Potterdämmerung

Nov 22, 2010 22:47

Yo francamente no me esperaba llorar tanto con Harry Potter Y Las Reliquias De La Muerte.

Ya, si igual me eché unos lagrimones cuando leí el libro, más que nada con la muerte de Dobby y con escenas de la batalla final. Pero la película me tocó en un lugar muy distinto, más que nada porque yo estoy en un lugar muy distinto.

Cómo no llorar en la primera escena, cuando Hermione, en una mezcla de desesperación, arrogancia y amor que me rompió el corazón, borra de las memorias de sus padres todo rastro de su propia existencia.

Cómo no llorar con la muerte de Hedwig, que era blanquita igual que mi gata Merlina, y que probablemente era para Harry lo que la Merlina para mí.

Cómo no llorar de horror ante el Ministerio de la Magia convertido en guarida del fascismo, completa con manuales de adoctrinamiento sobre cómo unos son mejores que otros por su pureza de raza.

Cómo no llorar cuando Hermione, sin Ron, sin ver ninguna salida en sus libros, o en su mente, o en su corazón, llega a pensar en abandonarlo todo, en huir para siempre del mundo y sus horrores. Paren el mundo que me quiero bajar... les suena?

Pero fue bueno llorar ante todas esas cosas. Significa, creo, que he visto y aceptado los lugares de mi alma que resuenan con esas escenas, y que me permito vivir esos dolores. Es liberador, en cierta forma. Mejor que en tiempos antiguos, en que no me permitía llorar, porque "eso es de minas." Ay, Madre, cómo hemos cambiado....

the boy who lived

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