Sad Eyes. Jensen/Misha. Capítulo 5.

Dec 21, 2009 01:29

Título: Sad eyes.
Fandom: RPS. AU.
Pairing/Personajes: Misha Collins/Jensen Ackles. Traci Dinwiddie/Jeffrey Dean Morgan. Jared Padalecki.
Rating: NC-17 Warning: Pornaco y ¿angst? D:
Beta: taolee
Summary: Misha no está pasando el mejor momento de su vida: se está divorciando y se siente completamente perdido. Hasta que un día se reencuentra con una amiga del instituto y todo cambia aunque no precisamente como a él le gustaría.
Capítulos: 5/6 + Epílogo
Nota: Bien, como veréis ahora el fanfic tiene seis capítulos. ¿Motivo? El capítulo cinco se me alargó mucho y decidí cortarlo (podría haberlo dividido, lo sé...) así que me tendréis que aguantar un poco más por aquí :D Ah, sí. No me matéis, porfa plis.

Misha pasó la navidad en Somerville con su madre. Resultaron ser unos días bastante agradables entre comilonas y visitas familiares, todo sencillo y muy cálido. Volvió a San Francisco el día de 31 de diciembre.

Hacia un par de meses se hubiera quedado en casa lamentándose por la su mala suerte, emborrachándose solo y quejándose a la televisión como los locos; pero ahora las cosas son totalmente diferente; Traci lo invitó a una fiesta de fin de año y Jensen a otra. Durante un par de días dudó antes de tomar la resolución que podía ir a ambas y quedar perfectamente bien.

Decidió ir primero a la fiesta de Traci donde no se extrañó de ver a Jeffrey y descubrir que llevaban viéndose semanas. En palabras de Traci:

-Pero es algo puramente físico, Misha. Nada sentimental. Somos amigos con derecho a roce.

Jeffrey parece concordar perfectamente con ella:

-Es una fiera en la cama, tío. Deberías… no, mejor no.

-¿Estáis saliendo?

-¿Saliendo? ¿Qué te crees que tenemos? ¿16 años? No, Misha; Lo nuestro es puramente físico. Algo físico, muy físico, ¿me entiendes? Hace yoga, ¿lo sabes? Solo diré: flexible.

Misha decide no investigar más pero eso no quiere decir que no se alegre por ambos y por lo que sea que tengan, porque evidentemente algo tienen entre manos.

Deja la fiesta un par de horas antes de media noche y se dirige hacia el apartamento de Jensen. Sabe que éste comparte un enorme loft de dos plantas con Jared y que la fiesta es obra de éste último. Cuando se baja del ascensor y camina hacia la única puerta del rellano, no se extraña de encontrarla abierta. Al asomarse a la puerta ve que la cosa está bastante animada y allí donde mire hay gente guapa bebiendo y pasándoselo en grande. Se siente un poco fuera de lugar. No se esperaba eso.

-¿Misha? -grita Padalecki abriéndose paso entre la gente. -¡Misha! Hola, tío.

Le estrecha la mano con mucha fuerza y entusiasmo antes de decirse por darle un abrazo de oso.

-Es genial que hayas venido, pensaba que no vendrías ya.

-He tenido que caminar, no había manera de coger un taxi.

-Bueno, ¡pero estás aquí!

Jared está obviamente borracho y Misha no quiere saber cuánta cantidad de alcohol tiene que ingerir alguien de su altura y complexión para emborracharse.

-No me lo podía perder -asegura mientras mira alrededor buscando a Jensen.

-¡Claro que no! Venga, vamos. Te voy a conseguir una copa.

Padalecki debe dejar salir su tejano interior cuando bebe porque el acento es bastante evidente mientras lo arrastra hasta una mesa llena de bebida y coge un par de botellas. Un par de minutos después Misha tiene un combinado de sabor fuerte y dulzón en la mano.

-Típico de Texas, amigo.

-Gracias -da un par de sorbos sin saber qué decir. Jared tiene mucha confianza con él pero seguramente sea porque está borracho porque realmente ellos no se han visto más de unas tres veces en su vida.

Misha se remueve ligeramente fuera de lugar antes de preguntar porque por muy amable y simpático que fuera Padalecki, él ha ido a ver a Jensen.

-¿Y Jensen?

-Deseando verlo, ¿eh? -Jared suelta una risotada y le da un golpe en el hombro. -Pues está en su cueva -dice señalando hacia arriba- le tiene fobia a la gente. Ha sido llenarse un poco la fiesta y ha desaparecido.

-Oh, bien. Quizás debería subir y…

-¡Sí, claro! -Jared sigue sonriendo mientras casi lo arrastra hacia una escalera de caracol que hay en una esquina. -Seguro que tú consigues que baje.

-Bueno, lo intentaré… -murmura aunque él prefiere que estén a solas.

-Seguro que lo consigues -vuelve a decir mientras lo mira. -Jensen es otro desde que estáis juntos.

-Nosotros no…

-De verdad, tío. Me alegro tanto por Jensen. Es… no sé, joder. Es genial, de verdad.

Misha no sabe qué decir y menos cuando un siente que los casi dos metros de Jared se vienen sobre él para abrazarlo. Se quedan un par de minutos así antes de que Padalecki se separe aun enseñándole los hoyuelos mientras sonríe.

-Venga, sube. Nos vemos después… o mañana -termina con un guiño antes de desaparecer entre la gente que ríe y charla animadamente.

Misha sube las escaleras mientras piensa en las palabras de Jared. Por lo visto no ha sido él el único que ha cambiado… vaya, es curioso.

Al llegar arriba se encuentra con un piso amplio y diáfano, casi tan grande como el de abajo. Hay grandes ventanales que llegan hasta el techo, muebles de diseño y suelo de madera. Se queda allí parado sin saber muy bien qué hacer, pero no tiene que moverse; Jensen aparece al instante con una copa de vino en la mano.

Misha tiene que tragar saliva como si fuera un adolescente porque llevan sin verse unos ocho días y no se había dado cuenta de cuánto lo había echado de menos. Además, debe de llevar desde entonces sin afeitarse porque tiene un poquito de barba y le queda tan bien que debería estar prohibido. Ir descalzo, con la camisa un poco abierta y remangada también deberían prohibírselo por el bien de su cordura.

-Hola.

-Hey… -Jensen se acerca con una sonrisa. -Pensaba que eras Jared intentado que volviera abajo.

-No, pero tengo la misión de convencerte de que bajes.

-No pienso bajar ni aunque me paguen. Padalecki ya está borracho y abrazándose a todo el mundo.

