Título: Absenta (2/2)
Personajes: Balthazar, Benny Laffite, Dean Winchester, Castiel, John Winchester
Fandom: Supernatural
Resumen: Es una historia paralela al fic “Champaña”. Cuando su amigo Castiel tiene la mala suerte de quedar en el radar de Dean Winchester, Balthazar se ve obligado a convivir con compañías poco recomendables,
Disclaimer: Escrito para el Mes de Misha Collins de la comunidad mishacollins_es. Muchas gracias a Taolee por organizarlo :3.
Balthazar se alejó unos pasos del restirador y se estiró cuan largo era, buscando tocar el techo con las puntas de los dedos. Por fin había terminado los planos. Si al día siguiente iba temprano por material, no tendría que infartarse para entregar a tiempo la maqueta.
El movimiento lo hizo reparar en una serie de dolores y se acordó de Benny. No se habían encontrado en condiciones por culpa de la escuela y el trabajo. Tan solo un par de ratos intensos detrás de la biblioteca y basta de contar. Aunque las consecuencias duraban mucho tiempo, como ahora. Balthazar ya no sabía como esconder tantas magulladuras, y sentía un placer retorcido al tocarlas, recordando las fuertes manos que se las habían hecho.
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Benny condujo despacio, echando miradas furtivas por el retrovisor. La camioneta de John Winchester lo seguía a corta distancia. Simplemente le había pedido que lo guiara a donde vivía Castiel, sin añadir nada más.
No parecía molesto. Pero seguía siendo sospechoso que mandara a Dean fuera de la ciudad primero.
Se estacionaron frente al edificio. Benny se bajó y se acercó a la ventanilla de la camioneta.
- No vive solo.
John asintió.
- Tendré que pedir que nos den espacio entonces.
Benny tamborileó con los dedos en la carrocería de la camioneta, nervioso.
- Yo puedo hacerlo - dijo por fin -. Basta una llamada.
El padre de Dean lo miró con escepticismo pero no se opuso a que lo intentara. Benny marcó rápidamente.
- ¿Diga? - respondió Balthazar y Benny sintió un agradable escalofrío. Desde la primera vez que lo escuchó, decidió que el inglesito tenía voz para hot-line. Aun no habían probado el sexo telefónico, pero tendría que ser mas tarde. John Winchester estaba a un lado y eso le cortaba el rollo.
- ¿Está tu amigo?
- Salió a comprar despensa, no tarda en regresar.
- Perfecto - dijo Benny, y colgó. Se detuvo el tiempo suficiente para informarle a John Winchester antes de entrar al edificio y subir corriendo las escaleras.
Balthazar le abrió la puerta del departamento con el ceño fruncido.
- Te dije que Cassie no tarda en regresar.
- Entonces mejor que no nos encuentre aquí - Benny lo tomó del antebrazo con fuerza y lo sacó del departamento.
Balthazar protestó y puso resistencia, pero no con mucho entusiasmo. No fue hasta que Benny arrancó el auto que se acordó de que alcanzó a tomar sus llaves, pero no su teléfono.
No importaba. Sería algo fuerte y rápido.
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Comenzaron a besarse en el primer semáforo. Después, Benny se estacionó en la penumbra cerca de un parque. Ambos saltaron al asiento trasero, buscando arruinar la suspensión y empañar los vidrios.
Balthazar necesitaba esto. Necesitaba sentir el fuerte cuerpo de Benny encima de él, sofocándolo.
- Dulzura… - dijo Benny, besando y lamiéndole la cara.
¿Y esa voz? No necesitaba mucho para alimentarle la vanidad. Bastaba con que dijera su nombre, o el apodo tonto que le había puesto.
- Tengo que regresar pronto - le recordó Balthazar, y se odió inmediatamente.
Se habían puesto de acuerdo. Dean y Castiel ya tenían lo suficiente con su propia problemática como para enterarse de lo suyo.
- De acuerdo - asintió Benny, sin mucho entusiasmo -. Dame un minuto, hay algo que quiero intentar. No tardo.
Benny salió precipitadamente del auto. Balthazar se reacomodó en al asiento, y sonrió al pensar que si los hubiera sorprendido un policía, existían grandes posibilidades de mandarlo al diablo. Era una horrible ventaja, y no estaba bien regodearse en la idea, pero se lo permitió por un momento.
