Puedo verlo todo.
Motas de polvo, suciedad, aceite pegajoso envejecido en el mármol.
El cassette acaba de rebobinarse, y se ejecuta automáticamente.
Migas. Pelos.
Poso mi brazo a un lado entre envoltorios y cae preso de azúcar esparcido por la mesa cual grupo de liliputienses en la playa.
Me levanto de mi trono, abandono mi pequeña colonia de escritos repetidos y mieles lácteas y finalmente me atrevo. Sí. Sí, vamos al freak-show. Veamos qué es lo más morboso que este cuarto puede ofrecerme.
Mirar el fregadero es como mirar el Jardín de las Delicias.
Pero en vivo. Endurecido.
"...and I ain't got the power anymore"
Mientras una ráfaga de burbujas ametralla mi cavidad torácica, miro por la puerta y veo algunas memorias pasar.
El costado se me contorsiona como si tuviera un engranaje de tortura en su interior.
Así que muerdo un trozo de pan y doy otro trago a la taza.
"Mmh...
...buenos tiempos."
Otra punzada. Trago un ibuprofeno.
"Buenos tiempos, sí..."