[exo- yixing/ kyungsoo] Because we are infinite-Parte 3

Aug 07, 2015 11:17

Título: Because, We are infinite...
Pareja: Kyugsoo y Yixing
Resumen: Kyungsoo es un artista de talento, sus maestros alaban su trabajo y sus compañeros le envidian. Pero hay algo en los dibujos de Kyungsoo que falla, siente que son tan planos como el papel en los que está dibujados. Una noche, como si de una aparición se tratase, un bailarín entra en su vida y sin pedir permiso le descubre un mundo nuevo el cual no querrá abandonar jamás.
Rating: NC+17, Romántico, Angst, AU
Número de palabras: 39.669
Avisos: Contiene escenas de sexo e insinuaciones sexuales, así como de actividades delictivas o peligrosas. No se deben de imitar los actos aquí narrados ya que son personajes de ficción.
Notas de autora: Quiero darle las gracias a mis betas por haberme ayudado tanto con esta historia; de no ser por ellas creo que jamás habría podido escribirla. Y quiero darle las gracias a la persona que ha pedido esta idea y disculparme si no he conseguido escribir lo que ella quería. Tamara, no sé si tienes LJ así que...bueno ya sabes que lo escribí para ti.


PARTE TRES: PROMESA

Poco a poco los días de sol se fueron acortando, el verano comenzaba a dar paso al otoño, y a pesar de que en muchas ocasiones su calor persistía insistente la presencia de la estación entrante se hacía más notable. Kyungsoo adoraba el otoño, los colores cálidos adornaban la vista allá donde mirase, marrones, castaños, amarillos y rojos. En las copas de los árboles, sobre el suelo cubierto por una alfombra de hojas, en las prendas de ropa, en las sonrisas tiernas de la gente. Kyungsoo asimilaba personas con estaciones, él era invierno, cerrado y austero, frío y distante pero lleno de buenos momentos familiares y especiales, Yixing por el contrario era primavera, lleno de vida, colores y fuerza, con pasión e instinto. Algunos días el dibujante se descubría a si mismo sonriendo como un idiota mirando directamente hacia Yixing que caminaba al otro lado de la ventana por los pasillos del centro, a veces Yixing ni si quiera se daba cuenta de que le estaba mirando y otras veces se giraba y le sonreía saludándole con la mano.

Cuando sucedía la primera, Kyungsoo analizaba cada centímetro de su piel mientras el sol la difuminaba a la vista y de nuevo la melodía de piano regresaba a su memoria y no podía dejar de sonreír.

Se lo había dicho, le había dicho "te quiero," no había obtenido una respuesta por parte del bailarín, pero al menos no le había rechazado. Desde aquella Yixing y él había pasado mucho tiempo juntos, solían quedar para comer y desayunar en el comedor de la universidad, gastaban innumerables horas tirados sobre el césped del campus observando el cielo o simplemente pasando el rato hablando de sus planes. Kyungsoo había olvidado por completo aquel día en el hospital, había dejado a un lado sus dudas e inquietudes ante el hecho de la persona que le gustaba le estaba ocultado algo y se dijo a si mismo que de ser algo importante o necesario el propio Yixing sería quien se lo contaría. Como no lo había hecho en ese dedujo que no debía de ser algo tan importante. No le preguntó por aquellas medicinas, ni por las pruebas que había oído decir al médico que le iban a hacer, no sacó el tema, simplemente disfruto de cada momento y cada segundo al lado de aquella persona que en tan poco tiempo se había vuelto alguien tan importante para él.

Un día mientras Yixing estiraba los músculos con la postura de extensión sobre la pierna disfrutando del aire libre Kyungsoo dijo de pronto.

- Sabes que me presentaré a las becas para los estudios en Estados Unidos.

Yixing le observó pero continuó con sus ejercicios. No dijo nada.

- Dentro de poco tendrás las pruebas para renovar tu beca -continuó hablando Kyungsoo sin dejar de sentir la mirada del chino sobre él-. He estado pensando que quizás podrías venir conmigo, he escuchado que en América hay muy buenas escuelas de danza y... -el dibujante dudó por un momento pero continuó diciendo aquello que llevaba días rondando por su cabeza- creo que eres muy bueno, que seguramente lo conseguirías.

Yixing cesó en su estiramiento y llevó ambas piernas en postura de indio agarrándose los pies sin apartar la vista de su interlocutor. Cerró los ojos lentamente y expulsó el aire.

- Por intentarlo no pierdo nada.

Kyungsoo no pudo evitar sonreír, aquella respuesta era lo que había esperado, pero no sonó como pensó que tendría que haberlo hecho. Por algún motivo que se le escapaba en vez de desbordar en alegría el tono de Yixing fue apagado, casi triste.

Kyungsoo no preguntó, no quería meterse en donde no le llamaban. Le dejaría su espacio al bailarín y cuando este se sintiese preparado estaba seguro de que le contaría todo.

Con ambas metas decididas los dos chicos se pusieron a buscar la información necesaria y se apuntaron a la listas para concursar por sus respectivas becas. Yixing parecía algo remolón con el tema pero Kyungsoo le ayudó y al final encontraron la beca perfecta para él. Finalmente se decantaron por las becas de estudios de la Escuela Juilliard en Nueva York, ya que no solo comprendía el estudio y la práctica de los bailes clásicos sino que también incluía jazz, baile moderno y muchas otras disciplinas que Yixing adoraba. Kyungsoo comentó que de esa manera estaría mucho más cerca y podrían verse a menudo. Con el dibujante en Chicago y el bailarín en Nueva York separados por 12 horas de trayecto o a un vuelo corto, Kyungsoo insistía en ello, incluso le había animado a quedarse en Chicago con él e intentarlo en la Escuela de Danza Dream Big Performing Arts Workshop, que también enseñaban interpretación. Yixing no había hablado mucho durante aquello. Por primera vez en el tiempo en el que se conocía Kyungsoo no había dejado de hacerlo, animado y dicharachero y el bailarín observando, era como si las tornas se hubiesen cambiado, pero ninguno de los dos se dio cuenta, y ambos disfrutaron de aquella extraña situación.

