Titulo: Sobre Horizonte Fandom: Mass effect Personajes: Comandante Shepard, Kaidan Alenko, "la doctora", personaje original. Pairing: Shenko, Kaidan/doctora Argumento: [Spoiler (click to open)] En el famoso email que da titulo a este fic, Kaidan menciona que le llevó mucho tiempo seguir adelante y superar la culpa del superviviente. Que finalmente dejó que sus amigos le convencieran para salir a tomar algo con una doctora en la Ciudadela y permitirse recuperar su vida. Este fic es la historia de cómo lo hizo. De lo que pasó en la vida de Kaidan después de que Shepard "muriera", hasta que la reencontró en Horizonte (y puede que un poco más allá). De cómo intenta seguir adelante sin ella, sin conseguirlo del todo.
Advertencias: MUCHO angst. Spoilers Me2 y el prólogo de Me3.
Agradecimientos a geniusonceayear, como no, por ayudarme TANTO. No sé qué habría sido de esta historia sin ti!
Kaidan se detuvo un instante para tomar aliento y calmarse, apoyándose en un contenedor volcado.
Miró a su alrededor e intentó reconocer la calle en que se encontraban. Conocía Vancouver como la palma de su mano pero en veinte minutos los segadores habían transformado por completo la ciudad. Varios de los edificios más altos habían desaparecido, reducidos a montones de escombros y cascotes. Otros, aún se mantenían en pie, consumidos por las llamas. Columnas de humo brotaban de diversos puntos, envolviendo a las fuerzas segadoras, tan numerosas que parecían capaces de tapar el sol.
Se oían explosiones continuas y el chirrido espeluznante de las entrañas de los segadores abriéndose para escupir más rayos destructores, aunque a Kaidan los sonidos le llegaban distorsionados desde que una granada había estallado a pocos metros de él. Su barrera biótica le había protegido de parte de los daños pero notaba un pitido doloroso en el oído derecho desde entonces. La radio emitía un zumbido constante que parecía estar dentro de su cabeza. No recibía más estática desde la última vez que logró contactar con Anderson y éste le informó de que Shepard estaba viva y junto a él. Fue casi lo único que pudo decirle antes de que perdieran la señal. Los segadores estaban interceptando las comunicaciones, probablemente para impedir que las fuerzas de la Alianza se organizaran.
Le costaba respirar y no se debía únicamente a que no hubiese parado de correr desde el ataque a la base de operaciones. Era más bien como si los pulmones se le hubiesen encogido al contemplar el horror y la destrucción que estaba asolando la ciudad en que había nacido.
Un foco de luz brotó en su campo de visión, llamando su atención. Kaidan buscó el origen con la mirada a tiempo de ver como un segador inmenso destrozaba el Harbour Centre escupiendo un rayo láser desde el ojo rojizo oculto entre sus brazos de metal. Trazó una línea vertical en la fachada del rascacielos, atravesándolo de lado a lado, y el edificio se vino abajo, como un castillo de naipes barrido por el viento, llenando la atmósfera de polvo y cascotes y provocando que el suelo temblara en varios kilómetros a la redonda.
Kaidan notó las vibraciones bajo sus pies en un estado de aturdimiento, intentando procesar que el emblemático mirador desde donde había contemplado las vistas de Vancouver tantas veces había desaparecido en cuestión de segundos.
Shepard les había advertido que eso sucedería tarde o temprano. Le había pedido que previniera al Alto Mando para que se prepararan para lo que se avecinaba, pero ahora comprendía que no había nada que pudiesen haber hecho para enfrentarse con éxito a algo así. Las fuerzas segadores parecían imparables cubriendo el cielo, y su monstruosa infantería se diseminaba por las calles, causando el caos. Un ejército de cascarones y criaturas aún peores, que devoraban a sus congéneres caídos y emitían gruñidos que helaban la sangre.
Se dio cuenta de que Vega se había detenido y regresaba junto a él, probablemente para pedirle que se pusieran en marcha de nuevo. Kaidan sabía que tenían que moverse y llegar a la Normandía cuanto antes pero le costaba pensar con claridad. Se obligó a mantener la mente fría y cambió el cargador casi agotado de su rifle de asalto.
