Love the way it hurts (cap 12)
Titulo: Love the way it hurts
Fandom: SHINee
Pairing: Jongkey, Jongho & 2min
Capítulo: # 12
Rated: M
Summary: Cuando el dolor y el amor se mezclan, nacen sentimientos que desembocan en situaciones desesperadas en los que reina la necesidad. Kibum es una perra y Jonghyun no sabe decirle que no; Taemin se alejó de Minho y éste no soporta la situación... Buscan consuelo, sólo los une el dolor y una infinita amistad.
Advertencias: Slash, lemon y lenguaje adulto.
Explicar a Jinki lo que había ocurrido cuando se encontró con un Minho malherido al llegar a casa no fue tan complicado como decírselo al mánager, que parecía estar rojo de ira.
-¡Sois unos irresponsables! - había gritando reuniéndolos a todos en el salón - Sois ídolos musicales, no podéis hacer lo que os dé la gana, si tenéis una discusión, ¡la pelea no es la solución! ¿Qué diremos a las fans cuando en el próximo directo Minho aparezca con una cicatriz en la ceja? ¿Lo habéis pensado?
El grupo, sin excepción, clava la vista en el suelo, avergonzados por su comportamiento, incluso los que no han tenido nada que ver.
-Lo sentimos mucho, mánager-hyung -se disculpa Jinki de parte de todos -. No volverá a ocurrir…
-Más os vale. De momento los quehaceres de hoy quedan suspendidos… ¡No podemos presentar al pequeño Taemin con un ojo morado, a Minho con los labios rojos y la herida en la ceja y a Jonghyun con moratones y los nudillos hinchados! ¡Imaginaros qué pensarán las fans…! No, no podemos hacer eso. Por vuestro bien espero que mañana hayáis encontrado la forma de disimular todo esto, porque no podré posponer más vuestros directos… Ahora me tengo que ir, espero que reflexionéis sobre lo ocurrido.
Y se marcha así, dejándolos solos y avergonzados en el salón, cada uno mirando a un punto diferente de la estancia.
-Esto se tiene que acabar, y tiene que ser ya - dice Jinki alzando la vista hacia sus compañeros -. Kibum, Jonghyun, iros a charlar, creo que os hace falta hablar un par de cosas… Minho, Taemin, vosotros os quedáis conmigo, necesito saber qué cojones está pasando en esta casa. ¡Me voy un día y mira lo que pasa!
Jonghyun y Kibum se deslizan hasta el dormitorio de este último y el vocalista se sienta en la cama del pequeño Taemin, sin ser capaz de levantar la vista del suelo, aún demasiado aturdido por los hechos recientes. Kibum sabe que su amigo está por explotar de un momento a otro, que necesita desahogarse y esta vez no tendrá otra oportunidad que con él, ese hecho le gusta, le pone, le alimenta, sólo tiene que ponerlo en una situación límite.
Con rapidez y violencia, Kibum le pega una bofetada, provocando que Jonghyun gire el rostro pero continúe sin emitir palabra. ¿A qué esperas? Explota. Pero el vocalista no parece querer hacerle mucho caso, se mantiene igual que siempre sólo que más distraído, menos concentrado, menos atento a Kibum, y eso lo enfurece. El segundo rapero vuelve a golpearlo.
-Creí que te había dejado suficientemente claro que jugaremos a lo que yo quiera - comienza a escupir Kibum, tentándolo -. Creí que te había dejado suficientemente claro que no quería que tomaras decisiones por tu cuenta, que sólo puedes hacer lo que yo quiero… ¿Y qué me encuentro cuando llego por la mañana? A ti durmiendo en la misma cama que Minho, ¡y Taemin! Como si con uno no fuera suficiente. ¿No te das cuenta de que no me importa, de que no vas a conseguir ponerme celoso? Lo único que haces es alimentar mi enfado…
Jonghyun lo mira directamente, con los ojos a punto de dejar derramar lágrimas. Kibum sonríe satisfecho, sabiendo que de un momento a otro tiene que explotar y lo hará ahí, con él, en sus manos, por fin le gritará, le mandará a la mierda, le golpeará incluso… Pero el vocalista sólo deja derramar un par de lágrimas.
-Lo siento…
Podía haber elegido cualquier otras palabras que lanzarle a Kibum, podía haber utilizado cualquier otro tipo de frase en su amplio repertorio de vocabulario, pero ha elegido las palabras exactas que Kibum no quería escuchar. No sólo lo está volviendo a perdonar por sus acciones, sino que además le está pidiendo perdón. Su reacción le pone furioso, su disculpa alimenta su odio e impaciencia.
