Continuación de fic de DW: Encontrar mi lugar

Sep 30, 2007 16:02

Esperan a que escampe un poco en una pequeña tienda de música.

“Bueno, tenemos tiempo para ver que clase de música te gusta” Dice Rose mientras le enseña un disco de los Beatles.

El Doctor sonríe y lo coge para echarle un vistazo.

Ambos se ponen a escuchar música y el Doctor empieza a intentar canturrear algunas canciones y a hacer como el que baila, provocando las carcajadas de Rose. Cuando parece haber parado de llover, deciden seguir con su paseo y se llevan con ellos algunos discos.

“Así que sí a The Proclaimers, Beatles y David Bowie, pero nada de Ozzy Osbourne o heavy rock”

“Eso parece”

“Te gustan los clásicos, eso está bien”

“¿Por qué no vamos a tu casa y los escuchamos?” Pregunta el Doctor, Rose se ruboriza pensando en las posibles implicaciones de volver al apartamento después de aquel beso, pero no está segura de que él esté pensando lo mismo.

“Vale, si te apetece”. Responde ella tímidamente sin hacer notar que la idea le pone nerviosa.

Cuando llegan a casa de Rose, ésta deja el bolso en la mesa de la entrada y se dirige hacia el salón, donde se encuentra la minicadena. El Doctor la sigue y le extiende uno de los discos que ha comprado, esta vez ha tocado The RollingStones. La voz de Mick Jagger inunda la casa entera, el Doctor sonríe al escuchar la canción, no sabe si la habrá escuchado antes pero sabe que le gusta.

“Interesante canción, muy filosófica” Dice él a lo que Rose rompe a reír y él la mira confuso.

“Lo siento pero es que la filosofía y los RollingStones no es que tengan mucho que ver”

“¿No? Pues esta canción tiene un fondo filosófico bastante claro”

“¿Sí? Venga explícamelo”

El Doctor tiene un amago de su personalidad y se emociona al tener que explicar su visión sobre la canción, hace que Rose se siente en uno de los sillones y él de pie frente a ella empieza a interpretar el sentido de esa canción, mientras va dando vueltas alrededor de la habitación y moviendo las manos cuando habla. Este hecho hace que Rose recuerde al Doctor y lo mira pensando si simplemente le gusta ese hombre sólo porque le recuerda.

“Digamos que todos creemos que sabemos lo que queremos, eso parece sencillo. Toda la humanidad desde que se recuerda a deseado obtener cosas ya sean físicas o no. Pero, ¿estamos seguros de que esas cosas que queremos son las que necesitamos? Imagina, un hombre quiere un coche descapotable muy caro, lo quiere con locura, consigue el dinero y se lo compra. (El Doctor toma una pausa para mirar a Rose, comprobando que esta le sigue, ella hace un gesto para que continúe y él sonríe). Está bien, ¿es esa opción la que ha tomado este hombre la correcta? Ha conseguido lo que deseaba, pero ¿no le hubiese venido mejor ese dinero para pagar por ejemplo sus deudas? ¿Y acaso no adquirirá aún más deudas por ese coche? Piensa en las revisiones, el gasto del garaje, porque un coche como ese necesita un garaje, como lo deje en la calle seguramente se lo robarán. Oh el ser humano, a veces es tan ingenuo, piensa y piensa que sus deseos son lo mismo que sus necesidades, cuando está claro que las necesidades que se cumple son las que verdaderamente hacen a una persona feliz”

Rose observa y atiende con interés a todo lo que el Doctor dice, pero sigue pareciéndole un personaje extraño.

“No entiendo como eres capaz de soltar algo así y no saber cómo te llamas”

“Por lo visto tengo pensamientos muy profundos”

Cuando dice esto coge de la mano a Rose y hace que se levante, el Doctor coloca su otra mano en la cintura de ella, primero Rose duda de lo que está haciendo pero entonces ve su sonrisa y acepta a ese pequeño baile.

Los dos bailan como pueden la canción, no es una canción muy recomendada para bailar, pero se manejan bastante bien.

Cuando por fin acaba la canción, El Doctor vuelve a tener a Rose a sólo unos centímetros, quiere volver a besar esos labios, se acerca en lo que parece ser un movimiento eterno, o por lo menos Rose lo siente eterno. Pero justo cuando sus labios empiezan a rozarse, el móvil de Rose suena y tienen que interrumpir ese momento.

