Mi primera entrada, mi primer fic

Dec 21, 2010 16:18

No hay necesidad de presentaciones ¿Para quién? pero si hay necesidad de introducción al asunto. Por mi salud mental y el problemilla ese del trastorno paranoide obsesivo compulsivo.

Criminal Minds, lo mejor en series que he visto en años, me declaro fan. Porque tiene una trama interesante, fuera de lo común, critica y constructiva; una perspectiva diferente; personajes memorables, que se les llega a tomar cariño. Porque las frases del inicio y el final te mueven el cerebro y porque la banda sonora vale la pena ser descargada y escuchada una y otra vez. Me absorbe.

En fin, ya que el material respecto a Criminal Minds es bastante reducido en español, la solución recae en quién busca, si hay tiempo, ideas y blah blah entonces se escribe una historia, llamenle fic, drabble, one shot, no tengo la menor idea, la experiencia no me es generosa para tener el conocimiento que me permita discernir entre unos y otros, pero si tengo pensado seguir en esto, ya aprenderé, oh si.

El mundo en esta historia gira en torno a Morgan & Reid, es lo segundo que escribo, para... practicar, claro. No me convence y por lo tanto no espero convencer a alguien. Porque tampoco tengo la seguridad de qué es lo que busco al escribir sobre estos dos, les prefiero como compañeros, buenos amigos y hasta en relación de hermanos, pero no me gusta la idea de ellos como pareja teniendo sexo salvaje -tampoco gusto de Prentiss/JJ o Rossi/Hotch entre otros- Eso no significa que menosprecie a quienes gustan de esos temas, es sólo cuestión de gustos, ni de pudor ni de moral ni de nada, cuestión de gustos, caprichos propios del infantilismo. (Tal vez porque me incomoda ver que la relación familiar que hay en el equipo se puede llevar a otros niveles). De todos modos no lo voy a negar, disfruto con el jueguito >D
Claro y resulta contradictorio, porque en este fic hay gestos, pensamientos y besos, pero como ya dije, cuando lo escribí no tenía claro lo que buscaba. No me gustó lo que encontré y opté por otra linea de pensamiento. Fácil.

Y ahora, el fic, no muy corto ni demasiado extenso, quizá muy patoso, algunas incoherencias tal vez, mucho de mi cosecha, nada de spoilers.

Título: Cuidados Especiales
Fandom: Criminal Minds -creo que es obvio después de la introducción tipo testamento-
Personajes/Parejas: el equipo de la UAC - MorganxReid
Spoilers: ninguno creo
Notas: OH, esto tiene mucho de todo, Reid un tanto infantil, mucha ignorancia y un gato.

- está bien nena, te veo mañana, ve con cuídado! - alcanza a gritarle a García a modo de despedida. Recoge sus cosas, listo para volver a casa, cuando nota algo ya bastante normal en la oficina por esas horas. Es Reid durmiendo sobre el escritorio. Suspira frustado y se hace la pregunta mentalmente ¿qué, tienes 7 años?

- chico... hey, despierta... - entonces piensa en jugarle una broma - cariño - comienza a decir con una voz cómica mientras le sacude el hombro - es hora de ir a clases, perderás el autobús - lo ve revolverse, gruñir y esconderse entre sus rubios cabellos. Luego se incorpora, se queda quieto aún con los ojos cerrados y suelta un suspiro.

- nunca tomé el autobús escolar - responde el menor, se restriega los ojos adormilados y Morgan lo disfruta. Adorable, es lo único que puede pensar.

- toma tu chaqueta, te llevo a casa - Y se ofrece, porque llevar a un Reid dormido no se compara a viajar con él cuando está en todos sus sentidos y no para de decir cada 5 minutos 'he leído que... ' 'una vez leí... ' 'sabías que... '

"no tienes que molestarte" oye que le responde aún sin moverse, vuelve a bostezar y Morgan se molesta en invitarlo, porque si se duerme mientras conduce será culpa suya, por dejarlo ir medio zombi - en esas condiciones eres peligro público, es mi deber velar por la comunidad... vamos - no hay reacción - y te compraré una dona en el camino ... - pone los ojos en blanco y espera. Reid se pone de pie y lo mira con una sonrisa. Niños, su debilidad son las golosinas.