Al hacerlo se sintió un poco más dueño de sí mismo, como si ese ritual le hubiese recordado quién era. Tenía que calmarse y llegar hasta la Normandía. Si había alguna nave en toda la flota que podía hacerle frente a un segador, era esa.
-Vamos -murmuró, más para sí mismo que para el teniente Vega. Reanudaron la carrera, disparando a todas las criaturas inmundas que se encontraron a su paso y procurando no entretenerse demasiado. Estaban cortos de munición. Habían salido de la base con poco más que lo puesto y las armas que Vega pudo sacar de entre los escombros.
La Normandía SR-2 se encontraba en el muelle de atraque número 87. Habían logrado contactar por radio tras la primera oleada segadora y, para sorpresa de Kaidan, fue Joker el que respondió a su señal. El piloto había prometido esperarles con los motores encendidos.
Kaidan tenía la sensación de que él y el teniente Vega llevaban horas corriendo y disparando sin molestarse en apuntar cuando por fin llegaron al muelle y encontraron la nave. Lo cierto era que nunca antes había visto la SR-2 y cuando supo de su existencia le ofendió la idea de que Cerberus hubiese construido una réplica, pero todos sus reparos desaparecieron en cuanto la tuvo ante sus ojos. Era casi el doble de grande, aunque el diseño era idéntico y el logo de la Alianza presidía su nombre.
Pero lo que finalmente logró convencerle fue lo que sintió cuando atravesó el tubo de atraque y las compuertas presurizadas se abrieron permitiéndole entrar. Joker estaba en la cabina de pilotaje, a su izquierda. Llevaba la misma gorra con el logo de la Normandía que en los viejos tiempos y por un instante fue como si últimos años desaparecieran. Casi le sorprendió que no les preguntara cómo había ido la última misión e hiciera algún comentario irónico sobre ella.
-Ya estamos todos -dijo a modo de saludo. Apenas les lanzó una breve mirada antes de empezar a teclear y deslizar pantallas de manera compulsiva -SID, activa los motores y las barreras cinéticas. Vamos a echar a patadas a esos malditos segadores.
-No vayas muy lejos. Tenemos que recoger a Anderson y Shepard -le informó Kaidan -Estaré en la bodega de carga. Vega, ven conmigo.
-Claro. Estar de nuevo en la Normandía hacía que sintiera que podía controlar la situación. No le importaba que la nave fuese mucho más grande que la original y que en realidad nunca antes la hubiera pisado, sentía que la conocía de manera intuitiva.
Vega le siguió hasta el centro de combate. A Kaidan le sorprendió descubrir que había personal ocupando todos los puestos del puente de mando y trabajando en los tableros que rodeaban el mapa de la galaxia. Encontró un ascensor donde antes había estado el acceso a la sala de conferencias y lo tomó hasta la cubierta de carga.
Una vez allí, dejó que el teniente se encarga de revisar los arsenales mientras él manipulaba la radio, tratando de eliminar las interferencias. Sentía los dedos torpes y la serenidad que había logrado alcanzar se debilitaba a cada segundo que pasaba sin recibir noticias. Habían transcurrido más de quince minutos desde la última vez que Anderson se había puesto en contacto con él. Ahí abajo todo era una locura y a cada segundo que pasaba las calles se volvían más peligrosas.
Empezaba a preguntarse si lo conseguirían cuando la voz del Almirante rompió la monotonía del zumbido que había estado emitiendo la radio hasta el momento.
“Normandía, aquí Anderson. ¿Me recibís?”
Sonaba entrecortado y se oían disparos y detonaciones de fondo. Kaidan subió el volumen al máximo, con el corazón acelerado.
-Almirante, ¿cuál es tu posición?
“En una… derribada durante el ataque. Estoy… baliza de emergencia… apoyo… heridos aquí”.
Esta vez las interferencias se tragaron la mitad de las palabras de Anderson. Kaidan trató de eliminarlas y recuperar la señal, al tiempo que respondía en voz demasiado alta.
-Anderson, te estoy perdiendo, ¿me recibes? ¿Shepard está bien?
Silencio. Aguardó unos segundos, deseando con todas sus fuerzas obtener una respuesta, pero sólo recibió estática. Anderson había mencionado que había “heridos” con él. ¿Sería Shepard una de ellos? La idea hizo que el corazón se le subiera a la garganta y unos puntos negros flotaran ante sus ojos durante unos segundos, anunciando una migraña.
