Me voy. Meto mis libros, mi ropa, mi vida, en cajas de cartón que cierro con cinta aislante y envío por correo. Me quedo solo en una habitación fantasma, en una ciudad fantasma, con un juego de sabanas y tres mudas de ropa. Una semana y me iré.Y me iré. Como tantos otros, Madrid se quedará vacío y atónito. Y si no se vacía es igual, porque yo no
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