(no subject)
Un año y un mes han pasado desde la última vez que se me ocurrió pasar por aquí. Sigo manteniendo el Diario Paralelo (ese mítico diario) que actualizo con frecuencia, pero me había olvidado del Diario de la Autocompasión y el Desconsuelo en General. Ese diario en el que te escribía a ti y me lamentaba porque no me querías. Dicen que los gallegos tenemos cierta tendencia a lamentarnos sin hacer nada para remediarlo, y entono el mea culpa.
Pero en un año y un mes pasan muchas cosas. En un año y un mes me ha dado tiempo para plantarme en tu habitación y decirte que durante trece meses te había querido sin ninguna esperanza. En un año y un mes dio tiempo para que me abrazases y me dijeses que lo sentías. En un año y un mes pasó otro final de junio en el que te vi marchar sabiendo que no iba a haber año que viene ni tropiezos por el pasillo.
Antes no escribía porque no sabía que decir que no hubiese dicho antes.
Ahora escribo porque a tu ausencia le ha seguido el Vacío.
Pero en un año y un mes pasan muchas cosas. En un año y un mes me ha dado tiempo para plantarme en tu habitación y decirte que durante trece meses te había querido sin ninguna esperanza. En un año y un mes dio tiempo para que me abrazases y me dijeses que lo sentías. En un año y un mes pasó otro final de junio en el que te vi marchar sabiendo que no iba a haber año que viene ni tropiezos por el pasillo.
Antes no escribía porque no sabía que decir que no hubiese dicho antes.
Ahora escribo porque a tu ausencia le ha seguido el Vacío.