Al fin los enmascarados desentrañan sus deseos,
Lo que veo es el principio de los desenfrenos,
Mirad y pecad, para afianzar más la fuerza de la ira,
Y destruid el pobre templo de la compasión.
La complacencia de los culpables se ve alimentada,
La decepción de los justos se ve justificada,
La sed de venganza de los impios se ve saciada,
La miseria de los pueblos se ve en fuego sellada
Cuando quieres te presentas,
Cuando quiero soy tu dueño
Cuando odias eres princesa,
De las sombras y del averno.
Cuando odio soy extremo,
Sin perdón y sin tu freno,
No podemos ser pureza,
Solo odiarnos como cuervos.
El odio y la autocompasión van llevados de la mano,
Mientras el principe de la verdad llora decepcionado,
Es verdad que la esperanza no muere, pero ya es dificil,
Es flor que nunca crece entre espinas de discordia.
Me miras mientras tomados de la mano vemos la rabia ajena,
Los que no saben como vivir mueren mientras respiran,
La clave es seguir creyendo, la llave es seguir luchando,
Los milagros han marcado por siempre nuestra relación.
Nunca eres lo que pretendes,
Nunca soy lo que te muestro,
Nunca somos cuando amamos,
Siempre estamos cuando odiamos.