-¿Cómo que lo sientes? - le golpea Kibum empujándolo sobre el colchón, sentándose sobre él - ¿Que lo sientes? ¿Cómo… cómo se te ocurre pedirme perdón? ¡No es eso lo que quiero!
-Lo siento…
Kibum se ordena callar a sí mismo, pues está a punto de descubrirse a sí mismo ante Jonghyun. No importa lo que haga para herirlo, no importa lo que lo incite para hacerlo estallar, el vocalista parece disfrutar de su propio dolor, parece conformarse con la mierda que Kibum le ofrece, parece que nunca va a poder decirle que no, que nunca va a revelarse en su contra, que nunca va a odiarlo, como está deseoso de que haga.
Con toda la furia que lo inunda, Kibum lo golpea y lo besa con ferocidad, mordiendo sus labios hasta hacerlos sangrar. Jonghyun se deja hacer, demasiado nublado por la culpa como para hacer algo más. Es el juego que él eligió, y ahora lo tiene más que presente. Lo ama, con todas sus fuerzas, lo quiere como un loco, y sabe que va a permitirle hacer con él lo que quiera, porque está empezando a acostumbrarse al dolor, a tomarlo como parte de sí más que como una pesadilla. Está empezando a gustarle.
No hay más palabras que inunden el momento en el que se desahogan el uno con el otro mientras Jonghyun se introduce en su interior. No hay más que gemidos y susurros al oído exigiendo más, no hay más que odio que estalla contra sus cuerpos y los hace reaccionar, proporcionándoles la oportunidad de avanzar y retroceder más rápido, con más intensidad.
Esa vez, cuando ambos yacen sobre el colchón agotados, Kibum barajea por primera vez la posibilidad de quedarse ahí. No de abrazarlo u ofrecerle el consuelo que sin duda necesita, no, sólo quedarse ahí, a su lado, regalándole su presencia. Pero su orgullo y su odio es demasiado fuerte como para sucumbir a ese deseo, de modo que, como siempre, sin una palabra, comienza a vestirse y abandona el dormitorio, dejando a Jonghyun solo, sin Minho, sin Taemin, sin desahogo, sin nada. Sólo su corazón hecho pedazos en el suelo y el suyo con él.
Kibum se introduce en el cuarto de baño y cierra con pestillo la puerta. Abre el grifo y deja que el agua corra frente a él mientras apoya las manos en el lavabo y se mira en el espejo, preguntándose si ha ido demasiado lejos. Ese macabro y sádico juego que tienen empezó con la necesidad de Kibum de sentirse fuerte ante la pérdida de sus padres, empezó como una necesidad, como un desahogo. Quería ser el dueño del tablero, el jefe del juego, el jugador y que las piezas se movieran a su antojo… Pero no se imaginó jamás que sus compañeros no harían otra cosa que obedecer sin rechistar, sin oponer resistencia. Quiere a Jonghyun, con toda su alma, y sufre por verlo sufrir pero se enfada porque no sea capaz de ponerle los puntos sobre las íes, se enfada al verlo pasarlo mal en silencio, sin decir una sola palabra.
Se lava la cara y vuelve a mirarse al espejo.
Su reflejo le devuelve una expresión dolorida y macabra. No sabe dónde quedó el Key que se miraba cada dos por tres para colocarse ese mechón rebelde de pelo correctamente, no sabe dónde quedó el Key que se preocupaba por su imagen y vivía con un espejo en el bolso para mirarse y enorgullecerse de sí mismo y de su presencia. Desde que sus padres murieron y su juego comenzó, no ha vuelto a ser capaz de mirarse en ninguno de ellos, temeroso de lo que puede encontrar en él.
Le encantaba que Jonghyun lo odiara, que lo mirara enfadado e impotente mientras él lo trataba mal, le encantaba saber que no iba a perdonarlo nunca… Pero ahora… Ahora Jonghyun no le odia, no hace otra cosa que amarlo y pedirle perdón. Se sobrestimó, creyó que no soportaría la presión de su relación, que terminaría por finalizarlo si su hyung no lo hacía antes. Pero ha aguantado meses, meses sintiéndose odiado, sintiéndose una perra, sintiéndose una mala persona y ha comenzado a acostumbrarse a esa sensación de ser el malo de la película, de que todos le miren con odio pero que luego nadie le diga nada.
Empezó a gustarle, y todo por culpa de Jonghyun, por no mostrarse firme, por no exigir su participación en el juego y dejar que Kibum tomara las riendas.
