Aquí está el segundo capítulo.. ¿qué pasará con Jecht y Tidus?
Autor:
eve_sparda // Eve Sparda
Fandom: Final Fantasy X
Claim: Tidus, Auron
Tabla:
LinkTema: #4 - Café
Título: File #2: Tidus. "Father and Son: The Monster from the Sea"
Resumen: Tidus quiere demostrar a su padre que no es tan miedoso y llorica como él cree...
Advertencias: Capítulo 2
Notas: Este es un fic largo que consta de 6 capítulos. Cada viernes intentaré subir el siguiente.
Capítulo #2: Café
Tidus manoseaba una pelota en el salón de su casa mientras su padre se relajaba bebiendo café. El partido del sábado no había estado mal, pero podía haber sido mejor. Los Abes habían ganado por muy poco y su padre había dado menos espectáculo del que acostumbraba. Su madre había intentado animarle diciendo que sólo fue mala suerte, pero su padre no levantaba cabeza. No había tocado el balón desde entonces.
El timbre de la puerta sonó de repente:
- ¡Adelante! - Dijo Jecht sin levantar la vista de la taza de café.
- Hola, Jecht - el alcalde de Zanarkand entró con pomposidad en la sala. Era un hombre bajo y muy gordo que solía acabar las frases diciendo “¿eh?” como sorprendiéndose de lo que salía de su boca. A Jecht no le gustaba. - ¿Qué tal te va todo, eh?
- Sin novedad en el frente - bebió un sorbo de su café - ¿qué le trae a mi humilde casa?
- Siempre al grano ¿eh? Primero quería felicitarte por vuestra victoria del sábado. Siempre es un orgullo para la ciudad que los Abes ganen ¿eh? - Jecht le dedicó una mirada sombría. El alcalde comenzó a sudar. - Eh... bueno...mejor será que te diga a lo que he venido ¿eh?
- Sí, será mejor.
- Verás, Jecht. Hace unos días una pareja que paseaba por la playa fue atacada por un monstruo no identificado. Parecía un hecho aislado, pero hace dos días un anciano que pescaba volvió a ser atacado, esta vez por dos monstruos. Según la descripción, coinciden con el que vio la pareja.
- O sea, que quieres que vaya a la playa y me encargue de esos bichos ¿no?
- Eh.. sí. Como fuiste tú el que acabó con el que apareció en el centro, pensamos que eras el más idóneo para la misión.
- De acuerdo, déjame prepararme y ahora voy.
- Muchas gracias, Jecht. Sabíamos que podíamos contar contigo ¿eh? - Hizo un gesto de despedida y salió de la casa.
Jecht no hizo intención alguna de ir a levantarse. Tidus lo miró inquisitivamente.
- ¿No vas a ir, papá?
- Sí, chico. Claro que iré. Pero no ahora mismo. Si a esos cerdos les das lo que quieren en el momento, te cogen por los pelos y ya no te sueltan. Es mejor que vean quién tiene el mando.
Tidus botó la pelota en el suelo y cogió aire para hablar.
- ¿Puedo... puedo ir contigo?
- ¿Qué? ¿Ir conmigo? No lo creo, te caerías al suelo en cuanto aparecieran los monstruos y te pondrías a llorar. Y no tengo tiempo de protegerte, chico. - Jecht se levantó y se desperezó - Quédate aquí y juega un poco con la pelota. A lo mejor llegas a ser tan bueno como yo. Aunque no lo creo.
Jecht abrió un armario de la sala y sacó su espada. Estaba sucia de polvo y óxido, pues había pasado bastante desde la última vez que la usó. Jecht sopló para eliminar un poco de suciedad y la miró a la luz.
- ¡Bah! Voy a tener que pulirla un poco. - Se la echó al hombro y se encaminó a la puerta.
Tidus observó el balón y tomó una decisión. Iría con su padre cuando fuera a cazar a los monstruos, sólo que él no lo sabría.
- Se va a enterar de lo que valgo.
Tidus emitió una risa fresca e infantil. Su rostro y sus ojos brillaban de alegría y despreocupación. Salió corriendo a la calle para practicar unos cuantos chutes.