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Sobrevivir a tu indiferencia es un milagro, y soportar un rostro de piedra es tan pesado.
No hay forma de enderezar nuestros defectos, al fin y al cabo no somos más que un par de extraños.
Porfavor, alza la vista y observa bien que aún no es tan tarde, es bien fácil.
Te cojo mal no te apetece hablar de nada, no me darás el brazo a torcer esto es un drama.
Caes en el error de dar un valor a lo supérfluo.
Me marcharé y aquí estaré cuándo despiertes.
Nada más que silencio y joyas y ahora tu te preguntarás dónde estás.
Aquí me encontrarás ausente, aquí me encontrarás valiente, aquí me encontrarás.