Jugando a amar [3/¿?]

Apr 21, 2008 13:42

Título: Jugando a amar
Autor: Syry
Fandom: Original
Claim: Dariel/Gael, Susannah/ ¿?
Resumen: Dariel es un chico que según los roles estéticos de la sociedad actual es gordo y feo. Enamorado de Gael, sabe que nunca podrá tenerle. Pero cuando se le acerca y comienzan a salir, cree que ha llegado al paraíso. Mas las utopías no existen, muchos secretos y condicionantes están tras su relación.
Advertencias: Slash. Fluff y drama. Lemmon en capítulos futuros

Jugando a Amar

Por SYRY

Fic Original

Capítulo 2: Sueños

Estaba confuso pero no por ello dejó de responder con ansiedad a aquel beso. Su primer beso, y con el chico que amaba. Todo era sumamente perfecto, pero necesitaba aire así que fue alejándose poco a poco. Abrió sus acuosos ojos por la emoción y Gael le acarició distraídamente la mejilla.

-¿Y bien?-preguntó el más alto  en un susurro

-Acepto...

-Me alegro-Sonrió abiertamente, pero luego se puso serio.- Lo que debes entender es que hay gente que lo nuestro no lo acepta por lo tanto...

-Lo sé. Nadie debe saberlo, tranquilo, yo tampoco quiero que tengan algo más con lo que meterse conmigo-Dijo con una sonrisa resignada que Gael tomó como una de comprensión.

Se volvieron a besar, y Dar notó la lengua de Gael delineando sus labios. Sonrió y le permitió indagar en su cavidad. Luego del beso, el más alto le dio un pequeño beso en el cuello y le soltó la cintura. Le regaló una sonrisa de ‘un millón de voltios’ y le susurró un dulce ‘hasta mañana, Dar’.

Entró en su casa y fue a la cocina; allí estaba su madre Paula, quien  le sonrió con dulzura y le besó la mejilla. Pronto le ordenó sentarse a la mesa y le sirvió un platillo de arroz con verduras. Su plato favorito. Ella se sentó frente a él y le volvió a sonreír de manera enigmática esta vez.

-Cariño... mira lo que te traje de España-le dijo tendiéndole un libro

-Mamá... ¡Gracias!-exclamó al ver el título del libro. Era utopía, de Tomás Moro, un libro que siempre había querido.

-No sabía que regalarte de souvenir así que al pasar frente a una librería y verlo, decidí traértelo

-Te quiero, muchas, muchas gracias-le dijo dándole un beso en la mejilla

-Cuando comas puedes ir a tu cuarto a leerlo, después de hacer los deberes

-Muy bien-dijo empezando a comer

-Y dime, ¿qué tal hoy en clase?

-Genial... saqué un seis en biología-le susurró

-Mmm está bien, pero esfuérzate un poco más con el próximo... -Dar asintió-¿Y qué tal con Gael?

Dariel se atragantó y se maldijo un poco, por contarle TODO a su madre. No quería mentirle pero le prometió a Gael... a su novio. Ante el pensamiento se sonrojó y sonrió embelesado. Su madre sonrió feliz, tomando esa sonrisa como buena señal. Estaba preocupada por su niño, se había enamorado de alguien demasiado difícil, pero confiaba en que todo saliera bien