Ya había pasado una semana de aquello y los dos chicos apenas podían quedar casi para verse. Se mandaban algún que otro mensaje por teléfono, o chateaban usando el Internet pero no era lo mismo que aquellas tardes dejando que el tiempo pasase lentamente entre ellos. Esa noche Kyungsoo había pensado algo bastante poco propio de él, aprovechando que Chanyeol le había llamado para quedar y hablar le dijo que sería genial pasar el día entero juntos y a la noche poder presentarle a Yixing. Como Chanyeol estaba deseando ponerle cara al extraño bailarín de su amigo aceptó sin apenas pensarlo y Yixing, estresado por tanto encierro de ensayos y estudios también dio su visto bueno. Y así habían terminado los tres juntos cenando en un local bastante íntimo en la zona más selecta de Seúl.
Yixing no se veía ostentoso, y cuando apareció con sus pantalones vaqueros, su camiseta y cazadora a Chanyeol casi se le atraganta la copa que estaba tomando. Su corta estatura parecía más exagerada por el uso de los vaqueros con la cintura tan baja, pero a Yixing le daba igual lo que pensase la gente, si él se sentía cómodo simplemente lo hacía y Kyungsoo adoraba aquello de él. Cuando entró en el local se sintió algo cohibido, o por lo menos aquella fue la impresión que le dio a Kyungsoo cuando, una vez a su lado, parecía evitar el contacto visual con el resto de la gente. El dibujante le observó durante la comida, le encontró distraído y poco hablador, pensó que aquello se debía posiblemente al tiempo dedicado a los estudios y que seguramente estaba cansado.

Tras la comida Chanyeol insistió en salir a bailar un rato, Kyungsoo quiso rechazar la oferta pensando que quizás a Yixing, que venía de estar bailando tanto por sus ensayos no le apetecería pero el propio bailarín respondió con una sonrisa que estaría encantado. Kyungsoo supo que Chanyeol no tramaba nada bueno nada más ver el local al que les había llevado. No se trataba de sus habituales locales de ricachones, llenos de lujos y luces de colores. Aquello era un antro de mala muerte en la zona más peligrosa de Seul. Chanyeol bromeó sobre su elección diciendo que en un lugar como aquel Yixing seguramente se sentiría como en casa. Yixing no parecía molestarse. Cuando pasaron la puerta de entrada la imagen del lugar le hizo estremecerse al dibujante, el recuerdo fugaz de aquella calle a las afueras a la que el bailarín le había llevado regresó con potencia. Después de todo Chanyeol había dicho la verdad, en un sitio como aquel Yixing no podía sentirse fuera de lugar.

Cuando entraron la gente ni si quiera les prestó atención, había muchas más personas que en el anterior local en el que había estado con Chanyeol. Todas bailaban canciones tremendamente ruidosas que hacían botar las pantallas de los altavoces. Kyungsoo sintió que podría perderse en medio de aquel mar de gente, pero como si Yixing le estuviese leyendo la mente le agarró de la mano. El dibujante desvió la mirada hacia él y sonrió contento, el bailarín no le devolvió la mirada, pero no le soltó la mano. Chanyeol miró para ambos y frunció el ceño, se inclinó hacia Kyungsoo y le pidió que fuese a la barra a coger algo de beber, el chico dudó un momento pero finalmente accedió dejándoles a solas.

Caminó haciéndose un hueco por entre la gente y cuando llegó a la barra pidió las bebidas que su amigo le había dicho. Mientras esperaba a que se las diesen les observó desde aquel sitio. Chanyeol estaba muy cerca de Yixing y parecía molesto, observó como gesticulaba con algo de fuerza y como Yixing fruncía el ceño molesto, cuando el bailarín apartó la vista y Chanyeol le agarró por el cuello de la camiseta obligándole a mirarle, Kyungsoo entendió que haberles dejado solos no había sido buena idea. Pagó y tomó las bebidas volviendo a sumergirse en la marea de personas sudorosas de vuelta hacia ellos. Cuando llegó observó como Yixing se alejaba de su amigo en dirección a la puerta trasera del local.

- ¿Qué pasado? -preguntó nervioso Kyungsoo- ¿Qué es lo que le has dicho? -insistió el dibujante elevando todo lo posible la voz para que Chanyeol pudiese escucharle por encima del barullo.
- ¡Nada! -le contestó gritando de la misma manera el otro- Kyungsoo ese chico no es buena compañía, te hará daño.
- ¿Por qué lo dices? -las palabras de Chanyeol le habían hecho daño pero a pesar de ello quería intentar razonar con él.

Chanyeol dudó un momento pero luego se acercó a él y le habló directamente al oído.

- No eres el mismo, no eres la misma persona que conocí.
- ¿Y qué tiene eso de malo?
- Ese chico no está bien, me has contado lo que has hecho con él, tú no eres así, acabarás mal por su culpa Kyungsoo, aléjate de él ahora que estás a tiempo. Míralo de esta manera, tú se lo has dado todo y él...él ni si quiera te puede contar la verdad.

Kyungsoo dejó caer el vaso al suelo permitiendo que el cristal se rompiese con el contacto y el líquido se derramase sobre sus zapatos. Chanyeol tenía razón, pero aquello no era motivo suficiente para alejarse de Yixing. Sin decir nada más se alejó corriendo de su amigo en la misma dirección que Yixing, apartando a la gente que se le cruzaba por su camino, como si el tiempo fuese en su contra en una cuenta atrás hacia el premio más maravilloso. Abrió la puerta trasera y la luz de la farola le cegó por un momento, se protegió los ojos con la mano y divisó la imagen de Yixing cerca de las vallas metálicas que limitaban la zona del aparcamiento. Caminó hasta él y se paró a su lado, sin decir nada, sin mirarle.

- Tu amigo tiene razón -comenzó a decir sin dejar de sonreír el bailarín- No soy lo que se puede decir una buena persona, no sigo las normas, no quiero hacerlo. Kyungsoo -se giró mirándole directamente a los ojos- sólo voy a darte problemas, te dije que lo que quiero es vivir, sentir todo lo que me rodea, no me importa si me muero mañana, no me importa si lo hago dentro de una hora, necesito sentirlo, sentir que la vida corre por mis venas. No te prometo que estaré a tu lado siempre, solo puedo prometerte el ahora, es lo único que tengo, pero si quieres, podemos tener un intenso ahora el uno al lado del otro.