Misha niega ligeramente con la cabeza.

-Tú siempre tan amable.

-Es parte de mi encanto.

-Ya, tú encanto… -Misha da un paso alejándose de la escalera pero Jensen lo para poniéndole una mano en el pecho. -¿Qué?

-Los zapatos. Nadie entra con zapatos en mi casa.

-Oh, por favor… Hace frío para ir descalzo, ¿sabes?

Jensen sonríe ampliamente.

-Quítate los putos zapatos o no entras. Misha lo hace. Un par de minutos después ha descubierto que el suelo está calentito y no le extraña lo más mínimo.

Se instalan en el sofáque es más cómodo de lo que alguien se esperaría de algo de diseño mientras hablan un poco de todo. Misha se ahorra contarle sus vacaciones con la familia porque eso sería algo de pareja y él quiere dejar claro que no cree que sean parejas. Si a veces se besan es cosa del momento. O eso supone.

No sabe en qué momento pasan de estar a una distancia segura y cómoda a encontrarse mucho más cerca, rozándose. Misha se sienta nervioso y cambia de posición sus pies descalzos tocando la tela del pantalón de Jensen. Le queman los labios por decir lo que lleva guardándose desde que lo ha visto, pero no quiere quedar como un idiota delante de Ackles.

Se miran sin decir palabra y antes de darse cuenta sus labios se separan:

-Te he echado de menos -murmura e inmediatamente decide echarle la culpa al vino, pero Jensen ya está sonriendo mientras alza una ceja. Misha bufa. -Ya sabes, eres un borde y esas cosas se echan en falta.

-¿Ah, sí? Pensaba que era al contrario.

-No, no cuando las tienes que aguantar constantemente -masculla intentando recuperar un poco su orgullo.

-Creo que te encanta aguantarme, Collins.

-Vete a la mierda, Ackles -sisea.

En esos momentos debería alejarse pero no quiere y no puede. Se acerca un poco más, dejando que Jensen deje caer la mano que tenía sobre el respaldo del sofá y le acaricie distraídamente la nuca. Misha siente que el vello se le eriza y no puede evitar deslizarse un poco más por el sofá.

-¿Quieres que me vaya a la mierda ahora o más tarde? -Jensen le habla bajito y suave, aún demasiado lejos para el gusto de Misha.

-Más tarde -dice sin dudar mientras desliza el pulgar sobre los labios suaves de Jensen. Éste entreabre la boca y su lengua se desliza suavemente sobre el dedo de Misha mandándole descargas eléctricas por todo el cuerpo.

-Misha, no creo…

Le chista suavemente mientras cambia de posición en el sofá buscando más comodidad, subiéndose a horcajadas sobre las piernas de Jensen para comienzar a besarlo lentamente. No quiere escucharlo hablar, ni ponerle pegas. Misha no podría soportar que lo rechazara en esos momentos. Solo necesita besarlo y sentirlo cerca.

Sus labios se rozan con tranquilidad y Misha no puede evitar sonreír al sentir la barba sobre su mentón, no debería gustarle tanto ese simple contacto. Jensen le devuelve el beso. Sus manos se posan sobre el lumbago y sus pulgares comienzan a trazar suaves círculos allí. Se besan casi con ternura durante un rato hasta que es evidente que ambos quieren más. El beso se vuelve más exigente, más caliente.

Jensen le tira de la camisa para meter las manos por su espalda y Misha gime al notar el calor de sus dedos. Su cuerpo se mueve buscando liberar la presión que se está empezando a crear en su entrepierna mientras no dejan de besarse y tocarse.

Misha le muerde el mentón suavemente antes de bajar lamiendo su cuello, sintiendo la nuez bajar y subir bruscamente, cuando Jensen traga con fuerza. Sigue bajando lentamente mientras sus dedos van abriendo la camisa poco a poco. Se arrodilla entre las piernas de Jensen cuando la postura se vuelve incómoda y lo mira excitado. Ackles es la viva imagen de la lujuria con las piernas abiertas, la camisa desabrochada y su pecho subiendo y bajando con fuerza. Misha sonríe y se inclina hacia delante, sus labios tocan la piel caliente sobre el ombligo y no puede evitar morder allí suavemente.

Jensen suelta un jadeo mientras los dedos de Misha se deslizan por sus muslos subiendo hasta su entrepierna. Se detiene allí unos instantes antes de abrir la cremallera y meter una mano dentro, alcanzando su erección.

Duda unos instantes antes de acercar sus labios hasta la polla de Jensen, sus dedos cerrados sobre la base y el pulgar acariciando suavemente el glande. Nunca ha hecho una mamada en su vida así que va a tener que tomarse su tiempo, pero la idea no le desagrada en absoluto. Está deseando sentir el sabor de Jensen entre sus labios y hacer que se estremezca de placer entre sus dedos.

-No tienes… Joder, Misha. No tienes por qué… -La voz de Jensen es baja y ronca, cargada de promesas de sexo.

-¿No quieres que lo haga? -pregunta mientras sus dedos suben y bajan suavemente haciendo que se endurezca más entre sus dedos.

Jensen abre los labios para contestar pero Misha se ha inclinado sobre su polla y le está dando un largo lametón desde sus dedos hasta el glande. Jensen suelta un gruñido y sus caderas se elevan buscando más contacto. Misha no duda en dárselo. Envuelve la dureza entre sus labios y baja la cabeza lentamente teniendo cuidado con los dientes. Llega hasta donde se siente capaz antes de subir con la misma lentitud abrazadora. Vuelve a repetir el movimiento una y otra vez usando la lengua para darle todo el placer que puede.

-Joder, Misha…

No puede evitar echarle un vistazo, encantado con la reacción del hombre; Está realmente atractivo mientras gime. Jensen levanta suavemente las caderas y Misha se apresura a recibirlo entre sus labios. Una de las manos de Ackles se cierra en su cabello, acariciándolo suavemente. Obviamente está aguantando las ganas de empujarlo e ir más profundo en su garganta buscando recibir más placer. Los siguientes minutos son una espiral caliente de placer para ambos. Misha se siente invadido por el poder de tener a Jensen a su merced y no puede evitar envalentonarse. Lo lleva más profundo en su boca sintiendo cómo Jensen se arquea jadeando con fuerza.

-Voy a… -Jensen cierra su mano sobre su cabello y por primera vez eleva la caderas buscando más lengua, más calor. -Me corro… Dios. N-no tienes que…

Misha lo desliza fuera de su boca y da un suave beso sobre el glande antes de hablar haciendo que su aliento roza la piel sensible a cada silaba.

