Grandes esperanzas. "The Rising" Tabla: cine&lit [HP]

Mar 20, 2009 19:02

Estreno mi tabla de cine y literatura de lacomuna con la primera viñeta, correspondiente al prompt: Grandes esperanzas.

Titulo: Grandes esperanzas (Baibillius)
Titulo del conjunto de viñetas de la tabla: The rising
Tabla: cine y literatura
Fandom: Harry Potter
Personajes: Orden del Fénix Original
Summary: Sus rostros esperanzados y valientes a menudo te hacen sentir culpable, porque sabes -y ellos lo saben también -que no todos saldréis vivos de esa guerra, si es que sobrevive alguno. Si es que algún día termina.


1. Grandes esperanzas

(Baubillius)

Te sientes viejo rodeado de tanta juventud, los años que tú tienes y ellos no, te pesan sobre los hombros, intentándote encorvar. Pero te mantienes erguido, sostenido por la auténtica fe con que todos en esa habitación te miran. Te dicen, con sus ojos, que te seguirán a cualquier final y la confianza en todos ellos te da serenidad para pensar a gran escala. Pero sus rostros esperanzados y valientes, a menudo te hacen sentir culpable, porque sabes -y ellos lo saben también -que no todos saldréis vivos de esa guerra, si es que sobrevive alguno.

(Si es que algún día termina).

Los cuatro gamberros que se hacen llamar Merodeadores y la talentosa Lily Evans se acaban de unir a la Orden del Fénix como un soplo de aire fresco. Un par de años atrás se enrolaron los Longbottom y poco antes los gemelos Prewett, Marlene McKinnon, Benjy Fenwick y Dorcas Meadows, pero los demás lleváis en eso desde el principio.

Desde que tú tuviste un terrible presentimiento al averiguar que el tal Lord Voldemort, el misterioso mago que había llegado al país y que predicaba abiertamente la superioridad de los de sangre mágica pura, había sido tu alumno, ese que un día fuiste a buscar a un orfanato mugriento y en cuyos ojos observaste un vacío enorme y oscuro excavado por la ambición y el talento. Entonces decidiste que, ante la indiferencia del primer Ministro, tenías que hacer algo. Reclutaste primero a tus más allegados: Elphias Doge, Alastor Moody y Minerva Mcgonagall, una noche tranquila de Marzo del 74, y les expusiste tus ideas. Cuando volvisteis a reuniros, Emmeline Vance, Rubeus Hagrid y Edgar Bones estaban también en tu despacho y unos días después se incorporaron Dedalus Diggle, Sturgis Podmore y un reticente Aberforth.

Sólo erais diez por aquel entonces, diez talentosos magos que se tomaban muy en serio la amenaza que recorría el país. Un movimiento que comenzaba a ganar renombre, un líder que se dibujaba como un nuevo mago oscuro. El descontento con la política del Ministro Lawhead os había unido, no estabais dispuestos a mirar a otro lado, como hacía él, mientas inocentes morían.

Porque sabíais bien que el choque de trenes en Gales no había sido fortuito, como tampoco que un colegio se hiciera añicos con todos sus alumnos muggles dentro en Devonshire. Porque conocíais los rumores que corrían de boca en boca acerca de un ejército secreto de leales a Lord Voldemort, todos ellos procedentes de familias de sangre pura. La crispación en el colegio era evidente y los estudiantes hijos de muggles estaban cada vez peor vistos. Día a día contemplaste el surgimiento de un grupo de élite compuesto por alumnos puristas que amenazaban a aquellos a los que consideraban impuros y a todos los que no simpatizaran con su ideología.

Algo estaba creciendo y extendiéndose por todo el país con el sigilo de una sombra, oscureciendo muchos corazones. Y por eso decidisteis actuar.

No hicisteis gran cosa al comienzo, más allá de recabar la máxima información posible sobre el nuevo movimiento y buscar un lugar seguro para realizar vuestras reuniones. Tras mucho meditar sobre ello, decidiste que tu antigua casa en Moho-en-el-Páramo sería el lugar propicio. Llevaba tantos años deshabitada que nadie en la zona recordaban aún a quién había pertenecido. Realizaste un Fidelio del que te erigiste guardián y la ruinosa vivienda se volvió invisible a los ojos curiosos, mostrando en su lugar un solar invadido por la maleza.

Ideasteis métodos seguros para comunicaros, pues según descubristeis, los esbirros de Lord Voldemort se valían de Imperius para conseguir sus fines. Enseñaste a todos a usar sus Patronus para enviar mensajes, pues cada Patronus era personal e inimitable, e imposible de invocar bajo la maldición imperdonable. Y empezaste a reclutar nuevos miembros, incluso en Hogwarts.

Primero te fijaste en el grupo de los gemelos Prewett, Fenwick, McKinnon y Meadows. No eran amigos, pero solían encontrarse en la enfermería después de pelearse con los elitistas de la sangre pura. Eran valientes y no estaban dispuestos a conformarse con cómo eran las cosas. Después descubriste a la encantadora Alice y su futuro marido, Frank Longbottom, talentosos allí donde los hubiera y más valerosos aún si caben. Y qué decir de James Potter, Sirius Black, Remus Lupin, Peter Pettigrew y Lily Evans. Acudieron a ti antes de que tú pudieras acudir a ellos, habiéndose percatado de tus ocasionales desapariciones y de tus reuniones supuestamente secretas con Aberfoth, el tabernero de Cabeza de Puerco y tu hermano.

Así veintidós magos y brujas constituisteis la Orden del Fénix, la resistencia. Algunos jóvenes, recién salidos del colegio como los Merodeadores, otros curtidos como Moody o ya ancianos como Elphias Doge, pero todos fuertes, decididos, sólidos. Y a pesar de ello, no es fácil para ti enviarles a misiones que pueden ser suicidas. No es fácil porque cuando les das indicaciones parapetado tras la polvorienta cámara fotográfica que un día perteneció a tu padre (“Un poco más a la derecha, Alastor”, “Sirius, agáchate para que se vea a Emmeline”, “Sturgis, deberías ponerte en la primera fila, al lado de Marlene”) y les miras, luciendo orgullosamente el emblema del Fénix en sus pechos y las pupilas brillándoles de sueños por cumplir, recuerdas cómo eran todos de niños.

Pero en medio del pánico creciente, de las casas cerradas a cal y canto y los patios vacíos donde los padres ya no dejan salir a jugar a sus hijos, tú contemplas a tus compañeros a través del objetivo de la cámara y sonríes flojito, lleno de esperanza.

-Excelente -aseguras -Decid todos “Baubillius”.

¡Baubillius!

Click.

¿Hay alguien ahí?

tabla: cine y literatura, fandom: hp, fic: the rising

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