Y esta actu antes de ponerme a trabajar es el prólogo de una serie de viñetas que voy a hacer para Dry, pero que me parece que la idea no se ajusta del todo; pero no me da eso de darle al botón de borrar.
Así que lo cuelgo, que tal y como soy yo a lo mejor en un momento dado me da por cogerlo de nuevo y sacar la idea.
En fin, Dry, tranqui, que la primera viñeta está ya en camino; y este puente -fin de los examenes *se emociona de alegría*- sale la viñeta entera sí o sí. :D
Pues he aquí:
Ángeles olvidados
Ya nadie habla de ellos. La tierra y el tiempo se han tragado la historia de esos niños que vivieron hace tanto tiempo. El mundo recuerda lo que quiere y ellos no están en su lista. No tienen nombres de héroes, ni de tiranos, ni de reyes.
Muchos no sabían más del mundo que lo que les contaban sus madres y nodrizas a la hora de dormir. Los cánticos que se alzaban a los dioses en una plegaria eterna les relataban historias que ni en sus fantasías podían llegar a imaginar.
La vida da muchas vueltas y, en ocasiones, su poder te alcanza. Como les pasó a ellos. Sólo era niños, ángeles de un jardín en el que alguien se olvidó de cerrar la puerta. Una puerta que no sólo prometía libertad, sino que también dejó entrar a las más monstruosas criaturas que habitaban en el Inframundo.
Y las lagrimas de aquellos que una vez fueron inocentes regaron el mar; las risas de aquellos que jugaban a atrapar el sol con sus dedos, se extinguieron; y su memoria quedó sepultada bajo el trágico manto del olvido.
Pues Homero, cegado por los dioses y los hombres, no pudo ver más allá de las leyendas que conocía. Y escribió las aventuras de Aquiles, de Héctor, de Ulises, de Helena, de París… Pero no de los que quedaron atrás.
Pasto del fuego Ilion ardió. Sus llamas se elevaron hasta el cielo, donde Zeus lloró y se lamentó por la suerte de los hombres. Eneas y algunos troyanos más huyeron, protegidos por Afrodita y Apolo. Mas otros no tuvieron tanta suerte.
Porque la auténtica historia es aquella que se esconde tras los entresijos de lo que pasa de boca en boca, de pluma a pergamino, de poesía a relato. Una historia que, aunque el mundo fingió olvidar, sigue ahí; esperando que alguien la rescate.
Una cuento de niños y para niños. Una estrella que cayó del cielo, una oda a los olvidados. Una historia sobre esos ángeles a los que las leyendas alcanzaron, demasiado cerca.
Es que me encariñé con el texto y soy demasiado sensiblera para deshacerme de él.
Besos
Shio