Benny regresó segundos después, lo hizo darse la vuelta y se restregó suavemente contra él.
- Mmhm… - Balthazar no podía evitarlo, empujó hacia atrás -. No creas… que me vas a convencer…
- Lo sé - dijo Benny, besándole el cuello. Y entonces, como si tuviera mucha práctica, lo cual era alarmante, atrajo sus muñecas tras su espalda y las ato con un trozo de cuerda.
- ¿Qué? - dijo Balthazar, sacado de su nube de una patada.
- Escucha - le dijo Benny con prisa -.No puedes regresar a tu departamento en un rato.
Balthazar no pudo hacer mas preguntas, gracias a una mordaza colocada rápida, pero seguramente. Era de verdad escalofriante la naturalidad con la que lo hacía. A pesar de su lucha, el joven de ojos azules se encontró atado de pies y manos con complicados nudos.
- No te preocupes. No pasa nada - lo tranquilizó Benny, sin éxito. Se fijó por todos lados por si alguien miraba. Sacó a Balthazar del auto, se lo echó al hombro y abrió la cajuela. Balthazar se retorcía como una anguila. Le dio unas palmaditas en trasero.
Balthazar entró en pánico. ¿Cómo pudo olvidar con quien estaba tratando? Benny lo depositó con cuidado en la cajuela y la cerró.
El trayecto duró lo suficiente como para que Balthazar superara el terror y comenzara a enfurecerse. Cuando Benny abrió la cajuela para sacarlo, se encontró con una tormenta estallando en esos ojos azules. Se le hizo agua la boca.
De por si había tenido problemas conduciendo con la erección a punto de romperle los pantalones. Tenía al centro de sus pensamientos atado y amordazado en la cajuela, completamente a su merced. Lo de Dean y Castiel era una relación normal y civilizada a comparación. Y pensar que había utilizado sus privilegios de mejor amigo para llamar a Dean imbécil en su cara.
Por suerte, Benny conocía un motel amistoso cercano. Ya había llevado a alguien, pero no recordaba a quien ni le importaba. El tipo de la recepción le tiró las llaves de la habitación sin mirarlo, por suerte para él.
La principal ventaja del lugar era que tenía habitaciones con su propia cochera integrada, así que podías bajar la cortina y él/la/los acompañantes podían salir del auto sin ser vistos. O podías sacar de la cajuela a quien tuvieras atado, sin que nadie se diera cuenta.
- Ahora si - dijo Benny, dejando caer a Balthazar sobre la enorme cama -. Todo está bien. El padre de Dean quiere hablar a solas con tu amigo.
Balthazar se sacudió de furia y preocupación.
- Te voy a quitar la mordaza. No tiene caso que grites. Aquí están acostumbrados.
Balthazar tomó una enorme bocanada de aire, tenía las mejillas rojas, y la piel brillante de transpiración.
- ¡Castiel! - exclamó - ¿Cómo pudiste-? ¿Me utilizaste para-?
Benny comenzó a irritarse porque su erección le dolía y habían perdido mucho tiempo.
- ¿Él es todo lo que te importa? - gruñó.
- Me fastidia que una basura como tú me ponga las manos encima solo para llegar a mi amigo - escupió Balthazar, furioso.
- Créeme, ese pobre diablo no podría importarme menos. Y cuando acabe contigo, a ti también te dará igual.
Dicho lo cual, tiró de sus pantalones, bajándolos hasta las rodillas
- Parece que a pesar de todo, te da gusto verme.
Benny se metió todo el miembro de Balthazar en la boca. Si unas semanas antes alguien le hubiera dicho que se la chuparía a otro tipo, se hubiera reído a carcajadas antes de dejar irreconocible al impertinente. Pero ahora no solo lo estaba haciendo, si no que estaba decidido a darle a Balthazar la mamada de su vida. De película porno. Una que ni a él le hubieran dado. Y era condenadamente excitante. Balthazar gruñía y gemía. Lo más gracioso era que seguía tratando de resistirse. Benny lo aplaudió mentalmente. No podía hacerlo de otra manera porque tenía una mano ocupada buscando su propia erección.
Por fin, Balthazar se derramó todo en la boca de Benny, con un gemido que salió desde su entrepierna. Y fue el sabor caliente en su lengua lo que hizo que Benny lo siguiera.
