Titulo: La Familia: El Vals del Vampiro
Beta:
yokana_yanovick Categoria: Drama, Romance, Humor
Genero: Acción/aventura, Universo Alternativo, Drama, Humor,Misterio/Ansiedad, Romance
Advertencias: El abuso, Uso Extenso de lo profano, Sexo Gráfico, Violencia Gráfica, Sexo No-Consensuado
CAPITULO CUATRO: El Pacto Part Tres de Tres
*~*~*~*~*~*~*
De niña, a Starlight la habían enseñado a obedecer las leyes de la Familia. Cada una por un motivo. Aunque más de una vez se había encontrado en problemas con el Consejo de Nosferatu por su necesidad de cuestionar tales reglas. Su padre había insistido en que no debía hacerlos enfadar, pero ahora, mientras ayudaba a Laura Roslin a levantarse del suelo, y tras descubrir las marcas que las manos de su padre le habían dejado en su cuello Starlight deseaba cuestionar esas leyes más que nunca.
Acompaño a Laura al sofá y, con cuidado, inspeccionó su delicada piel. Esto la permitió comunicarse con ella; -Él le dejó magulladuras, Laura Roslin.
Laura respiró hondo.
-¡Su padre es un monstruo!
Starlight apartó la vista y miró fijamente hacia el balcón donde pudo ver a su padre. Se volvió de nuevo hacia ella y colocó suavemente la mano sobre su cuello. Laura reaccionó intentando alejarse. Las puntas de los dedos Starlight tocaron su piel.
-Yo no le haré daño. Tan sólo deseo curarla y hacer que el dolor sea menor. ¿Me permitirá hacerlo?
Laura no supo que es lo que tenía esta chica que hizo que se sintiera segura. En el momento en que la había visto la asaltó un sentimiento de familiaridad que no conseguía entender. Algo la empujaba hacia ella; y la sensación de haberla conocido aleteó en su mente y en su corazón.
Laura le dio permiso.
La joven mujer descanso la mano sobre su cuello tan suavemente como le fue posible. Cerró los ojos y comenzó a recitar palabras que, a pesar de su cercanía, Laura no pudo comprender. Las palmas de Star comenzaron a resplandecer con una luz blanca y suave que creaba una onda tibia de energía sobre cuerpo. Laura pudo ver el reflejo de su herida en el espejo de la pared. Ella pudo ver pequeñas ondulaciones azules que bailan alrededor de su cuello y las manos de Star. De repente el dolor que sentía comenzó a reducirse.
Star retiró las manos e inspeccionó el cuello de Laura.
-¡Mucho mejor!
*~*~*~*~*~*
Bill caminaba de un lado a otro del balcón. Su ira había disminuido, pero lo que había estado a punto de hacerle a Laura sabía que era algo que no podría perdonarse. Suspiró y trató de mantener su atención dentro de la habitación. Se desconcertó cuando vio a su hija curando a Laura. Star no confiaba en los humanos con facilidad, cuando se encontraba con ellos, les temía. Le sorprendió que su hija hubiese querido cuidar de Laura, pero aún así se alegró, necesitaba que se llevaran bien.
-Mi Señor -escuchó la voz de uno de sus sirvientes en la oscuridad.
-¿Qué ocurre?
-Hemos sufrido el ataque de un cazador en la sección D.
Bill gruñó lo suficientemente alto para que hasta Saul pudiera oírlo desde la calle. Laura saltó de su asiento mientras Star se levantaba y caminaba hasta su padre.
Él se giró hacia ella.
-Quédate aquí.
-¿Por qué?
-Cazadores -fue todo lo que dijo antes de, en un movimiento fluido, saltó del balcón para aterriza elegantemente cerca de Saul. Se asomó y pudo verles a ambos intercambiar unas pocas palabras antes de entrar en la limusina de nuevo.
