Fic : Remus/Sirius
Secretos de alcoba
Hay cosas que Remus prefiere no pensar. Y no cosas como qué pasaría si el resto de los alumnos descubriese que es un licántropo, o si de repente sus amigos dejaran de serlo. Otras cosas. Cosas que hacen que se sonroje en la oscuridad de la habitación, cuando tapado por los doseles de la cama se atreve a explorar un poco más su mente. Son cosas que harían reírse nerviosas a todas esas chicas que cotorrean en los pasillos, que James carraspease y se revolviera el pelo con una mano y que Peter preguntase ¿pero de verdad que ESO se puede hacer? como cuando leyeron el Kamasutra en aquella librería de Manchester.
Son cosas que se hacen en la cama. En la intimidad de una pareja que se conoce lo suficiente como para no tener vergüenza. Cosas.
La gente piensa que Remus es un empollón, que solo come chocolate con leche porque el negro es demasiado fuerte y que si se salta las normas es para proteger a sus amigos cuando se pasan de la raya.
La gente no sabe nada.
No saben que una vez al mes Remus se transforma en lobo. No saben que es la mente criminal de los merodeadores, ni que le suele copiar a Lily sus deberes de Pociones -en realidad Lily cree que solo se los deja para comparar resultados- porque él no sabe distinguir entre una mandrágora y una patata.
La gente se olvida -cuando lo ven delante de todos esos niños, enseñándoles el camino a sus aulas. O con todos esos libros bajo el brazo camino de la biblioteca- de que Remus es un chico. Y aunque no sea como los demás -A Remus le gusta estudiar, aullarle a la luna llena y los otros chicos- también piensa en sexo. Piensa en sexo sucio y húmedo que le manche la ropa y le deje rastros de semen y sudor en la piel.
Pero sobretodo, Remus piensa en Sirius Black.
Y cuando piensa en Sirius, piensa en todas las cosas guarras que podría hacerle si lo tuviera delante. Piensa en sentarse encima suya y sacarle la camisa -que probablemente ya llevará medio desabrochada- lenta, muy lentamente, hasta que Sirius no pueda aguantarse más y gruña algo como Joder, Lupin. Piensa en tocarle ese pecho musculoso y masculino y sentir como late su corazón. Siempre acelerado. Cargado de adrenalina y de un amor incondicional por los suyos. En sus pensamientos Remus besa el pectoral izquierdo con besos tan suaves como los de las mariposas, y sopla suavemente sobre la piel, intentando traspasarla. Tú eres esto -dice su susurro.- No tu nombre, no tu familia.
Remus cree que muchas de las cosas que piensa deberían estar penadas con Azkaban. Como querer meterle un dedo en el culo a Sirius mientras le come la polla. -Ah Merlin, joder, Lunático- o lamerle el sudor del cuello a la altura de la yugular.
A Remus le empieza a latir el corazón a toda velocidad cuando se imagina a Sirius desnudo. Le sudan las manos cuando lo imagina encima suya, apunto de follar como animales, besándose como si fuera su único objetivo en la vida. Follando, Remus se vuelve duro y elástico. Accesible. La boca se le seca y deja que algo del lobo salga a la superficie. Reclamando lo que es suyo. Cuando follan se rozan, se frotan, se embisten. Desnudos. Piel con piel y tan solo una película de sudor que los separa. Clava las uñas en la espalda de Sirius, que se arquea y ruge, haciendo honor a Gryffindor.
Una habitación en penumbra, sábanas que se enroscan y dos cuerpos que se mueven juntos. Siempre juntos. Remus siempre ha sido un chico sencillo. No necesita más.
****
Maldiciendo la existencia de los Slytherin de los cojones en el mundo que les han quitado el campo de quidditch cuando solo llevaban media hora entrenando, Sirius entra en el dormitorio con la escoba a hombros y un cabreo de narices, que se evapora como el rocío en cuanto lo ve.
-Lunático.
Remus, perdido en universos lejanos y aún por descubrir, no lo escucha y continúa divagando, con la vista fija en un libro del que no se acuerda del título. Parece que esta leyendo pero lleva quince minutos sin cambiar de página y Sirius sabe distinguir la mueca de concentración que pone Remus cuando lee. Como si estuviera estudiando, pero sin estudiar.
