(no subject)
Damien Thorn es el anticristo, por lo tanto, no tiene sentimientos aparte de la ira que le hace sentir el hecho de que con 16 años de edad y casi a punto de heredar el puesto de su padre, le haya echado de South Park solo y únicamente por insinuar que Hussein era mejor que Bin Laden ¡Joder!
Nada cambio mucho desde que era niño, no recordaba muchas cosas de ese jodido pueblo aparte del gordo de mierda que se creía especial, a Kenny, porque joder, Kenny se la pasaba en su casa y claro, ese francés extraño.
O inglés, ni idea, el que hizo explotar.
En ese momento lo vio, estaba llorando amargamente en un columpio mientras susurraba cosas que Damien no entendía, no podía hablar con nadie, porque en primer lugar, no había nadie ahí, estaba con la nariz rota y las ropas desgarradas.
Estaba delicioso.
Phillip Pirrup le miro, su mirada estaba totalmente perdida y Damien casi que aprovechaba de agradecer a su padre de haberle llevado a South Park. Pero al tan solo ver a un pobre diablo tan miserable hace a su estomago rugir.
Pip cree recordarlo, es ese abusivo (pese a lo que decía el consejero, eso eran todos) que le hizo fuegos artificiales, no va a huir, desde años atrás ya le da igual, ya Cartman se encargo de eso. Siente como el chico de ropas negras le toma de la mano y él tan solo obedece, sin oponerse, sin preguntar quién es.
-Me interesas, ingles-
Y Pip solo respondió acercándose mas a Damien, recibiendo un beso en la frente y Damien susurro.
“Buen chico, Pirrup”
Pip sonrió y siguió a Damien, Pip ignoraba por completo el hecho de que Damien también sonreía, pero una sonrisa divertida, como si hubiera recibido un nuevo regalito.
Oh, Damien se la iba a pasar bomba con ese juguetito.
Especialmente, porque a Damien le enseñaron como si rompías un juguete, tenías que jugar con él hasta que te aburrieras. Y con ese inglés, se iba a encargar personalmente de no aburrirse en muchísimo tiempo.
Casi agradecía a su padre por sus malos gustos, casi.
Nada cambio mucho desde que era niño, no recordaba muchas cosas de ese jodido pueblo aparte del gordo de mierda que se creía especial, a Kenny, porque joder, Kenny se la pasaba en su casa y claro, ese francés extraño.
O inglés, ni idea, el que hizo explotar.
En ese momento lo vio, estaba llorando amargamente en un columpio mientras susurraba cosas que Damien no entendía, no podía hablar con nadie, porque en primer lugar, no había nadie ahí, estaba con la nariz rota y las ropas desgarradas.
Estaba delicioso.
Phillip Pirrup le miro, su mirada estaba totalmente perdida y Damien casi que aprovechaba de agradecer a su padre de haberle llevado a South Park. Pero al tan solo ver a un pobre diablo tan miserable hace a su estomago rugir.
Pip cree recordarlo, es ese abusivo (pese a lo que decía el consejero, eso eran todos) que le hizo fuegos artificiales, no va a huir, desde años atrás ya le da igual, ya Cartman se encargo de eso. Siente como el chico de ropas negras le toma de la mano y él tan solo obedece, sin oponerse, sin preguntar quién es.
-Me interesas, ingles-
Y Pip solo respondió acercándose mas a Damien, recibiendo un beso en la frente y Damien susurro.
“Buen chico, Pirrup”
Pip sonrió y siguió a Damien, Pip ignoraba por completo el hecho de que Damien también sonreía, pero una sonrisa divertida, como si hubiera recibido un nuevo regalito.
Oh, Damien se la iba a pasar bomba con ese juguetito.
Especialmente, porque a Damien le enseñaron como si rompías un juguete, tenías que jugar con él hasta que te aburrieras. Y con ese inglés, se iba a encargar personalmente de no aburrirse en muchísimo tiempo.
Casi agradecía a su padre por sus malos gustos, casi.