Rose se la menta en un susurro que el Doctor escucha y le hace sonreír.

“Es Martha” Dice Rose mientras lee el nombre que aparece en la pantalla del teléfono.

“¿Sí?”

“Rose, soy Martha Jones, creemos que hemos encontrado un antídoto al virus que se le inyectó. Si pueden venir de inmediato es posible que mañana ya recuerde todo”

“Oh muchísimas gracias, vamos enseguida”

“De acuerdo, estaremos esperando”

Rose cuelga y mira al Doctor sonriendo, “Tienen el antídoto”.

El Doctor se abraza a ella y la levanta en el aire.

“Oh, como espero que no estés casado” Dice Rose entre risas.

Juntos vuelven a Torchwood donde Martha y los técnicos del laboratorio los esperaban.

“Aquí está el ser misterioso” Dice Martha.

“Vaya gracias, supongo” Dice el Doctor ante el comentario de Martha, ya que no sabe exactamente a qué se refiere por misterioso.

“De verdad, creía que sabía de que iba el mundo, pero esto, esto es alucinante”

Martha está tan emocionada y su voz a alcanzado un tono tan alto que Rose no puede evitar no reírse, especialmente porque ese entusiasmo le recuerda a ella cuando por primera vez descubrió un nuevo mundo gracias al Doctor.

“¿Tan malo es lo que has encontrado?” Pregunta el Doctor, esta vez con un tono de voz un poco asustado.

“Bueno la verdad es que no estamos muy seguros. Lo primero el virus resulta ser una mutación extraña de la planta nomeolvides, con una mezcla de alguna clase de droga sin identificar”

“¿Nomeolvides?” Pregunta Rose incrédula.

“Ya, a mí también me pareció irónico. Pero esta planta aunque se parece mucho a la nomeolvides tiene algo distinto, hemos analizado su composición y es totalmente opuesta es bastante extraño. Pero bueno lo que hemos hecho es extraer esa droga inyectarla a la planta real de nomeolvides y hemos comprobado los resultados con un extraterrestre que teníais aquí”

“¿Y cuál ha sido ese resultado?” Pregunta el Doctor ansioso.

“Bueno primeramente, claro está le inyectamos el virus, pasó lo mismo, perdió toda la memoria y luego al inyectarle el antídoto todo volvió a su mente”

“Eso es genial” Dice Rose, pero se da cuenta de que el Doctor no parece tan contento. “¿Qué pasa?” Le pregunta.

“No, nada, es que no creo que sea correcto experimentar con extraterrestres, aunque sea para ayudarme”

Rose sonríe.

“¿Por qué sonríes?” Pregunta el Doctor un poco mosqueado.

“Porque tienes toda la razón, por eso los extraterrestres con los que hacemos pruebas están aquí por voluntad propia, tienen derecho a casa, seguro médico y se les paga un sueldo. Y si algo falla con el experimento se da una indemnización a la familia o a alguna sociedad a favor de los extraterrestres”

El Doctor mira impresionado a Rose.

“Vaya, eso sí que no me lo esperaba”

“¿Por qué no?¿Qué esperabas de mí?”

“Nada, nada, pero no sé, por lo que he visto la gente aquí no suele confiar mucho en los seres desconocido o extraños. Aunque claro en tu caso todo es distinto”

Rose le da un golpe recriminándolo y él sonríe.

Martha se dirige a buscar la cura para la curiosa enfermedad del Doctor y se la inyecta.

“¿Ha dolido?” Pregunta Martha.

“No, has sido muy cuidadosa” Dice el Doctor sonriendo a Martha que se ruboriza.

Rose por un momento empieza a ponerse un poco celosa y el Doctor lo nota y sonríe alagado.

“Ha sido todo un placer trabajar aquí Rose Tyler” Dice Martha mientras le da la mano.

“Muchas gracias por tu ayuda, estaremos en contacto” Martha sonríe ampliamente ante esa promesa, la verdad es que no le importaría nada trabajar más allí.

El Doctor y Rose se quedan solos en la sala, Rose se lamenta por tener que volver a trabajar.

“No te preocupes, iré a dar una vuelta y vendré más tarde, así podremos cenar juntos”

Rose sonríe, y da un beso en la mejilla al Doctor.

Cuando este se marcha se encuentra en la calle a Martha y decide ir a charlar con ella.

“Hola”

“Hola, de nuevo, ¿no habrás recordado nada ya no?”

“Más quisiera”

Martha sonríe educadamente, no sabe bien qué decir.