-¡Lunático!
Remus parpadea un par de veces y lo primero que piensa al verlo ahí plantado, con el uniforme de quidditch manchado de barro y sudor es que algún tipo de genio malvado ha hecho sus fantasías realidad y ahora tendrá que pagarlo con su alma.
En ese momento, su alma le da igual. Tiene la boca seca y toda la sangre del cuerpo le ha bajado hacia un mismo sitio.
-¿Qué? Hola, ¿qué? -dice muy rápido, atropellándose con las palabras.
Sirius sospecha, y se acerca a la cama, a él. Se sienta a su lado, invadiendo su espacio personal y a Remus se le ocurre pensar que si se aproxima un poco más se fundirán como siameses. Sirius parece que le lee la mente porque pega frente con frente, y esboza una sonrisa malvada.
-¿En que pensabas, Lunático? -provocativo, sensual, masculino.
Remus siente que se ahoga en esa mirada que tiene la intensidad de una tormenta.
-En cosas -lo dice con voz ronca y profunda, desde lo más hondo de la garganta.
Y Sirius suelta una carcajada que resuena por toda la torre de Gryffindor y que muere cuando aprisiona la boca de Remus con la suya. Mordiendo, succionando, lamiendo. Da besos húmedos siguiendo toda la línea de la mandíbula hasta llegar a su oreja y cuando mordisquea el lóbulo, murmura:
-Eso pensaba.
Son cosas que se hacen en la cama. En la intimidad de una pareja que se conoce lo suficiente como para no tener vergüenza. Cosas.
No. No he visto los nuevos capis de SPN (sigo en el 3x08 que es TAN AWESOME que me lo comería a besos. Al capitulo y a Jared y a Jensen)
PD: En mi colegio mayor llegaron un grupo de americanos. Una de las chicas es de Texas y cuando me lo dijo se me puso una sonrisa tonta en la cara y senti deseos de preguntarle sobre si conocía lo muchísimo que se querían J2
2PD: Tengo unas ganas terribles de leerme "Buenos Presagios" de Terry Pratchett y Neil Gaiman. Creo que mañana voy a darme un paseo por la f-nac :DDDDDD
Hay cosas que Remus prefiere no pensar. Y no cosas como qué pasaría si el resto de los alumnos descubriese que es un licántropo, o si de repente sus amigos dejaran de serlo. Otras cosas. Cosas que hacen que se sonroje en la oscuridad de la habitación, cuando tapado por los doseles de la cama se atreve a explorar un poco más su mente. Son cosas que harían reírse nerviosas a todas esas chicas que cotorrean en los pasillos, que James carraspease y se revolviera el pelo con una mano y que Peter preguntase ¿pero de verdad que ESO se puede hacer? como cuando leyeron el Kamasutra en aquella librería de Manchester.
Son cosas que se hacen en la cama. En la intimidad de una pareja que se conoce lo suficiente como para no tener vergüenza. Cosas.
La gente piensa que Remus es un empollón, que solo come chocolate con leche porque el negro es demasiado fuerte y que si se salta las normas es para proteger a sus amigos cuando se pasan de la raya.
La gente no sabe nada.
No saben que una vez al mes Remus se transforma en lobo. No saben que es la mente criminal de los merodeadores, ni que le suele copiar a Lily sus deberes de Pociones -en realidad Lily cree que solo se los deja para comparar resultados- porque él no sabe distinguir entre una mandrágora y una patata.
La gente se olvida -cuando lo ven delante de todos esos niños, enseñándoles el camino a sus aulas. O con todos esos libros bajo el brazo camino de la biblioteca- de que Remus es un chico. Y aunque no sea como los demás -A Remus le gusta estudiar, aullarle a la luna llena y los otros chicos- también piensa en sexo. Piensa en sexo sucio y húmedo que le manche la ropa y le deje rastros de semen y sudor en la piel.
Pero sobretodo, Remus piensa en Sirius Black.