Yixing extendió la mano en dirección a Kyungsoo, este la miró dudando. Jamás le había oído hablar tan sinceramente, a pesar de todo aquel era Yixing. No era alguien bueno, ni tampoco alguien malo, no era la mejor persona del mundo, era una persona más en este mundo. Kyungsoo alargó su propia mano hasta la del bailarín y la estrechó con fuerza, mañana era posible que lo lamentase, y antes nunca lo hubiese hecho, pero tal y como Yixing decía en ese momento, en aquel ahora que solamente era de ellos, Kyungsoo deseaba sentir la vida corriendo por sus venas.
Yixing corría, siempre corría. Rápido como si su vida dependiese de aquella carrera, como si todo tuviese que volar al igual que lo hacía su alma con el baile. Kyungsoo se dejaba llevar, siempre lo hacía, adoraba como Yixing le agarraba de la mano, el movimiento de sus piernas y sus brazos unidos como si fuesen uno mismo. Cerraba los ojos y escuchaba como en una melodía el sonido agitado de sus propias respiraciones creando un ambiente que jamás había sentido en otro lugar, haciéndole el amor al tiempo, jugando al escondite con el futuro y robándole sueños al pasado. La carrera se detuvo y ante los ojos enormes de Kyungsoo se extendió una enorme carretera. Las luces de la ciudad parpadeaban centelleantes como estrellas en el cielo y la sonrisa de Yixing se hizo todavía más enorme cuando le colocó justo en el medio y medio de la vía situándolo enfrente a él.

- ¿Confías en mi? - gritó muy alto sin apartar la vista de sus ojos.

Kyungsoo asintió temblando sin poder evitar el nerviosismo y el miedo que corría a partes iguales por sus venas. Yixing le agarró con fuerza ambas manos sin apartarse de delante de él.

- No voy a soltarte Kyungsoo -continuó hablando, el dibujante asintió con la cabeza-. Permaneceré siempre a tu lado -las palabras de Yixing sonaban fuertes, eternas, brillantes y potentes, sonaban más vivas que nunca, más reales que cualquier otra vez.

Las luces de la calle parpadeaban a su alrededor ignorándoles, los pasos de peatones prohibían la circulación y los semáforos daban paso a los coches, pero ellos no se movían de la calle. A lo lejos un vehículo avanzaba directo hacia ellos, el sonido era cada vez más cercano, los faros potentes les iluminaban cada vez con más proximidad y el corazón de Kyungsoo parecía salírsele del pecho. A pesar de ello no se movió, no apartó la vista de los ojos de Yixing, apretó con fuerza los labios y se mantuvo estático. No tenía miedo, confiaba en aquel loco bailarín.

Cuando el coche estuvo lo suficientemente cerca como para detectarles comenzó a hacer sonar el claxon, pero Yixing continuó sin moverse, cada vez se acercaba más y más y en el último momento el chino se lanzó sobre Kyungsoo apartándole del camino cayendo sobre él tirándole al suelo, rodando lejos de la carretera. El corazón del dibujante estaba desbocado, se llevó la mano al pecho intentando calmarle, por un segundo pensó que ambos podrían haber muerto. Yixing tras el no dejaba de reírse. Kyungsoo le observó y pensó que Chanyeol tenía razón. Se levantó y se limpió las rodillas de su pantalón.

- No te has movido -le dijo de pronto Yixing todavía desde el suelo sin apartar la sonrisa de su rostro.
- Me pediste que confiase en ti.
- Podrías haber muerto -añadió el otro.
- No -Kyunsoo negó con la cabeza-. Sé que no lo harías, sé que jamás dejarías que me pasase algo.

La mirada de Yixing se oscureció por un momento bañándose de un tono triste. Kyungsoo le tendió la mano para ayudarle a levantase. Al otro lado de la calle, el conductor del coche había chocado intentando esquivarles y en ese momento corría furioso en su dirección.

- ¡Corre! -gritó Yixing levantándose con su ayuda y tirando de él calle arriba.

Kyungsoo le hizo caso y comenzó a correr. No paró, corrió y corrió tan rápido que incluso adelantó al bailarín. No sabía cuando detenerse y cuando lo hizo, fue en el momento en el que ya no pudo más y la voz del hombre ya no se escuchaba. Se acercó a una farola y se apoyó a ella con la respiración agitada y el corazón sonando más fuerte que nunca. Tomó aire con fuerza y lo sintió recorriendo su cuerpo. Estaba sonriendo, Yixing tenía razón, había algo que le estaba llenando, una sensación que no podía expresar con palabras, que le hacía gritar y saltar de alegría, aquello a lo que Yixing llamaba vida. Se giró para hablar con el bailarín pero de repente se encontró solo, no había rastro de Yixing por ningún lado. Kyungsoo comenzó a perderle el gusto a aquello y la sensación de miedo empezó a apoderarse de él. Buscó a Yixing por los lados pero no le encontró, estaba seguro de que le había pasado así que sólo le quedaba volver atrás en sus propios pasos y encontrarle, rezó mentalmente porque aquel tipo no le hubiese encontrado. Algo más atrás se topó con el bailarín, estaba tirado en el suelo sujetando sus piernas con la cara pálida.

Kyungsoo corrió hacia él y se agachó a su lado. Un trozo de cristal estaba incrustado en su muslo derecho, el dibujante alargó la mano para quitárselo pero Yixing le agarró por la muñeca deteniéndole.

- ¡No lo hagas! -la voz del bailarín sonaba preocupada, como si tuviese miedo de algo.
- Tan solo es un cristal Yixing, no parece haber entrado muy profundo, no vas a morir desangrado.

Yixing tragó saliva provocando un sonido seco y pesado. Kyungsoo le miró sin comprender porque aquello parecía asustarle tanto.

- ¿Pasa algo? -Kyungsoo no quería sentirse preocupado pero aquella reacción por parte del bailarín no era propia de él.
- Llévame al hospital Kyungsoo, no hagas preguntas, hazlo por favor.

Kyungsoo no preguntó, a pesar de que se moría por hacerlo. Le ayudó a levantarse, todavía con el cristal clavado en su pierna caminaron hasta el hospital más cercano. Las enfermeras atendieron a Yixing y se lo llevaron en una camilla. Kyungsoo no comprendía lo que estaba pasando, pero tenía miedo, algo tan sencillo como aquello parecía volverse un mundo para Yixing y el resto de la gente. Kyungsoo se sintió ajeno a todo aquello, como si el bailarín hubiese dispuesto una barrera entre su verdadero yo y aquel loco que se dejaba ver ante el dibujante. Kyungsoo se sentó en la sala de espera y bajó la mirada al suelo, agarró su teléfono móvil y mandó un mensaje disculpándose con Chanyeol.

Al cabo de un rato una de las enfermeras se acercó hasta él y le dijo que Yixing ya había salido de peligro y que podía verle. Todavía sin comprender mucho Kyungsoo se levantó de aquella silla de plástico y caminó hasta la habitación del bailarín. Le encontró sentado sobre la cama, con la vía puesta, la pierna vendada y la mirada perdida en alguna parte lejos de la ventana.

