[Tabla Random 5] No. 10 - Sufrir
Fandom: Sherlock (BBC)
Título: Un último juego.
Claim: Sherlock/John
Advertencias: Spoilers del 2x03. Y FAIL. So FAIL.
Notas: Bien, me he viciado. Mucho, mucho, mucho. Brutalmente. Y no iba a dejar escapar la oportunidad, porque . Y eso, desvarío mucho. Y hago cosas muy cortas y fails. Fails al por mayor.
[Un último juego]
Badum, badum.
Nunca pensaste que llegaría este momento. Es decir, nunca hubieras podido adivinar que te encontrarías ahí, con el teléfono en la oreja y la vista perdida en las alturas, como si fuera la última cosa que harás en la vida. Observarlo a él.
Probablemente lo sea, ni siquiera quieres pensar en ello.
Badum, badum.
«Adiós, John.»
Escuchas las palabras casi sílaba por sílaba, y se sienten como pedazos de plomo bajando por tu tráquea hacia tu estómago (lento, lento) y acumulándose ahí como si quisiera hundirte en el piso para siempre.
No sabes si gritaste o no, no eres consciente de haber movido ni un músculo. Siempre imaginaste que los momentos así pasaban lento, como en las películas o en las series que a la señora Hudson tanto le gusta ver. Casi esperas el grito desesperado de la damisela en peligro y el momento máximo de catarsis en el programa. Esperas el corte comercial y un «Oh, bien, no puedo esperar por el próximo episodio».
(No te has parado a pensar que, tal vez, la damisela en peligro seas tú.)
Pero en ese momento te das cuenta de que las películas mienten, porque todo pasa rápido, tan estúpida, estúpidamente rápido que no puedes hacer nada por evitarlo. Y de pronto la bicicleta ha chocado contra ti, tú estás en el piso y ya no hay nada. Ya no tienes nada.
Nada, nada, nada.
Es curioso, tener los sentidos amplificados, ¿verdad, John? A pesar de que hay un molesto zumbido en tus oídos que no te deja de molestar. Y de pronto ya estás ahí, entre todo el mar de gente (aunque tal vez sólo sean un par de personas, pero es un mar, un mar inmenso que te separa de Sherlock), tratando de pasar hacia él. Quieres vencerle en su juego. Porque todo eso es sólo un juego, ¿verdad? Lo único que tienes que hacer es contener un bufido exasperado y soltarle un «Está bien, Sherlock, tú ganas (ahora sólo levántate)».
Badum, badum, badum, badum.
Pero no es un juego, y para cuando te das cuenta de eso, lo único que te queda es la sangre en el pavimento y un ohpordiosnopuedesestarmuerto atorado en la garganta. De pronto todo se vuelve rojo, tan malditamente rojo a tu alrededor.
Recuerdas Afganistán, con todo ese rojo y el ruido de las balas rasgando el aire, sólo que aquí no hay balas, sino el sonido de tu corazón bombeando en tus oídos y la vista de la sangre de tu mejor amigo regada frente a ti. La vista de tu mejor amigo muerto (muertomuertomuerto, qué palabra tan extraña de escuchar frente a ti.
Y realmente es como Afganistán.
Sólo que mil veces peor.
Título: Un último juego.
Claim: Sherlock/John
Advertencias: Spoilers del 2x03. Y FAIL. So FAIL.
Notas: Bien, me he viciado. Mucho, mucho, mucho. Brutalmente. Y no iba a dejar escapar la oportunidad, porque . Y eso, desvarío mucho. Y hago cosas muy cortas y fails. Fails al por mayor.
[Un último juego]
Badum, badum.
Nunca pensaste que llegaría este momento. Es decir, nunca hubieras podido adivinar que te encontrarías ahí, con el teléfono en la oreja y la vista perdida en las alturas, como si fuera la última cosa que harás en la vida. Observarlo a él.
Probablemente lo sea, ni siquiera quieres pensar en ello.
Badum, badum.
«Adiós, John.»
Escuchas las palabras casi sílaba por sílaba, y se sienten como pedazos de plomo bajando por tu tráquea hacia tu estómago (lento, lento) y acumulándose ahí como si quisiera hundirte en el piso para siempre.
No sabes si gritaste o no, no eres consciente de haber movido ni un músculo. Siempre imaginaste que los momentos así pasaban lento, como en las películas o en las series que a la señora Hudson tanto le gusta ver. Casi esperas el grito desesperado de la damisela en peligro y el momento máximo de catarsis en el programa. Esperas el corte comercial y un «Oh, bien, no puedo esperar por el próximo episodio».
(No te has parado a pensar que, tal vez, la damisela en peligro seas tú.)
Pero en ese momento te das cuenta de que las películas mienten, porque todo pasa rápido, tan estúpida, estúpidamente rápido que no puedes hacer nada por evitarlo. Y de pronto la bicicleta ha chocado contra ti, tú estás en el piso y ya no hay nada. Ya no tienes nada.
Nada, nada, nada.
Es curioso, tener los sentidos amplificados, ¿verdad, John? A pesar de que hay un molesto zumbido en tus oídos que no te deja de molestar. Y de pronto ya estás ahí, entre todo el mar de gente (aunque tal vez sólo sean un par de personas, pero es un mar, un mar inmenso que te separa de Sherlock), tratando de pasar hacia él. Quieres vencerle en su juego. Porque todo eso es sólo un juego, ¿verdad? Lo único que tienes que hacer es contener un bufido exasperado y soltarle un «Está bien, Sherlock, tú ganas (ahora sólo levántate)».
Badum, badum, badum, badum.
Pero no es un juego, y para cuando te das cuenta de eso, lo único que te queda es la sangre en el pavimento y un ohpordiosnopuedesestarmuerto atorado en la garganta. De pronto todo se vuelve rojo, tan malditamente rojo a tu alrededor.
Recuerdas Afganistán, con todo ese rojo y el ruido de las balas rasgando el aire, sólo que aquí no hay balas, sino el sonido de tu corazón bombeando en tus oídos y la vista de la sangre de tu mejor amigo regada frente a ti. La vista de tu mejor amigo muerto (muertomuertomuerto, qué palabra tan extraña de escuchar frente a ti.
Y realmente es como Afganistán.
Sólo que mil veces peor.