¡Feliz Cumpleaños
mirita23!
¡Qué seas muy feliz hoy, siempre por siempre y para siempre!
Mis mejores deseos para una chica tan genial y generosa como tú
¡¡¡¡Felicidades!!!!
No te he terminado tu regalo, y en realidad es sólo una idea esbozada. No es nada. Pero tengo aquí un pedacito de él, y como no quería dejar pasar tu día sin decirte felicidades, pues aquí está una probada de lo que será tu fic- Espero de corazón que te guste porque te lo mereces con creces! Feliz día, linda!!
Nombre del Oneshot: Adivina, Adivinador, 1a Parte
Rating: Esta parte, PG-13. (la siguiente, será muuucho más alta xDD)
Género: Humor/PWP
Pareja: Harry/Draco
Resumen: Adivina, adivinador... ¿Qué es lo que Draco en su bola vio?
Harry intentaba concentrarse en la maldita bola, de verdad que sí. Intentaba llevar su ojo interior a distinguir algo más que sólo volutas de humo dentro de la jodida bola de cristal.
Pero lo único que miraba era el reflejo de Malfoy, que, sentado detrás de ellos y rodeado de sus compañeros, se reía sin parar. Harry se desconectó de la murmurante voz de la profesora Trelawney, que más que llevarlos a un viaje al más allá, parecía reunir todos los créditos para llevarlos directos a los brazos más-acá de Morfeo.
-¿Quieres otra predicción, Blaise? -escuchó Harry que Malfoy le decía a su compañero. El tono divertido y cómplice usado por Malfoy no le dejó dudas que, a diferencia de Harry, Malfoy estaba pasándoselo en grande en aquella soporífera clase de Adivinación.
Girando un poco la cabeza hacia atrás, Harry miró de reojo a los Slytherin. No era que les tuviera envidia, por supuesto. Tampoco era que en ese momento estuviera más aburrido que un gusarajo junto a sus amigos Gryffindor, porque Ron ya estaba tirando babas encima de la jodida bola y Neville estaba temblando a causa de la concentración de intentar ver efectivamente algo en ella.
Dios, Harry creía que nunca lo admitiría, pero en clases así, juraba que hasta podía extrañar a Hermione.
Zabini, Parkinson y Malfoy se rieron más estridentemente, provocando que Harry frunciera el entrecejo. Buscó a Trelawney con la mirada y la encontró haciendo bizcos a un lado de Lavender y Parvati, seguramente fingiendo otra espeluznante profecía como sólo ella sabía.
Harry apretó los dientes de la rabia. Si esa hubiera sido una clase de Pociones y Harry y sus amigos osaran reírse como lo hacían los Slytherin, Snape le hubiera quitado mil puntos a Gryffindor antes de pestañear. Trelawney no ayudaba en nada a aminorar la sensación de injusticia mundial que inundaba a Harry en ese momento.
A menos que…
Harry echó un último vistazo a los Slytherin. Vio a Malfoy inclinarse hacia Zabini y, sonriente, decirle algo al oído.
Harry sintió que la sangre se le agolpaba en las orejas. ¡¿Al oído?! No lo pensó ni un segundo más.
-¡Profesora! -chilló Harry, llamando la atención de todos en la calurosa torre.
Trelawney buscó con sus ojos de lechuza entre las mesas delanteras, no logrando ubicar la fuente de semejante grito.
-Profesora -repitió Harry levantando la mano, asegurándose que Trelawney lo mirara a él. Cuando creyó que efectivamente así era, continuó-: Malfoy ha visto una predicción en la bola y quiere compartirla con el grupo.
Risitas y murmullos se dejaron escuchar por toda la habitación. -¿De verdad, Draco? -preguntó la profesora, acomodándose las gafas sobre el puente de la nariz mientras miraba fijamente hacia Susan Bones.
-Erh… Yo no soy Malfoy, profesora -aclaró la chica regordeta de Hufflepuff, que aunque también era rubia, Harry no creía que fuera excusa suficiente como para confundirla con Malfoy.
Y menos cuando Malfoy era tan malditamente atractivo, delgado pero no escuálido, con rasgos finos y porte elegante y por supuesto que Harry de ninguna jodida manera estaba pensando así. Debía ser el sopor que reinaba en el salón.
Al ver que la profesora lo confundía con una niña y sobre todo, con una Hufflepuff, Malfoy soltó un bufido de la más pura y sofisticada indignación. Todo un Malfoy hasta cuando bufaba. Todo un aristócrata hasta cuando se enojaba. Harry no pudo evitar preguntarse si también cuando se corría gemía al estilo pijo y acto seguido se dio una bofetada a él mismo.
-Es que me estaba durmiendo -le dijo a Ron cuando éste lo miró interrogante por haberse golpeado la cara.
-Yo soy Malfoy -dijo Malfoy desde la parte trasera del salón. La profesora Trelawney sufrió algunos segundos mientras lo ubicaba.
-¿Tu ojo interior te ha revelado algo, Draco? -le preguntó en su mejor tono solemne-. ¿Quieres compartirlo con nosotros?
Harry se atrevió a mirar sobre su hombro. Malfoy lo estaba viendo. ¡Siiiii, Malfoy me ve! Un momento, ¿desde cuándo eso lo alegraba a él?
Malfoy sonreía. Y era de esas sonrisas de miedo. -Sí, profesora -respondió en su mejor voz de alumno consentido-. He sido bendecido con una increíble revelación.
Sus compinches se rieron y Harry se removió inquietamente en su lugar. Ahora era él el que estaba teniendo una revelación: Le había hecho cosquillas al dragón dormido y ahora pagaría el recibo.
-He visto la luz -prosiguió Malfoy en tono teatral y arrancando risas entre sus amigos-. Una profecía increíble, profesora -continuó abriendo mucho los ojos y levantando los brazos.
Harry se aclaró la garganta, cada vez más nervioso. Y ahora, ¿qué mierda se le ocurriría a Malfoy?
Trelawney parecía quererse desmayar de la expectación. -¿Quién, Draco? ¿Quién se muere? -preguntó.
-La virginidad del león -respondió Malfoy-. He visto la manera en que el león se doblegará ante la serpiente, la manera en que le rogará para que lo tome. Porque el león desea a la serpiente tanto que ya no puede vivir sin ella y sin eso que sólo ella le puede dar. Y la serpiente, magnánima y generosa, le otorgará al león lo que le pide.
Las risas no se hicieron esperar. Todos miraron hacia los Gryffindor, quienes rojos de furia se querían comer a Harry con los ojos.
-Bien hecho, compañero -masculló un rabioso Ron.
Harry se giró completamente hacia atrás, sin importarle si Malfoy se daba cuenta si lo veía o no. Sus miradas se encontraron durante un largo momento. La sonrisa pagada de Malfoy retaba a Harry. Los ojos encendidos de Harry le decían a Malfoy la pagarás.
Trelawney se rascaba la cabeza sobre sus infinitos rizos, no muy segura de haber entendido.
Ya sabía ella que los ricos rara vez producían buenos videntes entre sus filas.
Continuará... xD
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