No recordaba tu nombre, hasta el día en que me senté en un diván para hablar de círculos cuadrados.

Nov 05, 2005 19:04


Todo parece oler a sobaco y patas sucias.

Sensibilidad de mis membranas, caricias en las manos, sentadas en el sofá azul.

Las cicatrices comienzan a abrirse, y por las noches me hablan mientras duermo; será por eso, que mientras meo, lloro sin saber. Mocos salados, acuosos y transparentes.

Me cuestiona todo lo que hago, se contesta ella misma diciendo que estoy sola y aburrida.



Pero…no sé. Es por momentos; cuando apareces sentado en el viejo jardín, jodiendo la hierba de la abuela, yo reacciono y voy a asfixiar los gatos para luego enterrarlos en la piscina, creyendo que el agua todo lo aclara.

En mis sueños, aparece la chica rubia conduciendo muchos tractores y grúas raras, formando una sola máquina. Yo la veía desde abajo, las dos estábamos como dibujadas en sobres que cualquier cartero desea abrir.

Odio todo lo que me gusta y me riñen si hablo de círculos cuadrados
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