Durante un rato, solo se escucharon los jadeos de ambos, hasta que Benny se incorporó, relamiéndose.
- Dulzura…
Balthazar seguía sin querer dejarse ablandar, ni por apodos cariñosos, pero no tenía caso. La boca generosa de Benny le había destrozado las defensas. El pirata lo tomó en brazos, y él ya no tenía ganas de protestar.
- Dulzura… eres increíble… Mira como me pones…
Oh cielos, si que se estaba relajando. Benny le daba besitos por todas partes mientras lo seguía llamando con apodos cariñosos. Que tontería. Y aun más tonto él por encontrarse tan a gusto. Sí. Con todo y las ataduras. Se sentía como una perversión japonesa.
Benny pensaba, con lastima, lo mucho que deseaba desnudarlo. Sus encuentros habían sido tan locos, por decir lo menos, que estar en una cama era lo exótico. Deberían aprovecharlo. Deslizó su mano, posesiva, sobre Balthazar, concentrándose en su trasero.
- Nunca había conocido a alguien tan repelente como tú - le dijo con afecto -. Hasta cuando sirves mesas andas por ahí como si el resto del mundo no te mereciera… como si fueras un príncipe de incognito…
- ¿Quién dice que no lo soy? - replicó Balthazar. Entre jadeos cada que Benny le mordía la oreja, incluyendo uno grande cuando metió dos dedos ensalivados en su trasero, le contó sus sospechas y describió el escudo de armas.
- Entonces, ¿me he almorzado a un candidato al trono? ¡Genial!
- Puesto de manera tan elegante, tal vez… ¿Me desatas?
- Aun no.
Benny se arrodilló sobre la cama y cargó a Balthazar en brazos, acomodándolo sobre su erección. Las espalda del joven rubio pudo haber quedado completamente apoyada en su pecho, pero todavía tenía las manos atadas detrás. Después, lo hizo levantar las piernas, sujetándolo de la parte posterior de las rodillas. Lo dejó prácticamente doblado en dos sobre su regazo, y lo penetró de una estocada. Si a Benny una cama se le hacía de lo más exótico, Balthazar fantaseaba con el día en que usaran lubricante.
Pero no lo cambiaba por nada. Estaba completamente indefenso ante Benny, quien lo acomodaba como quería, sin importarle si estaba incomodo o dolorido y lo embestía despiadadamente.
Balthazar amó cada segundo.
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Benny desató a Balthazar y lo dejó durmiendo. Su sentido arácnido le decía que había algo urgente en su auto que requería su atención de inmediato.
En efecto, su teléfono mostraba una lista de llamadas perdidas. Todas del mismo número.
Volvió a sonar justo en ese momento.
- ¿Diga?
- ¡Por fin! ¿Sucede algo?
- No señor Winchester. Para nada.
Del otro lado de la línea hubo un largo silencio incrédulo.
- Como sea. Mi visita terminó… hace rato. El otro puede regresar.
- Claro, lo despier… digo, lo busco y se lo digo.
Casi vio la ceja alzada del padre de Dean.
Benny se tomó su tiempo. Balthazar estaba profundamente dormido y se le quedó mirando un rato, en silencio. Recordó a Dean describiendo a Castiel como un ángel y ahora entendía a lo que se refería. Aunque sospechaba que en el reparto le había tocado un ángel un tanto malicioso.
Y aquí estaba él, acechándolo como vampiro brillosito de novela adolescente. Le retiró el cabello de la frente con la mano.
- Despierta… el carruaje está listo para partir…
Balthazar se desperezó. Hasta eso lo hacía de manera sensual, en opinión de Benny, y mucha gente estaría de acuerdo con él.
- ¿Qué horas son? - preguntó Balthazar, frunciendo el ceño al no reconocer los alrededores.
- Hora de irse a casa.
Al escuchar esto, Balthazar se levantó de un salto. Hizo una mueca de dolor.
- Cassie…
Benny apretó los dientes.
- Está bien… seguro va en el séptimo sueño.
- Pero… ¡se quedó solo con John Winchester!
En ese momento Balthazar se sintió una basura. Había estado tan ocupado revolcándose que ni siquiera se acordó del pobre Cassie. Quien sabe por lo qué habría pasado.
