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Oct 26, 2005 20:59


Hoy cuando volvía de la universidad sobre las 3 de la tarde, he decidido tomar el camino alternativo a mi casa. Hacía tiempo que no me decidía a pasar por allí, aunque antes era una rutina. Es el camino que lleva al cementerio de mi pueblo, que está construido prácticamente en el centro del pueblo y en el que en sus afueras, hay un genial parque verdísimo lleno de columpios y demás cosas agradables para los niños. Antiguamente ahí estaba el Skate Park, pero lo mudaron a la zona del río, far away from there.

Cuando he llegado a las puertas del cementerio y pararme a observarlas como había hecho otros tantos miles de veces me he dado cuenta de algo. Yo que siempre lo observo todo... yo, que siempre me fijo en todos los detalles por pequeños que sean... no había visto nunca la cita que adorna la rocosa entrada encima de esas enormes verjas de acero. Y cuando la he leído me he quedado... vacío. Dice así:

La verdad que oirás
jamás pongas en olvido:
Como tú eres, he yo sido.
Como yo soy, tú serás.
(MDCCCLI, Dat.)
Ha sido la misma sensación que ya sentí una vez no hace mucho, en la catedral gótica de Vic. Fui a visitarla con unos amigos en un momento extraño de mi vida... es una catedral realmente genial. En apariencia no tiene mucho más que cualquier otro recinto gótico pero, lo que realmente me llamó la atención fueron las catacumbas. Estaban formadas de 5 salas contiguas a modo de circunferencia  las cuales tenían un patio común en el centro. Cada sala tenía antaño su función: la sala sepulcral, la de oratoria, la de los santos, la biblioteca (ya vacía) y la sala de los tesoros (llena pero muy vigilada por varios sistemas de seguridad, claro). La curioso es que mientras estaba allí de pie, paseando por las salas me invadió una sensación extraña… como de desasosiego… no sé explicarla de otra forma. Incluso noté que mis amigos se sentían en cierta manera así.

Había un silencio tan perfecto… y las frías corrientes de aire que parecían salir de las rendijas entre roca y roca de la pared e incluso del suelo parecían tan sabias... me hicieron sentir tan pequeño y débil…

Así que he entrado al cementerio.

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