[Cenizas] Prólogo

Apr 01, 2010 18:55

Un libro se estrelló contra la pared,  haciendo que varias de sus hojas saltaran por los aires. El chico que lo había lanzado simplemente se dejó caer en el sillón, observando con las mandíbulas apretadas a la joven que estaba frente a él.

- ¡No es justo! ¡Todo esto es una grandísima mierda! -golpeó el descansabrazos del sillón, con un nudo en la garganta. Su cabello rojo fuego le cayó sobre los ojos, pero no lo quitó, ni siquiera le prestó atención.

La chica frente a él lo observaba sin decir nada, con las palabras atoradas en la garganta. Jugueteó con la perforación que tenía en el labio, incómoda. No había nada que pudiera decir para confortar a Donovan, pero quería intentarlo.

-Hey, vamos, tienes catorce años, no es como si fueras a morir mañana y… -comenzó, pero el pelirrojo le lanzó una mirada entre fulminante y suplicante.
-Pero algún día lo haré, Janeth. Y sabes perfectamente que no merezco lo que sucederá después -masculló, apretando los puños con tanta fuerza que sus uñas comenzaron a clavarse en sus palmas.
-Lo sé -fue lo único que pudo decir, lanzándole una mirada furtiva y llena de desprecio al chico que se escondía detrás del sillón en el que estaba Donovan.

Donovan se hizo un ovillo en el sillón, recargando su frente en sus rodillas. Su cabello refulgió con la luz de la chimenea encendida, mientras la chica observaba el desorden de la habitación. Había cosas tiradas aquí y allá, pedazos de vidrio roto y botecitos de medicina cuyo contenido estaba desparramado por el piso.

-Podrías pedir redención -murmuró Janeth. Donovan soltó una risita despectiva.
- ¿Redención? ¿Cómo, si no he cometido ningún pecado? El único pecado es mi maldita sangre…
-Eso es estúpido, ¿no se supone que los niños son concebidos sin pecado? -preguntó ella, sin ocultar el desprecio en su voz. Esta vez Donovan no contestó, sino el chico que estaba detrás de él.
-No creo que esa regla se aplique si eres descendiente de un demonio. Está… ¿cómo dicen los humanos? Ah, sí: está en tus genes -agregó, deslizándose silenciosamente hacia la luz, mostrando una sonrisa.
-No te estaba hablando a ti, demonio -dijo Janeth, orgullosamente.

Él fingió ofenderse.

-Lo dices como si fuera algo malo, ángel… -dijo con saña, lamiendo su labio inferior. Janeth se levantó de un salto y tomó la espada que tenía a un lado del sillón. El demonio sonrió y adoptó una posición de combate, sacando un par de pistolas de su cinturón.

Janeth bufó.

-Ambos sabemos quién ganará si comenzamos a pelear de nuevo, angelito -se burló el demonio, apuntándole al corazón con una de las armas.

Donovan golpeó el sillón.

- ¡Ya basta, ambos! -ordenó, aunque su voz todavía se podía escuchar un poco temblorosa.

El demonio guardó sus armas al instante, suspirando. De nuevo la oportunidad de un rato de diversión se iba por el caño.

-Oh, vamos, Donovan, sabes que no la iba a herir… mucho -agregó, encogiéndose de hombros. Podía ver los hombros tensos de Janeth, que seguía en la misma posición de antes, sin soltar la espada siquiera.
-Calla, sucio demonio -masculló ella, con la mandíbula tan apretada que fue difícil entender sus palabras.
-No creo que seamos muy diferentes, querida -levantó las cejas.
- ¡¿Acaso no me escucharon?! ¡Dije basta! -gritó Donovan, levantándose y fulminándolos con la mirada a ambos-. En lugar de estar en sus estúpidas peleas podrían hacer algo útil.

La chica bajó la espada lentamente, pero no la soltó. Miró a Donovan y se sentó, jugueteando de nuevo con la perforación de su labio. El demonio se encogió de hombros de nuevo y se cruzó de brazos, sin sentarse.

- ¿No hay algún modo de que te redimas? -dijo Janeth, pensativa.
-Lo hay -dijo el demonio, sorprendiendo a ambos.
- ¿Y se puede saber por qué rayos no lo dijiste antes? -le reclamó la chica, frunciendo el ceño.
-Porque no preguntaron -contestó él, sonriendo.

Donovan frotó su entrecejo con cansancio. Tenía catorce años, no se suponía que estuviera lidiando con esos dos, ni con la situación que tenía encima.

- ¿Podrías decirlo de una vez? -preguntó, aunque fue más una orden.

El demonio sonrió.

-Sí. Pero es largo y algo complicado.
-No te preocupes, tenemos todo el tiempo del mundo -contestó, acomodándose en el sillón.

◘ supernatural, ► Cenizas, *original. ◘ mistery

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