“Te doy miedo” Dice el Doctor con gesto un poco triste pero burlón.

“No, no es eso, es que… No he dicho nada a Rose porque todavía no habían terminado de analizar las pruebas. Pero encontramos algo raro en tu sangre”

“¿Raro en qué sentido?”

“En todos los que te puedas imaginar, nunca había visto un tipo de sangre así”

El Doctor mira con cara de pánico a Martha.

“No me irás a decir que soy un extraterrestre ¿verdad?”

“Quién sabe. La verdad es que no tenemos ni idea, a lo mejor es un simple error, pero…¿te sientes humano?”

La pregunta sorprende al Doctor, al no recordar nada ni siquiera sabe cómo es sentirse humano o cómo no.

“No lo sé, ¿cómo se supone que me debo sentir?”

“Un ejemplo, Rose. ¿Qué sientes cuándo estás con ella?”

El Doctor se sorprende ante lo directa que es Martha y vuelve la cara hacia ella como si estuviese asustado.

“¿Qué clase de pregunta es esa? ¿No es demasiado personal?”

“Claro, pero a los humanos nos definen los asuntos personales”

“Está bien. Bueno no sé, Rose… (El Doctor sonríe al recordarla). Me fascina. Creo que esa es la palabra perfecta. Fascinación, eso es lo que siento por ella. Es tan dulce, tan abierta, está tan dispuesta a ayudar, no me conoce de nada y se ha abierto a mí como si me conociera de toda la vida”

“Eso es amor a primera vista, es bastante humano”

“Ya bueno, pero al parecer los extraterrestres también se enamoran”

“¿Ah sí?”

“Hubo alguien un ser especial o algo así, creo que era un extraterrestre y que se enamoraron. O bueno no sé, era una relación complicada”

“¿El Doctor?”

“¿Quién?” Pregunta el Doctor confuso.

“Antes mientras estaba en Torchwood, había gente hablando de Rose y un tal Doctor…”

“¿Doctor qué?”

“No, simplemente Doctor”

“Vaya nombre”

“Tú ni siquiera te acuerdas del tuyo”

“Pues es verdad”

“Pues este famoso Doctor, al parecer es un TimeLord, el único en su especie. Rose fue su compañera por lo visto y estuvieron viajando pero es lo único que sé”

“Es él, me dijo algo de viajar con él”

“Vaya, pues entonces todavía sigues pudiendo ser un extraterrestre”

“¿Será eso malo? ¿Ser extraterrestre?”

“Al parecer no, este Doctor es como una especie de salvador ¿no? A lo mejor tú también lo eres”

“Vaya, otra confiada más”

“Hay que confiar en la gente”

El Doctor observa a Martha y sonríe, ella también le llama la atención, como si tuviera algo especial como Rose.

“Bueno, ¿quieres tomar un café?” Pregunta el Doctor a Martha.

“Claro, será un placer”

Ambos entran en una cafetería.

“Es que no conozco a nadie aquí, solo a Rose, Mickey y a ti claro”

“Oh, y yo creyendo que era especial” Dice Martha bromeando pero el Doctor no parece entender la broma y cree que ella verdaderamente se siente ofendida, por eso intenta pedirle perdón nerviosamente, pero Martha le aclara que sólo estaba bromeando.

“Vale, podemos añadir a lista que soy torpe entendiendo a las mujeres”

“Eso le pasa a todos los hombres” Dice Martha riéndose.

El Doctor empieza a dar golpecitos con la mano en la mesa y Martha observa ese gesto curiosa.

“¿Nervioso por recordar o son los efectos de la cafeína?”

“Mmm, es triste pero no lo sé. Aunque creo que soy un poco hiperactivo, así que no debería tomar mucho café ¿no?”

“No, no es muy buena idea”

“¿Y cómo acabaste siendo médico?”

“Bueno siempre me ha gustado la idea de salvar vidas, y me gustan los riesgos y la medicina me pareció una opción que me iba a pedir mucho esfuerzo”

“Me encanta la fuerza que parecéis tener tú y Rose”

“Ya, bueno me he dado cuenta de que te gustan muchas cosas de Rose”

El Doctor vuelve a sonrojarse y agacha la mirada.

“Vale, creo que podemos añadir a tu famosa lista que no te gusta hablar de asuntos personales” Dice Martha.

“Sí, aunque creo que yo no soy tan sensible con los demás”

“¿A qué te refieres?” Pregunta Martha.

