Desapareces con la llegada de la mañana. Sé que hace tiempo que me olvidaste, pero de vez en cuando te entrometes en mis sueños y trastocas mi realidad. Escuchar tu voz es como volver al pasado, a tus frases y a tus expresiones faciales, todo permanece en mi inconsciente intacto, como si no envejeciésemos, como si no hubiésemos madurado y viviéramos inmersos en una adolescencia infinita. Te veré cuando cierre los ojos, porque sabes que siempre me encontrarás al final de la escapada.