconocidos. Estoy tan segura de que nadie acertará el pleno de los 10 que estoy dispuesta a regalar un fic totalmente al gusto de la lectora que sea capaz de hacerlo o que más se aproxime... Mientras tanto, disfrutad de la lectura.
FRAGMENTO 1
Katy falleció una hora más tarde. Charles supo el momento exacto en que ocurrió, pero no llamó a la enfermera ni a ninguna otra persona, ni dijo una palabra. Se limitó a mantenerla abrazada, protegiéndola como había prometido que haría. Pese a que tenía los ojos fuertemente cerrados, no pudo contener las lágrimas al sentirla estremecerse violenta y brevemente en sus brazos, mientras su mano le aferraba la camisa con movimientos espasmódicos. Luego, cuando de pronto quedó inerte, y la mano le cayó floja sobre la cama, su aficción fue como una atronadora explosión que le hizo pedazos. Supo que Katy se había ido para siempre. Se creía preparado para semejante golpe, pero no era así. El dolor era abrumador, superior a cualquier otro que hubiera experimentado en su vida. La tomó una vez más entre sus brazos, temblando, y hundió el rostro en su cuello, besando su delicada piel. Y entonces rompió a llorar.
FRAGMENTO 2
Era un cuento que les contaba su madre, cuando eran niños, a Jentxi, a Xía Tenzin y también al ciego Dode. El viajero lo recordó en el camino de Lanzhou a Madoi. Tuvo la impresión de que la vida se parecía a la historia de su madre, o al elefante que la protagonizaba. así como los sabios habían palpado diferentes partes del animal, él, durante su largo viaje, había experimentado la vida en sus diferentes aspectos: había tenido alegrías y pesares, había sufrido la cárcel y las tempestades, había experimentado la libertad, la belleza el amor... En definitiva, era lo que resumían las proféticas palabras del brujo: "El viaje será accidentado, peligroso y lleno de imprevistos. tendrás alegrías, tendrás tristezas; sentirás dolor, tendrás esperanza; causarás sorpresa y te sorprenderán. Alguien te esperará, alguien que te quiere de verdad".
FRAGMENTO 3.
Tortas de Navidad. Cómo hacerse. La cebolla tiene que estar finamente picada. Les sugiero ponerse un pequeño trozo de cebolla en la mollera con el fin de evitar el molesto lagrimeo que se produce cuando uno la está cortando. Lo malo de llorar cuando uno pica cebolla no es el simple hecho de llorar, sino que a veces uno empieza, como quien dice, se pica, y ya no puede parar. No sé si a ustedes les ha pasado pero a mí la mera verdad sí. Infinidad de veces. Mamá decía que era porque soy igual de sensible a la cebolla que Tita, mi tía abuela. Dicen que Tita era tan sensible que desde que estaba en el vientre de mi bisabuela lloraba y lloraba cuando esta picaba cebolla. Un día los sollozos fueron tan fuertes que provocaron que el parto se adelantara, y sin que mi bisabuela pudiera decir ni pío, Tita arribó a este mundo prematuramente, sobre la mesa de la cocina, entre los olores de una sopa de fideos, los del tomillo, el laurel, el cilantro, el de la leche hervida, los ajos y, por supuesto, el de la cebolla.
FRAGMENTO 4
Jugaban a un juego que se llamaba Una Sola Palabra. El le pedía que describiera a su padre, a su madre, a su profesora de ballet con una sola palabra. Ella corrió a comprar el diccionario First Oxford Collegiate. Al final ella dijo redentora (de su madre), diligente (de su padre), elegante e inflexible (de Madame Verge).
-Eso es hacer trampa -le dijo él-. Y tú, ¿cómo te definirías? Una sola palabra.
Ella tardó un rato en responder. "Encantadora -pensó-. Ingeniosa. Dotada. Solitaria. Perdida. Independiente. Cautivada. Enamorada. Ambiciosa. Fuerte". ¿Qué palabra querría oir aquel hombre? Luego, de repente, creyó saberlo.
-Libre -dijo.
FRAGMENTO 5
Así que se trataba de eso: Mariona había perdido a una hija, y eso era lo q ue había visto al abrazarla: su dolor. Un dolor espantoso, desgarrador, un dolor que me resultaba difícil de entender y de abarcar. Ella también había temido perderme a mí. Era la primera vez que pensaba en ello. Que reflexionaba sobre lo mucho que habría sufrido mi madre después de verme diez días en coma, con todas aquellas agujas clavadas y los médicos que no le pintaban las cosas demasiado bien. Tuvo que ser terrible para ella. Volví a ver a Mariona fuera de sí, golpeando las paredes con los puños, con el pelo revuelto y la cara mojada por las lágrimas. A veces no podemos imaginarnos las cosas que le pasan a la gente que vive a nuestro alrededor. Ni siquiera a aquellos a quienes más queremos y cuyo sufrimiento haríamos cualquier cosa por evitar.