Fandom: SHINee
Pairing: Jongkey, Jongho & 2min
Capítulo: # 12
Rated: M
Summary: Cuando el dolor y el amor se mezclan, nacen sentimientos que desembocan en situaciones desesperadas en los que reina la necesidad. Kibum es una perra y Jonghyun no sabe decirle que no; Taemin se alejó de Minho y éste no soporta la situación... Buscan consuelo, sólo los une el dolor y una infinita amistad.
Advertencias: Slash, lemon y lenguaje adulto.
Explicar a Jinki lo que había ocurrido cuando se encontró con un Minho malherido al llegar a casa no fue tan complicado como decírselo al mánager, que parecía estar rojo de ira.
-¡Sois unos irresponsables! - había gritando reuniéndolos a todos en el salón - Sois ídolos musicales, no podéis hacer lo que os dé la gana, si tenéis una discusión, ¡la pelea no es la solución! ¿Qué diremos a las fans cuando en el próximo directo Minho aparezca con una cicatriz en la ceja? ¿Lo habéis pensado?
El grupo, sin excepción, clava la vista en el suelo, avergonzados por su comportamiento, incluso los que no han tenido nada que ver.
-Lo sentimos mucho, mánager-hyung -se disculpa Jinki de parte de todos -. No volverá a ocurrir…
-Más os vale. De momento los quehaceres de hoy quedan suspendidos… ¡No podemos presentar al pequeño Taemin con un ojo morado, a Minho con los labios rojos y la herida en la ceja y a Jonghyun con moratones y los nudillos hinchados! ¡Imaginaros qué pensarán las fans…! No, no podemos hacer eso. Por vuestro bien espero que mañana hayáis encontrado la forma de disimular todo esto, porque no podré posponer más vuestros directos… Ahora me tengo que ir, espero que reflexionéis sobre lo ocurrido.
Y se marcha así, dejándolos solos y avergonzados en el salón, cada uno mirando a un punto diferente de la estancia.
-Esto se tiene que acabar, y tiene que ser ya - dice Jinki alzando la vista hacia sus compañeros -. Kibum, Jonghyun, iros a charlar, creo que os hace falta hablar un par de cosas… Minho, Taemin, vosotros os quedáis conmigo, necesito saber qué cojones está pasando en esta casa. ¡Me voy un día y mira lo que pasa!
Jonghyun y Kibum se deslizan hasta el dormitorio de este último y el vocalista se sienta en la cama del pequeño Taemin, sin ser capaz de levantar la vista del suelo, aún demasiado aturdido por los hechos recientes. Kibum sabe que su amigo está por explotar de un momento a otro, que necesita desahogarse y esta vez no tendrá otra oportunidad que con él, ese hecho le gusta, le pone, le alimenta, sólo tiene que ponerlo en una situación límite.
Con rapidez y violencia, Kibum le pega una bofetada, provocando que Jonghyun gire el rostro pero continúe sin emitir palabra. ¿A qué esperas? Explota. Pero el vocalista no parece querer hacerle mucho caso, se mantiene igual que siempre sólo que más distraído, menos concentrado, menos atento a Kibum, y eso lo enfurece. El segundo rapero vuelve a golpearlo.
-Creí que te había dejado suficientemente claro que jugaremos a lo que yo quiera - comienza a escupir Kibum, tentándolo -. Creí que te había dejado suficientemente claro que no quería que tomaras decisiones por tu cuenta, que sólo puedes hacer lo que yo quiero… ¿Y qué me encuentro cuando llego por la mañana? A ti durmiendo en la misma cama que Minho, ¡y Taemin! Como si con uno no fuera suficiente. ¿No te das cuenta de que no me importa, de que no vas a conseguir ponerme celoso? Lo único que haces es alimentar mi enfado…
Jonghyun lo mira directamente, con los ojos a punto de dejar derramar lágrimas. Kibum sonríe satisfecho, sabiendo que de un momento a otro tiene que explotar y lo hará ahí, con él, en sus manos, por fin le gritará, le mandará a la mierda, le golpeará incluso… Pero el vocalista sólo deja derramar un par de lágrimas.
-Lo siento…
Podía haber elegido cualquier otras palabras que lanzarle a Kibum, podía haber utilizado cualquier otro tipo de frase en su amplio repertorio de vocabulario, pero ha elegido las palabras exactas que Kibum no quería escuchar. No sólo lo está volviendo a perdonar por sus acciones, sino que además le está pidiendo perdón. Su reacción le pone furioso, su disculpa alimenta su odio e impaciencia.