Debería haberse quedado a buscarla tras el primer ataque segador. Había sido su intención inicial, pero Vega le dijo que tenían que salir de allí antes de que el edificio se les cayera encima, y cuando quiso darse cuenta estaba fuera, disparando a un monstruo con una boca enorme y cuatro ojos brillantes que acababa de asesinar a un soldado. Pronto se vieron tan superados en número que tuvieron que huir y sólo pudieron avanzar.
Había cumplido la promesa que le hizo. No intentó conseguir los permisos necesarios para visitar a Shepard en su celda y en su lugar se dedicó en cuerpo y alma a tratar de mover los hilos para que la Alianza estuviese preparada cuando los segadores llegaran. Durante todo ese tiempo trabajó codo con codo con Anderson, por eso conocía sus intenciones de reformar la versión de la Normandía que Cerberus había construido y utilizarla como base de operaciones móvil durante la guerra.
Cuando los segadores atacaron, le pareció lógico buscar la nave. Y ahí estaba, pero sin Anderson y sin su verdadera dueña. Frustrado, dejó caer la radio sobre la mesa de trabajo con más fuerza de la necesaria.
-¿Dónde están? -le preguntó Vega, que había seguido la conversación con atención mientras revisaba las taquillas del arsenal.
-Han activado una baliza de emergencia para marcar su posición -explicó Kaidan, masajeándose la frente para tratar de disipar la creciente jaqueca. Se acercó al comunicador que había junto al ascensor y contactó con el piloto -Joker, ¿habéis recibido su señal? -Recibida. Estaremos allí en dos minutos.
Kaidan sintió tanto alivio que el dolor de cabeza aflojó su presa. Sin perder un segundo, recargó su fúsil y se dirigió a la rampa de acceso acompañado de Vega. Los dos aguardaron con impaciencia, armas en mano, hasta que notaron que la Normandía comenzaba a descender y Joker les recomendó que estuviesen preparados.
Segundos después, la rampa se desplegó y Vega y él bajaron por ella a toda prisa, preparados para proporcionar fuego de cobertura.
Sintió sus pulmones se expandían hasta regresar a su tamaño original cuando divisó a Shepard y Anderson corriendo hacia ellos sobre los escombros de una nave caída a orillas de la Bahía Inglesa. Ninguno de los dos parecía herido, pero a juzgar por el hecho de que no disparaban a las criaturas caníbales que los seguían a distancia se habían quedado sin munición.
El teniente y él se encargaron de despejarles el camino hasta que llegaron a la última plataforma, a apenas dos metros de la Normandía. Sin detener ni un instante su carrera, Shepard saltó hacia la rampa desplegada.
El impulso hizo que se tambaleara y Kaidan se apresuró a tenderle una mano como punto de apoyo. Ella la tomó, sin titubear, provocando que una descarga de energía le sacudiera de arriba abajo. Fue casi como aquella vez que la ayudó a levantarse del suelo en el que se había dejado caer de pura frustración después de que el Consejo retuviese a la Normandía, cuando acabaron a unos centímetros, casi boca con boca, y estuvieron a punto de besarse.
Sólo que esta vez, a Shepard el flequillo le caía sobre los ojos y su cara y su pelo estaban cubiertos de polvo. Un par de arañazos le cruzaban la mejilla y tenía el labio inferior partido. No parecía el momento más apropiado para besarla (¿lo habría, alguna vez?), pero estaba viva, aferrándose a su mano como si necesitara ese contacto tanto como él, y eso era suficiente.
-Bienvenida a bordo, Shepard -murmuró él, sin soltarla.
Ella lo miró a los ojos y sus labios se curvaron en una sonrisa tan fugaz que podría haberla soñado.
-Gracias -respondió.
Y casi tres años después, Kaidan se sintió por fin en casa.
Notas: [Spoiler (click to open)] Un MILLÓN de gracias a geniusonceayear por toda su paciencia, apoyo y ayuda con este fic. No sé qué habría salido de no ser por ella. Que Bioware te lo pague con DLC de Kaidan. Y gracias a vosotras por esperar con paciencia y seguir este KILOMÉTRICO fic. Aunque me ha traído de cabeza durante meses, lo he disfrutado mucho. Espero que el final no os haya decepcionado. Gracias por todo ♥