El de todo lo que quiero...contigo.

May 30, 2009 15:05


Quiero jugar contigo al escondite. Y darte mi ropa. Y decirte que me gustan tus zapatos. Y sentarme mientras te das un baño. Masajearte el cuello, besarte los pies. Y darte la mano. E ir a comer sin que importe que te comas mi comida. Y quedar en Rudy’s para hablar del día. Y escribir las cartas. Y cargar las cajas. Y darte música que sé que jamás escucharás. Y ver grandes películas. Y ver películas horribles. Hacerte fotos mientras duermes. Levantarme por la mañana a hacerte café y tostadas. E ir a Florence a tomar café a medianoche. Y que me cojas tabaco y nunca seas capaz de encontrar un mechero. Y desearte por las mañanas, pero dejarte dormir un poco más. Besarte la espalda y decirte cómo me gusta tu pelo, tu pecho, tus labios, tus ojos, tú. Y sentarme en las escaleras a fumar hasta que los vecinos llegan a su casa. Y sentarme en las escaleras a fumar hasta que tú llegas a casa. Y preocuparme cuando llegas tarde, y sorprenderme cuando llegas pronto. Y regalarte girasoles. E ir a tu fiesta y bailar hasta hacer el rídiculo. Y asustarme cuando te enfadas porque tus ojos se ponen rojos. Y ser feliz cuando me perdonas. Y peinar  tu pelo a la izquierda, y decirte ¡que guapo eres! Y quejarme cuando estoy contigo, y quejarme cuando no lo estoy. Y llenarte de besos por la noche. Y helarme de frío cuando coges toda la manta. Y morirme de asqueroso calor cuando no lo haces. Y fundirme con tu sonrisa, derretirme con tu mirada. Y no entender porque dices que te rechazo cuando yo no te rechazo. Y escribirte poemas. Y no entender porque no me crees cuando te digo que tengo un sentimiento tan profundo que no lo puedo expresas con palabras. Y querer comprarte un gato, del que estaría celosa porque recibiría más atenciones que yo. Y jugar a no dejarte salir de la cama cuando lo tienes que hacer. Y llorar como una niña cuando al final lo haces. Y comprarte regalos que no quieres y devolverlos. Y pedirte una vez más que te cases conmigo. Y que tú me digas otra vez que no. Y seguir pidiéndotelo. Porque aunque tu pienses que no te lo digo en serio, siempre lo he dicho en serio. Desde la primera vez que te lo pedí. Y perderme por la ciudad, pensando que están tan vacía sin ti. Y querer lo que tú quieres. Y sentir que me estoy perdiendo a mí misma, pero sentirme segura contigo. Y pensar que se ha acabado todo. Pero aguantar solo 10 minutos más antes de que me expulses de tu vida y olvides quien soy. Intentar acercarme un poquito más a ti. Porque es un aprendizaje precioso conocerte, ¿sabes? Y un esfuerzo que vale la pena. Y hablarte en mal alemán, peor hebreo. Hacer el amor a las 3 de la mañana. Y de alguna manera confesarte algo de este aplastante, abrumador, incondicional, infinito e inmortal amor que siento por ti.

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