-Sí, si tengo.

Da un suave beso sobre la punta antes de deslizar la lengua con suavidad alrededor sintiendo el sabor de Jensen entre sus labios. Su mano se mueve suavemente hacia sus testículos y los masajea con lentitud. Su boca vuelve a cubrir el glande y su lengua no deja de dar pequeñas pasadas intentando hacerle ver las estrellas.

-Dios…

Jensen se arquea alzando las caderas contra él buscando más mientras gime, casi gruñe, su nombre. Misha no puede evitar bajar una mano para presionar sobre su propia erección intentando aliviarse un poco. Los movimientos de Jensen y su cuerpo lo están dejando al borde del orgasmo a pesar de no ser él el que está recibiendo el mayor placer. Aun así lo es. Tenerlo derritiéndose entre sus labios y masajeándole el cabello mientras le susurra que es genial, es lo más excitante que ha sentido en muchísimo tiempo.

Se separa unos segundos para mirarlo a los ojos, sonriendo ligeramente.

-¿Te gusta?

Jensen suelta un gruñido caliente como toda respuesta.

Misha vuelve a tomarlo en la boca, engulle más profundo y parece ser que es todo lo que Jensen estaba deseando porque su cuerpo se contrae y sus muslos se tensan hasta lo imposible. Misha lo siente antes de saborearlo en su lengua, caliente y espeso. Se mantiene allí mientras Jensen navega en la ola de su propio orgasmo.

Se eleva poco a poco hasta volver a acomodarse sobre su regazo. Apoya su frente contra la de Jensen y se queda allí esperando que recupere el ritmo de su respiración.

-¿Qué tal? -susurra contra sus labios, encantando.

-Jodidamente alucinante.

Misha suelta una risilla contra sus labios antes de inclinarse ligeramente para besarlo. Jensen abre los labios al instante para recibir su lengua. Las manos de Ackles le acarician el culo suavemente antes de deslizar una hacia delante y palpar su erección. Misha gime suavemente y mueve las caderas contra la mano buscando más fricción. Le muerde los labios antes de dirigirse hacia su oreja.

-¿Vamos a la cama? -susurra bajito mientras sus caderas se balancean contra la mano de Jensen. Éste se tensa ligeramente y Misha se separa para mirarlo a la cara. -¿Pasa algo?

Ackles lo mira directamente a los ojos.

-Misha, no creo que sea la mejor idea.

-¿Por qué no? -masculla.

-No creo que sea lo más adecuado que mantengamos relaciones sexuales.

-¿Relaciones sexuales? -casi grita mientras se separa para mirarlo. -Te acabo de hacer una mamada, Jensen. Creo que ya hemos mantenido relaciones sexuales.

-No es eso, joder. Yo… quería que lo hicieras -masculla mirándolo antes de suspirar, derrotado. -No tengo fuerza de voluntad para evitar que me toques.

-Bien, perfecto. Vamos a tu cama entonces.

-No.

Misha se pone en pie bruscamente. De pronto se siente como si le hubiera utilizado aunque realmente él quería hacerlo y nadie lo había obligado, pero ahora se sentía como un imbécil.

-Bien, entonces me voy.

-No tienes que irte, Misha -Jensen se acomoda la ropa y lo imita poniéndose en pie.

-¿Y qué quieres que hagamos? ¿Qué nos quedemos cogidos de la mano mientras charlamos? ¿Qué nos besemos como dos críos? Porque yo estoy cansado, Jensen. Primero me dejas que te toque y luego no crees conveniente que nos acostemos, ¡decídete!

-No lo entiendes…

-¿No lo entiendo? -gruñe porque se está cabreando por momentos. -¿No entiendo el qué? Has dejado que te la chupara porque tenías un calentón pero realmente no quieres acostarte conmigo. Eso es lo que entiendo.

-No es tan…

-Ya basta. Estoy cansado de todo esto.

Jensen aprieta la mandíbula callándose el resto de la frase y Misha decide que es el momento de irse. Se da la vuelta y agarra su chaqueta del respaldo del sofá. Camina hasta la puerta con paso decidido.

-Espera, Misha -Jensen lo llama. -Joder, espera.

Se gira bruscamente para encontrárselo más cerca de lo que esperaba.

-¿Qué? ¿Qué quieres que espere? ¿A qué dejes de ser bipolar y te decidas en qué parte de la línea quieres estar? Somos amigos o somos algo más, Jensen. Decídete de una vez, Dios -gime. -Necesito que te decidas.

Ackles parece sorprendido.

-¡Sí! Necesito que me digas de qué lado quieres estar. Porque yo no beso a mis amigos y por mucho que quiera ir de liberal diciendo que somos amigos con derecho a roce, por mucho que quiera decirlo yo… No, ¿vale? No soy así. Soy un estirado y anticuado que cree que los amigos son amigos y punto.

-Dime qué quieres tú, Misha.

Se sorprende al escuchar esa pregunta de Jensen porque tenía muy asumido lo que quería el otro pero no se había planteado seriamente lo que él quería. ¿Amigos? Sí. ¿Algo más? Sí, sí. Algo más sobre todo y curiosamente no se trataba de sexo, no solamente de eso.

-No estamos hablando de mí. Yo no… Mira, somos amigos con derecho a algo más, de acuerdo.

-Acabas de decir que no querías…

-Olvida lo que he dicho, por favor -masculla evitando su mirada. -Solo… decídete. Sé que te atraigo porque lo noto, lo sé, es evidente y también es evidente que quieres acostarte conmigo pero cuando estamos a punto de hacerlo te echas atrás. ¿Por qué?

Jensen permanece en silencio durante un rato demasiado largo para ser correcto. Misha supone que no va a contestar así que se dirige de nuevo hacia la escalera y se pone los zapatos, está a punto de bajar hacia el ruido de abajo cuando Jensen le agarra por el brazo.

-No quiero que pienses que eres un cliente o que me acuesto contigo porque es lo que supone que debo hacer.

Misha se gira ligeramente para mirarlo sobre el hombro.

-¿Qué acabas de decir?

Jensen suspira y la presión sobre su brazo disminuye.

-Quiero acostarme contigo, joder. No pienso más que en eso. Soy como un adolescente salido y quiero follarte hasta dejarte sin aliento, pero no paro de pensar que no quiero que pienses o que creas que es una obligación.

-Nunca pensaría eso. Es una tontería tan grande como tu ego, ¿sabes? -masculla aunque no puede evitar sonreír un poco. -No sería trabajo porque nunca te pagaría. No lo hice la primera vez y-…

-Me alegro.

