Siempre he sentido cierta atracción hacia los gatos, y por qué no decirlo, cierta aversión a los perros. He tenido dos, pero he jugado con muchos, mi abuela me dejaba, pero mi madre no. Ahora me cruzo todas las mañanas con uno blanco, con manchas negras, se me queda mirando y yo le devuelvo la mirada. Una vez lo encontré sentado en el espejo retrovisor de un coche, y me maldije por no llevar la cámara encima. Es callejero, juega con una cría blanca y marrón, no sé si será suya, pero está muy canija.
Necesito un gato. No es un simple capricho que se me haya antojado ahora, llevo queriendo uno desde que perdí al de ahí arriba. Necesito acariciarlo, necesito oírlo ronronear, necesito dormir a su lado. Lo necesito para calmar mi soledad.
*perohastaquenomeemancipe... :/