Sep 03, 2007 21:40
Cuentan que hubo una vez dos jóvenes amantes viviendo en una ciudad portuaria. Había monstruos en la ciudad, demonios y fantasmas, y algunos que de noche, se te colaban en el aliento y se albergaban en el seno del pensamiento. Tan jóvenes ellos, las quimeras de la noche les arrastraron a distintos lugares, y las tormentas del día les guiaron a insólitos destinos. De la joven mujer poco se llegó a saber, los paletos y las pueblerinas del lugar prefirieron olvidarse de ella, tal era la envidia por su belleza...
...pero hay quien dice que el chico se ocultó en las profundidades marinas, enfadado por la distancia que le separaba de ella, consumido por la rabia, por la importancia del secreto que sólo él parecía haber entendido: la chica nació embarazada de dios. Y cada vez que en su soledad abismal se comía un pez crudo, golpeaba el oscuro suelo subacuático tan fuerte que todo el mar retumbaba.
Y cada vez golpeaba más fuerte, y paría más y más olas que quizás algún día le arrastraran de nuevo a los pies de su amada.