-¿Qué?

-Me alegro de que no lo hicieras porque tú nunca has sido un cliente, Misha. Ni un amigo.

Misha siente que la sonrisa se le congela en los labios.

-Eres más que eso -aclara.

Hay un momento de silencio en el que sólo se miran sin decir nada. Misha se gira completamente para mirarlo directamente.

-¿Qué soy?

-No lo sé… -Jensen niega con la cabeza. -Y no quiero averiguarlo. No ahora. Quizás más adelante.

-No estoy seguro de…

-No es fácil. Lo que soy, a lo que me decido; eso solo nos traerá problemas si intentamos buscarle una explicación a nuestra relación.

Misha asiente ligeramente. Jensen tiene razón. Sabe que eso acabará por hacerle daño y más desde que ha comenzado a sentir algo por él. Ponerle nombre a lo que tienen solo significaría hacerlo real y eso sólo traería problemas. Mientras todo siga siendo algo abstracto será más fácil. Misha podrá ignorar los celos y el miedo a perderlo. Puede ignorarlo si no definen nada pero eso solo los convierte en un par de cobardes con miedo a ponerle nombre a sus sentimientos.

-¿Y qué hacemos? -pregunta sin moverse del sitio.

-No pensar.

Misha está a punto de responder porque cada momento que pasa con Jensen es más difícil de negar lo que siente, pero en ese momento el ruido del piso de abajo se intensifica. Misha mira hacia el hueco de la escalera ligeramente confundido. Puede escuchar gritos, silbidos y aplausos, ¿a qué viene eso?

-Creo que ya son las doce -se estremece cuando siente el aliento de Jensen en el oído; no lo ha escuchado acercarse. -Feliz año nuevo, Collins.

Los brazos de Jensen lo rodean. Él sólo puede envolverse entre ellos y llevar sus manos hasta su cara para acercar sus labios.

-Feliz año nuevo, Ackles.

Se funden en un beso lleno de promesas. Un beso cálido y lánguido, casi perezoso. Sus labios rozándose lentamente, sus lenguas acariciándose con tranquilidad y sus cuerpos moviéndose lentamente como si bailaran sin música mientras sus manos se deslizan sobre sus cuerpos. Se quedan allí fundidos durante lo que parece una eternidad. Sintiéndose, respirándose, mezclando sus alientos en la primera noche de un nuevo año.

*

Llevaban una eternidad besándose pero apenas ha pasado un poco más de media hora desde que se han besado junto a la escalera. Misha no se quejó en absoluto; Jensen tenía unos labios para ser besados. Así que no se pone ninguna objeción a sus besos mientras se dedicaban a rodar un poco por la cama con piernas y lenguas enredadas, olvidándose del resto del universo.

Siguen moviéndose, enredándose mientras sus caricias se vuelven más desesperadas y posesivas. Misha no puede evitar restregarse contra la cadera de Jensen, haciéndolo notar que está completamente empalmado. Éste por su parte le muerde los labios hasta lo imposible y se mueve debajo de él hasta que sus caderas encajan. Misha jadea mientras se mueve contra él, sintiendo las manos de Ackles en el culo y su dureza presionando contra la suya. La ropa comienza a molestar y solamente puede pensar en quitarla de en medio lo antes posible. Cambia de posición quedando arrodillado entre las piernas de Jensen y se inclina hacia delante para desabrocharle la camisa mientras éste se incorpora sobre un codo y lleva la otra mano hasta su nuca para atraerlo en un nuevo beso. Ninguno parece estar de acuerdo con la idea de abandonar la boca del otro.

Misha le mordisquea los labios mientras termina de abrirle la camisa, la tira sobre los hombros y gime satisfecho cuando Jensen se incorpora por completo. Sus manos le rodean la cintura y él le agarra suavemente la cara para darle un beso más profundo que los anteriores.

-Me vuelves loco -lo escucha murmura antes de volver a besarlo una y otra vez.

Las manos de Jensen se cuelan bajo la camisa, tira hasta sacarla de dentro de los pantalones y comienza a desabrocharla con dedos ágiles. Misha se obliga a sí mismo a no pensar en la de veces que habrá hecho eso. En vez de eso cierra los ojos y se deja desvestir entre besos.

Pronto se vuelven un poco más desesperados. Comienzan a morderse entre gemidos, lamiéndose allí donde llegan y tirando de la ropa hasta estar solo con los calzoncillos. Ruedan por la cama y Misha queda debajo. Inmediatamente abre las piernas y deja que Jensen se restriegue con desesperación contra él.

Misha siente que el cuerpo le arde. Solamente puede pensar en Jensen, sus labios sobre su piel y su erección presionando contra la suya. Necesita sentirlo por completo así que se separa para tirar de la ropa interior y dejarlo completamente desnudo.

Se queda allí sobre sus rodillas recorriendo cada pulgada de piel con los ojos, memorizando cada músculo antes de deslizar su mirada hasta su erección que parece estar suplicando por atención. Pero no es Misha quien se la concede; El propio Jensen lleva una mano hasta allí y comienza a masturbarse lentamente bajo la mirada atenta de Misha. Pasa el pulgar por el glande esparciendo la humedad que nace allí. Mueve la mano con más facilidad y rapidez gracias a la lubricación. Misha no se pierde detalle. Su mirada se desliza desde su polla hacia la cara de Jensen para ver cómo se muerde los labios, su cara convertida en una máscara de placer y sus caderas alzándose sobre la cama.

Misha no puede aguantar más y se inclina hacia delante para capturar sus labios. Siente la polla de Jensen rozándole el vientre cuando se inclina para profundizar el beso con desesperación.

-Quiero que me folles -Jensen le muerde el lóbulo de la oreja suavemente y Misha siente que todo su cuerpo se estremece. - Hay condones y lubricantes en la mesilla.

-Seguro que…

-Sí, Misha -le dice al oído. -Solamente porque eres tú. No suelo dejar que nadie más haga esto.

Misha siente que algo se le expande por el pecho. Él no es como lo demás, los otros no pueden tener a Jensen por completo. Solamente él puede.

Se apresura a inclinarse hacia la mesilla, saca un bote de lubricante y una caja de condones. Se pelea para sacar uno de los pequeños envoltorios sin romper los demás; está nervioso, no lo puede evitar.

Jensen suelta un gruñido frustrado al verlo pelearse con los condones y decide adelantar las cosas. Le tira de los calzoncillos hasta dejarlos a medio muslo y comienza a masturbarlo haciendo que se sienta más nervioso.