-¿Cómo que lo sientes? - le golpea Kibum empujándolo sobre el colchón, sentándose sobre él - ¿Que lo sientes? ¿Cómo… cómo se te ocurre pedirme perdón? ¡No es eso lo que quiero!
-Lo siento…
Kibum se ordena callar a sí mismo, pues está a punto de descubrirse a sí mismo ante Jonghyun. No importa lo que haga para herirlo, no importa lo que lo incite para hacerlo estallar, el vocalista parece disfrutar de su propio dolor, parece conformarse con la mierda que Kibum le ofrece, parece que nunca va a poder decirle que no, que nunca va a revelarse en su contra, que nunca va a odiarlo, como está deseoso de que haga.
Con toda la furia que lo inunda, Kibum lo golpea y lo besa con ferocidad, mordiendo sus labios hasta hacerlos sangrar. Jonghyun se deja hacer, demasiado nublado por la culpa como para hacer algo más. Es el juego que él eligió, y ahora lo tiene más que presente. Lo ama, con todas sus fuerzas, lo quiere como un loco, y sabe que va a permitirle hacer con él lo que quiera, porque está empezando a acostumbrarse al dolor, a tomarlo como parte de sí más que como una pesadilla. Está empezando a gustarle.
No hay más palabras que inunden el momento en el que se desahogan el uno con el otro mientras Jonghyun se introduce en su interior. No hay más que gemidos y susurros al oído exigiendo más, no hay más que odio que estalla contra sus cuerpos y los hace reaccionar, proporcionándoles la oportunidad de avanzar y retroceder más rápido, con más intensidad.
Esa vez, cuando ambos yacen sobre el colchón agotados, Kibum barajea por primera vez la posibilidad de quedarse ahí. No de abrazarlo u ofrecerle el consuelo que sin duda necesita, no, sólo quedarse ahí, a su lado, regalándole su presencia. Pero su orgullo y su odio es demasiado fuerte como para sucumbir a ese deseo, de modo que, como siempre, sin una palabra, comienza a vestirse y abandona el dormitorio, dejando a Jonghyun solo, sin Minho, sin Taemin, sin desahogo, sin nada. Sólo su corazón hecho pedazos en el suelo y el suyo con él.
Kibum se introduce en el cuarto de baño y cierra con pestillo la puerta. Abre el grifo y deja que el agua corra frente a él mientras apoya las manos en el lavabo y se mira en el espejo, preguntándose si ha ido demasiado lejos. Ese macabro y sádico juego que tienen empezó con la necesidad de Kibum de sentirse fuerte ante la pérdida de sus padres, empezó como una necesidad, como un desahogo. Quería ser el dueño del tablero, el jefe del juego, el jugador y que las piezas se movieran a su antojo… Pero no se imaginó jamás que sus compañeros no harían otra cosa que obedecer sin rechistar, sin oponer resistencia. Quiere a Jonghyun, con toda su alma, y sufre por verlo sufrir pero se enfada porque no sea capaz de ponerle los puntos sobre las íes, se enfada al verlo pasarlo mal en silencio, sin decir una sola palabra.
Se lava la cara y vuelve a mirarse al espejo.
Su reflejo le devuelve una expresión dolorida y macabra. No sabe dónde quedó el Key que se miraba cada dos por tres para colocarse ese mechón rebelde de pelo correctamente, no sabe dónde quedó el Key que se preocupaba por su imagen y vivía con un espejo en el bolso para mirarse y enorgullecerse de sí mismo y de su presencia. Desde que sus padres murieron y su juego comenzó, no ha vuelto a ser capaz de mirarse en ninguno de ellos, temeroso de lo que puede encontrar en él.
Le encantaba que Jonghyun lo odiara, que lo mirara enfadado e impotente mientras él lo trataba mal, le encantaba saber que no iba a perdonarlo nunca… Pero ahora… Ahora Jonghyun no le odia, no hace otra cosa que amarlo y pedirle perdón. Se sobrestimó, creyó que no soportaría la presión de su relación, que terminaría por finalizarlo si su hyung no lo hacía antes. Pero ha aguantado meses, meses sintiéndose odiado, sintiéndose una perra, sintiéndose una mala persona y ha comenzado a acostumbrarse a esa sensación de ser el malo de la película, de que todos le miren con odio pero que luego nadie le diga nada.
Empezó a gustarle, y todo por culpa de Jonghyun, por no mostrarse firme, por no exigir su participación en el juego y dejar que Kibum tomara las riendas.