- sabías que la idea de dona nació en... - Morgan desconecta su cerebro antes de oír el resto. Cuando salen el viento frío les pega en la cara, se da cuenta de que Reid se encoge y tiembla, como no hacerlo si va sólo en camisa.

- Hijo... olvidaste tu chaqueta - y le parece raro usar el 'olvidaste' mientras habla con el chico, porque es Reid y Reid no olvida las cosas. El menor se encoge de hombros y aprieta los labios, sabe lo que va a decir y entonces lo suelta "según el informe del clima, para hoy se anunciaba un día nublado pero templado, con nubes provenientes del norte, probablemente los vestigios de una tormenta que ya se habría desintegrado lo suficiente al llegar a Quantico... por eso no la traje, pero jamás imaginé que la necesitaría..." ok, no sabía que le iba a salir con todo eso del clima, pero si sabía que iba a decir "no la traje" y no pudo evitar que esa pregunta redundara en su mente de nuevo "acaso tienes 7 años?"

Suelta un suspiró y luego sonríe. Se quita la chaqueta y se la coloca en los hombros al menor que aprieta los labios. Está tibia y eso contrarrestado con el viento helado le provocan escalofríos. Escucha como le dice gracias y luego camina hasta la camioneta, una vez en el interior del vehículo, todo es más agradable.

- y... de qué quieres tu dona tesoro? - pregunta el moreno con la misma voz cómica que hace un rato, Reid lo mira extraño y luego se hunde en el asiento "mermelada de fresa... mami" responde siguiendo el juego. Morgan suelta una carcajada y echa a andar el motor, el ruido no lo molesta, cierra los ojos y se acomoda entre la chaqueta, es calida y tiene el perfume del mayor.

_ _

Estornudo, tos, estornudo, tos, estornudo y estornudo otra vez. Era como si Reid fuera el Mozart del resfrío. Hace dos días que estaba así y esa mañana había llegado temprano, llevaba puesta la chaqueta de Morgan (se había apropiado de ella desde aquella vez), dos bufandas y un gorro que a penas dejaba ver su rostro tras las enormes gafas que le gustaba usar. Siempre tan raro. Pero no lo culpaban, porque por esos tiempos hacía un frío horrible, era un agrado llegar a la oficina y beber café caliente.

- hey chico, vienes del polo? - pregunta el moreno a penas lo ve entrar.

- me reiría de eso si n-no fuera porque ah... ah... - estornudo otra vez

- salud! - Morgan espera un momento a que Reid se quite la ropa de invierno, por un instante piensa que es algo de nunca acabar, el rubio lleva bajo la chaqueta tres chalecos, sin mencionar lo que había bajo estos- vaya, si no fuera por lo delgado que eres, parecerías un muñeco de nieve, pero en vez de nieve tú tendrías ropa... quitate eso de una vez! - le ayuda con una manga revoltosa que se negaba a salir- vamos, te necesitamos allá adentro, hay un perfil que armar - Reid le sigue, nota que está decaído, pero nada se puede hacer, cuando se trabaja en el FBI, no hay tiempo para resfríos, además, qué clase de persona se olvida la chaqueta en invierno, la respuesta era simple, sólo Spencer Reid.

El caso estaba avanzando y no les tomó mucho establecer un perfil. Como siempre, debían hacerselo saber al resto de los oficiales para que contribuyeran en la ayuda. Hotch y Rossi hablan del modus operandi del sudes; Prentiss y Morgan se evocan a la descripción física y psicológica mientras que J.J y Reid se encargan de entregar datos de su movilidad y ubicación geográfica. Lo que vino luego de eso nadie se lo esperaba.

Morgan lleva ya un rato preocupado por el más joven del equipo, lo mira de reojo, para cerciorarse si todo estaba bien con él y se extraña cuando lo nota más pálido de lo habitual. Reid da un paso adelante para explicar algo en el mapa, le cuesta, tose en seco, tiembla un poco y el moreno se pregunta si serán los nervios, pero nervios de qué? lo ve llevarse una mano a la cabeza, dice algo que Morgan no entiende. Entonces se escucha un golpe sordo y luego el silencio, la cara de sorpresa de todos y el menor tendido en el suelo. "voy a desmayarme" era lo que había dicho.