-Joder, Jensen…

-Venga, me voy a dormir, Collins -dice con un tono divertido.

Misha suelta un bufido y alza triunfante el pequeño envoltorio ante sus ojos. Jensen sonríe y abre un poco más las piernas en un invitación muda. Misha respira profundamente antes de agarrar el pequeño bote de lubricante, mojarse bien los dedos y dirigirlos hacia la entrada de Jensen.

Nunca le ha hecho eso a otro hombre y parecía que esa es la noche para las primeras veces, aunque está dispuesto a no acobardarse.

Presiona uno de sus dedos sobre la estrecha entrada y empuja suavemente. Cuesta un poco al principio y Jensen sisea molesto cuando pretende ir más rápido de lo que debe, pero poco a poco parece que va abriéndose para él. Se toma su tiempo con un dedo; lento, suave, en círculos. Tantea durante lo que a su polla le parecen horas antes de atreverse con un segundo dedo. Los mueve de adentro hacia fuera y en círculos; los arquea y los abre en un movimiento de tijera que supone que debe funcionar. Se lo folla lentamente con dos dedos y, finalmente, mete un tercero ganándose un gemido.

-¿Estás bien? -le susurra inclinándose hacia delante para mirarlo a los ojos. -¿Todo bien?

Jensen jadea y mueve las caderas contra sus dedos haciendo que se deslicen más profundo en su interior.

-Sí, joder. Genial. Dios… -Jensen arquea ligeramente la espalda cuando Misha hace un movimiento concreto. Lo ve morderse los labios y vuelve a repetir el mismo gesto consiguiendo que eche la cabeza hacia atrás exponiendo su cuello por completo. -Oh, joder. Ahí, ahí.

La próstata piensa mientras desliza los dedos fuera y agarra el preservativo para ponérselo porque no puede aguantar ni un segundo más. El condón se le escurre entre los dedos que tiene completamente llenos de lubricante, pero Jensen lo ayuda abriendo el envoltorio y poniéndoselo con dedos ágiles.

Jensen lo atrae por la nuca para besarlo. Misha pierde el sentido de todo mientras solamente siente su lengua, sus labios y todo el calor del universo concentrado en su entrepierna.

Misha se inclina hacia delante para acomodarse sobre él pero Jensen se mueve sobre la cama, volviéndose sobre su estómago y alzando las caderas. Misha siente que la boca se le seca al ver su trasero expuesto mientras todos los músculos de su espalda ondulan.

Simplemente no puede aguantar más.

Se arrodilla y lo agarra por las caderas para atraerlo hacia él. Jensen se mueve sin poner ningún obstáculo y Misha puede observar a la perfección cómo cada centímetro de su erección entra en él.

La embestida es lenta y tortuosa. Jensen jadea contra la almohada cuando por fin Misha) se hunde completamente en su interior. Collins no sabe si debe seguir, pero su cuerpo suplica porque se lo folle y no puede evitar retirarse casi hasta la punta antes de volver a introducirse mucho más fácilmente esta vez. ESO ES SUPER PLACENTERO… DICEN… XD

Se instala en un ritmo lento y constante, mordiéndose los labios para no correrse con lo estrecho y caliente que es el interior de Jensen intentando controlar todas las sensaciones que lo están volviendo loco a cada segundo. Se inclina hacia adelante, una de sus manos va hacia la polla de Ackles mientras la otra sigue anclada firmemente sobre su cadera. Sus labios le rozan el lóbulo de la oreja con suavidad haciendo que Jensen mueva al culo contra él y gire ligeramente la cabeza para buscar sus labios.

Se besan en un ángulo raro y todo parece un baile de lenguas sin sentidos y caderas moviéndose. Misha acelera el ritmo de sus embestidas sin darse cuenta mientras que los gemidos y Jensen lo instan a ir más rápido y más fuerte entre gruñidos de placer.

Misha siente que todo se acaba. Su mano se mueve con más rapidez sobre la erección de Jensen y se alza abandonando sus labios para centrarse en la visión abrumadoramente erótica de su polla entrando en el culo de Jensen.

-Oh, joder -jadea embistiendo con un poco más de fuerza y sintiendo cómo Jensen se contrae a su alrededor.

-Dios… Otra vez…

Jensen eleva las caderas un poco más y su espalda se contrae mientras Misha vuelve a encontrar el punto exacto en su interior.

Pierde el sentido de todo cuando siente cómo Jensen arquea la espalda de forma casi imposible, su culo se cierra para dejarlo completamente apretado en su interior y siente cómo se corre entre sus dedos.

-Jensen… Jensen, Jensen… Jadea su nombre una y otra vez mientras pierde el norte. Echa la cabeza hacia atrás en busca de aire mientras el orgasmo lo golpea por completo dejándole los sentidos electrificados y el cuerpo agotado.

Cae sobre Jensen y se queda allí durante unos minutos intentando recuperarse del mejor orgasmo que recuerda haber tenido en mucho tiempo. Se retira cuando Jensen le dice que pesa. No puede evitar reír ligeramente mientras sale de su interior y rueda sobre la cama. Se besan con pereza y se tocan con cuidado, riéndose aún, contentos y satisfechos.

Misha se inclina sobre el lado de la cama para deshacerse del preservativo y alcanzar las sábanas. Segundos después siente el pecho de Jensen contra su espalda y sus labios en la piel sensible tras la oreja.

-¿Te quedas a dormir? -le susurra mientras le pasa un brazo por el pecho y lo acerca un poco más. Es un gesto totalmente posesivo como el corazón vuelve a acelerarse y Misha siente como su corazón vuelve a acelerarse -Quiero que te quedes, Collins.

Misha asiente y se acomoda mejor entre sus brazos, sintiéndose completamente cómodo. Se queda allí escuchando el ruido de la fiesta en el piso de abajo y su corazón latir con fuerza como si fuera un quinceañero enamorado.

Lleva una mano hasta la de Jensen que descansa sobre su pecho y entrelaza los dedos sobre los suyos mientras respira hondo. Se acaba de dar cuenta que no puede seguir evitando ponerle nombre a sus sentimientos, que es una tontería intentar esconder el hecho de que Jensen lo hace completa y ridículamente feliz. No puede seguir ocultándose a si mismo lo que siente.

Y entonces solamente puede cerrar los ojos y maldecirse por ser un verdadero idiota que está totalmente enamorado.

No puede evitarlo más.

Se ha enamorado de Jensen.