- Yixing -murmuró con miedo desde la puerta llamando su atención- ¿Qué te pasa?

  

Kyungsoo observó aburrido como las hojas comenzaban a caer al suelo desde la ventana de su cuarto. Todavía mantenía el teléfono en su mano derecha esperando a que Yixing contestase una llamada que sabía que no iba a contestar. Y en el fondo aquello era su culpa. Tras el día del pequeño incidente la noche que quedaron con Chanyeol el bailarín no le había vuelto a hablar. Al principio no se lo había tomado muy en serio, Yixing solía hacer cosas como aquella, sin una explicación aparente desaparecía de su vida y luego volvía, o bien con cierta explicación se alejaba de él y poco a poco acababa volviendo a hablarle, pero aquella vez Yixing no había vuelto, ni siquiera le había visto por las zonas comunes de la universidad. Había querido ir hasta el hospital pero las enfermeras le habían dicho que ya hacía días que le habían dado el alta. Parecía que aquel bailarín cabezota y orgulloso se había esfumado sin dar señales. Kyungsoo sabía que no se lo había inventado porque otras personas le recordaban, pero de no haber sido por aquello hubiese pensado que el tiempo vivido con Yixing había formado parte de algún sueño demasiado largo.
Dejó el teléfono sobre la mesa cortando la llamada dándola por inútil. Se levantó y caminó hasta encontrarse en la mitad del cuarto, cerró los ojos y suspiró profundamente. Se dejó caer sobre la cama y llevó las manos a sus ojos.
No podía entender lo que estaba pasando, la mirada de Yixing en aquel cuarto de hospital, la rabia y el dolor mezclados a punto de estallar. Le pedía que se fuese, le pedía que se quedase, y Kyungsoo no había sabido que hacer. No lo entendía, y odiaba demasiado no poder ayudarle. Cuando Yixing habló lo hizo con calma, no respondió a su pregunta, le pidió que se marchase. Kyungsoo no insistió e hizo lo que le había mandado, pensó que Yixing se lamentaría de haberle pedido aquello a mitad de camino, pero no sintió su llamada impidiendo su marcha. El dibujante quiso llorar, pero no porque se sintiese triste sino porque no podía ayudar a la persona que más quería.
El sonido de su teléfono móvil le trajo de vuelta al mundo, giró la cabeza mirando el aparato vibrar por encima del escritorio y se levantó de un salto corriendo a contestar, esperando que por fin fuese Yixing, pero no lo era. Un número desconocido se dejo ver en la pantalla, Kyungsoo desbloqueó y aceptó la llamada.

- ¿Diga? -preguntó algo confuso.
- ¿Do Kyungsoo? -preguntó al otro lado la voz de un hombre.
- Sí, soy yo. ¿Quién es, qué quiere?
- Tengo algo importante que decirle, algo sobre Zhang Yixing -los ojos de Kyungsoo se abrieron sorprendidos- ¿Puedes quedar en una hora en la dirección que te enviaré una vez cuelgue?
- Sí claro, pero -insistió de nuevo el dibujante- ¿quién eres?
- Alguien que quiere ayudaros.

La llamada se cortó y la voz al otro lado del teléfono fue sustituida por el pitido del aparato. A los pocos segundos Kyungsoo recibió el mensaje con la dirección. No sabía quién era esa persona, pero si estaba dispuesto a ayudarle con Yixing tendría que por lo menos darle un voto de confianza. Se preparó y bajó a buscar el coche para reunirse con aquel extraño.

Cuando llegó realmente no sabía a quién dirigirse, ya que aquella persona no le había dado dato alguno de cómo era, así que esperó a que él mismo se le presentase. Un joven de aspecto masculino y adulto, vestido con traje negro y de expresión molesta en el rostro caminó directamente hacia él. Era alto y lucía extremadamente bien en traje. Kyungsoo tragó saliva intentando ocultar la impresión que aquella torre humana producía ante su atenta e inquieta mirada.

- Do Kyungsoo si no me equivoco -Kyungsoo asintió sin dejar de mirarle, en persona aquella voz era todavía más imponente- Se podría decir que soy un viejo amigo de Zhang Yixing, he sabido de lo de su percance y que no te ha comentado nada.

El dibujante continuó sin hablar, tan solo observándole. No sabía que Yixing tenía amigos mafiosos, pero aquello no le extrañaba, después de todo tampoco le había hablado nunca sobre sus amigos. Kyungsoo analizó la manera de hablar de aquella persona, le hablaba en coreano, pero estaba seguro de que no era de ahí, pensó que posiblemente fuese chino, de ahí que conociese a Yixing, pero su acento no llegaba a sonar tan parecido al de Yixing así que se dio por vencido ante los orígenes de aquel desconocido. Por su parte el desconocido continuó hablando.

- Yixing adora bailar, de eso ya te habrás dado cuenta, pero él está enfermo. Tiene una enfermedad que en un principio no debería de causarle muchos problemas. Se llama Enfermedad de Von Willebrand, es un problema de coagulación de la sangre, para que lo entiendas, de manera sencilla a Yixing le falta un factor de coagulación por lo cual sus plaquetas no pueden taponar correctamente los vasos sanguíneos dañados. En un principio siempre y cuando se tome el tratamiento no tendría problemas, si es cierto que debe de cuidarse mucho el hecho de no sufrir accidente, pero él es un cabeza loca y ya hace tiempo que parece pasar de este asunto.

El extraño hizo una pausa en su explicación mientras le indicaba a Kyungsoo que le siguiese caminando por la calle. El dibujante comenzaba a atar cabos en su mente, pero todavía entre incrédulo y sorprendido por el asunto permitió que el desconocido siguiese hablando.

- Cuando era pequeño Yixing sufrió un gran accidente, esto sucedió de camino a un concurso de baile, estuvo a punto de morir porque perdió mucha sangre. Sus padres se asustaron e intentaron que se alejase del baile temiendo que alguna lesión muy grave le llevase a la tumba. Personalmente creo que eso es muy exagerado, Yixing es como un tornado, lleno de energía, y nadie puede encerrar a un tornado ¿verdad?

El extraño sonrió con ternura y Kyungsoo se estremeció por lo dulce que se volvió su rostro en aquel momento.

