Se me dan mal las presentaciones so… aquí viene un drabble de Cersei que me pidió
natxopistatxo (el muy desalmado) por el meme de drabbles que posteé en mi EleJota. (Aún me quedan 7 drabbles por regalar xD) Hay MUCHOS y MUY GRANDES SPOILERS DE TORMENTA DE ESPADAS No hay p0rn y es apto para todos los públicos. Ah, sí, y obviamente es un cutrecito (mi primer y raro experimento de Cersei) centric de Cersei.
No está beteado. Mi beta está siendo torturada por su carrera de Biotecnología, así que sois libres de decirme dónde he metido la pata.
Dicen que el equilibrio es la base de todo. Que si algo tiene que sobrevivir no puede dejarse llevar por la maldad o la bondad.
Para Cersei esto era algo más que una simple lección que repiten los escolares a la salida de la escuela. Era algo que daba sentido a toda su realidad. Como ejemplo que la vida le había regalado estaban sus padres: Twyn, un hombre feroz y astuto; y Joana, pura nobleza y sentido de la justicia. Cersei nunca había sido como su madre, pero no le importaba, para eso estaba Jaime. Jaime y ella, la reafirmación de cuanto Cersei pensaba. Hasta que llegó él, hasta que nació Tyrion.
Para Cersei, Tyrion siempre fue el pequeño monstruo que mató a su madre, que rompió el equilibrio de su vida. Su propio padre pensaba lo mismo, y Jaime... Jaime se parecía demasiado a su madre como para no perdonar a ese demonio deforme, e incluso como para no quererlo y llamarlo hermano.
Eso era algo que Cersei nunca pudo entender de Jaime, lo que nunca pudo perdonarle, pero ahora ya no importa. Ahora ya no tiene sentido. La reina duerme tranquila en sus aposentos, sabedora de que todo está en su sitio, como debería estar.
Desde la llegada de Tyrion a Desembarco del Rey tras las muertes de Robert y Ned, Cersei ha visto cómo ha ido perdiendo a cada uno de sus seres queridos: Tommen y Myrcella lejos del hogar; y Joffrey... Su pequeño y dulce Joffrey, su niño, su amor, su primogénito, su hijo, su corazón, el niño de sus ojos... Muerto. Muerto a manos de ese ser sin corazón y nacido para asesinar y destruir todo aquello que a Cersei le es querido.
Mas ahora no pasa nada, ya no. No sólo está Twyn como Mano del rey -Cersei nunca se permite olvidar que para su padre ella es, básicamente, una propuesta de matrimonio para su política de alianzas -, si no que Jaime ha vuelto. Jaime, a quien creía muerto, torturado y ¡saben los Siete qué más! Jaime, sin mano derecha o con un carácter nuevo y extraño en él, pero Jaime, su hermano, su amante, el padre de sus hijos, su equilibrio.
Y, lo más importante de todo, Tyrion está encerrado. Tyrion ha sido juzgado, se ha defendido y ha perdido -y además los Lannister se han quitado de encima a un enemigo muy poderoso que tenía muchos asuntos pendientes con su padre -: Tyrion va a ser ejecutado. Mañana por la mañana, Cersei disfrutará más que ninguna otra persona -ni siquiera su padre o las gentes de Desembarco del Rey -reirán y celebrarán mejor y más que ella la muerte de Tyrion. Porque mientras Tyrion esté allí, o en cualquier otra parte, mientras Tyrion esté vivo, Cersei nunca podrá sentirse a salvo. Pero en unas horas, el alba les dará la bienvenida y, después de muchos años, también lo hará el equilibrio. Ese equilibrio que Cersei tan bien conocía y tanto añora.