*

Un par de días después de la gran revelación sobre sus sentimientos llamó a Victoria. Es la llamada que llevaba posponiendo meses y que esperaba que fuera completa y absolutamente incomoda, pero cuando escucha su voz, solamente se siente relajado. Misha está sonriendo cuando le dice que ya ha firmado los papeles del divorcio y que se los llevará al abogado esa misma tarde.

-Gracias, Misha.

Victoria tiene una voz dulce y suave. Él siempre pensó que era la voz ideal para una profesora ¿cómo no iban a hacerle caso los alumnos?

-De nada, Vicky -responde mirando fijamente sus pies. -He sido un imbécil, lo siento.

-No pasa nada; lo sabes. No quería presionarte.

-No, tú… no pienses eso. Yo debería haber firmado esos papeles hace meses.

Y no lo hizo porque seguía aferrándose a su vida anterior, negándose a avanzar; pero ahora que Jensen está ahí y que sabe lo que siente… Ahora no puede negarse más a ver lo evidente. Tiene que avanzar y dejar que Victoria también lo haga.

-Me alegro mucho -la escucha susurrar.

-¿Qué? -responde sin saber muy bien a qué viene eso.

-Por ella -dice y Misha casi puede verla sonreír. -Eres un hombre maravilloso, es afortunada.

-Te confundes, no hay… -se queda en silencio a media frase antes de continuar. Victoria lo conoce demasiado bien y lo puede leer como un libro abierto, Misha lo sabe. -Gracias pero no es ella y creo que no es mutuo.

Victoria se queda unos segundos en silencio.

-Ese no es el Misha del que me enamoré, el que estaba seguro de sí mismo.

Misha suelta un suspiro prolongado y apoya la frente contra el cristal. Desde su despacho tiene unas vistas realmente bonitas. Victoria solía decir que era afortunado por tener la ciudad a sus pies. No puede evitar sonreír ante el recuerdo.

-No es tan fácil -no debería hablar de Jensen con Victoria pero no puede evitarlo; a ella siempre se lo contaba todo y es un habito difícil de perder. -Pero voy a intentarlo. Quiero seguir adelante.

-Tienes que seguir adelante, Misha. Es lo mejor, te mereces ser feliz.

Misha respira hondo antes de hablar.

-Parezco sacado de un drama de sobremesa -murmura en broma.

La escucha reír al otro lado de la línea, feliz y aliviada. Misha también se siente así aunque no sabe lo que siente Jensen o lo que sus sentimientos implican en su relación, pero ya se sabe que el amor vuelve a la gente gilipollas felices.

-Sí, verdad.

Hay un silencio cómodo hasta que Victoria lo rompe, titubeando, casi como si tuviera miedo de decir lo que piensa:

-Me gustaría que fuéramos amigos, Misha. Sé que… que es raro pero no quiero ser una de esas parejas. Eres como un hermano para mí.

Esa frase lo hubiera destrozado por dentro hacía poco pero ahora le hacía sonreír aunque, de todas maneras, no creía que estuviera preparado aún para eso. Aunque ya no la ame, sigue doliendo un poco.

-Dame un poco más de tiempo -pide.

-Claro, solamente quiero que sepas que estoy aquí y que nunca estarás solo.

-Gracias. Lo tendré en cuenta.

-Sí, hazlo.

Hablan un poco más aunque nada de importancia antes de despedirse prometiendo volver a hablar.

Misha se dirige hacia su mesa de dibujo y se sienta mirando fijamente por la venta aunque sin ver nada. Solamente puede pensar en lo que acaba de ocurrir, en cómo ha podido sentirse tan bien con Victoria después de haberse pasado meses evitándola. Es extraño darse cuenta de que se ha estado comportando como un imbécil intentando evitar lo que ya estaba hecho. Su matrimonio estaba roto y ambos debían seguir adelante.

Misha estaba dispuesto a continuar su vida y quería que fuera con Jensen pero eso lo estaba matando de miedo.

*

Misha odiaba los restaurantes de moda. No entendía la manía de tener que reservar con tres semanas de adelanto para llegar al local y descubrir que tienes que esperar dos horas para poder sentarte y cenar tranquilamente. Simplemente no le encuentra sentido. Es ridículo, es demasiado caro y la comida es escasa. Además, ¿quién cobra quince dólares por una jodida cerveza? Y no es que él sea un tacaño, es que eso es directamente un timo.

Jensen no lo ve así, claro.

Habla de lo exclusivo que es el local, de lo maravilloso que es el ambiente y de la cantidad de premios que tiene el chef. Sin contar de lo que le ha costado reservar para esa noche.

Misha no quiere saber cómo ha conseguido la reserva porque sabe que tendrá que ver con su trabajo y con cómo se acuesta con otros a cambio de dinero. No quiere enterarse de nada que tenga que ver con Jensen y otras personas que no sean él; prefiere sufrir en su ignorancia. Y sí, está celoso. Tan celoso que siente que podría ponerse a gritar en cualquier momento. Porque ama a Jensen y la idea de que otra persona que no sea él lo toque lo vuelve loco.

Pero por supuesto nunca hablan de ello.

Si Misha tiene un ataque de celos, lo sufre en silencio, porque por mucho que quiera, ellos dos no son nada. O quizás sean algo pero está seguro de que a ese algo no se le está permitido agregarle celos. Se acuestan y salen. Traci asegura que son pareja. Misha piensa en ellos dos como una pareja pero ¿Jensen? Él no se ha pronunciado al respecto y está claro que no lo piensa hacer.

-Estás muy callado.

La voz de Jensen lo trae a la realidad, al bar del restaurante, a su cerveza de quince dólares y a su dolor de cabeza.

-Estoy pensando que vas a pagar la cuenta solo.

Jensen alza una ceja y niega con la cabeza.

-Algunas veces eres tan mujer…

-Vete a la mierda, imbécil.

Misha da un trago a su cerveza y mira de reojo cómo Jensen sonríe y se acerca más a pesar de que ya están bastante juntos en ese mini restaurante con su pequeñísimo bar de mierda.

-Alguien tiene la regla.

-Te voy a tener que comprar un bozal, Ackles.

-Mhmmmm…

Jensen se inclina sobre él, posa la mano en la parte baja de su espalda y le mordisquea el lóbulo de la oreja.

-¿Y unas esposas? ¿Me quieres atar a la cama, Collins?

Misha bufa pero acaba por sonreír un poco.

-Quizás…

-Creo que mejor te ataré yo -le susurra al oído. - Te ataré las manos sobre la cabeza, te taparé los ojos y te comeré la polla lentamente hasta que me supliques que te deje correrte.