- Yo le llevé a la prueba para conseguir la beca de estudios aquí en Corea y él no ha dejado de esforzarse desde aquel día. Pero ahora las cosas han empeorado, Yixing se ha obsesionado con bailar, ha dejado de tomar sus medicinas, de comer, se centra en entrenar día tras día y noche tras noche. Es cierto que es admirable su dedicación pero también debe cuidarse. Yixing no es una persona normal, pero eso no significa que sea malo. He intentado decírselo muchas veces, pero él no quiere escucharme. Tiene miedo, miedo a lo que le pasa, a ser diferente -el extraño hizo una pausa cerrando los ojos perdiéndose en sus recuerdos-. Todavía puedo recordar lo que me dijo en el hospital la vez que descubrieron que tenía esta enfermedad. Pensé que estaría llorando, que se sentiría triste, pero en cambio, cuando entré en el cuarto estaba intentado colocarse de nuevo en pie para poder bailar. Le pedí que no lo hiciese y él me contestó. Si no puedo hacerlo es como si estuviese muerto. Yixing ama el baile, más que nada en este mundo, o por lo menos eso era lo que creía hasta ayer. Yixing te necesita Do Kyungsoo, necesita que tú le ayudes, yo ya no puedo ser su apoyo, ya no puedo ayudarle, supongo que mi pequeña golondrina ha echado alas y se ha encontrado un nido mejor.

Kyungsoo se ruborizó ante aquella potente mirada.

- Habla de ti en sueños, murmura tu nombre. Sería un idiota si no me diese cuenta de lo que siente por ti. Así que por favor, cuídale, protégele y haz que se valore -la mano del extraño era enorme y fuerte, se posó sobre la cabeza de Kyungsoo y le revolvió el pelo-. Siempre dice que quiere vivir, pero la vida no es solo arriesgarse hasta más no poder, a veces la vida es simplemente estar bien rodeado por las personas que te quieren. No hay nada que él tenga que demostrar, porque tenga los premios que tenga creo que para los ojos de todos Yixing seguirá siendo increíble.

Kyungsoo estaba de acuerdo con todas aquellas palabras.

- Tienes razón-le respondió Kyungsoo alargando con dulzura una sonrisa-. Cuenta conmigo.

Se despidió del desconocido si haberle preguntando el nombre, pensó que si él no se lo había dicho quizás era porque deseaba que no lo supiese. Miró de nuevo su teléfono móvil y escribió un mensaje de texto.

« No hagas tonterías. Pase lo que te pase seguirás siendo el mismo para mí. Te quiero. »

Marcó el número de teléfono de Yixing y se lo envió esperando que el bailarín le respondiese esta vez.

  

Kyungsoo se sintió nuevamente defraudado no sólo no le había contestado sino que Yixing había apagado su teléfono móvil imposibilitándole así la manera de contactarle. Después de la charla con aquel tipo el dibujante pensó que había recuperado las fuerzas y la motivación, pero el bailarín no se lo iba a poner tan sencillo. Intentó llamarle por quinta vez en esa hora pero el resultado fue el mismo así que al final, y viendo que ya era muy tarde, decidió aceptar esa derrota e irse a la cama, al día siguiente tendría que levantarse temprano para continuar preparándose para las becas.

Con las luces y el teléfono apagado, se quitó la ropa quedando tan solo en ropa interior y se metió en la cama. Deseó para sus adentros que Yixing, estuviera donde estuviese, se encontrase bien y después cerró los ojos intentando conciliar el suelo. Estaba a punto de conseguirlo cuando unos golpes tremendamente fuertes comenzaron a hacer acto de presencia en su cuarto. Alguien, al otro lado de la puerta, parecía muy nervioso y con ganas de verle, o simplemente molestarle.

Kyungsoo se levantó y caminó hasta la puerta pulsando las teclas para desbloquear la cerradura, al otro lado, ante sus ojos llenos de sorpresa, se encontraba Yixing. Tenía las mejillas coloradas y la mirada vidriosa y perdida, el pelo revuelto y el rostro mojado, le vio tambalearse a los lados e intentar mantener el equilibrio sujetándose a un lado de la puerta.

- Kyungsoo -susurró Yixing con torpeza dejando que su cuerpo cayese contra el del dibujante-. No puedo más.

Kyungsoo le agarró con sus manos, sintió como el cuerpo fuerte de Yixing se venía abajo, como sus ojos brillantes parecía no haber parado de llorar en horas, como su cara congestionada y caliente todavía tenía marcas de ello. Su voz sonaba torpe y las sílabas atropelladas y el brillo intenso en el fondo de sus ojos había sido sustituido por una chispa traviesa y triste de borrachera.

- Yixing -le contestó con ternura mesando sus cabellos y llevándole hasta la cama-. ¿Qué es lo que te pasa?

Yixing le observó sentado desde la cama, y la expresión de su rostro se quebró. Sus ojos parecían culpables, llenos de miedo. Kyungsoo se pregunto cuánto tiempo habría estado aguantando ese peso él solo, que cuantas veces habría querido tener a alguien con quien no luchar, a alguien con quien no tener que hacerse el fuerte, alguien con quien poder sentirse como un igual. El coreano tomó asiento a su lado y le agarró la mano. Yixing continuó sin mirarle.

- Ya no puedo con esto, no puedo soportarlo más -comenzó a decirle Yixing-. Por mucho que me esfuerzo, no consigo mejorar, jamás podré ser como los demás, siempre seré alguien que está por debajo, un tío raro.
- Yixing -comenzó a hablar Kyugsoo intentando llamar su atención provocando que le mirase-. Jamás has sido alguien raro, lo que tienes no te hace alguien peor o malo, todo el mundo tiene algo...
- Pero no algo que haga que te señalen con el dedo -le cortó el bailarín-. Soy débil, soy inferior.
- Nunca -Kyungsoo le obligó a mirarle y sonrió-. No lo eres, eres increíble, valiente, hermoso, luchador. Eres la persona más loca que conozco, nunca cesas en tus intentos hasta que lo consigues, eres cabezota y trabajador, y ante todo eres un gran bailarín.
- Sólo dices eso para animarme -murmuró haciendo un puchero. Kyungsoo le observó era duro reconocerle pero a Yixing le sentaba muy bien estar borracho.
- No tengo por costumbre mentirle a mis amigos. Pero tengo que darte la razón en algo, si que eres diferente, como yo lo soy, como lo somos todos -Kyungsoo sonrió dirigiendo la mirada a su ventana-. Si el mundo fuese en blanco y negro no habría nada interesante que pintar. Yixing ¿sabes cuantos colores existen? Miles, millones de ellos, porque siempre que se mezclan aparecen tonalidades nuevas, pasa lo mismo con las personas. Todo tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes, todos somos especiales, porque todos tenemos algo que nos haces indispensables para los demás. Por muy solos que nos sintamos, por muy diferentes que nos veamos, por muy inútiles que pensemos que somos, siempre habrá alguien que nos admire por algo.