- Reid! - grita y en su paranoia observa por la ventana, esperando encontrar a algún francotirador. Vaya locura es lo que piensa cuando le pone una mano en la frente aliviado de saber que es fiebre y no un disparo - está hirviendo, debe tener más de cuarenta y medio para haberse desmayado - Oye como Hotch saca a J.J del estupor y le pide que llame una ambulancia. No necesita ayuda para sacar a Reid de ahí cuando Hotch se lo pide, a penas y si pesa, lo toma con cuidado de no dejar colgar su cabeza, lo apega a su cuerpo y se lo lleva.

- disculpen señores, vuelvo en seguida - dice Hotch y sale de la oficina junto al equipo. Morgan recuesta al rubio en el piso a falta de algún sillón, le coloca su chaqueta bajo la cabeza para que no se haga daño, Emily va por algodón y alcohol, J.J trae un vaso con agua y esperan a que despierte. No hay reacción.

- Estará bien? - pregunta la morena a la vez que se pasa una mano por la cabeza y suspira preocupada, J.J le amasa el hombro. Hotch va a pedirle a la rubia que cuide del menor mientras llega la ambulancia, pero repara en Morgan y el como no le suelta la mano al chico, decide que lo mejor es dejar que él se encargue.

- Morgan, tú te encargas de Reid, el resto venga conmigo, tenemos a los oficiales esperando - Nadie pone objeción alguna, saben que Reid está en buenas manos, en las mejores manos. Llega la ambulancia, Morgan va con él, porque es su responsabilidad, no sabe desde cuándo ni cómo, pero lo es.

_ _

Una luz blanca lo encandila cuando abre los ojos y una voz que repite su nombre le hacen pensar que está muerto. Enfoca la vista y un techo blanco es todo lo que ve, no siente el olor a farmacia, pero sabe que ahí está, las sabanas blancas, el suero y las mangueritas en su nariz también. Se revuelve tratando de salir del reposo en el que se encuentra, mira de reojo hacia ambos lados hasta dar con lo que busca.

- esto no puede ser el cielo si estás tú - el aludido sonríe, agradecido de verlo conciente y de buen humor.

- qué insinúas con eso? - Reid se encoge de hombros - pues debo informarte que es fiebre... no el infierno y yo no soy el diablo, chico malo - Morgan suelta una carcajada, no muy alta para que no lo escuche la enfermera.

- la clínica del FBI? -

- exacto -

- sobreviviré? - Morgan aprieta los labios y niega, luego baja la cabeza para no reír - cuánto? -

- tal vez unos días - hace una pausa, pensando en qué haría si en verdad fuera así, si en verdad tuviera sólo unos pocos días para seguir viendo a ese niño genio. Se le hace un nudo en la garganta que le cuesta tragar, lo observa, aún está pálido y ojeroso, le preocupa - ya... ahora si en serio, cómo te sientes? porque debo decir que luces terrible -

- hem... me he sentido mejor -

- te pondrás bien - se acerca y le quita un mechón rebelde de la frente - me preocupaste - dice sin más, siempre directo - puedes creer que pensé... - hace una pausa y medita - te vas a reír -

- oh vamos... dime, me reiré de todos modos -

- que te había dado un francotirador -

- en serio? - Derek asiente y Reid no cree lo que escucha, así que suelta una risita ligera - vaya imaginación -

- me alegra pero no me tranquiliza saber que fue un desmayo, cuando llegaste acá tenías 40 de fiebre, casi se te evaporan las neuronas -

- no lo vi venir -

- nadie lo vio venir -

- espera, había alguien más cuando ocurrió? -

- estábamos dando el perfil y plof! caíste inconsciente -

- vaya show el que monté -

- Hotch casi llora -

- ya... -

- es cierto y las chicas gritaban histéricas -

- mentiroso, les diré que dijiste eso -

- soplón - Ahora ríen juntos hasta que el sonido de un celular los interrumpe - es García, tengo que contestar - No hay necesidad de salir al pasillo, pero aún así lo hace, no quiere ponerlo ansioso, el caso aún no está resuelto, por lo que habla un momento con la analista y ésta pregunta de inmediato por el joven Reid "qué tiene? se pondrá bien? vivirá? "- Nena - dice con un tono que suena a regaño - te prometo que a penas llegue al departamento te informaré, pero ahora necesito que me des lo que te pedí, lo tienes? si? ex empleada de un revista de modas? cuál? ok, dirección? perfecto, eres la mejor, te veo luego - cuelga y regresa a la habitación.

