Feb 15, 2006 13:27
Titulo: Con Pantera
Tipo: Historia original
Personajes: Koi Cciatranne, Fox Mc'Dowell, Iori Silverwolf, Pantera
Advertencia: None
Resumen: Los niños son contratados por Pantera. ¿Será eso buena idea?
Capitulo 4: Con Pantera
- Espérenme aquí, hablaré con el jefe.
Iori arañó la puerta haciendo un sonido casi imperceptible y en el acto le fue abierta, ingresó. Dentro lo esperaba un hombre alto de aire sombrío y serio, que seguramente no llegaba a los 30 años, totalmente vestido de negro y que ocultaba su expresión tras sus lentes oscuros.
- Pantera...
- ¿A qué saliste, puedes decirme? No te autoricé que lo hicieras.
- Sé que no podemos empezar hasta que no estemos completos. Buscabas uno más. Te traje dos.
- Sí, sentí que te seguían. Sabes que no puedo aceptar a cualquiera.
- No te preocupes, están solos.
- ¿De donde los traes?
- Se escaparon de su escuela y ahora vagan por la calle...
- ¡No sirven! Los deben estar buscando.
- ...No tienen familia en París y ...
- ¡TE DIJE QUE SIN FAMILIA, NI EN PARIS NI EN NINGUN LADO! ¡No quiero tener problemas después!.
- Ellos no intentarán regresar a su vida anterior, no habrá problemas. Para ti es fácil arreglarlo...
- ¿Por qué tanto interés? ¿Acaso los conoces?
- No lo vas a creer... es mi primo Fox, y un amigo suyo.
- ¡Vaya!, Eso sí es interesante... ¿y realmente piensas que te voy a creer que quieres ayudar a tu primo? Jhá, hasta tiene su gracia...
- Yo sé lo que hago, Pantera.
- Está bien, tráelos. Necesito verlos antes de decidir qué hacer.
- Lo que digas, Pantera; dijo Iori con su media sonrisa y salió a buscarlos.
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- Síganme, les dijo. Mi jefe los verá ahora.
Iori empujó la puerta y los condujo al vestíbulo. Fox y Koi se quedaron en medio, parados uno al lado del otro. Iori se retiró y avanzó hacia Pantera, que en silencio los escudriñaba detenidamente con la libertad del que sabe que nadie era capaz de leer en su rostro emoción alguna. Finalmente, giró hacia Iori y con un ligero movimiento le indicó la parte posterior de la casa.
Iori volvió a acercarse a los chicos y les habló.
- Mi jefe dice que los lleve a la parte de atrás para que esperen mientras él toma una decisión. Síganme.
- Pues debe haberlo dicho por telepatía porque yo no le oí decirte nada, dijo Fox.
- No es necesario que hable para que yo lo entienda.
- ¿Es que nunca habla?, Preguntó Koi.
- Claro que lo hace, pero sólo lo necesario. Bien. Ahora esperen callados aquí. Ya los llamará.
- Pero si no nos ha preguntado nada.
- El ya sabe lo que necesita.
Iori regresó a donde se encontraba Pantera. Lo halló sentado en un sillón de la sala, cavilando. Finalmente le habló.
- ¿El pelirrojo es tu primo, verdad?. Tiene fuerza, me agrada. Pero el otro, no creo que tenga el carácter que se requiere. No quiero mártires, es mejor que se vaya.
- O se quedan los dos o ninguno. Ellos no aceptarán separarse.
- ¿Por qué crees eso?
- No lo creo, estoy seguro. Ellos... se entienden, tú sabes.
- ¡Ah!, ...ya veo. En ese caso hablaré con ellos para que sepan como es el trabajo. Si quieren quedarse, se quedan, sino, se van, así de simple. Llámalos.
Poco después Fox y Koi estaban de nuevo frente a Pantera aunque algo incómodos por ese juego de misterio en que se sentían sumergidos.
- Digan su nombre, edad, lugar de nacimiento y z-soul.