Yixing no apartó la vista de Kyungsoo, y cuando este se giró sonriendo supo que el bailarín le había estado escuchando todo el rato y que sus palabras habían llegado hasta él.

- ¿Quién te ha enseñado todo eso? -murmuró sin perder el contacto visual.
- Creo que sabes perfectamente quien fue.

Yixing alargó su mano acariciándole la cara a Kyungsoo con ternura, pasándole los dedos por el perfil de su rostro, acariciando sus labios aproximando los suyos. Sintiendo cada vez más cerca el aliento del bailarín Kyungsoo pudo comprender que todo iría bien, Yixing le estaba besando, lentamente disfrutando de su sabor, de su tacto.

- Kyungsoo -murmuró Yixing en su oído-. No te alejes de mí.
- No lo haré Yixing -le contestó Kyungsoo acariciándole la espalda-. Jamás me iré.

Kyungsoo tumbó el cuerpo de Yixing sobre la cama y comenzó a desnudarle, le observó acostado sobre la sábana y memorizó cada parte de su cuerpo recorriéndolo con su dedo índice dibujando los recovecos más escondidos de la anatomía del bailarín. Aquella noche le necesitaba tanto o más como él le necesitaba, aquella noche no quería pensar en estereotipos, en ejemplos de reacción y acción, en perfiles predefinidos, aquella noche quería sentir, abrazarle entre sus brazos y no dejar que se marchase jamás.

La luz de la luna se colaba por la ventana saludando su estabilidad a aquellas horas de la madrugada, el cuerpo desnudo y dormido de Yixing descansaba sobre el colchón arremolinado sobre las sábanas. Kyungsoo sonrió para sí mismo sentado con las piernas tocándole su propio pecho. Los mechones revueltos del flequillo de Yixing caían grácilmente ocultando parte de su cara. Su nariz curvada con gracia se dejaba ver parcialmente, sus labios medio abiertos, dejaban salir el aire con fuerza. Su espalda blanca subía y bajaba por efecto de la profunda respiración, sus brazos amarraban la almohada como un niño lo haría con un peluche, su trasero fuerte y terso caía con picardía directamente a sus piernas musculosas de perfecto bailarín.

Kyungsoo no pudo resistirlo y cogió su cuaderno de dibujo retratando aquella escena. Los momentos con Yixing parecían volverse eternos en su memoria, como imágenes de un film que se adentraban escavando en su mente haciéndose un hueco que jamás quería que fuese llenado por otra cosa. Necesitaba dibujarlo, necesitaba hacerle suyo, como cada vez que le había visto y ahí tumbado sobre la cama, sobre su cama, dormido y tranquilo, indefenso y cómodo Kyungsoo sintió que no habría nada que pudiese acabar con aquello que ambos sentían. Terminó el dibujo y acercó su mano a la espalda del muchacho acariciándola, Yixing abrió un ojo y le miro sonriendo.

- No deberías de dibujarme sin mi permiso, te cobraré derecho de imagen -bromeó todavía adormilado.

Kyungsoo respondió con una risilla mientras el bailarín se erguía y se acercaba hasta él haciéndose un hueco entre el dibujante y su cuaderno.

- Siempre estás dibujando, te llevas estos cuadernos a todos lados. Yo también quiero hacerlo. Enséñame a dibujar.
Kyungsoo le observó y dudó por un momento.
- Es algo que sale solo, no sabría cómo explicarte -se excusó.
- No seas así Kyungsoo, yo te he enseñado a bailar.
- Es cierto -aclaró-. Lo has hecho, es posible que pueda intentarlo entonces.
- Las cosas no se intentan Kyungsoo, se hacen o no se hacen -sentenció Yixing arrebatándole el lápiz-. Enséñame a hacerlo.

La mirada de Yixing era decidida, y ante aquella mirada Kyungsoo no podía negarse, Yixing lo sabía y por eso siempre que quería algo le miraba así. Rodeó con sus dedos los dedos de Yixing, le colocó correctamente la mano y el lápiz moviéndolo sobre el papel.

- ¿Qué quieres dibujar? -le preguntó el muchacho coreano.
- Quiero dibujarte a ti.

Kyungsoo se había preparado para aquello, supuso que Yixing le pediría algo así. Comenzó a moverle la mano guiándole. Yixing murmuraba el nombre de las partes del cuerpo que dibujaban, decía cosas como "los labios de Kyungsoo", "la nuez prominente de Kyungsoo", "los ojos de Kyungsoo que siempre me están mirando". Y cada vez que el dibujante escuchaba el sonido de su nombre en la boca de Yixing, alargándose dulcemente con en su voz, apretaba más fuerte el lápiz hasta que la mina se rompió.

- Se ha roto -explicó lo obvio el bailarín, Kyungsoo no dijo nada-. Tendré que coger otro lápiz y esta vez dibujaré yo solo.

Yixing se levantó y cogió uno de los cuadernos que estaban encima del escritorio, arrancó una hoja y la puso sobre el cuaderno que estaban usando. Tomó de la mano a Kyungsoo y la estiró sobre la lámina, acercó la suya propia y la puso sobre la de él. Entonces, sin explicarle nada a Kyungsoo comenzó a rodearlas a ambas como si no hubiese separación entre ellas. Después se giró y comenzó a escribir algo sobre la hoja, cuando consideró que había terminado se giró y se la entregó a Kyungsoo con una sonrisa.

- Aquí tienes mi obra de arte -río el bailarín-. Consérvala para siempre en el futuro valdrá millones.

Kyungsoo observó el dibujo. Dos manos como si fuesen una sola perfiladas con un pulso irregular, sobre la de Kyungsoo ponía "Corea" y entre paréntesis "tú", sobre la de Yixing ponía "China" y entre paréntesis "yo". Bajo las dos manos ponía “nuestro mundo” y entre paréntesis “nosotros”. En la esquina derecha de la hoja, justo en la parte de abajo, con una caligrafía torpe en coreano Yixing había escrito "Jamás olvides, pase el tiempo que pasé, que un día fuimos el uno del otro y que en ese día jamás salió el sol. Porque somos infinitos y está es nuestra historia. La historia de Do Kyungsoo y Zhang Yixing."

