Eduardo es un tipo sencillo, en el que puedes confiar, que siempre va a estar ahí para ti. En el desayuno, en la merienda o a las doce de la noche cuando te entra un poco de gusa antes de irte a la cama. Este bizcocho es muy sencillo, lo puede hacer un niño porque no usa técnicas extrañas y aunque por sus ingredientes puede parecer extraño, está muy bueno.
Ingredientes:
- 2 huevos
- 250g de harina
- 200g de azúcar moreno
- 200ml de leche
- 100ml de aceite de oliva
- 1 cucharadita de levadura
- canela (en rama y molida)
- 3 o 4 clavos de especia
- 8 o 10 granos de pimienta negra
- nuez moscada (entera y molida)
- 1 pellizco de sal
- aceite y harina para el molde
I'm here for you:
En un cazo se pone a hervir la leche con la rama de canela, los clavos, los granos de pimienta y la nuez moscada, parte recién rallada, parte entera. Se deja infusionar un buen rato, hasta que la leche haya cogido cierto color y los sabores de las especias. Aunque os parezca mucha cantidad, van a ser los únicos sabores del bizcocho, y no queremos que salga soso.
En un bol se baten los dos huevos y se le añade el azúcar y el aceite, y luego la leche que se ha colado y se ha dejado templar para que no cuaje el huevo. Se mezcla bien y se añade la sal y la levadura, y la harina poco a poco, incorporándola bien para que no queden grumos. Quedará una masa muy elástica y pegajosa. Se añade más canela, al gusto, hasta que aquello huela a gloria.
Se enharina un molde de cake (rectangular de toda la vida) y se vierte la mezcla. Se hornea a baja temperatura (unos 170º C) hasta que suba la masa, y luego se pone a 180 hasta que quede dorado y al pincharlo salga el cuchillo limpio. Se deja enfriar y a comer.