- Solo era para hablar - insistió Benny.
Balthazar lo miró con furia, pero no estaba enojado con él. Después de todo, seguía ordenes, si no consigo mismo. No debió dejar a Cassie solo. No nada mas esa noche, los últimos días.
El camino de regreso fue insoportable, ninguno decía nada. Balthazar se acariciaba las muñecas irritadas por la cuerda, de manera nerviosa. Al llegar, se bajó en silencio.
- Está bien. Lo juro - le dijo Benny con seriedad.
Balthazar asintió enérgico, y se abrazó a si mismo. Ya era muy tarde (o muy temprano) y tampoco había cargado un suéter grueso.
- Adiós - dijo Balthazar, dándose la vuelta para entrar.
Una despedida así de seca ameritaba una tanda de insultos y que lo arrastrara de regreso para pedir explicaciones, pero Benny simplemente se estremeció de pánico.
Le sonó definitivo.
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A Benny le hubiera gustado ver la cara de Balthazar cuando encontró a Castiel dormido frente a la televisión. Había tanto alivio como la firme promesa de nunca volver a fallarle.
- Cassie, ¿estás bien? - preguntó, retirándole el cabello de la frente.
- ¿Thaz…? - murmuró Castiel, adormilado -. No sabía dónde estabas… dejaste tu teléfono…
- No me dieron mucha elección- Balthazar agradeció que la luz de la estática televisiva no alcanzara para ver su estado. Ayudó a su amigo a levantarse y lo llevó a su cama. -. Lo importante es, ¿cómo estás tú?
Castiel parpadeó. Su pequeña sonrisa borró los temores de Balthazar.
- Muy bien. Todo está bien ahora.
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Castiel contó en detalle su conversación con John Winchester. Para Balthazar era de lo más increíble. Pero descubrir que en realidad no estaban tratando con los Corleone lo llenó de tranquilidad. Hasta aceptó de buena gana acompañarlo a la próxima reunión en la casa Singer.
Estuvo saturada y agradable. Balthazar se sintió bien recibido, y correspondió con galantería hacia las señoras presentes. Se esmeró especialmente al sentir a Benny por los alrededores.
- Entonces puedes comportarte como un ser decente si te lo propones - le susurró Benny al oído. Balthazar estuvo a punto de pegar un grito -. Te espero afuera.
Aprovechando una distracción general, Balthazar se escabulló y encontró a Benny acechándolo a la entrada de la zona de chatarra.
Benny echó a andar sin voltear a mirarlo, y Balthazar lo siguió. Se internaron en aquel lugar que parecía un laberinto infinito de metal retorcido. El joven rubio comenzó a dudar de que pudieran salir de ahí sin una brújula. Tendrían que enviar a un equipo de rescate por ellos. Solo esperaba que los encontraran vestidos.
Por fin, Benny se detuvo y lo encaró. Balthazar se dio cuenta de que una de las razones de que se sintiera tan perdido era por estar concentrándose en el trasero del otro en lugar de en sus alrededores.
- Te dije que tu amigo estaría bien - dijo con reproche.
- Cassie me lo contó todo - asintió Balthazar -.Sobre lo que le dijo John Winchester… y la familia.
- Entonces ya sabes que nunca vas a recibir el chaleco de Castiel con un pescado dentro. De todas maneras, esa es una costumbre siciliana, me parece.
No tenía tono de estar bromeando.
- Como sea - Benny hizo un gesto con la mano para pedir toda su atención -. Dean quiere ir en serio con tu angelito. Aunque se han perdido los modos de tiempos de mi padre, yo puedo partirte las piernas. Olvídate de Castiel. Ya. No lo repetiré.
- Olvidarme… ¿Crees… que estoy enamorado de Cassie?
Benny se sacudió como si le hubieran dado un golpe. Balthazar tenía la experiencia para hacer la comparación. Aunque nunca le había dado uno tan fuerte.
- No me importa - mintió claramente -. Solo no hagas nada que afecte a mi amigo.
- Castiel también es mi amigo. Solo eso - Balthazar se dio cuenta de que Benny parecía tener ganas de creerle, pero no se atrevía -. Bueno, más bien como mi hermanito. A veces me cuesta verlo como alguien capaz de cuidar de si mismo, pero es que anda en la Luna, ¿sabes?