Tiene que apretar los labios para no gemir y ponerse a restregarse contra Jensen en ese mismo momento.

-Eres un… -empieza sintiendo cómo Jensen se pega un poco más contra él. -Aquí no, Jensen.

-¿No? Ya sé cuánto te ponen los baños.

Misha gira la cabeza para atrapar sus labios rápidamente antes de separarse y beber de su copa. Jensen lo mira interrogante.

-Consigue que cenemos y quizás sea generoso contigo, Ackles.

Cuando la sonrisa de Jensen se vuelve enorme, Misha siente que podría olvidarse de todo. Absolutamente todo. Sabe que no debería sonreír como si acabara de tocarle la jodida lotería, pero Jensen lo obliga con su manera de comportarse. Es injusto que desaparezca el Jensen borde y aparezca ese otro que lo deja con la baba colgando como un idiota. Es totalmente injusto.

-Voy a hablar con el maître.

Diez minutos después Jensen ha conseguido que los lleven por fin a la mesa.

El restaurante es demasiado pequeño y se nota que han metido más mesas de las que pueden por lo que éstas están muy cercas unas de otras. Misha no quiere ser un cascarrabias y quejarse por todo pero no es agradable cuando casi puedes comer en el plato de la mesa de al lado. Es algo incómodo pero decide no decir palabra y se dedica a disfrutar de la cena con Jensen.

La cosa va bien durante la primera media hora hasta que la mesa que está justo detrás de Jensen cambia de ocupantes. Misha no les presta atención a las dos personas que toman asiento, está centrado en la conversación con Jensen. No es hasta un rato después, cuando la conversación disminuye, que se da cuenta de que el hombre de la otra mesa lo está mirando fijamente. O eso cree. Tarda un par de minutos en darse cuenta que realmente está mirando a Jensen.

Baja la mirada, molesto, pensando que quizás se trata de algún antiguo cliente. La idea no le agrada en absoluto.

Cuando vuelve a levantar la cabeza se da cuenta que Jensen está tenso en su silla, la espalda rígida y la expresión seria de quien está escuchando algo que no le gusta en absoluto. Misha no puede entender lo que es pero un poco después hay un pequeño silencio alrededor y puede escuchar la voz del hombre que mira fijamente a Jensen.

-No sabía que dejaran entrar putas…

El resto de la frase se pierde entre el murmullo del restaurante, pero Misha ya ha escuchado lo suficiente para darse cuenta de que el tío ese debe llevar un buen rato explayándose alegremente a costa de Jensen. Seguramente debe ser antiguo cliente o alguien que lo ha reconocido.

Frunce el ceño y mira a Ackles. Éste sigue completamente tenso, sus labios forman una delgada línea y su cuello parece estar completamente rígido. Misha siente que el corazón se le encoge un poco. Estira el brazo sobre la mesa y cubre la mano de Jensen con la suya. Intenta que sea un gesto de cariño que lo reconforte, pero solo consigue un manotazo y una mirada fría.

-Jensen… -murmura inclinándose sobre la mesa. Quiere dejarle claro que le importa una mierda lo que digan. -No importa. Ignóralo.

Es fácil decirlo pero bastante difícil hacerlo. Misha lo sabe.

Los insultos continúan, poco a poco van subiendo el volumen de su voz y Misha comienza a enterarse mejor de lo que dicen. -¿Quieres que nos vayamos? -sugiere cuando ve que la expresión de Jensen se vuelve más ceñuda y oscura por momentos.

-¡Ya sé lo que pasa! -grita el hijo de puta de la otra mesa. -Es que el restaurante está en una esquina. Claro, que despistado soy.

Misha siente que la bilis le quema la garganta cuando lo escucha.

-O quizás sea un restaurante de putas. Deberíamos irnos, guapa -le dice a su compañera antes de estallar en carcajadas.

Misha decide que tiene que hacer o decir algo. Jensen no ha tocado la comida y parece a punto de matar a alguien. Nunca lo había visto así y le da un poco de miedo.

-O quizás -comienza Ackles volviéndose en la silla y haciendo que Misha trague saliva porque se ve venir un baño de sangre- deberías cuidar tu vocabulario, Welling.

El tal Welling se queda de piedra con la sonrisa congelada en la cara; seguramente no se esperaba que Ackles le contestara a sus pullas. Entonces Jensen mira a la compañera del hombre; Misha no puede ver su expresión pero está segura de que no debe ser nada agradable.

-A Tom siempre le gustaron las putas -Jensen se pone en pie y saca su cartera -De hecho solía contratarme para que me lo follara porque no es lo suficiente hombre para reconocer que es gay.

Ackles saca tres de billetes de cien dólares de su billetera y los tira sobre la mesa como si fueran mierda. Misha se queda mirando el dinero sin saber qué hacer.

Los otros dos parecen no haber reaccionado aún, mudos. Jensen se inclina sobre su mesa para hablarle al gilipollas con una sonrisa torcida.

-Puede que yo sea una puta pero puedo limpiarme el culo con billetes de cien dólares mientras tú tienes que lamer culos y llevar cafés para conseguir unas vacaciones pagadas -Misha se acomoda la chaqueta mientras se yergue y, por fin, mira a Misha. -Vámonos.

Misha se apresura a seguirlo fuera del restaurante.

Una vez fuera caminan en silencio durante un par de metros hasta que Jensen se acerca a la calzada para parar un taxi. Misha lo mira sin decir nada aunque tiene las palabras burbujeándole en el pecho.

Jensen consigue detener un taxi y le abre la puerta aún en silencio, Misha mira el interior del vehículo antes de mirar a Ackles.

-¿Vienes a casa?

-No, cogeré otro. Me voy a casa.

Su expresión es seria, una máscara que no deja traslucir nada y eso le pone nervioso.

-Quiero que vengas a casa, Jensen. Las cosas que ha dicho ese tío… No sé. No importan. Es un gilipollas, punto.

-Lo sé.

-¿Entonces? Ven a casa, Jensen. Me da igual todo lo que ha dicho.

-No te da igual y a mí tampoco -masculla. -Entra en el taxi y ve a casa, Misha.

-No, joder.

Se aleja de la puerta y se queda en la acera mirándolo con los brazos cruzados y expresión decidida.

-Eres un… -Jensen cierra la puerta del taxi y se vuelve a mirarlo. Ambos ignoran los improperios groseros del taxista mientras pone en marcha el vehículo.

-No me importa lo que diga un gilipollas maleducado, Jensen. Sé lo que eres y…

-Te molesta.