Laura había corrido a su lado en el momento en que había visto a Bill desaparecer de un salto. Star la detuvo, -no se preocupe, él no puede morir de una caída como esta… ¿Pensé que no le caía bien?
-Bien, yo… ¿Qué dirían si la policía entra en la casa de la Secretaria de la Educación después de que un hombre haya saltado por su ventana?
Star sonrió burlonamente, -Ajá- suspiró. -Algo no anda bien. He visto a mi padre así tan sólo un par de veces, y siempre es por la misma razón… Cazadores.
-¿Cazadores? -preguntó Laura mientras veía a la limusina alejarse.
-Sí, aún hoy en día los hay que desean exterminar la Familia. No porque sencillamente nos odien, sino también por nuestro conocimiento.
Un silencio flotó entre ellas durante unos pocos segundos. Laura tomó asiento en una de las sillas que había puesto hace dos días en su balcón. Miró hacia arriba, al cielo donde brillaba una enorme luna redonda protagonizando un baile llenó estrellas. No se había dado cuenta antes pero, por alguna razón, el cielo, esa noche, parecía estar vivo. Mientras Laura procesaba todo que había sucedido ese día Star se puso junto a ella. Balanceó los pies en el aire, moviéndolos adelante y atrás al igual que hacía en el lago cerca de la mansión de su padre.
-¿Hay alguna manera de romper el pacto? -preguntó Laura de repente.
Star giró la cabeza para mirarla y se encogió de hombros. De repente se ruborizó cuando su estómago rugió por la falta de alimento.
Laura se rió tontamente. -¿Los vampiros comen comida normal?
Star inclinó la cabeza sin comprender.
Laura la tocó suavemente. -Pregunté que si los vampiros comen comida normal, como los humanos.
La chica asintió con entusiasmo.
Laura hizo un pequeño sonido y apunto con el pulgar a su cocina, -ven entonces, te haré algo-. La chica excitada se puso a su lado y Laura no pudo hacer otra cosa que sonreír. ¿Qué era aquel sentimiento? ¿La había conocido antes? ¿Por qué no le temía? Adama dijo que había dormido durante tres siglos, no había manera que hubiese podido conocerla. Era su presencia. A diferencia de su padre, ella tenía un aura diferente a su alrededor.
Una vez que en la cocina Laura abrió la nevera e indicó a Star que mirara dentro para ver si había algo que quisiera. Pero lo pensó mejor y se le ocurrió una idea. Cogió el teléfono y llamó una pizzería.
Star se sentó en uno de los taburetes del mostrador y miró a la mujer hablar por el aparato que su padre le había dicho que era un teléfono. Estaba muy intrigada con toda la nueva tecnología de aquella era. Star miró el color del pelo de Laura. Un rojo suave que, cuando le daba la intensidad correcta de luz, daba la sensación de tener una aureola alrededor. Su piel era del color de la leche y recordó lo suave que era, sin embargo, fueron sus ojos los que les habían hecho pensar en su niñez.
Star había sido muy joven cuando su madre murió. Tan sólo dos años. Pero aún mientras dormía fue él color de los ojos lo que recordó. Siempre llenos de un suave calor, de amor.
-Sí, 7824 Unova Oriental, número de Apartamento 118 -Laura terminó y colgó el teléfono. Su sonrisa murió cuando vio la tristeza en la cara de la chica. -Star…
Ella miró hacia arriba y enjuagó las pocas lágrimas que habían comenzado resbalado por sus mejillas. -Perdón…- Trató de decir de la mejor manera que supo. Había empezado a intentar comunicarse, pero en la mayoría de las veces, sin éxito.
-¿Te preocupa tu padre?
Star leyó los labios y frunció el ceño cuando ella no puedo comprender nada. Estaba harta de no poder entender aquel maldito idioma, ¡quería aprender! ¡Quería hablar con otra persona sin necesidad de usar sus poderes! Pero por desgracia, de momento no era capaz de hacerlo, así que alcanzó la mano de Laura. -¿Lo siento…, Puede usted repetir eso?