- Fox Mc'Dowell. 12 años. Boston. Zorro.
- Koi Cciatranne. 12 años. Tours. Gato.
- Muy bien, Mc'Dowell y Cciatranne. Si quieren quedarse aquí, deben saber lo básico. Primero, pueden referirse a mí como Pantera.
- ¡¿Qué clase de nombre es ése?! ,dijo Fox.
- Segundo, no me gusta que pregunten más de la cuenta. Fox se calló, y dio una mirada de reojo a Koi, que lo miró con preocupación.
- Tercero, este no es un trabajo fácil. Es duro y arriesgado. El que permanezcan con bien dependerá de su propia habilidad, se necesita agallas y buenos reflejos. Si se duermen, se mueren.
- ¡SUFICIENTE!. ¡Nosotros no podemos hacer algo así!.
- ¡Espera, Mc'Dowell! Yo sé que ustedes no están preparados aún, pero lo estarán muy pronto. Esa es una ventaja de nosotros, los zoolians; una ventaja innata que no han aprovechado hasta ahora pero que yo haré que desarrollen y canalicen.
- El ser un zoolian nunca me representó ninguna ventaja, al contrario, dijo Koi con tristeza.
- Escucha, Cciatranne. ¿Quieres ser más fuerte? Yo puedo ayudarte. Somos de una clase superior. Aunque no lo creas, tienes esa capacidad...
- ¿En verdad...?
- ¡DEJE DE DECIRLE ESO! ¡USTED NO CONOCE A KOI!... Koi, vámonos de aquí!
- ¡Pero, Fox!
- ¡Tú sabes que no tienes esa fuerza, Koi! ¡¡Tu salud no es la adecuada para un trabajo peligroso!! ¡Entiende que no podrías!
- ¡¡ Y TU PREFIERES QUE DEPENDA TODA MI VIDA DE TI!!
- ¡¡NO ESTOY DICIENDO ESO!!
- ¡¿ENTONCES QUE ESTAS DICIENDO?!...porque insistes en tratarme como a un... minusválido...,dijo Koi, amargamente, bajando la cabeza.
- Koi,...yo...
Pantera sonrió, complacido; y dentro de sí advirtió que había juzgado apresuradamente.
- Veo, Mc'Dowell; que tu amigo tal vez no tenga el físico necesario, pero sí el espíritu, y de allí parte todo.
- Entonces, Pantera; nos quedamos.
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Poco después Iori los conducía a su habitación a pasar la primera noche en su nuevo...¿podemos decir hogar?. Sea como sea, allí vivirían a partir de ahora.
- Supongo que no les molestará compartir un cuarto, verdad zorro?
- Eso no nos molesta. Siempre lo hemos hecho.
- Pasen.
- ...Pero, sólo hay una cama...
- Disculpa, gatito..., es sólo por esta noche. Pantera hará traer otra mañana, pero por hoy es muy tarde. "Buenas noches."
Iori los miró de reojo por última vez antes de marcharse. "Disfrútenla...jajaja" masculló inaudible.
Finalmente se quedaron solos.
- Bueno, me muero de sueño, dijo Koi. Yo tomo el lado izquierdo, te parece?. Se sentó en la cama; se quitó el sombrero y los zapatos y sin más se metió a su lado y se arropó. "Buenas noches, Fox."
Fox se lo quedó mirando mientras hacia todo eso. Le hizo gracia ver la naturalidad con que Koi se lo tomaba todo. Si para algo nunca había tenido problemas ese chico, era justamente para dormir. Tan pronto su cabeza tocaba la almohada, se transportaba a otro mundo. Ni una decisión tan trascendental como la que acababan de tomar podía privarlo de su tranquilidad; Fox no estaba seguro si eso delataba entereza o inconsciencia de su parte, pero no le quedó otra que reconocer que esa era la mejor actitud que podía tomarse, así que se quitó los zapatos, apagó la luz y se acostó.