Se detuvo, podía parlotear durante horas. Benny terminaría viendo a Castiel como un retrasado, o una tía loca y no lo era.
- El punto es que no me interesa. No en el sentido romántico.
- Ahí está otra vez. El acento.
Era la esperanza de Benny hablando. Envalentonado, Balthazar continuó.
- Así que no lo veo y me dan ganas de romperle la cara o la ropa, ni de morderlo por ninguna parte. Tampoco de prenderle fuego a ninguna de sus prendas. Ni siquiera esa gabardina sucia y horrible que no me explico que conserve.
- ¿Estás tratando de halagarme?
- Me haces sentir cosas que nadie más. Tómalo como quieras.
Benny lo rodeó de la cintura con los brazos, y lo atrajo bruscamente contra su pecho.
- ¿Qué sientes ahora? - le susurró con voz ronca.
- Que traes demasiada ropa puesta.
Se besaron. La barba de Benny le hacía daño a Balthazar. A pesar de que tenían poco control cuando se encontraban, nunca se habían lastimado la cara. Eso era bueno ahora que lo pensaba.
- Dean es un idiota, no me canso de repetirlo - susurró Benny cuando se separaron -. Conformarse con un angelito de cerámica. No sabe lo que es poner a un príncipe de rodillas.
Balthazar enrojeció de placer.
- Me gustaría verte intentarlo ahora - lo retó.
Comenzaron a forcejar. Eso era lo mejor, ya era una adicción. Sentir la fuerza de Benny aplicada contra cada centímetro de su piel. Para si, Balthazar admitía que el pirata era el más fuerte de los dos, pero él tampoco se esforzaba realmente en ganarle.
¿Cómo sería cuando decidiera intentarlo? ¿Cómo sería tenerlo de rodillas a él?
Era tan buen momento como cualquiera para intentarlo. Balhazar jaló la camiseta de Benny hasta rompérsela a tiras. Usó sus pies para hacerlo tropezar y su propio peso para derribarlo, y el otro le cayó encima. Se quedó sin aire, pero, ¿para que servía en todo caso? Estaba sobrevalorado. Era más importante la posición de Benny. Le dio la vuelta y se le trepó en el pecho. Se encontraron en uno de esos besos que buscaba dejar al otro sin oxigeno, y probablemente sin dientes.
Benny metió las manos bajo su ropa dispuesto al asesinato, y le enterró las uñas inmediatamente. Balthazar gruñó de dolor y trató de separarse, pero no pudo porque el pirata le tenía aferrado el labio inferior con los dientes y parecía capaz de arrancarle un trozo.
Un ruido les cortó la inspiración. Dean y Castiel los miraban con horror.
Balthazar pensó que debía parecer que se estaban matando como mínimo. Ruborizado, intentó ponerse de pie, pero Benny se lo impidió, aferrándolo con fuerza y mirando a los intrusos con hostilidad.
- Eh… - dijo Balthazar, con temor de haber traumatizado a su mejor amigo -. No es lo que parece.
Dean asintió sin decir nada, tomó a Castiel de la mano y huyó por piernas. Balthazar aun no decidía lo que debía hacer cuando sintió la lengua de Benny recorriéndole la barbilla. La pelea le había hecho salir sangre del labio y el otro se le había lanzado como un auténtico vampiro.
Se permitió enloquecer por unos minutos, sintiéndose… apetecible. Tener toda la atención de Benny de esta manera era intoxicante. Se sintió orgulloso de que le hecho de que los descubrieran le importara tan poco a su pirata.
Benny terminó de lamerlo y le puso una mano posesiva en el trasero.
- Ahora tendremos que… no sé… formalizar o algo, Dulzura. O Dean nunca me va a dejar en paz.
Balthazar se dejó caer del todo encima de él.
- ¿Por qué querría tener algo cercano a una relación normal con alguien como tú? - hasta él fue consciente de lo despectivo que sonaba su acento. Se amoldó al cuerpo de Benny mientras hablaba. Perfecto.
- Porque voy a secuestrarte y a mantenerte atado, para hacer lo que quiera contigo hasta que aceptes.
- ¿Y se supone que esa amenaza tiene que hacer que me de prisa?
FIN