-Pregunté si estás preocupada por tu padre.
-¡Ah! ¿Él? En absoluto. Mi padre puede cuidar muy bien de sí mismo. Al menos le he visto él pelear contra diez cazadores -dijo orgullosa- No…, pensaba de mi madre.
-¿Carolanne? -preguntó Laura.
-No. ¡Dios, no! Ella no era mi madre. Después de que ella y mi padre se separaran, algo bastante bueno en los que muchos concuerdan conmigo, él encontró a mi madre, Serenity. Ella murió cuando yo tenía dos años. Por desgracia lo único que recuerdo de ella son sus ojos… algo triste, ¿verdad?
Laura sonrió, -no, lo comprendo…
-¿Lo entiende? -contestó Star con los ojos de par en par. -La mayoría de las hembras de la Familia sólo me ridiculizarían.
Cualquier respuesta que Laura estuviese a punto de dar fue cortada cuando las dos oyeron el sonido de un teléfono móvil. Laura se dirigió a su sofá y abrió su bolso, pero su móvil estaba apagado. Ella se giró hacia la joven y trató de no reírse cuando la vio coger su propio teléfono móvil con las puntas de los dedos como si se tratase de un bicho por el que sentía una profunda repulsión. Star miró a Laura de manera suplicante para que supiera que no tenía la menor idea para cómo usar aquel aparato.
Laura levantó su propio teléfono, -tan sólo levanta la parte de arriba.
Star hizo lo que le mostraba.
-Ponlo junto a tu oreja como yo y di “hola".
Star colocó el teléfono en la oreja y habló en idioma humano, ¿”H…hola”?
-¿¿Quién es?? -la voz preocupada de su padre la asustó.
-Yo…uh… ¡Como quieres que sepa para qué tengo que utilizar esta cosa!
Bill suspiró, -tienes razón. Escucha, los cazadores nos provocaron muchas bajas. Mataron a tres de la familia Luna, es peligroso que vuelvas a casa. Lo siento pequeña, pero tendrás que quedarte con Laura toda la semana que viene.
-¿¿QUÉ?? -contestó su hija atónita.
-El mismo Saul cogió a tres tratando de moverse furtivamente en la limusina; Lee informó de que el sirviente agarró otro grupo a unas pocas millas de la mansión. Entiéndelo, los cazadores están planeando algo y no quiero que te hagan daño.
Laura vio a Star agitar sus manos en el aire, -¡no soy débil!
-Lo sé. Pero no te has alimentado desde que despertaste. Tus poderes y habilidades no están al cien por cien -Bill respiró hondo-. No debes tratar de volver a casa y yo no me arriesgaré a ir recogerte.
-¿No debería saberlo Laura?
-Pásale el teléfono.
Star obedeció.
-¿Hola?
-Laura, necesito que cuide de Starlight durante toda la semana…
-¿Disculpe? -exclamó ella-. -¿Cuando convertí en niñer…?
-¡Cierre la boca y escuche!
De fondo Laura creyó oír a alguien riéndose entre dientes.
-¡La vida de mi hija corre peligro! Y necesito que se quede con ella toda la semana hasta que las cosas se hayan asentado. De todas formas no tiene derecho de quejarse, usted es mía. Lo que significa que tiene que acatar mis órdenes -y sin más colgó.
La boca de Laura se había abierto tras las últimas palabras; la mano con la que agarraba el teléfono móvil estaba tan apretada que los nudillos se habían vuelto blancos. En sus ojos tan sólo albergaba ira. Star dio unos pasos hacia la puerta cuando la oyó gritar.
-¡¡HIJO DE PERRA!! ¿¿CÓMO SE ATREVE??
Star se trago la saliva. Esperaba que su padre supiera en lo que se había metido con aquella mujer. Porque, incluso con el pacto de por medio, una cosa estaba clara.
Laura Roslin no sería fácil de domar