Apr 07, 2008 22:47
Título: Jugando a amar
Autor: Syry
Fandom: Original
Claim: Dariel/Gael, Susannah/ ¿?
Resumen: Dariel es un chico que según los roles estéticos de la sociedad actual es gordo y feo. Enamorado de Gael, sabe que nunca podrá tenerle. Pero cuando se le acerca y comienzan a salir, cree que ha llegado al paraíso. Mas las utopías no existen, muchos secretos y condicionantes están tras su relación.
Advertencias: Slash. Fluff y drama. Lemmon en capítulos futuros.
Go! Go!
Capítulo uno: Retos
Gael caminaba en dirección al instituto. Al final Dariel no había ido a clase... pobre chiquillo, sentía tanta lástima por él. La verdad es que se acercaba a él porque nadie más lo hacía y sabía que el nene, de igual pero diferente manera, se sentía solo, como él mismo.
Pero, se reconocía, el nene era demasiado gordo y feo para su gusto. Sí... el gran secreto de Gael, ese que le carcomía por dentro, era que era homosexual. Su padre los calificaba como ‘enfermos maníacos sexuales’ y por ello no podía ser él mismo. Bueno, entre otras cosas.
Sus amigos lo esperaban frente a la puerta del áula. Cuando entró, vio que el nene sí que había ido hoy. Genial, algo menos que solucionar. Ya no se preocuparía por el chico... al que podría encontrar novia... aunque sería feilla, porque sino, no sabía como querrían salir con él.
Se fue a su sitio y empezó a charlar con Ony, su mejor amigo, el único que, de momento, sabía su secreto. Pronto se le acercaron Tom y Reggan. Tom y Reggan salían desde hacía un mes y parecían muy, muy felices, la verdad les tenía un poquito de envidia. Nathaly entró al aula y no perdió el tiempo. Se acercó a Dariel y le dio una palmadita en el hombro, con una mueca de asco, para que el ojiverde mirase.
-Hey, gran bolita de grasa, ¿ya te secaste tus lagrimitas de nena?-Dijo rabiosa, sonriendo con mezquindad.
Dariel estaba feliz aún por lo sucedido ayer, así que no se dejó aminalar. Le sonrió, con dulzura y asintió. Pese a que lo hacía para que se fuese sin molestarlo, ella lo tomó como si fuese un bobo y le dio un coscorrón. Dariel cerró fuerte los ojos, pero para no variar, nadie hizo nada... bueno, sí.
-Nathaly, métete con los de tu calaña-Dijo Ony, harto del ajetreo que llevaban todos con ese pobre chaval. Gael sintió una sensación extraña en su pecho que no le gustó nada.
Nathaly giró la cabeza, molesta, y se fue a cuchichear como maruja que era, con sus amigas. Dariel miró sorprendido a Ony, luego le sonrió y le agradeció. Ony le restó importancia y le sonrió de vuelta. El nene, aunque feito, le caía muy bien.
-¡Eh! Ony, menos mal que te metiste tú, porque yo ya iba a agarrarla de los pelos a la zorra esa-Dijo Reggan molesta. Era una morena defensora de la justicia, como la describía su novio. Tocó el timbre, así que Reggan debía volver a su clase, que era la de al lado. Depositó un casto beso en los labios de su novio y se despidió de todos con un saludo.
El tutor entró, explicando que esa hora la tendrían libre, porque el de Historia no había ido. Dariel sacó de su cartera un pequeño libro, que contenía los mejores poemas de amor de Mario Benedetti. Suspiró soñador y perdió de vista el mundo entre las letras del fantástico libro. Ony se le acercó y se sentó a su lado, tocándole suavemente el hombro para que despegase sus preciosos ojos verdes del libro
-Nunca nos presentaron formalmente, Yo soy Antonio Méndez, pero por dios, llámame solo Ony, que si no me siento viejo-Le dijo bromeando y tendiéndole la mano. Dariel le sonrió de vuelta y, estrechando su mano le dijo:
-Yo soy Dariel McFerson, pero me puedes llamar Dar, como mí madre-Le sonrió ampliamente cuando Ony le besó la mano
-¿Sabes? Yo te ayudaré a controlar a la loca de Nathaly; ella está celosa de ti-Le susurró en el oído. Dariel se sonrojó por la cercanía, pero respondió asombrado
-¿De mí?-Ony asintió- ¡Pero si soy gordo y feo! No sé que me envidia de mí... -Miró hacia Gael, que pasaba de ellos, entretenido como estaba charlando con Tom
-De tus preciosos ojos, tu inteligencia, tu bondad, son cosas que envidiar-Le dijo galán, aunque en verdad era porque su maquiavélica mente estaba trazando un plan
-Gra-gracias-balbució nervioso
-Bueno, voy a molestar un rato a Gael, te dejo con los poemas, ‘mi táctica es quererte como sos’ -susurró mientras se iba
-‘Y mi estrategia que por fin me necesites’ -Susurró Dar; luego sonrió y volvió a su lectura.
Ony se acercó a Gael y se puso en su oído. Sin que Tom le oyera, le susurró algo que alteró en sobremanera a Gael, haciéndo que saliera de la clase con un portazo. Ony se estaba riéndo y Tom solo tenía cara de ‘What?’