-Me lo tomaré como un ‘muy bien’-el moreno suspiró tranquilo y asintió.

~~~*~~~

Gael llegaba en ese momento a su mansión. Sabía que su padre se enfadaría con él, pero no se había dado cuenta de que el ojiverde vivía en la punta contraria a su hogar. Y se le había hecho bastante tarde. Entró por la cocina y subió rápido a su cuarto, para poder cambiarse para la cena.

Se duchó y vistió en escasos veinte minutos y bajó rápida, pero elegantemente al comedor. Al traspasar las puertas, su padre, su madre y su hermana le miraron. Él hizo un suave movimiento de cabeza como saludo y se sentó junto a su hermana, la única de la familia que no era una prepotente.

-Buenas noches Gael, ¿Qué tal en el instituto?-Preguntó suavemente su madre

-Muy bien, saqué un nueve en Biología-Susurró

-Ole ahí hermanito, así me gusta-Dijo alegremente la chica joven

-Susannah, creí decirte que te controlases-Le espetó su padre. La chica ni se inmutó

Gael envidiaba a su hermana, era todo lo que siempre deseó ser: Divertida, inteligente, soñadora, justa, noble... Libre. Jamás hacía caso a su padre si consideraba que no llevaba razón, siempre trataba a todos como iguales para disgusto de su padre, y había estudiado lo que siempre deseó: Arte Dramático. Su padre se enfadó muchísimo, pero solo logró que ella le ignorase.

Susannah tenía veintiséis años, era el Sol de la casa, la única que se atrevía a hacer bromas, a encarar a Jacob, su padre, cocinaba y ayudaba en las tareas domésticas, era la consejera de su madre y la que le subía el ánimo que su padre siempre se encargaba de bajarle a Gabriela. Pero el peor disgusto para su padre es que su hija era bisexual, y lo admitía sin escrúpulos alguno.

Había tenido dos novios y una novia formales, y varios líos con chicos y chicas, jamás ocultó nada a su padre y nunca se avergonzó de sí misma. Era sumamente valiente. Sus ideales eran alocados pero muy hermosos. Gael la admiraba con locura, tanto como la quería. De echo, estaba intentando aguantar las ganas de contarle lo de Dariel. Ella sabía que era homosexual, pero si le decía lo que iba a hacer con ese chico... lo castraba.

-Padre, con todo el respeto, tengo veintiséis años, ya no mandas en mí de esa manera-le contestó

-Por favor Sue... -le murmuró su madre. La joven se mordió la lengua, si su madre se lo pedía, ella lo haría sin rechistar

-Muy bien, Gael, dentro de un año estarás oficialmente comprometido con Ginebra McDamon, y espero que sepas estar a la altura-Le dijo con seriedad Jacob

-Pero padre... yo... -empezó Gael

-No hay pero’s que valgan, tienes un año para hacerte a la idea-determinó

-No es justo para mi hermano, Jacob, tiene derecho a casarse con quien Ame-dijo sin contenerse la chica

-Susan...

-Susannah nada-Interrumpió la chica poniéndose en pie-Padre, mírate, con este matrimonio concertado nunca has sido feliz, no habéis sabido estar a la altura, no obliguéis a Gael a lo mismo-Explotó, su hermano era sagrado para ella

-No seguiré aguantando tus impertinencias, recoge tus cosas y lárgate de mi casa-Gritó el cabeza de familia, Gael se encogió en su sitio, suspiró y alzó la cabeza

-Está bien papá, será como tu digas... pero permite que Susie se quede-le imploró

-Está bien. Largaos a vuestra habitación antes de que cambie de idea.

Ambos chicos se fueron del comedor, la chica enfadada y frustrada y el chico, muy triste. Sue le cogió de la manga a Gael y lo condujo a su escondrijo: el armario de debajo de las escaleras. Le empujó dentro y se metió. Cuando el menor le miró a los ojos ella le miraba enfadada.

-Gael, no arriesgues tu felicidad-Suplicó la chica en voz baja

-Nunca seré feliz, nunca podré estar con quien desee

-¿Por qué? ¿Por ser Gay? Yo soy bisexual y créeme, no es fácil afrontar a la sociedad, pero tenemos que hacerlo para ser felices-le dijo acariciándole el brazo.

-Tú no tienes miedo-Le espetó