FRAGMENTO 6
8 de diciembre de 1859.
Estimado Sr.Thornton,
Un buen libro es la preciosa savia del alma de un maestro, embalsamada y atesorada intencionadamente para una vida más allá de la vida, y como tal, no hay duda de que debe ser un artículo de primera necesidad.
Sinceramente, Florence Green
FRAGMENTO 7
Cuando llegaron a Kabul, a Laila le angustiaba no saber dónde habían enterrado a Mariam los talibanes. Deseaba visitar su tumba, sentarse allí un rato y dejar unas flores. Pero ahora comprende que no importa. Mariam nunca está lejos de ella. Se encuentra allí, entre esas paredes repintadas, en los árboles que han plantado, en las mantas que abrigan a los niños, en las almohadas, los libros y los lápices. Está en la risa de los pequeños, en los versos que recita Aziza y en las oraciones que musita cuando se inclina hacia occidente. Pero, sobre todo, se halla en el corazón de Laila, donde brilla con el esplendor de mil soles.
FRAGMENTO 8
En la palma de mi mano izquierda, más o menos en el centro, donde la línea de la vida, surcada por gruesas arrugas, dobla hacia la arteria, allí hay un punto. Lo examino, pero no puedo verlo. Lo miro fijamente, pero no se deja sujetar. Sólo puedo tocarlo. También lo noto con los ojos cerrados. Un punto. La sensación es tan intensa que me da vértigo. Si me concentro en él, su efecto se expande hasta los dedos de los pies. Me produce hormigueo, me hace cosquillas, me da calor, me excita. Estimula mi circulación, dirige mi pulso, determina el ritmo de los latidos de mi corazón. Y en la cabeza surte su efecto embriagador como una droga, amplía mi conciencia, extiende mi horizonte. Un punto. Tengo ganas de reír de alegría, por lo bien que me hace. Tengo ganas de llorar de felicidad, porque lo poseo y porque me embarga y me colma hasta la médula.
En la palma de mi mano izquierda, donde se encuentra ese punto, esa tarde tuvo lugar un incidente en la mesa de un café. Mi mano iba a coger un vaso de agua, cuando vinieron de frente los dedos ligeros de otra mano más suave, intentaron frenar, intentaron evitarla, intentaron impedir la colisión. Por poco lo logran. Por poco. Durante una fracción de segundo, la delicada yema de un dedo que pasaba volando fue arrollada por la palma de mi mano que iba a tomar el vaso. Ello dio como resultado un leve roce.
Lo he grabado en mi memoria. Nadie me lo quita. Te siento. Te conozco. Te reconozco. Eres la misma. Eres la misma persona. Eres real. Eres mi punto.
FRAGMENTO 9
(...) Lloró. Lloró de tristeza por no ser una mujer que uno atrae hacia sí en la oscuridad. Lloró de decepción. Lloró de cansancio. Lloró en silencio, lloró completamente recta sin que su cuerpo temblara. Se extrañó de llorar tan dignamente, atrapando con la lengua el agua que corría por sus mejillas, probándola como una gran reserva salada, como el agua que se llevaría a la vieja Josephine, la que nunca habría imaginado llorar al lado de otro chico que Antoine en la oscuridad de un cine. Ella le decía adiós; lloraba por decirle adiós. Esa Josephine buena, razonable, dulce, que se había casado de blanco, había criado a dos hijas, que trataba de hacerlo lo mejor posible, siempre justa, siempre razonable. Se eclipsaba frente a la nueva. La que escribía un libro, iba al cine con un hombre y esperaba que él la besase.
Y no sabía si reir o llorar ¿A cuántas vidas tenemos derecho durante nuestro paso por la Tierra?.
FRAGMENTO 10
Cree que puede resolver sola sus conflictos, que básicamente se reducen a acostumbrarse a que ha perdido su capacidad de ilusionarse. Eso es lo que más miedo le da. ¿Y si no la recupera? ¿Y si nunca más vuelve a sentir lo que ha pasado toda la vida sintiendo, esa sensación de que lo mejor estaba por llegar, de que si aguantaba un poco, un poco más, todo valdría la pena?
Daba igual que el presente fuera malo porque siempre quedaba el consuelo de que el futuro sería mejor. Eso es lo bueno de las ilusiones.
Pero ahora ya sabe que la realidad es la enemiga natural de los sueños.
P.D. La solución, la próxima semana. ¿Quién ganará el fic...?