“Es que antes he preguntado cosas a Rose, sobre el Doctor y eran cosas muy personales. No es que me guste adentrarme en los asuntos de los demás, pero mientras hablaba con ella, me dio la impresión de que a veces soy un poco egoísta, como si exigiera mucho a los demás pero no los tuviera en cuenta”

Martha lo mira un momento perpleja y él se da cuenta de su mirada.

“Estás pensando que estoy loco, genial” Dice el Doctor.

“No que va, pero es que me parecen pensamientos muy profundos para…un hombre”

“¿No te parece ese comentario un poco anticuado?”

“No, por lo menos por experiencia, mi padre dejó a mi madre por una más joven y rubia, así que no tengo mucha esperanza en el sexo opuesto”

“Seguro que ahora al conocerme has cambiado de opinión”

“Estoy pensando a abrir mi mente, eso desde luego”

“Creo que Rose habrá salido ya, pago y nos vamos”

“Bueno, sí pero yo tengo guardia”

“Oh pensaba que podríamos cenar juntos”

“Será mejor que tengáis una cena los dos solos, ya sabes romanticismo y esas cosas”

“Me estoy empezando a poner nervioso”

Martha se ríe, el Doctor paga y se despide de Martha a la salida, y éste emprende la vuelta hacia Torchwood para recoger a Rose.

Cuando Rose sale de Torchwood, se encuentra al Doctor que esconde su cara detrás de un ramo de rosas rojas.

“Vaya, ¿son para mí?” Pregunta Rose mientras se muerde el labio tímidamente.

El Doctor deja ver su rostro y sonríe, “Por supuesto, rosas para mi Rosa”

Rose se ríe ante la cursilería de esa frase, aunque le avergüenza reconocer que le parece encantador.

El Doctor le entrega el ramo a Rose y ésta lo huele y sonríe, se agarra del brazo de él y dice, “Venga vamos a cenar caballero”

El Doctor y Rose van a un pequeño restaurante íntimo, aunque no han reservado mesa, siempre hay sitio para alguien de Torchwood.

“Los beneficios que pueden dan este trabajo” Dice Rose mientras se sienta a la mesa.

El Doctor come como si se le fuera la vida en ello y Rose no puede parar de reír.

“Por lo que veo tenías mucha hambre”

“No creas, pero es que no sé, a lo mejor donde vivo no hay comida o algo así”

“Estás loco”

“Ya, me he dado cuenta”

Rose vuelve a reír.

De postre toman tarta de chocolate con menta.

“Oh espero que haya de esto de donde venga”

“Siempre puedes venir a por más aquí”

“Eso espero”

De vuelta a casa de Rose con unas cuantas copas de vino de más, Rose y el Doctor se empiezan a besar nada más entrar por la puerta.

Rose se quita la chaqueta y la tira al suelo, el Doctor que se da cuenta nota como la situación se le escapa de las manos, se está poniendo nervioso con miedo de lo que pueda ocurrir,  sin embargo siente como si nunca hubiese estado tan seguro de nada en su vida.

Acaricia el rostro de Rose y la besa dulcemente, mientras empieza a desabrocharle la camisa. Rose se ríe avergonzada, mientras intenta quitarle el jersey a él, pero le cuesta un poco porque le queda demasiado ajustado.

“Maldita ropa de Mickey” Dice el Doctor.

Rose se ríe por la situación, ahí está con ese hombre de quien no sabe nada y encima llevando la ropa de su ex novio.

“Por favor no nombres a Mickey”

El Doctor se ríe, cuando por fin queda libre del jersey coge en brazos a Rose y la lleva hasta el dormitorio.

“Tienes unos modales un poco anticuados” le dice Rose.

“¿No es esto romántico?” Pregunta el Doctor un poco cortado.

“Muy romántico” Dice Rose

Mientras hacen el amor, es como si el mundo se parara, no tienen miedo a nada  y no necesitan a nadie más. Rose por fin el feliz como hacía mucho tiempo que no lo era, y el Doctor aunque no recuerda nada sobre sí mismo, por fin ha dejado se sentirse perdido. Es como si Rose fuer su hogar. Ahora no quiere saber quién es, porque no lo necesita, se siente parte de Rose y si nunca recuerda de donde viene le dará igual porque Rose es donde quiere estar, con quien quiere estar. Rose es su vida.

continuará

doctor who, fanfics

Previous post Next post
Up