Holo. Estoy enferma de la garganta y no puedo hablar y estoy sola en mi casita. Así que:
¿Me dejan promts?
Ya saben, dejas un personaje, una pareja o lo que quieran con una idea de partida (una palabra, una oración, una canción, una imagen). Acepto todo, AU, fluff... También pueden pedir originales.
A cambio, les escribo un drabble. O algo largo, pero
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Su psiquiatra ha estado callado por un par de minutos y Kurt piensa que a lo mejor, por fin, se le han acabado los temas para tratar de hacerlo hablar y lo va a dejar ir antes de que pase su tiempo de terapia.
Se equivoca.
-¿Por qué no me hablas de Blaine?
-¿Qué?- no puede evitar que su tono salga algo alterado- ¿Por qué? ¿Qué tiene él que ver con esto?
Esto, su vida, sus pesadillas, sus demonios, sus cicatrices.
-Sólo quiero saber, te he visto a su alrededor últimamente.
-¿Y qué? ¿Eso también está prohibido?
Empieza a rascarse con las uñas la piel de la muñeca izquierda sin darse cuenta. Siempre le molesta que el psiquiatra logre romperlo, pero que precisamente elija a Blaine para lograrlo, eso le enferma.
-Y también porque él me habló de ti.
Su mano derecha se relaja al instante, se suelta, aunque ya ha dejado una marca roja sobre su propia piel. Es que tampoco puede evitarse sentirse conmovido.
-¿Dijo algo sobre mí?- no quiere sonar tan enternecido, nunca quiere mostrar emoción alguna, pero no puede evitarlo.
-La última vez que estuvo aquí no hizo más que hablar de ti, su mejor amigo.
Se le escapa la sonrisa, una autentica. Han pasado tres semanas desde el día en que tiró sin querer el castillo de cubos que Blaine estaba construyendo en el piso de la sala recreativa.
-¡Mira lo que hiciste!- lloró Blaine, mirando el montón de cubos de colores en el suelo.
-Lo siento, no te he visto- se disculpó Kurt, pero entonces recordó que era inútil hablarle como una persona normal a Blaine.
-Me tomó dos horas hacer un castillo tan grande- dijo Blaine, con dos dedos en el aire para recalcarlo- Ahora voy a tener que empezar otra vez. Mira por donde caminas.
Y remató sacándole la lengua.
-Blaine, no seas grosero, fue un accidente- dijo el enfermero que lo vigilaba.
-¡Lo ha derrumbado todo!
-Te dije que no te pusieras a jugar en medio de la sala.
Blaine se cruzó de brazos, haciendo un mohín. Él deberás lucía como un niño pequeño.
-Lo siento- repitió Kurt, sentándose en el suelo y tratando de armar otra vez el castillo.
-No tienes que hacerlo, al rato se le olvida- habló el enfermero, quitándole importancia, pero Kurt lo ignoró, mirando a Blaine. Sentía tanta curiosidad por él.
-Te ayudare a hacer tu castillo otra vez.
-No va a quedar tan bonito como el otro.
-Sí, te lo prometo.
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