Yo soy totalmente palacio...
Lo siguiente es un anàlisis a una campaña publicitaria de una cadena de tiendas de alto pedorraje:
Desde hace aproximadamente seis años, la frase "Soy Totalmente Palacio" ha acompañado la publicidad de este almacén ( el palacio de hierro )en una estratégica campaña de medios que ha incluido presencia en revistas, espectaculares, cine, prensa, radio y televisión.
El famoso slogan ha creado alrededor de sí una concepción prefabricada de la mujer, a partir de los controvertidos textos que le preceden. Las palabras se ven complementadas en los anuncios con imágenes de delgadas y jóvenes modelos, colocadas sobre fondos y tapices acordes con las frases empleadas.
Veamos algunas de las frases de esta campaña que, a lo largo de los años, ha logrado captar la atención del público con voces a favor y en contra:
Porque un psicoanalista nunca entenderá el poder curativo de un vestido nuevo.
Porque la mejor forma de guardar la línea es comer con los ojos.
Hay dos cosas que una mujer no puede evitar, llorar y comprar zapatosHasta parece que me conocen jajaja
Sólo una frase separa a la niña de la mujer: "no tengo nada que ponerme."
A las mujeres siempre nos sobran kilos y nos falta ropa.
Es más fácil conquistar a un hombre que a un espejo.
El amor a primera vista existe. Basta pararse frente a un escaparate.
El problema no es que me quede bien o mal, sino que ya me lo vieron.
Ningún hombre conoce la respuesta correcta a: "¿me quieres?" y "¿cómo me veo?"
Por suerte somos el Sexo Débil, el fuerte es el que carga las compras.
La prueba de que no somos superficiales, es que también nos preocupa nuestro interior.
Este comercial, por supuesto es de Ropa Interior =DDDD
Si preguntas mi talla, preferiré contestar mi edad.
Yo sé cómo me veo. Si pregunto es para saber cuánto te gusto...
Si las paredes oyen, imagínate si los probadores hablaran.
Ninguna mujer sabe lo que quiere, hasta que se lo ve puesto a otra.
Las tiendas existen porque la vanidad nunca muere.
O sea que las mujeres que habitan este almacén son "Totalmente Palacio". Mujeres "independientes" y "liberales" que, en lugar de ir con el psicoanalista, curan sus problemas comprando vestidos nuevos, comen con los ojos para guardar la línea y se elevan a mundos psicodélicos cuando huelen el olor "a nuevo".
Los comerciales de esta campaña presentan una serie de expectativas que no corresponden a la realidad de las mexicanas: es difícil imaginarse el país completamente desierto y encontrar a todas las mujeres en un verdadero "mar de lágrimas" abarrotando las zapaterías en inevitables y masivos ataques de compras, porque "hay dos cosas que una mujer no puede evitar: llorar y comprar zapatos". (Aunque realmente esto ùltimo si me llegò muy hondo xDDDD
"Soy totalmente Palacio" ha sido una de las campañas más exitosas y ovacionadas en el mundo de la publicidad. La creadora de esta campaña es Ana María Olabuenaga, quien ha establecido nuevas tendencias en la publicidad mexicana y recibido múltiples reconocimientos por su trabajo.
La otra cara de la moneda...
Las reacciones contra esta campaña desde sus inicios no se hicieron esperar. En su lucha por dignificar la imagen pública de la mujer, Lorena Wolffer inició una fuerte crítica en contra de esta campaña publicitaria que a su juicio promueve el consumo, y al mismo tiempo fomenta valores que resultan insustanciales y son principalmente humillantes y estereotipados.
Wolffer prefirió utilizar las mismas armas de la publicidad, como son los espectaculares, en su propia campaña de resistencia aunque con contenidos contestatarios. Los carteles diseñados por ella muestran a la mujer cotidiana: aquella que habita los espacios de la ciudad como escuelas, microbuses, y calles con espectaculares en llamas.
Haciendo parodia de los muchas veces cínicos aforismos que supuestamente reflejan la ideología de la mujer urbana, Wolffer les da un nuevo sentido con frases como: "Ninguna campaña publicitaria es capaz de silenciar mi voz", "El problema es que pienses que mi cuerpo te pertenece", "Lo curioso es que creas que puedes controlar mi imagen", "Éste es mi palacio y es totalmente de hierro" y "¿Quién te enseña cómo ser mujer?"
De esta manera cuando el espectador atrapado en el tráfico veía un cartel de "Soy totalmente de Hierro", comparaba instantáneamente el contenido e imagen de este mensaje con los del almacén, usando de esta forma la memoria del espectador para la finalidad de la propuesta contestataria.
A pesar de que esta campaña duró muy poco tiempo y contó con sólo diez carteles, en contraposición con la muy explotada campaña del Palacio de Hierro, la divulgación del mensaje artístico llegó a más auditorio del promedio en un museo y logró tener así una mayor difusión.