Category: Harry Potter
Title: Después de cinco años
Genre: Romance/Drama
Rating: Fiction Rated: K+
Summary: Ginny vuelve a Londres por negocios, reencontrándose con Draco
Malfoy. Él, le ha invitado a salir y la chica acepta, pero tiene miedo por
todas las cosas pendientes que quedaron en el pasado.
Notes: Capítulo 2 arriba! El pasado quiere volver a aparecer.
Pero no estaba preparada para lo que vio: el salón estaba despejado, ya que sólo había una mesa para dos, donde los esperaba una botella de champaña bajo hielo. El salón, en cambio, estaba adornado con un camino de luz con velas, rodeando todo el espacio. Y las velas estaban adornadas con rosas de color damasco y helechos, lo que le daba un toque rústico y sutil a la vez. Pero el detalle que más le llamó la atención, fue el ver un cuarteto de cuerdas (violín, viola, violoncello y contrabajo), tocando piezas clásicas y contemporáneas. We can talk things over, a little time... Promise me you won't step outta line.
Llegaron a Bloomfield Road y Ginny no pudo evitar sonreír.
- Supongo que no te marearás durante la cena si navegamos por las tranquilas aguas del Regent’s Canal. - Le dijo Draco, algo preocupado por su reacción.
- Supones bien. - Le contestó ella, mientras miraba el local. Era Jason’s Trip. Y por lo que ella sabía, en septiembre los viajes estaban suspendidos. - Aunque no creo que me maree mucho mirando el canal.
- Lástima que adivinaste… creí que caerías en la treta. - Le dijo, mientras le abría la puerta para que ella pasara.
- Podré haber desaparecido de Londres, pero eso no quiere decir que me haya olvidado de ciertas costumbres británicas. - Contestó, cuando en eso, se aparece el mesero y ve a Draco. De inmediato, los dirige a su ubicación, el cual, como Ginny dedujo, estaba a la orilla del canal. Pero no estaba preparada para lo que vio: el salón estaba despejado, ya que sólo había una mesa para dos, donde los esperaba una botella de champaña bajo hielo. El salón, en cambio, estaba adornado con un camino de luz con velas, rodeando todo el espacio. Y las velas estaban adornadas con rosas de color damasco y helechos, lo que le daba un toque rústico y sutil a la vez. Pero el detalle que más le llamó la atención, fue el ver un cuarteto de cuerdas (violín, viola, violoncello y contrabajo), tocando piezas clásicas y contemporáneas.
- ¿Qué te parece? - Le preguntó Draco al oído, mientras le retiraba el abrigo.
- Es… es… - Ginny no podía parar de balbucear. - magnífico. - Le contestó, al fin. Draco le sonrió y vio que le entrega los abrigos al mesero.
- Bienvenida a casa, querida. - Le contestó, galante. - ¿Me harías los honores? - Le preguntó, ofreciéndole el brazo.
- Por supuesto. - La sonrisa de la chica lo deslumbró por un instante, pero reaccionó al sentir su brazo sobre el suyo. La condujo a la mesa y esperó a que se sentara, para poder acercar su silla a la mesa. Vio de reojo como Ginny enrojecía por todas las atenciones que estaba recibiendo, lo que le agradaba en sobremanera.
Cuando Draco se sentó, el mesero que los había saludado apareció y abrió la botella de champaña.
- ¿Te parece si celebramos? - Le preguntó Draco.
- No creo que mi presencia merezca tantas atenciones de tu parte, Draco. - Le respondió Ginny, aún sonrojada.
- Oh, vamos Ginebra, no seas aguafiestas. - Contestó el rubio, tomando la copa de ella y la de él, para que fueran servidas.
- No me digas Ginebra, por favor. - Dijo Ginny con desagrado. - Sabes que no me gusta mi nombre.
- Pues no pienso tratarte de Ginny. - Draco le contestó seco, mientras le acercaba la copa a su acompañante. - Todo el mundo te trata así y yo no soy “todo el mundo”. - Esto último lo dijo con un gran énfasis.
- Está bien, sólo porque eres tú. - Le respondió desganada. - Entonces ¿Puedo llamarte hurón? - La mueca de asco que hizo el rubio hizo que recapacitara, aunque no por eso dejó de reír. - Ok, ya entendí el mensaje.
El rostro de Draco se relajó y la miró fijamente.
- Entonces, ¿Celebramos tu regreso? - Trató de decirlo de la manera más inocente posible, sin tener que hablar de temas incómodos, al menos por el momento.
- Nada más que eso, querido. - Le recordó seriamente Ginny.
- Oh, vamos Ginebra. - Dijo Draco tranquilamente. - Independiente del pasado, no puedes negar que querías verme, sino, no habrías aceptado mi invitación.
- No tientes a tu suerte, Draco.
- Querida, esto es sólo el principio. - Le dijo, en forma coqueta.
- No me provoques, Draco.
- Lo quieras o no, tú me provocas. - Respondió en un susurro. Ginny bajó la cabeza y un amago de sonrisa se asomó su rostro. Pero en una fracción de segundo, alzó el rostro, con una sonrisa de oreja a oreja.
- Tomaré tu consejo esta vez, Draco. - Le respondió tranquila. - Tentaré a mi suerte esta noche.
- ¿Entonces, te parece si brindamos por nosotros? - Dijo el rubio, mirándola suspicaz. La pelirroja levantó su copa y habló.
- Por nosotros. - Y las copas tintinearon, mientras bebían un sorbo de champaña, cada uno mirando al otro. Cuando bajaron las copas, ambos sonrieron, pensando para sí que la velada iba a ser… interesante.