Vaya! ver para creer, por una parte cuando regrese a Canada nadie me detuvo en la frontera, pase como Juan por su casa, me regode en los centros comerciales todo el fin de semana pero el lunes tuve que ir al hospital para obtener una carta certificando mi salud fisica que no mental.
El lunes me presente al hospital local y espero junto con una miriada de pacientes. Por fin pase ante el medico al cual expuse mi problema, acababa yo de llegar de Mexico hacia 3 dias y necesitaba que certificaran que estaba yo sano, el medico me miro, me reviso la garganta, los oidos, me pidio respirar tres veces y me expidio el papel milagroso "he aqui el sr Vicente Antonio Perez, se encuentra en perfecto estado de salud, no muestra ningun signo de la enfermedad de la influenza ni ninguna otra enfermedad contagiosa y esta capacitado para trabajar y relacionarse con otras personas"
Vaya tomadura de pelo!
Debi haberme esperado mis 2 semanas cortesia de la empresa completamente pagadas y pasar por el medico a las dos semanas y presentarme fresco como una lechuga en lugar de hacerlo a mitad de la semana?
Lo que me queda muy claro es que esto huele muy mal....
Lean este articulo que aparecio en el Milenio
La influenza en el espejo
Cambio y fuera
Adriana Malvido
2009-05-06•Política
Cuando todo transcurre con normalidad, no sabemos quiénes somos. Nos dejamos engañar, nos engañamos nosotros mismos, y sólo en una situación excepcional nos sucede… la situación excepcional y su verdad.
Estas líneas, tomadas de la novela El regreso de Bernhard Schlink, podrían haber sido escritas para el México de hoy que, en medio de una situación excepcional, nos pone al desnudo ante el espejo y nos permite ver la imagen del país que el mundo mira.
Felicitaciones por un lado y discriminación por el otro. El gobierno argentino nos llama “hermano enfermo”, pero nos cierra sus puertas, como el de Ecuador, Cuba y Perú. El de China envía dólares y tapabocas, pero encierra a los mexicanos que llegan su país. Los aficionados al futbol chileno le gritan “leprosos” a las Chivas.
En Estados Unidos, Obama convoca a los ciudadanos a ser buenos vecinos mientras que el popular Jon Stewart nos convierte en un mal chiste o Glenn Beck, Neil Boortz y otros comentaristas extremos llaman “aliens” a los migrantes y el blog “Republican Faith Chat”, que se dice “cristiano”, atribuye la epidemia de la influenza “a la bestialidad mexicana: son gente sucia que tiene relaciones cercanas no naturales con los animales”. Y más: “(…) se ven a sí mismos demasiado chaparros, demasiado morenos, demasiado mexicanos (…) les repugna la idea de relacionarse y encuentran alivio en el ganado”.
En contraparte a esa imagen construida desde la ignorancia, es posible mirarse y ser mirado en otra, donde hay lugar para la autocrítica pero también para la autoestima, como la de ese grupo de profesionistas que se niegan a dar por perdido un país con tantas posibilidades y lanzan cada mes desde hace más de un año la revista Mexicanísimo, abrazo a una pasión.
“En México hay crímenes, narcotráfico, corrupción, impunidad, pero también heroísmo, trabajo, belleza, creatividad, solidaridad. Publicar esto a ocho columnas es igualmente importante. No se trata de cerrar los ojos o negar lo evidente, sino de balancear nuestra visión del país y generar un cambio que nos permita recuperarlo. Entender las miserias, pero reconocer las virtudes; hacer un juicio crítico y también soñar con lo posible; anclar y volar, lamentar y creer, sólo así podremos vivir con esperanza para el futuro. No se puede vivir negando la belleza. Cambiar el cristal con
el que lo vemos es el punto de arranque para luchar contra nuestros problemas”, dice en su editorial Luis Jorge Arnau. Y concluye: “México no está desahuciado. México está vivo”.
Con todo y la influenza en el espejo.
adriana.neneka@gmail.com