- cómo va el caso? tienen a un sospechoso? - pregunta a penas ve a Morgan entrar, éste toma su chaqueta y Reid no tiene que ser un genio para deducir que se marcha - ya tienes que irte? - No hay respuesta, entonces se le oprime el pecho y ahí está, el ansia tortuosa que lo hace incorporarse decidido a largarse de ahí - voy contigo - se quita el suero y siente que se le parte la cabeza cuando trata de salir de la cama, lo aguanta, pero se queja de todos modos, no puede evitarlo, le duele todo el cuerpo, su visión lo traiciona y está a punto de caer de lleno al suelo cuando aquellos brazos fuertes lo sujetan.

- Hey hey... no tan rápido qué crees que haces?! - oye su voz retumbar en las paredes de su cráneo, suena molesto.

- puedo ser de ayuda -

- en verdad lo crees? porque yo no, a penas te mantienes en pie, más que una ayuda estorbarás... - Entonces Reid deja que lo recueste nuevamente, no dice nada, sabe que tiene razón - hey... lo siento, no quise decir eso -

- está bien, tienes razón, fui imprudente - Derek lo observa hacer un puchero, interiormente le causa gracia ver que es tan infantil.

- ya... vendré a verte una vez acabe todo esto, quieres que te traiga algo? - Reid no dice nada, Morgan suspira, coge su chaqueta del suelo y cuando está cruzando la puerta oye que lo llama, se gira y ve esa cara de cachorro que le roba el corazón, suspira otra vez y camina hacia él, entonces le deposita un beso en la frente que lo hace sonreír - portate bien tesoro -

- no te preocupes mami - Reid le sigue el juego y Morgan sonríe, ahora si se marcha, no sin antes pedirle a las enfermeras que lo tengan vigilado, los niños pueden ser terribles.

_ _

Neumonía. Una semana en el hospital y para cuando tiene el alta el caso ya está resuelto, le decepciona el no poder haber ayudado lo suficiente, aunque el equipo le diga que no piense en eso, que su deber es descansar, no puede evitarlo. Reid está arreglando sus cosas para volver a casa, le da la espalda a la puerta, Morgan aprovecha esto y se cuela en la habitación sin hacer ruido, quiere sorprenderlo. Pero hay algo que llama su atención y le hace soltar un carcajada que no puede aguantar. Camisas de hospital, el problema es que dejan poco a la imaginación.

- bonito trasero chico lindo - No puede evitar decir, es que simplemente no puede, porque le causa demasiada gracia ver como el rubio se da vuelta, todo sonrojado y se sienta en la cama para luego cubrirse como si fuera la Purísima virgen.

Reid quiere decir algo, alegar por semejante violación a su privacidad, quiere golpear a ese mirón, pero no puede, el pudor lo supera, lo deja ahí, estático como un muñeco, entonces Morgan vuelve a reírse de él.

- oye, no te preocupes, no es nada que no haya visto antes -

- m-me preocupo! es mi intimidad! y claro que no me has visto antes! eres un... no tienes derecho! - Alega tal como un cachorro furioso, o al menos así lo ve Morgan quién disfruta de hacerlo enfadar.

- te dije que no es nada que no haya visto antes - enarca una ceja y esboza una sonrisa triunfante.

