( esto lo subi aca porque Maye me lo pidio...el original, lo habia posteado en el Metroblog)
Uno a uno sus dedos se deslizaron por el barandal de la escalera. Su vestido rojo rozaba los escalones de caoba lustrada. Aun faltaban algunas horas para el amanecer y la luna se filtraba curiosa por el ventanal, iluminándolo todo con su luz espectral. Después de tanto tiempo iba a abandonarlo. Su perfume seguía impregnado en su piel, y todo este ritual se le hacia insoportable. Lo dejaría ahora que lo amaba antes de odiarlo eternamente.