En primer lugar quiero disculparme, porque realmente creía que ayer era hoy. A ver, que el día 25 era hoy lunes y por eso ayer no publique nada. Estoy empana, no me lo tengáis en cuenta.
De hecho el fic no le tengo terminado, así que aprovechando que nadie tenía cogido el día de hoy, lo acabaré y lo publicaré esta tarde como era mi idea principal, porque ni de coña el fic es tan largo como para ser wip.
Me ha costado mucho escribir nada, porque después de la buena cogida del anterior, tenía un miedo mortal a decepcionar, pero bueno… esto es lo que ha salido. Yo creo que es lindo.
House en la actualidad, he intentando no poner spoilers y los que he puesto están encubiertos, vamos que podía haber sido simplemente cosa mía.
Ya sabéis, ni House, ni Cuddy son míos. Siempre hago referencias al pasado que yo creo que estos dos tienen juntos. Salieron en la universidad y perdieron un bebe, lo que les convirtió en lo que son. El fic es huddy, si no qué iba a hacer en esta comunidad y para todos los públicos.
Para Cuddy.
Se paro frente a su puerta.
El camino no había sido fácil, pero el último paso siempre era el peor.
Hizo una gran inspiración, seguida por una larga expiración. Como le había aconsejado su sicoanalista. Odiaba todo ese royo del psicoanálisis, pero sin embargo ahí estaba, otra vez... Nunca se imagino de nuevo en aquella situación.
Frente a su puerta.
La penúltima vez que había estado allí no había tenido valor para llamar. La siguiente había acabado besándola como si la vida se le fuera en el intento.
Siempre tenía ganas de besarla.
Y aquella era la única dichosa verdad.
Pero en aquella ocasión no había oportunidad de beso, así que no llamar era la mejor opción.
Papa y mama Cuddy habían venido, también un par de hermanas, algún cuñado, sobrinos, Wilson y el innombrable.
¡¡Maldito cabrón traidor!!
Para ser sincero, él también había sido invitado a la celebración.
Había dicho que no.
Ni mil horas de terapia le hubieran preparado para aquella “agradable” velada. Sin embargo, allí estaba, con su camisa azul y su bastón de los domingos, respirando tanto oxigeno como podía, e inventándose una buena excusa ante sí mismo para no llamar y así poder darse la vuelta.
No habría beso, ni posibilidad de revolcón. Cuddy había pasado página... sin él.
Él tenía que hacer lo mismo.
Llamo al timbre sin saber como.
Su nuevo yo era estúpido.
Intentar ser feliz no merecía tanto sacrificio.
Ella llevaba una camiseta blanca con lo que parecía vomito de bebe, unos vaqueros desgastados y una sonrisa ilumino su cara al verlo. No estaba preparado para verla tan feliz.
- ¡House! - dijo sorprendida- Creí que no vendrías. Pasa - dijo la mujer haciéndose a un lado, en lo que fuera de toda duda parecía un ofrecimiento sincero.
- No, no quiero molestar.
Lisa le miro extrañada. A House le encantaba molestar, pero en las últimas semanas todo había sido tan raro. Estaba igual pero, cambiado. Ni siquiera le había dado un poco de miedo encontrarle frente a su puerta.
Tal vez ella también había cambiado.
- Pasa - insistió.
- No creo que tu padre tenga muchas ganas de verme.
Lisa bajo un poco la cabeza y no se atrevió a replicarlo. El tiempo sólo cura ciertas heridas. Su padre le seguía odiando y no iba a ser ella quien se lo echara en cara. House leyó como en un libro con ilustraciones la reacción de Cuddy y sonrió de medio lado.
- Sólo he venido a felicitarte.
Lisa sonrió confusa.
- Podías haber llamado.
- Quería darte tu regalo - dijo House con un tono de voz neutro.
- ¿Me has comprado algo? - los ojos de la mujer se abrieron como platos de la sorpresa mientras veía como House sacaba un paquete del bolsillo interior de su americana.
- Claro que no - dijo seriamente-. ¿Por quien me tomas? ¿Por alguien como ese noviete tuyo sin imaginación, ni talento? O peor aún, ¡¡Por Wilson!!
Cuddy intentó echarle una mirada de reprimenda, pero sólo le salió una mueca nerviosa, más parecida a una sonrisa, mientras tomaba el paquete que House le ofrecía y lo empezaba a abrir con un poco de desesperación.
- Es algo que compuse hace un tiempo y... - las palabras de House se helaron en el mismo momento en el que vio los ojos de Cuddy anegados de lágrimas.
Dentro del paquete había una partitura donde con letra firme House había escrito “La melodía de Cuddy”. Y en su interior, dentro de una mini caja un CD de los pequeños, donde también rezaba el mismo texto. La mujer levanto la vista de sus manos con ceremoniosidad.
- Muchas gracias - dijo sin poder esconder la emoción.
- Espero que te guste - comento House con sinceridad en un pequeño susurro, viendo como Cuddy intenta recobrar la compostura.
- Es un detalle precioso.
- Fue idea de Nolan - intentó quitar hierro al asunto, de repente se dio cuenta de que había puesto triste a aquella mujer que tenía delante y le dolió. Esa ya no era su intención. No tenía derecho a meterse en su vida.
- ¿Componerme una canción fue idea de tu psicólogo? - dijo entre sorprendida y desconcertada
- No, portarme mejor con la gente que se porta bien con migo.
Cuddy sonrió emocionada.
- Dale las gracias de mi parte
- Pásatelo bien y feliz cumpleaños - dijo con sinceridad.
House ya se iba a dar la vuelta para irse, cuando Cuddy se acerco a él con rapidez, se puso de puntillas y le dio un leve beso en la mejilla. El contacto de sus labios con su mejilla fue doloso para él, pero el aroma de Cuddy impregnado a Nenuco le hizo no quererse separar de ella. El momento se hubiera congelado en el tiempo si no fuera por una voz que sonó a su espalda.
Continuara...
Por favor, decirme que os parece. Y como no está terminado si veis cualquier fallo, algo que mejorar, o si recordais realmente como se llamaba la canción que House le compuso a Cuddy. Decirmelo. Please!!!
En unas horas el fic entero... porque aunque hay ponga 25. Hoy ya es 26.
Besitos.