Título: Esos brazos que lo sostenían
Fandom: Glee
Resumen: Que siempre estaban ahí para él.
Pareja: Blaine&Kurt
Cantidad de palabras: 1354 + título
Tipo: Capítulo único.
Género: Romance
Advertencia: PWP. Sin betas.
Notas: Escrito en partes con Merii vía MSN, todo porque yo quería escribir una escena así y ella no pudo evitar poner de su parte. Esto es porno tal cual.
Dedicado a todas las me inspiraron con su cantaleta del otro día. Mientras todas se quejaban yo me ponía a escribir porno.
Esos brazos que lo sostenían
Lloraba, las lágrimas caían por sus mejillas y luego sobre la almohada debajo de su rostro. Pero no se apenaba, al menos no de llorar. De rogar tal vez, un poco, pero era Blaine a quién le rogaba, por quién lloraba. Y no era lágrimas malas, eran diferentes.
Kurt escuchaba claramente las palabras de Blaine en su oído pero no las entendía, estaba más allá de lograr comprender algo de lo que sucedía a su alrededor. Pero se sentía bien.
Joder, tan bien.
Podía sentir sus manos por sus caderas un poco ásperas por tanto tocar guitarra, podía distinguir el roce de sus dedos y esa fricción que de tanto en tanto le provocaban. Dios, sólo un poco más de fricción, sólo un poco, puede ser mucho pero no lo suficiente. Quizá si pasara sus manos un poco más abajo.
Justo así.
Escuchó una risa ahogada en su hombro y luego a Blaine entrando en él, llenándolo nuevamente. Sintió claramente cada detalle del miembro de su novio dentro de él y agradeció mentalmente a todo el lubricante, porque era tan grande, tan perfecto.
No sabía cuándo llevaba ya en esa posición, con ambas rodillas en la cama y el trasero en el aire, pero sus brazos ya había desistido a sostenerlo y su pecho estaba en el colchón. Y debajo de su rostro la almohada de Blaine, que olía como él y sólo le daba más deseos de correrse ya.
-Tan… estrecho…
Blaine murmura en su oído, áspero, húmedo y caliente. Puede sentir a la perfección el detalle de sus caderas moviéndose con lentitud tortuosa, sujetándole firme. Kurt insinúa un poco más las caderas, un gemido alto y estremecedor.
Se muerde los labios al sentir la mano de Blaine acercándose a sus testículos y forma otro roce, una fricción más caliente, más íntima.
Y luego sujeta la cabeza de su pene y lo acaricia de arriba a abajo, jugando con él, bajando hasta llegar al anillo que le puso en lo que a Kurt le parecen horas atrás.
-Blaine… -solloza.
Porque todo lo ha sobrepasado ya, pero sigue deseando más y más.
-Shhh… paciencia, Kurt -otro murmullo grave en su oído, el aliento traspasándole y dándole escalofríos por toda la espina dorsal.
Un roce de labios por su espalda y las manos intrusas masturbándole con demasiada lentitud. Todo da vueltas en aquel espacio y la cama incluso parece más pequeña y estrecha, todo parece más pequeño y el aire húmedo y el olor a sexo se percibe.
-Más… Blaine -besos por su nuca y bajando una vez más por su espalda, succionando, lamiendo con cuidado.
Las caderas de Blaine comienzan a tomar velocidad y sus manos sujetan con fuerza las caderas de Kurt, se acerca, el castaño lo sabe, y él mueve sus músculos para aprisionarlo más, porque quiere creer que si Blaine acaba él podrá hacerlo también.
Kurt muerde sus labios y las lágrimas vuelven a caer mientras su cuerpo es sacudido al ritmo de las embestidas de su novio.
-Blaine… oh Dios… Blaine… más fuerte -sí, más fuerte, más rápido, más de todo, por favor porque ya no aguanta-. Dios… más fuerte. Fuerte…
Blaine gruñe y Kurt siente cómo es llenado con el esperma de su novio, caliente y ampliamente deseado. Puede notar cuando se sale de su cuerpo y más gemidos salen de sus labios. Los cálidos dedos de Blaine acarician su espalda mientras lo siente moverse y de pronto debajo de su pecho ya no está el colchón, ahora él está sobre Blaine.
Es entonces cuando se da cuenta de que aún no va a poder correrse. Los dedos de Blaine acarician su cabello y es besado en todo el rostro hasta llegar a sus labios y es devorado por su novio.