- q-qué! cuándo?! dónde... c-cómo... espera... tú... me espías! Morgan! -

- ya... deja de ladrar cachorrillo - Reid frunce el ceño, sus mejillas se tiñen de rubor y el moreno se muere por abrazarlo, aprisionarlo entre sus brazos y llenarlo de besos juguetones para sacarle una sonrisa - no me veas así, parece que me fueras a morder -

- estoy considerando el hacerlo -

Ríe otra vez, esta vez es por lo que piensa en su fuero interno, su sucio fuero interno que le encuentra el doble sentido a la respuesta del menor "en verdad estás dispuesto a hacerlo Spencer Reid" se pregunta mentalmente y se imagina la cara que pondría el rubio si le dijera tal cosa.

- la culpa es toda tuya, cuando alguien te viene a buscar se supone que te vistes -

- cuando alguien llega acostumbra a llamar a la puerta -

- la puerta es una cortina! -

- debiste decir algo! -

- es que me distraje mirando tu... - Reid le pone una mano en la boca para que se calle de una buena vez, Derek enarca una ceja y el rubio le gruñe.

- sólo... no lo repitas -

- el qué? que tienes un lindo trasero? -

- Morgan! -

- Reid! -

- niños! - dice una tercera voz que los obliga a girarse hacia la puerta.

- Emily - Reid sonríe y la mujer entra a la habitación, se acerca y le revuelve el pelo a modo de saludo.

- pensé que esperarías abajo - dice el moreno cruzándose de brazos.

- se estaban tardando, vine a presionarlos, porque no sé si lo notaron, pero es hora de almorzar y mi estómago está enfadado -

- es culpa de cierto jovencito que aún no está listo - Morgan se cruza de brazos, enarca una ceja y ladea la cabeza un poco mientras mira a Reid, lo regaña indirectamente.

- podría haber acabado de vestirme si no estuvieras espiando -

- ok ok, tiempo fuera, parece que tuvieran 10 años, por favor! agradezcan que soy yo y no Hotch o Rossi, ya les habrían dado sus buenas nalgadas - Hace una pausa, nadie dice nada y más les vale, entonces coge a Morgan de una oreja y se lo lleva consigo - tú vienes conmigo a la cafetería... -

_ _

El timbre es insistente, no hace mucho que se ha despertado y aún va en pijama. Tiene cinco días de reposo en casa, como si una semana en el hospital no hubiese sido suficiente. Gruñe, molesto por la insistencia, quién puede ser a esa hora, bueno, tampoco es temprano, son las 10am y el debería estar en pie, pero las medicinas le hacen dormir más de la cuenta. Abre y por alguna razón no se sorprende.

- Buenos días chico lindo - Morgan se apoya en el marco de la puerta y sonríe ante la imagen desaliñada del joven genio

- Hotch va a matarte -

- no lo hará, soy muy bueno en lo que hago... y? me vas a dejar aquí afuera? -

- debería - sin embargo deja la puerta abierta y camina hacía el interior soltando un bostezo. Morgan entra y cierra.

- qué le pasó a tu cabello? - y es que el rubio luce como un león, no hay respuesta, Reid lo mira con el ceño fruncido - pensé que tendría estampado de ositos o aviones o camiones - se deja caer en un sillón de la sala, como si fuera su casa. Entonces cae en la cuenta que es la primera vez que visita a Reid. Y como lo supuso, todo está perfectamente ordenado, un orden obsesivo, propio del menor.

- de qué hablas? -

- tu pijama, pensé que tendría algún estampado de esos -

- no venden pijamas así -

- entonces, los usarías si los vendieran? -

- no soy un niño -

- tus acciones no me lo demuestran - se acomoda en el sillón, pensando en como atraparlo - bien, si prendo la televisión y está en el canal de las caricaturas me invitas a desayunar - Reid no dice nada, sin embargo fija su mirada en el control remoto, Morgan también lo hace y en una pequeña guerra el más rápido logra alcanzarlo. La tv se prende y en efecto, es el canal de las caricaturas.

- es una coincidencia - Morgan nota como las mejillas del rubio se tiñen de un suave rubor, le encanta provocar esa reacción en él.

- no puedes engañarme - dice con tono melódico mientras le revuelve el cabello - tienes cereal? - Reid frunce el ceño y lo lleva a la cocina, busca en los estantes y saca una caja, está llena, el mayor sonríe y Reid sabe lo que está pensando.