Y cuando piensa en Sirius, piensa en todas las cosas guarras que podría hacerle si lo tuviera delante. Piensa en sentarse encima suya y sacarle la camisa -que probablemente ya llevará medio desabrochada- lenta, muy lentamente, hasta que Sirius no pueda aguantarse más y gruña algo como Joder, Lupin. Piensa en tocarle ese pecho musculoso y masculino y sentir como late su corazón. Siempre acelerado. Cargado de adrenalina y de un amor incondicional por los suyos. En sus pensamientos Remus besa el pectoral izquierdo con besos tan suaves como los de las mariposas, y sopla suavemente sobre la piel, intentando traspasarla. Tú eres esto -dice su susurro.- No tu nombre, no tu familia.
Remus cree que muchas de las cosas que piensa deberían estar penadas con Azkaban. Como querer meterle un dedo en el culo a Sirius mientras le come la polla. -Ah Merlin, joder, Lunático- o lamerle el sudor del cuello a la altura de la yugular.
A Remus le empieza a latir el corazón a toda velocidad cuando se imagina a Sirius desnudo. Le sudan las manos cuando lo imagina encima suya, apunto de follar como animales, besándose como si fuera su único objetivo en la vida. Follando, Remus se vuelve duro y elástico. Accesible. La boca se le seca y deja que algo del lobo salga a la superficie. Reclamando lo que es suyo. Cuando follan se rozan, se frotan, se embisten. Desnudos. Piel con piel y tan solo una película de sudor que los separa. Clava las uñas en la espalda de Sirius, que se arquea y ruge, haciendo honor a Gryffindor.
Una habitación en penumbra, sábanas que se enroscan y dos cuerpos que se mueven juntos. Siempre juntos. Remus siempre ha sido un chico sencillo. No necesita más.
****
Maldiciendo la existencia de los Slytherin de los cojones en el mundo que les han quitado el campo de quidditch cuando solo llevaban media hora entrenando, Sirius entra en el dormitorio con la escoba a hombros y un cabreo de narices, que se evapora como el rocío en cuanto lo ve.
-Lunático.
Remus, perdido en universos lejanos y aún por descubrir, no lo escucha y continúa divagando, con la vista fija en un libro del que no se acuerda del título. Parece que esta leyendo pero lleva quince minutos sin cambiar de página y Sirius sabe distinguir la mueca de concentración que pone Remus cuando lee. Como si estuviera estudiando, pero sin estudiar.
-¡Lunático!
Remus parpadea un par de veces y lo primero que piensa al verlo ahí plantado, con el uniforme de quidditch manchado de barro y sudor es que algún tipo de genio malvado ha hecho sus fantasías realidad y ahora tendrá que pagarlo con su alma.
En ese momento, su alma le da igual. Tiene la boca seca y toda la sangre del cuerpo le ha bajado hacia un mismo sitio.
-¿Qué? Hola, ¿qué? -dice muy rápido, atropellándose con las palabras.
Sirius sospecha, y se acerca a la cama, a él. Se sienta a su lado, invadiendo su espacio personal y a Remus se le ocurre pensar que si se aproxima un poco más se fundirán como siameses. Sirius parece que le lee la mente porque pega frente con frente, y esboza una sonrisa malvada.
-¿En que pensabas, Lunático? -provocativo, sensual, masculino.
Remus siente que se ahoga en esa mirada que tiene la intensidad de una tormenta.
-En cosas -lo dice con voz ronca y profunda, desde lo más hondo de la garganta.
Y Sirius suelta una carcajada que resuena por toda la torre de Gryffindor y que muere cuando aprisiona la boca de Remus con la suya. Mordiendo, succionando, lamiendo. Da besos húmedos siguiendo toda la línea de la mandíbula hasta llegar a su oreja y cuando mordisquea el lóbulo, murmura:
-Eso pensaba.
Son cosas que se hacen en la cama. En la intimidad de una pareja que se conoce lo suficiente como para no tener vergüenza. Cosas.
No. No he visto los nuevos capis de SPN (sigo en el 3x08 que es TAN AWESOME que me lo comería a besos. Al capitulo y a Jared y a Jensen)
PD: En mi colegio mayor llegaron un grupo de americanos. Una de las chicas es de Texas y cuando me lo dijo se me puso una sonrisa tonta en la cara y senti deseos de preguntarle sobre si conocía lo muchísimo que se querían J2
2PD: Tengo unas ganas terribles de leerme "Buenos Presagios" de Terry Pratchett y Neil Gaiman. Creo que mañana voy a darme un paseo por la f-nac :DDDDDD