Kurt comenzó a llorar, rogando sin palabras que Blaine lo deje correrse. Mueve sus caderas buscando la fricción del colchón debajo de su erección. Puede escuchar claramente la risa de Blaine, quien parece se burlaba de sus movimientos.
Es entonces cuando lo siente moverse y algo es colocado en su boca.
Un poco de sus sentidos le indican que es la corbata de Dalton.
-Hmmg… -mueve las caderas para llamarle la atención, gruñendo, un poco más fricción y Blaine baja las manos hasta las nalgas y las sujeta con firmeza.
-No puedo entenderte del todo… -sonríe el muy descarado-. Dime qué es lo que quieres, Kurt…
-Hmmp… -es más como un gemido ahogado, porque ahora Blaine le roza, sólo con la punta de los dedos, su ano, su erección y los testículos, roces que no alivian y sólo hacen crecer el calor y las cosquillas del estómago.
Esto no es nada justo. En lo absoluto.
Hace otro intento de provocar fricción, lo ruega, por favor, porque no aguanta, debe correrse, tiene que hacerlo.
-¿Quieres que te toque? ¿Es eso? -le dice en el oído y Kurt sólo logra decir que sí con la cabeza. Que eso quiere, que eso necesita. Sus dedos dentro de él.
Que lo necesita dentro de él para correrse.
Siente las manos de Blaine jugando con su cabello, enredándose en las hebras castañas. Y luego escucha cómo comienza a tararear, intentando calmar un poco su excitación con su voz.
Pero poco a poco las manos comienzan a bajar por su espalda, tocándolo con la punta de los dedos, hasta llegar a sus mejillas y jalarlo más sobre su regazo, hasta quedar sentado sobre las caderas de Blaine.
Y junto a su dolorosa erección estaba el ya duro miembro de Blaine.
Blaine lo llena y Kurt siente que se ahoga de deseo. Baja las caderas para estar sentado en el regazo de su novio y en esa posición siempre se ha sentido poderoso.
Las manos de Blaine se apoderan de sus caderas y entre los dos logran subir su cuerpo que ya no siente que le pertenece, ahora es completamente del chico Anderson.
Blaine le retira la corbata con cuidado, respirando errático, sintiendo que con ello los gemidos de Kurt son más audibles, más agudos más desesperados. Le besa profundo, desesperado, metiendo la lengua hasta la garganta y las manos apegadas a sus nalgas.
Kurt sube y baja en el duro miembro de Blaine guiado por aquellas manos que lo sostienen ahora y que siempre han estado ahí para él. Siente como el tenor comienza a perder nuevamente el control y baja con más fuerza, con Blaine rozando su próstata aún más.
Es cuando siente las manos abandonar sus caderas e ir a su erección, dejándolo libre de aquel anillo.
Siente un leve corriente de alivio al mínimo vistazo de que esa cosa ya no está en él. Mucho mejor.
-Voy a… -apenas una palabra coherente-. Blaine… voy a… Dios… oh Dios.
-Hazlo Kurt, quiero verte -le susurra al oído mientras sube las caderas y se entierra nuevamente en él-. Eres tan hermoso cuando te corres.
Un par de lágrimas caen desde los hermosos ojos azules de Kurt cuando Blaine lo besa, cubriendo su boca con la suya y mordiendo su labio inferior al momento en que el orgasmo los golpea. Kurt siente que se desmaya por unos instantes pero las manos de Blaine están siempre en su espalda, sosteniéndolo en su lugar.
-Eso fue… -Kurt respira errático. Ambos caen en la cama y Blaine se acomoda a su lado mientras le besa con gentileza en la sien.
-Woow…
Blaine le acerca y le abraza quedando él y sus desordenados risos descansando en el pecho de Kurt.
-Te amo -susurra Blaine con la cabeza enterrada en su cuello.
Kurt sabe que en unos minutos se levantará por un par de toallas húmedas para limpiarlos, porque el castaño llegó a ese punto donde no puede moverse y Blaine es tan considerado que lo hace por él.
A Kurt le gusta de vez en cuando sentirse así, completamente bajo el deseo de Blaine, porque es la mejor forma de sacar el estrés que los días de ambos generan en sus cuerpos.
Y, además, es tremendamente satisfactorio.
-Te amo -suspira de regreso, antes de caer dormido en aquellos brazos que siempre están ahí para protegerlo.