El dibujante sonrió con ternura mientras Yixing comenzaba a guardar el resto de las cosas. Se levantó y le abrazó por la cintura mirando por la ventana.

- Ya se está haciendo de día -dijo el dibujante apoyando su mentón en el hombro de Yixing.
- Sí -le contestó el otro revolviéndole el pelo.
- ¿Qué pasará mañana?
- No lo sé -le contestó Yixing con la vista fija en el amanecer-. Pero no me importa.

  

Los días se iban acortando haciéndose más próximos a las fechas de las pruebas para las becas. En apenas unos cinco o cuatro días sería la prueba de Kyungsoo y el dibujante se había encerrado prácticamente en su cuarto trabajando en su proyecto.

"Únicos", así había decidido llamarlo, la idea se la había dado Yixing, había estado retratando imágenes de situaciones que le habían parecido irrepetibles. El vuelo de unas palomas, la caída de las gotas de agua en un charco, las lágrimas de un niño en el parque, la sonrisa arrugada de una anciana a la que poca gente visitaba. Kyungsoo quería demostrar que no solo podía ser talentoso con sus composiciones correctas de paisajes, edificios y colores, sino también quería mostrar algo más allá en las imágenes que eran cotidianas. La temática de su presentación era lo único y especial en cada persona y en el día a día, y el sub tema era mostrar una calidad fotográfica usando únicamente colores de madera y alguna que otra tinta, sin óleos u otros materiales más corrientes en los cuadros. Yixing había dicho que a veces lo más simple se volvía lo más especial y quedándose con aquello Kyungsoo lo había usado para su participación.

Casi no veía a Chanyeol o a Yixing, continuaba hablando con ellos y con su madre, pero cuando se trataba de sus estudios Kyungsoo se encerraba totalmente en soledad. Alguna que otra tarde el maestro Kim iba a visitarle y a echarle un ojo a sus composiciones. Le había dicho que estaba muy impresionado con su trabajo y que, aunque antes ya era casi perfecto, ahora tenía un toque especial que no sabría como denominarlo pero que convertía ese casi en invisible volviéndolos perfectos. Kyungsoo había agradecido sus cumplidos y la carta de recomendación que le había dado para entregar a los responsables de la beca.

Pero Kyungsoo no había enseñado su baza fuerte para ganar ese puesto en Estados Unidos. Aquello era su colección de dibujos del bailarín. Estaba seguro que aquellos dibujos sin duda borrarían cualquier duda de la mente de los seleccionadores. Pero no se lo había dicho a nadie, ni siquiera a Yixing, quería que aquello fuese una sorpresa.
Aquella noche habló con Yixing por teléfono, quería verle, pero estaban demasiado ocupados para quedar. Desde la noche en la que Yixing había aparecido borracho en su cuarto Kyungsoo se había tomado más confianzas con él y hasta a veces era él el que bromeaba, al principio el bailarín fingía molestarse pero poco a poco se fue aprovechando de ello y finalmente había terminado por volver aquellas torpes bromas del dibujante contra él mismo.

Kyungsoo cambió el tema de conversación al mismo que llevaba rondando ya desde aquella noche entre ellos.

- Cuando terminemos con esto y tengamos nuestras becas, nos iremos de vacaciones.
- No haces más que repetirlo -rió Yixing-. Pero sabes que si consigo la beca tendré que dedicarle más tiempo al baile y eso significa menos tiempo contigo.
- Lo sé, lo sé -se excusó el dibujante-. Pero no me puedes negar aunque sea sólo un fin de semana. Te prometí que nos iríamos a mi pueblo, te dije que quiero enseñarte aquel embarcadero.
- Eres demasiado monotemático Kyungsoo -continuó el otro intentando molestarle-. Pero también eres demasiado insistente, sabes que no me negaría ¿de quién has sacado eso?
- No lo sé, pero puede que lo aprendiese de un chino impertinente que siempre hace lo que quiere.
- Eso es un golpe bajo -le dijo Yixing fingiendo dolor en su voz.
Kyungsoo rió pero poco a poco su risa se fue ahogando hasta que se tranquilizó.
- Es importante para mí -le dijo con el tono más sereno.
- Entonces sabes que iré, seré tuyo exclusivamente por dos días. Tienes suerte.

Yixing no podía hablar en serio ni un segundo. Kyungsoo sabía que eso era porque prefería ver el lado más feliz de las cosas, después de aquella noche en su cuarto, el dibujante sabía que había un lado sensible en Yixing, pero si él se sentía mejor bromeando no iba a hacerle pasar un mal rato, después de todo en el fondo a Kyungsoo le encantaba ver tan feliz al bailarín.

Cuando llegó el día de su prueba Kyungsoo se moría de los nervios, le temblaba el cuerpo entero de los pies a la cabeza. Pasó más del tiempo normal seleccionando su ropa, también en la ducha asesándose todo lo posible, revisando y rebuscando todos sus trabajos a concurso. A pesar de que todos sus conocidos le habían asegurado que todo saldría bien y de que el maestro Kim le acompañaría al local Kyungsoo no podía evitar temblar recogiendo las últimas cosas en su casa y encaminándose en dirección a la entrada en donde le esperaba su profesor.

Justo antes de emprender el camino hacia la galería de arte recibió un mensaje en su teléfono móvil.

« Seguro que estás muy nervioso. Hoy te dejaré estarlo, es tu gran día y si no estuvieses nervioso no serías tú, pero no olvides que pase lo que pase para mí siempre serás el mejor. »

Kyungsoo sonrió con ternura pasando el dedo por la pantalla de su smartphone, a pesar de que aquello era un mensaje escrito podía sentir el aliento de Yixing susurrándole aquellas palabras, acariciando su nuca con aquella voz tan dulce que adoraba. Abrió la puerta del automóvil y se sentó en el lugar del copiloto. El maestro Kim golpeó levemente su hombro infundiéndole ánimo y le indico que se pusiese el cinturón de seguridad, ambos lo hicieron y arrancaron al lugar del encuentro.

Cuando llegaron los nervios comenzaron a atacarle de nuevo, había tantos cuadros como personas, y todo el mundo fluctuaba inquieto de un lado al otro. La melodía de un piano sonaba por los altavoces en las paredes casi sin ser percibida debido al ruido de los pasos de la multitud, sus voces parlanchinas y los carraspeos, siempre inoportunos. En medio de todo aquello Kyungsoo se detuvo observando sus propias obras, con la gente ignorándole a su espalda, su maestro hablaba animadamente con los encargados del evento, le señalaban y sonreían asintiendo la cabeza, Joonmyeon siempre había sido educado y correcto en aquellas situaciones, no había mentido cuando le habían asegurado que a su lado todo estaría bien. Pero Kyungsoo no estaba en aquel lugar, se encontraba lejos, en un lago en china, una noche de verano, riendo despreocupadamente mientras flotaba sobre las aguas ajeno a las preocupaciones del mundo.