Misha abre los labios para hablar y los cierra repetidas veces. No sabía que fuera tan evidente.

-No, no es que… No es eso.

-Lo es, Misha. Lo entiendo. Soy… Mira, follo con gente por dinero. Es lo que hago y eso no va a cambiar. No puedes tener una relación con alguien así.

¿Relación? Misha se siente ridículo cuando su corazón se acelera. No sabía que Jensen pensara que eran pareja y la idea le hacía estúpidamente feliz.

-¿Somos pareja?

-Misha…

-Ni Misha, ni hostias. ¿Lo somos? -exige.

Jensen lo mira en silencio durante unos minutos y cuando le contesta sin mirarle a los ojos.

-No puedo, Misha.

-¿El qué, Jensen? ¿El qué no puedes? Porque no sé qué tipo de gilipolleces te ha hecho pensar ese capullo del restaurante, pero no tienes que avergonzarte de lo que eres; Eres absolutamente increíble y, no es por hinchar tu ego más de lo necesario, también eres más inteligente que la mayoría de persona que conozco. Deberías estar por encima de todo eso.

-Lo estoy.

-¿Entonces? Porque no lo entiendo, Jensen.

-¿Qué sientes por mí, Misha?

-¿Qué? -la pregunta le coge por sorpresa.

-Quiero saber qué sientes -masculla acercándose y mirándolo a los ojos. -Lo que realmente sientes.

Misha permanece en silencio mientras lo mira directamente a los ojos. Sabe muy bien lo que siente pero no está seguro de poder decirlo. Confesarlo implicaría volver a poner su alma en las manos de alguien y la última vez que lo hizo… Bueno, la última vez lo condujo directamente hasta donde se encuentra ahora.

Respira hondo antes de hablar.

-Te quiero.

Jensen parece sorprendido como si realmente no se esperara que Misha fuera a decir eso. Abre los labios y se queda así. Permanecen en silencio durante lo que parecen horas, mirándose a los ojos sin decir palabra. Misha comienza a sentirse como un imbécil.

Genial. Jamás dejará de ser el tío más patético del puto universo.

-Misha…

-Querías saberlo, ¿no? Pues venga, ya puedes reírte. O lo que sea.

-No me voy a reír, ¿cómo me iba a reír de eso?

-Porque soy imbécil, joder.

Se frota la cara con la mano y gruñe frustrado.

-No lo eres… No me esperaba eso.

-¿Y qué esperabas? -masculla mirándolo.

Jensen mira a otro lado.

-No lo sé, pero no eso.

Misha siente un nudo en el pecho. Duele, joder. Se vuelve a enamorar y tiene que ser así. ¿A quién ha jodido tanto en otra vida?

-Misha…

-Deja de decir mi nombre como si estuvieras consolando a un crío, Jensen. Estoy… estoy bien, ¿vale? Estoy perfectamente bien. Vamos a olvidar los últimos cinco minutos. No, espera; vamos a olvidar toda esta jodida noche.

Jensen parece a punto de decir algo pero finalmente asiente en silencio.

Bien, es lo mejor. Misha quiere olvidar que acaba de joderlo absolutamente todo.

Hace demasiado frío pero ambos deciden caminar hasta casa. Hay un silencio incómodo pero ninguno hace nada por romperlo. Misha se dedica a pensar una y otra vez en lo estúpido que ha sido. ¿Por qué ha tenido que abrir la boca y decir la verdad? Probablemente Jensen solo esperaba que le dijera que lo consideraba un buen amigo, no que le dijera que lo quiere. ¿Cómo ha podido decir eso? Dios, solamente él puede joder una relación antes de empezarla.

Llegan al apartamento de Misha que está más cerca del centro. Se quedan parados en la acera mirándose. El primero en dar un paso hacia el otro es Misha. Se acerca y se inclina para darle un beso, algo que le haga ver que para él todo sigue igual, pero solo consigue que Jensen de un paso atrás.

-No, Misha.

-¿Por qué? Te dije que podíamos olvidar lo que paso… Lo que dije, por favor.

Se siente un estúpido casi rogándole.

-Simplemente creo que lo mejor sería dejarlo aquí. Es lo mejor para los dos -permanece unos segundos en silencio antes de apartar la mirada. -No quiero hacerte daño.

-No me haces daño, joder. Lo que siento es cosa mía y soy un adulto que puede controlar sus sentimientos perfectamente.

-Lo que soy nunca cambiará, Misha. Soy lo que soy y-…

-¿Lo que eres? -masculla sintiéndose impotente e irritado por su forma de comportarse. -¿Un gigoló? ¿Eso es lo que eres? ¿Crees que soy tan asquerosamente simple? Eres mil cosas más que eso, Jensen. Eres un borde, un gilipollas y un creído pero también eres inteligente, tienes un sentido del humor maravilloso y me haces sentir bien, joder. ¡Me importa una mierda a qué te dediques! Eres más que todo eso.

Jensen no lo mira y permanece con la vista fija en el suelo.

-Jensen…

-Creo que lo mejor es dejarlo aquí.

Misha siente que el pecho se le encoge en un pequeño y apretado nudo. De pronto le cuesta respirar y probablemente lo siguiente que haga es ponerse a dar golpes a todo lo que encuentre cerca.

¿Por qué Jensen tiene que tener la cabeza más dura que un bloque de hormigón?

-Lo siento. Mi trabajo y tú… no son dos cosas compatibles, Misha. Lo que ha pasado en el restaurante siempre será así. Es lo que soy y tendrías que enfrentarte constantemente a eso -Jensen niega ligeramente con la cabeza, como intentando espantar sus pensamiento. -Lo mejor es que dejemos de vernos.

Misha no dice nada y Jensen da un paso atrás, alejándose. En esos momentos siente que el nudo en su pecho se aprieta un poco más.

-No estoy esperando que correspondas mis sentimientos, Jensen -masculla dando un par de pasos hacia Ackles. -Podemos ser amigos o lo que sea.

-Lo siento… -Jensen niega.

Misha se muerde el labio inferior con fuerza mientras lo observa dar otro par de pasos hacia atrás, alejándose.

-Adiós, Misha.

Sabe que debería decirle adiós pero en esos momentos le duele tanto el pecho que probablemente lo único que conseguiría sería ponerse a llorar como un niño de teta.

Se queda parado mirando a Jensen alejarse y sigue allí media hora después. Cuando por fin sube a su apartamento se queda en silencio observando su salón, las luces apagadas y la respiración agitada.

-Adiós -susurra antes de sentarse en el sofá y mirando la nada.


Capítulo seis
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