- está bien, lo admito, los compré por la figurita de el señor de los anillos... y -

- joder... saben a rayos! -

- por eso no me los comí -

- el juguete era un señuelo y tú, caíste en su trampa - lo escucha reír y disfruta de ello, no hay cosa que disfrute más que hacerlo reír, porque es una de las pocas ocasiones en que logra sacarlo de su cascaron - cómo te has sentido? - Reid aprieta los labios y le hace saber que está bien, que debería estar en el trabajo y no en casa perdiendo el tiempo - ni lo sueñes, yo no te dejaré -

- entonces viniste a cerciorarte de que estuviera en casa -

- en parte, por cierto, lo del desayuno iba en serio, muero de hambre - Reid suelta un suspiro y le apunta al refrigerador "eres libre de tomar lo que quieras" le dice. Morgan no lo duda, pero se queda boquiabierto al abrir el refrigerador - qué? eres una hormiga o Winnie the pooh? -

- oye! - reclama sin entender el por qué de las ridículas comparaciones.

- qué es esto? por qué hay tantos dulces y pasteles y... leche -

- es la de Shakespeare -

- ese no estaba muerto? -

- es mi gato -

- ah... - se miran por un momento y el ambiente se vuelve una nebulosa - no en serio, por qué hay sólo pasteles? -

- son alimentos ricos en glucosa, sabías tú que la principal fuente de alimentación, por así decirlo, del cerebro, es la glucosa? - Excusa. Morgan lo mira extraño, como si no entendiera lo que dice y es porque no se lo cree.

- me quieres decir que alimentas a tus neuronas? como si las criaras? - enarca una ceja y Reid asiente muy serio - ok y yo que pensaba que la gente que criaba hormigas era... especial- evita usar la palabra "rareza" y sus derivados.

- no es una tarea fácil -

- oh si lo imagino, vaya tortura a la que te sometes, demasiado dulce para soportar - se pone serio - hey... no puedes pasarte la vida comiendo eso, vas a... enfermar - Reid se muerde el labio inferior, lo ha pillado - ok, iré a comprar comida de verdad... ve a ver las caricaturas -

- pero -

- pero nada, no me tardo - Reid le da la llave, así que cuando regresa no tiene la necesidad de tocar. La tv está encendida y la sala vacía, deja las cosas en la cocina, el chico tampoco está ahí, lo llama, no hay respuesta, sólo el maullido de Shakespeare, un bello noruego del bosque que lo guía por el pasillo hasta una puerta entre-abierta. Repite el nombre del rubio mientras abre y la búsqueda acaba, Reid se apresura en salir y cerrar tras suyo sin darle pista alguna de qué había allí dentro, quedan frente a frente, Morgan nota que el chico se ha cambiado de ropa, ahora en vez del pijama luce uno de sus típicos conjuntos que lo hacen ver tan universitario, intelectual, genio, lindo, violable - hey... - nota como el menor baja la mirada un tanto sonrojado, así que se acerca un poco más, para torturarlo, sólo un poquito, Reid se encoge, como si así pudiera escapar y de querer hacerlo lo haría, pero sigue ahí mientras Morgan lo encierra con sus brazos, uno a cada lado de él.

- qué? - Reid tiene que preguntar, porque la mirada del moreno lo está devorando.

- nada -

- entonces? -

- entonces qué? -

- n-nada -

- qué hacías? -

- eh? - levanta la mirada, sin comprender del todo el comportamiento de Morgan.

- por qué has cerrado de repente? -

- oh... es eso... -

- hay algo ahí que no pueda ver? -

- si... mi habitación -

- ah, pero entonces... dejame ver - intenta evadir al menor y abrir la puerta, pero éste es más rápido y no lo deja coger la manilla

- no es algo que quieras ver -

- no, en verdad quiero ver... vamos -

- creeme que no quieres -

- por qué dices eso? hay algo allí que no me quieras mostrar? posters de muchachas? revistas quizá? no voy a espantarme por eso, cuando era más joven yo también tenía y... -

- debo decirte que eso fue una pésima perfilación -

- tienes razón, pero sabes, no se me ocurre nada más -

- oh, sé que se te podrían ocurrir muchas cosas más, es tu especialidad... pero, es sólo desorden -

- desorden? eso es todo?-

- si... bueno, en comparación con el resto de la casa, mi habitación es un desastre... oh... pero no vayas a pensar que está sucia, está muy limpia... sólo.... es un desastre, no quiero que la veas, no va conmigo -

- piensas que me decepcionaré de ti si veo tu habitación desordenada? - Reid aprieta los labios, toma eso como un si - oye, no pasa nada, creo que es normal -

- lo es?