*-* *-* *-* *-*
Gael daba vueltas, incansable, alrededor de un roble del patio del instituto. Las palabras de Ony no se le salían de la mente. Paró bruscamente y se sentó en la hierba, cayendo hacia atrás sin darle demasiada importancia. Cerró los ojos y suspiró... ¿Qué demonios pretendía Ony?
‘Hey, romeo, ¿por qué no salvas a la ‘bella’ Julieta de su destino de soledad? La manera perfecta para estar con un chico, como te gusta, y saber que él jamás lo dirá a nadie. Lo tienes en bandeja... ¿lo vas a rechazar?’
Sabía que era un reto, una especie de apuesta. Y sabía el porqué de Ony... pero se sentía incapaz de hacerlo. Si bien era cierto que sería fácil camelar al nene, acostarse con él, dejarle y no sufrir en el proceso, se sentiría demasiado ruín por hacérselo a ese niño. Quedó sentado. Había sonado la campana de la siguiente clase.
Con pasos cansinos se dirigió a su aula. Al entrar, se quedó observando a Dariel, quien guardaba su libro para sacar los materiales de matemáticas. No podía apartar los ojos de él. Si bien no tenía un cuerpo musculoso y delgado, lo cierto es que tampoco estaba obeso, y de carita era bastante lindo.
Sacudió la cabeza y se sentó en su sitio. Ony estaba a su lado y le miraba burlón. Al poco entró la profesora de matemáticas. Una joven muy simpática y dulce pero con un carácter de los mil demonios si se le molestaba durante una clase. Todos se irguieron en sus asientos al ver que Martha llegaba con un aura de enfado tal, que era casi visible.
-Bien, niños, abran los cuadernos que pasaré uno a uno a ver si han hecho sus deberes-Y dicho esto, dejó caer sus cosas en la mesa y empezó.
-Mierda, mala bruja, para un día que no los hago... -murmuró para sí Gael
-Estamos en las mismas, Gaelito... -susurró Ony-Oye nene, ¿qué vas a hacer con lo de Dar?
-¿Dar...?
-Me dio permiso para llamarle así-Sonrió suficiente
-No lo haré...
-Oh vamos, te mueres de ganas
-¡Qué no!-exclamó tozudamente
-Vamos... o ya sabes... -dijo enigmático
-Lo haré... pero luego serás tú quien mirará a la cara al destrozado muchacho...
-Así me gusta... ya sabes... al finalizar la clase...
-Que sí, que sí... pero desde ahora ¡ignórame!
-Me parece de muy mal gusto que hablen en vez de intentar hacer algo de la tarea que NO han hecho... tenéis un par de negativos cada uno-Dijo la maestra, quien estaba a su lado, antes de marcharse
-Joder-Dijo Gael, un poco harto de ese día de clase...
-A la mierda, esta tía... -Rumió enfurruñado Ony
Aunque Gael no estaba precisamente atento en eso. Sus ojos estaban fijos en el chiquillo que apuntaba lo que veía en la pizarra, fruncía el entrecejo al no entender algo, y se sonreía a sí mismo al descubrir sus misterios. Esos ojos le volvían loco, le encandilaban... pero sólo eso. Y quizás, se debiera al sentimiento de culpabilidad, por pensar en usar a un niño tan... puro e inocente...
T_T T_T T_T
Dariel suspiró tranquilo cuando acabaron las clases, pues al parecer Nathaly había tenido bastante y no lo había molestado durante el resto del día. Guardó sus cosas en la mochila y salió del salón, para poder irse por fin a su casa. Vio a Gael al lado de la verja de salida y sonrió sincera y bobamente.
Salió sin mirar a Gael, pues no quería que descubriese sus sentimientos y lo mirase con asco. Grande fue su sorpresa al oír su nombre en boca del chico al que amaba. Se giró despacio y el otro chico se situó a su lado, sonriéndole.
-Te acompaño-Dijo nada más, pero para el ojiesmeralda el día cobró sentido.
-Gracias...-susurró tímido, a lo que el más alto respondió agrandando su sonrisa.
Mientras caminaban, hablaban de cosas triviales, qué tal el día, qué profesores le caían mejor, sus cosas favoritas... y así, entre algunos cómodos silencios, llegaron a casa del moreno.
Era una linda casa de planta baja, con paredes blancas, un jardín repleto de flores, y una linda puerta de madera clara. Dariel se volvió para mirar cara a cara a Gael y le sonrió un poco tímido.
-He aquí, mi dulce y cálida morada, jeje, espero que tu casa no te pille...
-Oye Dariel... ¿Tienes pareja?-murmuró... ¿seductor?
-N-No...
-¿Te gustaría ser mi chico?... y espero que no seas homofóbico...
-Yo...-y no pudo seguir...
Porque los labios de Gael besaban los suyos con infinita dulzura y calma tocando su solitaria alma. Este era el primer beso de Dar... así que no sabía que hacer... sólo cerró los ojos y dejó a su cuerpo responder mediante instintos, mientras que su corazón galopaba con fuerza...
Continuará...
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