Esta es una poesía rara. Surgió en un momento de querer quitarse la apatía de encima y me dijeron que estaba bastante bien, aunque a mí me suena a que no mucho, pero bueno...
¿Te acuerdas?
Solía saltar a tu alrededor,
Con una idea nueva cada dos segundos.
Solía hablarte con una sonrisa,
Siempre. Esperando que surgiera la tuya.
Solía preguntarte, hablarte, vacilarte
Pensando que así te sería más fácil tratarme igual.
¿Te acuerdas?
Yo casi no.
Empecé a olvidarlo hace tiempo.
Cuando me cansé de saltar,
Cuando dejé de hablar,
Cuando dejé de reír contigo
Y el verte borraba mi propia sonrisa.
No sé si te acuerdas,
Pero un día comentaste que podíamos ser amigos
Y mentiste.
Quizás lo olvidaste,
Quizás ni siquiera pensaste qué estabas diciendo:
Simplemente, quedaba bien.
Quizás no recuerdes nada de mí
Excepto el saludo de algunas mañanas cuando nos cruzamos
Cuando yo no espero verte
Y tú ni sospechas de mi mala suerte.
Quizás todo aquello no fue más que un renglón
Perdido en tus largas líneas de conquistas pírricas
Un borrón más que adjuntar a mi propio CV
Puede que sí, puede que no.
Probablemente, todo es demasiado relativo
Como siempre era todo para ti.
Sin embargo, he de ser sincera
Como me pediste que fuera
Aunque nunca entendiste hasta qué punto lo cumplí.
Un día me comentaste que podíamos ser amigos
Y lo intenté
Y tú te negaste
Y te ignoré.
Un día me callé que te admiraba
Pero me decepcionaste
Y doliste
Y te ignoré.
Un día me hablarás por la calle
Y lo intentaré
Pero sé que voy a decepcionarte
E ignorarte.
Porque un día hablaste de ser amigos
Y mentiste
Y no hay tiempo que pueda curar las heridas que abren las mentiras.
Te lo advertí, ¿te acuerdas?
A la admiración, decepción.
A mis ilusión, desprecio.
A mi esfuerzo, desencanto.
Ahora,
A tus ademanes políticamente correctos, mi hiriente honestidad cargada de cosas que te gusta oír
Tanto
Como a mí encontrarme contigo.
(No sé si te acuerdas, pero
El que avisa, no es traidor).