- si... porque... bueno tú... eres así, organizas las cosas, casi obsesivamente, como en el trabajo, pero en lo que concierne propiamente a ti, debo decirte chico, que eres un desastre -

- en serio? -

- en serio... partiendo por... este chaleco mal abrochado, siempre lo llevas así - Morgan le desabrocha el chaleco y comienza a poner los botones en su ojal correcto - así está mejor -

- nunca lo había notado... aún así, no quiero que entres -

- que terco - Lo del desorden no lo convence del todo, tiene que hacer algo, porque la curiosidad lo está carcomiendo, entonces se fija en Reid que parece no querer moverse, está pegado a la puerta sin mirarlo. Una idea cruza por su cabeza, tan buena como mala, buena, porque le permitirá abrir la puerta y conseguir algo más y mala, porque tal vez no consiga ninguna de las dos cosas. Decide arriesgarse - Oye - lo llama para obtener su atención, Reid levanta la vista y a penas lo hace, Morgan lo está besando, se queda muy quieto con los ojos abiertos de la impresión, siente como la mano del mayor recorre su espalda, aquello lo derrite, siente como la fiebre de hace unos días regresa y lo marea, cae en un abismo, cae cae cae y Morgan lo sujeta antes de que se vaya de espalda. La puerta está abierta. Lo ve sonreír victorioso, lo acaba de engañar!

Morgan suelta al chico y entra con prisa - libros... tienes montañas de ellos... están, por todos lados... va perfecto contigo - Reid no dice nada, está parado en el pasillo con las manos en la boca y el cabello cubriendo el resto de su ruborizado rostro, no luce molesto, pero tampoco feliz.

- eso fue... - Morgan no lo deja terminar, lo coge del brazo y lo arrastra hasta el interior de la habitación, cierra la puerta y lo apoya contra ésta para no dejarlo escapar.

- eso fue sólo el inicio -

- me besaste -

- hem... si? -

- para abrir la puerta? -

- oh... no no n... -

- entonces?! -

- qué crees tú? ge-ni-o - el chico no responde, es más, parece que se va a largar a llorar en cualquier instante, tal vez se le pasó un poco la mano - oye... - comienza a decir - por qué crees que lo hice? para molestarte? en verdad crees que haría algo así? debo decirte que eso sería una pésima perfilación -

- n-o entiendo -

- si me dejas hacerlo una vez más lo entenderás - Reid no acepta, pero tampoco se opone, así que lo besa, de manera suave, para hacerle entender que va en serio, que lo quiere, que su deber es protegerlo. Le recorre la espalda con una mano mientras que con la otra sujeta su nuca para ir acentuando el beso, da en el clavo. Reid tiene los ojos cerrados y poco a poco comienza a ceder, abre su boca y suelta un jadeo, oportunidad que Morgan aprovecha para reunir sus lenguas, el menor se aferra a sus hombros, clavandole aquellos delgados dedos. "Te amo" le susurra, para luego besarlo con fuerza, aprisionandolo con su cuerpo, haciendole sentir que lo ama con todo su ser, que se muere por tenerlo entre sus brazos.

- ahora entiendes? - le dice al oído, Reid jadea cuando siente su respiración recorrerle la piel.

- n-no del todo -

- entonces... creo que tendré que seguir explicandotelo - se apodera de su boca una vez más y lo lleva hasta la cama donde lo dejar caer, no le da tiempo ni de recuperar el aliento cuando lo besa nuevamente. Entre respiraciones agitadas, jadeos y gemidos prófugos, Reid susurra un "te amo" el cual Morgan sabe aprovechar. Mientras tanto, fuera de la habitación, Shakespeare maúlla y rasguña la puerta.

criminal minds, morganxreid

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