Kyungsoo sonrió acariciando su obra. La silueta de un bailarín, tan solo en tonos oscuros, blancos, negros y grises, sintió que aquel dibujo realmente tenía vida, le observó moverse danzando como un fantasma cubierto por la noche bajo un árbol cerca de una ventana.

- Es precioso -exclamó la voz de hombre a su lado.
- ¿Usted lo cree? -Kyungsoo no le miró continuó con la vista en el cuadro dando un sorbo a su bebida.
- En verdad que si -añadió el hombre-. La composición de colores en escala de blancos, negros y grises le da un matiz lastimero, casi clásico, y las líneas tan marcadas e intensas le dan movilidad a la imagen, semeja que podría echarse a bailar en cualquier momento. Pero lo que más me gusta de esta obra es el amor que el autor le ha dado, cada movimiento de su mano se nota en su composición final, el artista debe de sentirse muy feliz con el resultado.
- Y así se siente - le contestó Kyungsoo girándose para mirarle a la cara.
- ¿Es tuyo?

Kyungsoo asintió sin perder la sonrisa.

- ¿Tienes más dibujos de este estilo, me encantaría verlos?

El dibujante volvió a afirmar con su cabeza y le pidió que esperase. Caminó apresurado hasta el coche del maestro Kim pero cuando se disponía a abrirlo recordó que había dejado su libreta de dibujos sobre la cama. Llamó a Chanyeol pero no le cogió el teléfono, insistió unas cuantas veces más pero de nuevo no obtuvo resultado. Suspiró y después de pensarlo llamó a Yixing. No quería molestarle durante sus ensayos pero él era la única persona que estaría a esa hora en la facultad y conocía el código de entrada a su cuarto.

- ¿Kyungsoo? -preguntó sorprendido el bailarín al otro lado, su voz sonaba cansada y jadeante, lo más probable es que le hubiese interrumpido durante algún ensayo.
- Yixing, siento molestarte -comenzó a decir el dibujante algo apresurado-. Pero necesito mi libreta de dibujos, esa en la que tengo todos los que he hecho de ti. Iba a traerla pero se me ha olvidado.
- ¿La necesitas para la prueba? Pensé que con lo que habías llevado ya era suficiente -Yixing se hacía el remolón.
- Es muy importante, por favor, quiero que vengas y me la traigas. La necesito.

El bailarín hizo una pausa al otro lado del teléfono y resopló.

- Ok, iré ahora a por ella y te la llevaré en un momento. Puede que tarde algo tendré que coger un taxi, que en cuanto llegue me pagarás tú -rió dando por terminada la conversación y colgando.

Kyungsoo sonrió para sí mismo, Yixing siempre igual, pero aquello había salido mejor de lo que pensaba, si era él el que le traía la libreta con los dibujos entonces podría ver todo el tiempo y el esfuerzo que le había dedicado y ambos podían disfrutar del sentimiento de satisfacción por el trabajo bien hecho. Pero Yixing no apareció.

Las horas fueron pasando y la preocupación se fue plasmando cada vez más en el rostro de Kyungsoo. Terminó el día y el jurado tomó su veredicto, a pesar de la falta de su libreta de esbozos Kyungsoo había sido uno de los seleccionados para la beca. El maestro Kim había insistido en ir a tomar algo para celebrarlo, así que Kyungsoo mandó un mensaje a Yixing.

« ¿Dónde estás? »

Pero no obtuvo respuesta. Antes de irse le llamó por teléfono, pero no le contestó, ni siquiera daba señal de llamada, insistió varias veces pero el resultado era el mismo. No se sentía tranquilo, aquello no era propio de Yixing, él jamás le hacía eso. Intentó tranquilizarse un poco quizás le estaba tomando el pelo, o gastándole una broma, pero aquel no era un tema en el que Yixing bromearía. Joonmyeon se acercó hasta el coche e insistió en tomar algo, Kyungsoo quiso rechazar la oferta, estaba preocupado, pero su profesor era muy insistente y le quito hierro al asunto diciéndole que si fuese algo grave ya le habría llamado. Aún así, aceptando la oferta, Kyungsoo no se sentía tranquilo, así que continuó llamando al teléfono de Yixing sin obtener respuesta por su parte.

Cuando llegaron al local se disculpó del maestro y caminó hacia una esquina en la que apenas llegaba el alboroto del sitio y llamó a Chanyeol. Aunque era poco probable quizás él si sabía en donde se encontraba Yixing.

- ¿Kyungsoo? -la voz de Chanyeol sonaba asustada, como si tuviese miedo de algo.
- ¿Chanyeol? -le respondió Kyungsoo interrogativamente contagiado por el tono de su amigo-. ¿Ha pasado algo?
- Kyungsoo -insistió Chanyeol al otro lado-. Yixing ha...

Pero Kyungsoo no estaba escuchando a Chanyeol, la imagen en la televisión había capturado toda su atención en ese momento. Había habido un accidente no muy lejos de la zona en donde se encontraba la galería de arte. La imagen del coche empotrado contra una de las farolas, arrugado y con el capó echando humo fue ampliada por la enorme pantalla del local. Había muchas personas alrededor de la zona del siniestro, el sonido de las ambulancias y la policía retumbaban casi por encima de la voz del reportero y ahí en medio de todo aquello, las piernas de un joven cuyas zapatillas de deporte moradas conocía tan bien. Estaba tapado por una manta y lo subían a una ambulancia, en el suelo al lado de un inmenso charco de sangre había una libreta de dibujos abierta y rota, el viento desperdigaba la colección por el aire elevándolos y dejándolos caer desordenados por toda la calle. En cada hoja de dibujo la imagen de un bailarín lleno de vida y decisión.

Kyungsoo avanzó por el local con los ojos fijos en la pantalla, dejó caer el teléfono móvil, Chanyeol le llamaba como si se le fuese la vida en ello, Joonmyeon le observó y corrió hacia él pero no llegó a tiempo, la vista se le nublaba, las piernas le temblaban, los ojos se le cerraban. Su cuerpo comenzó a desplomarse contra el suelo mientras que de sus labios solo salió una palabra en medio de un suspiro.

- Yixing.

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