(drabble challenge) 02. flor de cerezo
02. flor de cerezo | baekyeol 398w g
Las calles de una Seúl dormida le son familiares. La niebla aún no ha abandonado las zonas altas de la ciudad dándole un aire misterioso y endormiscado. Baekhyun sigue andando, su cuerpo a penas manteniéndole en pie mientras cruza callejones oscuros y tiendas desbordando luz con carteles de veintucuatro horas y algún que otro peatón al que no le entra en la cabeza el motivo por el cual estaría allí a esas horas de la mañana. Aunque él esté haciendo justo lo mismo.
La ropa que lleva puesta hace que sienta el cuerpo pesado. Su destino no está lejos. Uno, dos, tres pasos. Si se repite eso llegará más pronto. Uno, dos, tres. Las baldosas de la calzada al fin cambian y se convierten en césped. Y césped significa parque.
Aún no ha entrado, pero ya distingue claramente el rosado de las flores de los cerezos que se mecen al viento y dejan caer sus pétalos, como si intentaran imitar a la nieve del invierno que este año parece estar pisándole los talones al otoño. Baekhyun siempre hubiera querido coger los pétalos caídos y devolvérselos a los cerezos, porque la vista de estos árboles singulares era una de las mejores cosas del mundo.
Llega a su cerezo preferido y se deja caer sobre sus gruesas raíces, las cuales es como si ya lo conocieran e incluso lo acomodaran de lo bien que se sentía Baekhyun en ellas. Tiene mala suerte y se da con la mochila contra el tronco. Cuando la ha apartado hacia un lado, se recuesta y alza la mirada hacia las ramas más bajas del árbol, dejándose hipnotizar por el lento descendimiento de los pétalos, como si éstos fueran lágrimas.
Baekhyun se duerme. Sueña con cerezos, más cerezos. Sueña con gatos que se pasean entre los caminos que forman dichos árboles, persiguiendo a pequeñas aves que vuelan alto, muy alto, y que están fuera del alcance de todo el mundo. En el sueño se pregunta si es esa la definición de ser libre. Pero de volar tan alto, se acerca demasiado al ardiente sol y Baekhyun, preso del pánico, se deja caer. Cae, cae durante mucho tiempo. El mar amortigua su caída, y las implacables olas le llevan a una playa totalmente desconocido. Alto en el cielo, el sol sigue ardiendo, más cerca y más abrasador que nunca-
Una profunda voz le despierta.
-¿Estás bien?
Las calles de una Seúl dormida le son familiares. La niebla aún no ha abandonado las zonas altas de la ciudad dándole un aire misterioso y endormiscado. Baekhyun sigue andando, su cuerpo a penas manteniéndole en pie mientras cruza callejones oscuros y tiendas desbordando luz con carteles de veintucuatro horas y algún que otro peatón al que no le entra en la cabeza el motivo por el cual estaría allí a esas horas de la mañana. Aunque él esté haciendo justo lo mismo.
La ropa que lleva puesta hace que sienta el cuerpo pesado. Su destino no está lejos. Uno, dos, tres pasos. Si se repite eso llegará más pronto. Uno, dos, tres. Las baldosas de la calzada al fin cambian y se convierten en césped. Y césped significa parque.
Aún no ha entrado, pero ya distingue claramente el rosado de las flores de los cerezos que se mecen al viento y dejan caer sus pétalos, como si intentaran imitar a la nieve del invierno que este año parece estar pisándole los talones al otoño. Baekhyun siempre hubiera querido coger los pétalos caídos y devolvérselos a los cerezos, porque la vista de estos árboles singulares era una de las mejores cosas del mundo.
Llega a su cerezo preferido y se deja caer sobre sus gruesas raíces, las cuales es como si ya lo conocieran e incluso lo acomodaran de lo bien que se sentía Baekhyun en ellas. Tiene mala suerte y se da con la mochila contra el tronco. Cuando la ha apartado hacia un lado, se recuesta y alza la mirada hacia las ramas más bajas del árbol, dejándose hipnotizar por el lento descendimiento de los pétalos, como si éstos fueran lágrimas.
Baekhyun se duerme. Sueña con cerezos, más cerezos. Sueña con gatos que se pasean entre los caminos que forman dichos árboles, persiguiendo a pequeñas aves que vuelan alto, muy alto, y que están fuera del alcance de todo el mundo. En el sueño se pregunta si es esa la definición de ser libre. Pero de volar tan alto, se acerca demasiado al ardiente sol y Baekhyun, preso del pánico, se deja caer. Cae, cae durante mucho tiempo. El mar amortigua su caída, y las implacables olas le llevan a una playa totalmente desconocido. Alto en el cielo, el sol sigue ardiendo, más cerca y más abrasador que nunca-
Una profunda voz le despierta.
-¿Estás bien?