MUDANZAS, GHETTOS, CICLOS
Es la cuarta vez qe me mudo en cuestión de cinco años.
Debería tener la técnica depurada pero estas cosas no dejan de ponerme nerviosa y siempre acabo sumida en un corre-corre frenético. Hay cosas qe no funcionan, otras qe no funcionan como debieran. Nada sigue los tiempos. Y no encuentro nada de lo qe necesito. Por no hablar de las terceras personas con las qe cuento para poner un poco de orden a este caos pero qe siempre consiguen darle otra vuelta de tuerca más poniéndome más nerviosa todavía si cabe. Como si yo solita no bastara... Pero la vida sigue. Y al fin y al cabo sólo es una mudanza (más).
Ya he pasado por barrios muy variopintos: el bullicioso centro, la periferia olvidada, una urbanización de lujo... Como no podía ser de otra manera, no encajé en ninguno de estos sitios. Así qe ya puestos... sólo me quedaba vivir en un ghetto.
Me parece una experiencia privilegiada. Y no lo digo porque me esté leyendo Criadas y Señoras. Pero será cuanto menos interesante vivir en una comunidad donde eres la única persona "occidental", con tus facciones y rasgos qe gritan tu casta por donde qiera qe vayas. Podría extraer una lección de vida de todo esto, de cómo se siente el diferente, el excluido, el sintierra, el don nadie... Pero me parece que esta ya me la sé. La lección llega un poco tarde, pero vamos a aprovecharla de todos modos. El piso no está tan mal, es decir, tiene posibles. El estado en el que me lo han entregado es vergonzoso, pero es un ático desde donde puedo ver amanecer y atardecer. Tiene bañera. Y el monte empieza en la acera de enfrente. No necesito nada más que eso: aire libre, monte verde, y bañera.
Tengo ganas de qe aflojen las temperaturas y empezar un nuevo ciclo. Barrio nuevo, vida nueva.
Debería tener la técnica depurada pero estas cosas no dejan de ponerme nerviosa y siempre acabo sumida en un corre-corre frenético. Hay cosas qe no funcionan, otras qe no funcionan como debieran. Nada sigue los tiempos. Y no encuentro nada de lo qe necesito. Por no hablar de las terceras personas con las qe cuento para poner un poco de orden a este caos pero qe siempre consiguen darle otra vuelta de tuerca más poniéndome más nerviosa todavía si cabe. Como si yo solita no bastara... Pero la vida sigue. Y al fin y al cabo sólo es una mudanza (más).
Ya he pasado por barrios muy variopintos: el bullicioso centro, la periferia olvidada, una urbanización de lujo... Como no podía ser de otra manera, no encajé en ninguno de estos sitios. Así qe ya puestos... sólo me quedaba vivir en un ghetto.
Me parece una experiencia privilegiada. Y no lo digo porque me esté leyendo Criadas y Señoras. Pero será cuanto menos interesante vivir en una comunidad donde eres la única persona "occidental", con tus facciones y rasgos qe gritan tu casta por donde qiera qe vayas. Podría extraer una lección de vida de todo esto, de cómo se siente el diferente, el excluido, el sintierra, el don nadie... Pero me parece que esta ya me la sé. La lección llega un poco tarde, pero vamos a aprovecharla de todos modos. El piso no está tan mal, es decir, tiene posibles. El estado en el que me lo han entregado es vergonzoso, pero es un ático desde donde puedo ver amanecer y atardecer. Tiene bañera. Y el monte empieza en la acera de enfrente. No necesito nada más que eso: aire libre, monte verde, y bañera.
Tengo ganas de qe aflojen las temperaturas y empezar un nuevo ciclo. Barrio nuevo, vida nueva.