Bendito verano

Jul 28, 2009 07:35


Y aunque mi horario de trabajo no me permite irme de parranda como yo quisiera no deja de causarme gracia el articulo.

Para mi en lo general en cuestiones de pareja, siempre me ha parecido sano el mantener amigos de ambos sexos  con quien puedas salir de fiesta, tomarse unos tragos o simplemente charlar. No considero que sea eso una busqueda de una aventura o algo mas, creo que es absolutamente indispensable darse su espacio para no asfixiar la relacion. Y bueno me causa risa este articulo.

Yo con mi propio apellido tengo, no tengo que disfrazarme de Rodriguez puede seguir siendo simplemente Perez.

Los Solteros de verano

Durante las vacaciones de verano se da un fenómeno que no se relaciona con los estudiantes, sino con sus papás. Bueno, con algunos de ellos. Y es que en esos lapsos crece de manera visible el número de hombres que pululan en antros y restaurantes. Acechan en grupo y su actitud y lenguaje corporal dicen que están ávidos de ligar. ¿Buenas noticias para las solteras? No. Para nada.

Y es que estos solteros de verano no son en realidad solteros. Mientras sus esposas se van con los niños de vacaciones o a visitar familiares, ellos se quedan en la ciudad a trabajar. Cada día, al terminar su trabajo, se juntan con otros amigos que andan en las mismas para hablar, tomar unas copas y, si se puede, ligar.

Supongo que se trata de un fenómeno mundial. En España, país en el que acostumbran tomar largas vacaciones durante el verano, a este fenómeno se le conoce como: “andar de Rodríguez”, o para algunos, “de Gutiérrez”, ya que son los apellidos comunes que dan a las damiselas en cuestión o en los hoteles de paso. Los “Rodríguez” dieron mucho juego en las películas de destape en España. En los Estados Unidos, tal vez la mayor exponente del tema sea La comezón del séptimo año, cinta de los años cincuenta escrita y dirigida por Billy Wilder y protagonizada por Marilyn Monroe.

Malena conoció a Juan José cuando éste andaba “de Rodríguez”. Aunque en un principió él le dijo que era divorciado, a Malena no se le escapó el detalle de la argolla de matrimonio. Rápidamente le aclaró que no tenía el menor interés en salir con un hombre casado. Él le pidió disculpas y le dijo que había mentido porque simplemente quería saber si todavía podía ligar a una mujer guapa. Malena agradeció el piropo, dio media vuelta y dejó al soltero de verano platicando con su cerveza.

Ahora que ambos sexos comparten el trabajo remunerado, la equidad de género hace que tanto hombres como mujeres puedan vivir la experiencia de ser solteros de verano, aunque todavía no es tan común en nuestro país y son por lo general los hombres quienes andan “de Rodríguez”. Sin embargo, muchas mujeres aprovechan los viajes de negocios de sus maridos para salir con sus amigas o amigos. Es sabido que el amigo o amiga soltera que acompaña a los casados en estas salidas acaba convertido en un apestado. Las parejas de sus amigos no los pueden ver ni en pintura y les colocan el sambenito de “sonsacadores”.

Si por casualidad alguna mujer de vacaciones con sus hijos está leyendo estas líneas y empieza a preocuparse, aclaro que no es regla general, y que el andar “de Rodríguez” tampoco significa necesariamente que por salir con unos amigos el marido vaya a ser infiel. Si bien es cierto que unos cuantos aprovechan la oportunidad para echarse una canita al aire, muchos otros únicamente tienen ganas de salir y de sentirse solteros por un rato; parece que les urge comprobar que todavía son atractivos para el sexo opuesto, por lo que sus historias de ligues no pasan a mayores.

Hay quienes piensan que este tipo de ligues sin consecuencias (que no pasan de una plática, piropos y un teléfono que no se piensa usar), pueden llegar a ser positivos, siempre y cuando no pasen de ahí. Si las cosas pasan a mayores estamos hablando de otro tipo de problema. “Tontear es sano porque reafirma tu autoestima”, me dice Enriqueta, quien asegura que no tiene ningún problema en que su marido salga con sus amigos de vez en cuando. Elena piensa que el tonteo (no los cuernos) es un espacio; como una bocanada de aire fresco que se dan los hombres para aguantar el resto del año.

En Argentina a esto del ligue momentáneo se le conoce como “histeriqueo”. Lo practican tanto hombres como mujeres sin importar el estado civil. Ligar por ligar. Pasar un buen rato que no implica contacto físico. Todo mundo sale a tomar algo, habla y liga, pero no pasa de ahí. Sexo verbal.

Un estudio que duró alrededor de un año realizado por la Facultad de Psicología de la UNAM a 300 parejas de mexicanos entre 25 y 40 años reveló que las causas de la infidelidad de hombres y mujeres son similares, aunque el orden es diferente. Mientras que en las mujeres el primer motivo son los problemas de comunicación con su pareja, ellos buscan aventuras por las características físicas de otras mujeres.

La profesora Blanca Elena Mancilla, quien realizó el análisis, destaca esta búsqueda de características físicas en las mujeres por parte de los varones está ligada a una problemática referente a su seguridad sexual. Necesitan ser infieles para reafirmar su sexualidad.

Está claro: el que en verdad tiene ganas de ser infiel, por la razón que sea, no necesita esperar a las vacaciones y a que su esposa este fuera de casa o al viaje del marido para ponerle el cuerno. Será infiel cualquier día de la semana sin importar la época del año. Existe un refrán que dice: “La ocasión hace al ladrón”. Supongo que en el caso del soltero de verano sería algo así como “la ocasión hace al ligón”. Así que mucho ojo, ¿eh?

fernanda@milenio.com
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