-¿Eso crees?-El chico asintió-Pues te equivocas. Tengo miedo a cada segundo, de lo que hago, de lo que digo, de lo que provoco con mi bocaza, pero, si por miedo no hiciese lo que mi corazón me manda... preferiría morir.

-¿Qué?

-Gael, a ver como te explico. Si no haces lo que tu corazón desea, por fuerza nunca serás verdaderamente feliz. Y si no puedes ser tú mismo, si no puedes ser feliz, ¿para qué vivir?... ¿No tienes algún chico que te guste?-Le preguntó

-Sí...- murmuró recordando a Dariel. Que  no le quisiera ni le gustase mucho su físico no quería decir que no le gustase. El chico era muy bonito por dentro

-Oh bien, pídele salir

-Ya... -inspiró fuerte-Ya somos novios

-¡Genial!... pero... nadie lo ‘sabe’, ¿No?

-Ese fue el trato-se le escapó-Quiero decir, con el se meterían mucho más que conmigo ya que no es alguien muy popular

-Ah... invítale a cenar mañana-Le dijo

-¿En casa?-preguntó asustado

-No bobo, fuera, será una cena ‘de cuatro’, quiero conocerle, así te presentaré a Erika

-¿Ahora estás con una chica?-sonrió picaro

-No es ‘una chica’ es mi ex...

-¿De la que estuviste tan enamorada pero la dejaste por culpa de papá? ¿Tu primera novia?-Preguntó asombrado. Sue asintió-Genial, me alegro por ti hermana.

-Gracias, pues... ¡Hasta mañana!-salió del escondite y se fue a su habitación.

Gael se quedó un poco más, pensando. Susie tenía dieciséis años cuando empezó a salir por primera vez con alguien, y cuando se enteraron de que era una chica, Erika, su padre y su madre pusieron el grito en el cielo. Susannah tuvo que dejarla porque Jacob la amenazó con destruir a Erika.

Desde entonces Sue nunca volvió a controlar su ‘lengua’, decidió ser libre, empezó a tontear con chicos y chicas, porque le gustaban los dos sexos. Pero una noche, hacía un par de meses, le confesó a Gael que aún no lograba olvidar a Erika, que era a la única que había amado. Allí es cuando el chico le confesó su homosexualidad.

Salió el también de su escondite y se fue a su cuarto. Miró el teléfono y se maldijo por despistado. Debió pedírselo a Dariel. Su mente voló hacia el chico. Y sonrió. La verdad es que  la charla había sido muy amena y ese beso... le había enloquecido. No era su primer beso, pero sí con un chico. Y le había gustado mucho.

Ya deseaba que fuese mañana para poder hablar con él y contarle lo de la cita. Entre pensamientos, el sueño le venció. Y el nuevo día le encontró recostado suavemente en su cama. El despertador sonó a las seis y media de la mañana y Gael se dispuso a empezar con su rutina.

Y Dariel seguía en su mente....

~v~~~v~

Abrió sus hermosísimos ojos verdes y sonrió. Suavemente salió de las cálidas sábanas y fue a la ducha. Salió a los veinte minutos ya duchado y vestido. Bajó a la cocina y tomó un par de tostadas y un té con leche. Su madre, quien estaba fregando el suelo del comedor, se despidió de él con un ‘Hasta la tarde Cariño’.

Su hermanita, Joanna, estaba de viaje de negocios en Escocia, y su papá... bueno, su papá era algo que quería olvidar. Casi ni se dio cuenta de cómo llegó a la puerta del instituto. Sus ojos brillaron al ver junto a la puerta a Gael y Ony, quienes le sonrieron y se acercaron a él.

-Buenos días, cielo-Le susurró Gael en el oído

-B-Buenos días Gael... -susurró sonrojado

-Hey tórtolos... -Llamó Ony-La campana sonará en quince minutos, ¿por qué no vais a la parte de atrás del insti?

-Vamos-Susurró Gael

Fueron uno al lado del otro y cuando llegaron, el más alto apresó al menor entre sus brazos y besó esa boquita que le traía inexplicablemente loco. Dariel contestó al beso como bien pudo y acarició los hombros de su novio con dulzura. Cuando se separaron, el ojiverde ocultó su carita en el pecho de Gaelito.

-Cielo, he de comentarte-cuando Dar le miró, continuó-¿Te apetecería cenar conmigo?-y el ojiesmeralda abrió grandemente sus pequeños ojos, irradiando una suave y alegre luz...

Continuará... 

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